Después de protagonizar el vuelo quizás más arriesgado de su vida el 8 de diciembre de 1990, René González Sehwerert, el primero de los Cinco en retornar a la Patria, penetró organizaciones terroristas como Hermanos al Rescate, Movimiento Democracia, Partido Unido Nacional Democrático y la Fundación Nacional Cubano-Americana, radicadas en la Florida. En entrevista exclusiva con el periódico Escambray y Radio Sancti Spíritus, el luchador antiterrorista recorre su itinerario como agente de la Seguridad del Estado de Cuba, sin olvidar el ser humano que es
Enrique Ojito Linares y Arelys García Acosta
Foto: Vicente Brito
“Si usted dice que para esta misma noche, inventamos un avión y vamos a La Habana”, le aseguró, sin esconder la ansiedad, este guajiro de La Sierpe a René González Sehwerert —el primero de los Cinco en retornar a la isla—, al solicitarle una entrevista, posibilidad que, al final, no denegó: “Llámanos dentro de unos 10 días”. La situación legal del antiterrorista aconsejaba esperar.
¿Qué más le dije? No recuerdo; a veces la emoción traiciona. Minutos antes y de repente, su esposa Olga Salanueva Arango me preguntó, vía telefónica: “¿Quieres saludarlo?”. Cuando menos, salté de la silla giratoria en la Redacción; significaba hablar con un Héroe de la República de Cuba, quien dejó, sin lamento alguno, 13 años de su vida en penitenciarías de Estados Unidos.
A escasas horas de finalizada la Segunda Jornada 5 días por los 5 en Washington DC…“podemos vernos hoy, a las tres, en la Casa de la Amistad; antes, estaré allí con Russia Today”. Solo entonces el alma me vino al cuerpo. El diálogo quedó pactado para la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), donde declararía que regresar a Cuba sin sus compañeros –Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González– fue la pesadilla de su encierro.
Luego de cumplir su condena de tres lustros de prisión el 7 de octubre de 2011, René empezó a saldar tres años de libertad supervisada. Esas condiciones fueron modificadas el 3 de mayo pasado por la jueza Joan Lenard, quien aceptó la permanencia del cubano en la isla, a cambio de su dejación a la ciudadanía estadounidense, certificado concedido el día 9 de ese mes.