lunes, 30 de abril de 2012

El anuncio a favor de la libertad de los Cinco publicado en The Washington Post

El documento que incitó a indignarse a los jóvenes del mundo

Eduardo Torres-Cuevas • La Habana

Hace apenas dos años comenzó a circular, primero en Francia y casi simultáneamente en el resto de Europa y otras partes del planeta, un pequeño folleto de 26 páginas titulado ¡Indignez-vous! (¡Indígnense!). En sus apretadas líneas, más que una amplia exposición teórica, se expresan los sentimientos que producen la injusticia y la desesperanza, la destrucción del hábitat natural del hombre y el necesario rescate de la esperanza. La reacción ante la incitación de Stéphane Hessel lanzó a las calles de las principales ciudades del mundo a miles de jóvenes que, a su vez, arrastraron tras de sí a otros miles de ciudadanos. Tomaron el nombre que respondía a la incitación de Hessel, “Los Indignados”.
 
Son pocos, pero son, los pequeños folletos que han conmovido al mundo en los últimos tres siglos. Letras que lanzaron a pueblos enteros a la Revolución. En el siglo XVIII —recuerda Eduardo Galeano— la publicación en Filadelfia (1776) de Sentido común, de Thomas Paine, apenas 48 páginas, puede considerarse uno de los alegatos que sirvieron de base para la independencia de los EE.UU. En 1789, La Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, en Francia, sirvió de sostén al movimiento revolucionario, no solo de ese país, sino también de otros de Europa, América, Asia y África. El documento de Paine contenía un alegato para que el pueblo se liberase del estatus colonial y de la monarquía absoluta; en el manifiesto francés se astillaba en pedazos la servidumbre del vasallo y se erguía vigoroso el ciudadano moderno con deberes y derechos. En 1848, Carlos Marx y Federico Engels, en apenas 23 páginas, publican el Manifiesto Comunista que, de un modo u otro estará en las bases de las revoluciones políticas y sociales del corto siglo XX. En 1960, en La Habana, otro documento de unas pocas cuartillas, La primera declaración de La Habana, servirá de incitación a los movimientos revolucionarios en América Latina.
 
Si algo de común tienen estos vademécum, que los inscriben en la historia humana como trascendentes, es el hecho de que en sociedades que hasta ese momento se consideraban estables, ocultando el fermento revolucionario que en ellas se incuba, constituyen la “chispa que incendia praderas” porque ponen al descubierto las principales paradojas que no están en el aparente consenso de la hegemonía. Stéphane Hessel, tal como sugería Jean Paul Sartre, sabe que “las palabras son balas”; y sabe economizar y utilizar ese armamento moral e intelectual con una precisión poco común.
 
Lo primero que llama la atención de este autor, es que es un veterano que ha vivido el siglo XX con toda intensidad; que lo ha pensado y sentido desde una posición profundamente humanista y comprometida. Hablamos de una persona que inicia su alegato señalando que tiene 93 años. He aquí una primera ruptura con los esquemas simplificadores. Él, desde sus experiencias y vivencias, comunica con los jóvenes porque por encima de circunstancias, lugares, pertenencias, razas y ubicación en la escala social, toca a lo más sensible del ser humano a través de los infinitos vasos comunicantes que le dan unidad a todo el género. Revive la profunda permanencia de la condición humana por encima de las desgarraduras que, en sus esencias, afectan al hombre mismo; desgarraduras que son consecuencia de las tendencias de la “alta política”, de la desfiguración y descomposición a la que está sometido el hombre de la sociedad moderna, como individuo, como comunidad y como género. Stéphane Hessel personifica a una generación que soñó con la dignidad plena del hombre y con la construcción de un mundo mejor.
 
Nacido en Berlín, en 1917, de padres judíos y sensibles a la escritura, a la pintura, y a la música, la familia se traslada a París en 1924. Hessel, que se naturaliza francés en 1937,  frecuenta  a esa vanguardia parisina, de los años 20 y 30, la misma que recrea el cineasta norteamericano Woody Allen en Midnight in Paris. El autor de ¡Indígnense! es parte de la generación de la entreguerra, de los que buscaron nuevas formas artísticas, literarias y políticas, negando un pasado que, con la Primera Guerra Mundial, había demostrado que sus paradigmas imperiales y hegemónicos podían conducir a la peor catástrofe de la historia hasta ese momento. En aquellos años de la primera posguerra, se pensó que una devastación semejante nunca más se produciría. Sin embargo, los gérmenes para una conflagración mayor ya se diseminaban por todas partes.
 
Hessel matricula en 1939 en la escuela Normal Superior, justo la institución por la que pasaron hombres como Jean Paul Sartre, Paul Nizan y Raymond Aron, este último sistemático oponente, desde la derecha, de Sartre. Sus estudios se ven interrumpidos por la, hasta entonces, inimaginable —tanto por el hecho mismo como por lo que demostró de lo peor y de lo mejor del ser humano— Segunda Guerra Mundial. La ingenuidad quedó sorprendida. El fenómeno de una segunda conflagración mundial superaría, con mucho, al de la primera. Hessel está entre los mejores. En mayo de 1941 se integra a la Francia Libre del General Charles de Gaulle en Londres. Su acción contra los  fascistas, ya sean alemanes o franceses, está determinada por profundas convicciones. En marzo de 1944 se infiltra clandestinamente en Francia hasta que, casi tres meses después, es arrestado y torturado por la gestapo nazi. Con posterioridad, es enviado al campo de concentración de Buchenwald, en Alemania. Condenado a muerte, logra escapar cambiando su identidad por la de un francés fallecido de tifus. Ahora, con el nombre de Michel Boitel, es transferido al campo de concentración de Rottleberode. De esta nueva prisión logra evadirse y, poco después es nuevamente apresado y trasladado a otro campo de concentración, Dora. Nuevamente logra escapar y retornar a París.
 
En este punto es necesario recordar lo que el propio Hessel destaca en su manifiesto.
 
El 27 de mayo 1943 los representantes de los ocho grandes movimientos de resistencia clandestinos de Francia y las dos grandes organizaciones sindicales de la anteguerra, constituyeron el Consejo Nacional de la Resistencia (CNR). Estas organizaciones eran la CGT (Confederación General de Trabajadores, de orientación comunista), CFTC (Confederación Francesa de los Trabajadores Cristianos), y los seis principales partidos políticos que existían antes de la ocupación alemana, incluyendo el Partido Comunista y los Socialistas. Después de un largo período de elaboración, el CNR adoptó, el 25 de marzo de 1944, el programa para la Francia liberada. Para Hessel, el programa de la Resistencia a la cual él había pertenecido, era “un plan integral de seguridad social, con el fin de asegurar medios de existencia a todos  los ciudadanos, en todos los casos en que no estén capacitados para procurárselo mediante el trabajo”; “un retiro que permita a los trabajadores ancianos terminar sus días con dignidad”; la nacionalización de las fuentes energéticas y los grandes bancos, porque según el programa de los hombres y mujeres que habían luchado contra el fascismo, lo menos que podía conseguirse era “la devolución, a la nación, de los grandes medios de producción monopolizados, fruto del trabajo común, de las fuentes energéticas, de las riquezas del subsuelo, de las compañías de seguros y de los grandes bancos”; “la instauración de una verdadera democracia económica y social, que conlleve la supresión de los grandes feudos económicos y financieros de la dirección de la economía”; según este miembro de la Resistencia, ellos proponían “una organización racional de la economía que asegure la subordinación de los intereses particulares al interés general, liberada de la dictadura profesional instaurada a imagen y semejanza de los estados fascistas”. Otro punto destacado por Hessel es “la posibilidad efectiva para todos los hijos franceses de disfrutar de la  más desarrollada instrucción pública”, es decir, la enseñanza pública, gratuita y laica para todos. Es lo que se llamó la creación de un estado de bienestar social; es lo que el neoliberalismo, sistemáticamente, ha ido arrancándoles a los pueblos de Europa y, a la vez, colocando las fronteras necesarias para que otros pueblos del mundo abandonen el ideal de un estado de bienestar social; es, la destrucción sistemática de los ideales de aquellos que lucharon contra el fascismo, por ser este la expresión de un totalitarismo político que garantizaba la hegemonía del gran capital sobre los demás componentes de la sociedad.
 
Una vez lograda la liberación de Europa, a Hessel lo veremos militando en las más importantes causas de su tiempo. En 1946 aprueba el concurso de entrada al Ministerio de Relaciones Exteriores. Su primera misión es en la recién creada Organización de las Naciones Unidas. Como secretario de la Comisión de los Derechos Humanos integra el grupo que elabora la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Compuesta por 12 miembros, seis de ellos son considerados determinantes en el contenido final del documento. Eleonor Roosevelt, viuda del presidente Franklin Delano Roosevelt, fallecido en 1945; el Dr. Chang, vicepresidente de la Comisión, quien insidió para que la declaración no fuese un reflejo único de las ideas de occidente; Charles Habib Malik, libanés, relator de la comisión; René Cassin, representante de Francia; John Peters Humphrey, de Canadá, quien escribió el primer borrador (un documento de 400 páginas) y, el propio Stéphane Hessel, el más joven de los participantes (30 años). La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue aprobada el 10 de diciembre de 1948, en París, por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Votaron a favor 48 miembros. Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia se abstuvieron por considerar que la misma era insuficiente en lo relativo a los derechos económicos y sociales y en los de las minorías.
 
Para Hessel este es un documento que sintetiza gran parte de las aspiraciones de todas las generaciones que lucharon contra el fascismo y los totalitarismos. El neoliberalismo, según se infiere de ¡Indignez-vous!, se convierte en una concepción que va directamente en contra de las esencias y de las proyecciones que contenían el programa de la Resistencia Francesa y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Recuerda el artículo 22: “Toda persona, en tanto miembro de la sociedad, tiene derecho a la Seguridad Social, la cual se funda para satisfacer las derechos económicos, sociales y culturales indispensables para su dignidad y para el libre desarrollo de su personalidad, gracias al esfuerzo nacional y a la cooperación internacional, teniendo en cuenta la organización y los recursos de cada país”.
 
Stéphane Hessel tuvo una larga militancia en contra del colonialismo, del fascismo y de la injusticia. Militó a favor de la independencia argelina y se indignó ante los crímenes sionistas en Palestina. Nonagenario, por sus años cronológicos, es un joven indignado ante un mundo que quiere destruir la esperanza. Tuve la dicha de escucharlo en una conferencia en enero de este año durante la reunión de las Alianzas Francesas en París. Ágil, convincente, conmovía a todo el auditorio. Tuve la extraña sensación de que estaba comenzando un nuevo tiempo histórico; que estaba presenciando a un hombre de esos que marcan un tiempo histórico. Me alegró leer y escuchar su retorno a aquellos que clamaron por indignarse ante la injusticia. En particular, recordé que hace apenas seis años en La Habana habíamos celebrado el centenario del natalicio de Jean Paul Sartre. En aquel momento, uno de los conferencistas decía que “Sartre ya no era la moda”. En París, se afirmaba “que Sartre era la pasión por el error”. En la conferencia que impartí entonces y que titulé “Sartre, lo que queda de él en mí” afirmé “no hay duda, el error forma parte del riesgo; el error es propio de quienes se encuentran en la avanzada del pensamiento y de la problemática social. No yerran quienes guardan sus naves en puerto seguro; tampoco quienes, calculándolo todo, hacen sus juicios a posteriori”; “Su pasión por la libertad, sus andanadas antidogmáticas, su marxismo humanista, la reafirmación del sujeto, su filosofía de la existencia, su pensamiento aleatorio en busca de la esperanza, su revelación del compromiso del intelectual, su fervor por la justicia social que lo llevó a la renuncia del Premio Nobel y a la poca estima de la Academia Francesa, su anticolonialismo y antirracismo, permiten asumir aquella idea de que es preferible equivocarse con Sartre que acertar con Raymond Aron”.
 
Hessel retoma a Sartre en la parte de Sartre que queda en él. Pero alegra ver de nuevo a Sartre, emerger del sepulcro en que, con demasiada rapidez, lo quisieron enterrar neoliberales y posmodernistas. En el 2006, concluía aquel trabajo sobre Sartre afirmando: “¿Acaso no hace apenas unos meses se incendiaron los barrios pobres de París?; ¿qué fue de los negros de la Louisiana cuando lo batieron un huracán tropical y otro neoliberal?; ¿dónde estuvo la voz capaz de levantarse para detener la matanza de Uganda?; ¿acaso, las buenas conciencias no han contemplado pusilánime frente a las pantallas de sus televisores el uso de la más alta tecnología hacia pueblos como Afganistán, Irak, Serbia, por solo citar los más escandalosos con el pretexto de derribar a un tirano? El pensamiento de Sartre, y se sabe muy bien, era contrario a esas buenas conciencias. Él estaría hoy, insolente, retador —si pudiera—, marchando por las calles de París y quién sabe por cuáles otras tronando furioso  no solo contra el crimen, no solo contra quienes lo cometen, sino contra esos buenos ciudadanos que duermen con la conciencia tranquila y que son quienes hacen posible que esas atrocidades sucedan”.
 
A Stéphane Hessel se debe el documento que llamó a indignarse, a tomar las calles y a clamar contra la injusticia; mucho más, se debe el grito de ¡indígnense! para preservar el planeta, salvar a la raza humana, conservar la condición humana y reivindicar los derechos verdaderos y elementales del hombre.
 
En 1989, durante los debates en torno al bicentenario de la Revolución Francesa, se lanzó el grito, de “se acabó la Revolución”. Según esta tesis, sería necesario reescribir la historia pero ahora negando el valor de esos procesos que cambiaron el mundo. Acompañaron a aquellos debates, un ambiente de época, algo ajeno al que respiran los jóvenes que hoy tienen menos de 25 años. Se lanzaron lemas tras los cuales numerosos tratados daban inicio a un nuevo modo de ver el mundo. Entre esos lemas estuvo el fin de la historia, el fin de la Ilustración, el fin de la Modernidad, el fin de la ética, la crisis de la educación y los sutiles cambios conceptuales que desviaban el pensamiento de objetivos trascendentes. En fin, la tesis de vivir por vivir; pensar en el hoy sin ayer y sin mañana. Apenas en un cuarto de siglo, una profunda crisis del sistema hegemonizado y mundial lleva a un nuevo modo de replantearse la realidad. Un despertar amargo acompaña a multitudes indignadas en las calles. Y el pequeño folleto de Stéphane Hessel llega a todos los corazones y a todos los cerebros porque dice lo que todos necesitan oír, por una razón o por la contraria. Quizá se acabó la inocencia de las buenas conciencias; quizá ha tocado a su fin la falsa certeza de que no hay alternativa. Al parecer, de nuevo, “un fantasma recorre Europa…”

domingo, 29 de abril de 2012

Declaración del Encuentro de Blogueros Cubanos en Revolución

 Matanzas, 27 y 28 de abril de 2012.

Con la participación de más de 60 blogueros en representación de todas las provincias del país, durante los días 27 y 28 de abril de 2012 se celebró en la Universidad de Matanzas “Camilo Cienfuegos” el Encuentro de Blogueros Cubanos en Revolución.
Durante dos intensas jornadas se cumplieron los objetivos principales del encuentro: compartir experiencias sobre el uso de los blogs en la era de la Web 2.0 y crear mecanismos horizontales de coordinación entre los distintos proyectos blogueros del país.
Con un espíritu de integración basado siempre en el respeto a las diferencias e individualidades de cada participante, logramos complementarnos sin caer en facilismos, dogmas o esquemas preconcebidos. Conseguimos así un marco de socialización que nos permitió salir de la ambigüedad y el anonimato que propicia Internet y coordinar estrategias de trabajo que articulen nuestros proyectos ante los desafíos que tenemos los blogueros cubanos. Nuestra mayor fortaleza es nuestra diversidad de miradas e intereses; somos un país.
En este sentido, los participantes reunidos en el encuentro y caracterizados por su diversidad y juventud -un promedio de 34 años de edad- consideraron necesario declarar que:
1. Los blogueros cubanos nos identificamos con una tradición de pensamiento revolucionario, forjada en la lucha de jóvenes como Mella, Villena, Guiteras y el Che, entre otros.
2. Los mecanismos de participación que hemos logrado, servirán para -desde nuestras individualidades, intereses particulares y visión crítica- defender y perfeccionar el socialismo cubano.
3. Respetamos y promovemos el pensamiento crítico, necesario y útil para preservar nuestra condición de revolucionarios, con la premisa de que no es posible ser revolucionario fuera de la Revolución.
4. Apostamos por el respeto a la diferencia y por el debate franco; la verdad siempre es revolucionaria.
5. Exigimos la liberación y el regreso a la Patria de los Cinco Héroes, presos injustamente en cárceles de los Estados Unidos. Nos comprometemos a divulgar -con la mayor frescura y originalidad posible-, los elementos del caso, y a propiciar que su verdad llegue a los pueblos del mundo, y con mayor énfasis al norteamericano. Cada uno de nosotros podríamos ser uno de los Cinco, la lucha por ellos es la lucha por nosotros mismos.
6. Hemos creado una lista de discusión (email) que enlace a los participantes del encuentro y al resto de los blogueros cubanos en Revolución que por diversas razones no pudieron asistir, para lograr un nivel de integración y coordinación mayor que el actual, que nos permita funcionar organizadamente, sin crear dependencias innecesarias. El listado de los integrantes se les enviará por correo electrónico. (blogazoxcuba@gmail.com)
7. Hemos articulado un blog que sirva de “autopista bloguera” donde confluyan los titulares compartidos en las bitácoras de los participantes del encuentro y otros que deseen ingresar (mediante los canales RSS), para de esta forma brindar un panorama en tiempo real de los contenidos compartidos por los blogueros cubanos en la web. Su expresión en la web es el blog blogazoxcuba.wordpress.com
8. Apoyamos la celebración sistemática de otros encuentros de blogueros cubanos y la potenciación de contactos con twiteros y otras comunidades de Web 2.0
9. En correspondencia con las posibilidades tecnológicas reales del país compartimos la paulatina incorporación de universitarios y jóvenes a la blogosfera cubana de forma genuina y natural.
10. Condenamos el bloqueo del gobierno norteamericano, que condiciona las dificultades de conectividad y el acceso a la tecnología de las infocomunicaciones a la Isla.
11. Solicitamos a los Organismos de la Administración Central del Estado, que reformulen las disposiciones en uso que limitan la conectividad y el acceso a la web de la Instituciones del país, en aras de una mayor presencia de los cubanos en el ciberespacio.
12. Ratificamos el concepto del insigne martiano cubano, Cintio Vitier: somos y seremos “un parlamento en una trinchera”.

Encuentro de emigrados en Washington: Patria


José Pertierra. Foto: Bill Hackwell
José Pertierra. Foto: Bill Hackwell
Palabras del abogado José Pertierra en el encuentro de emigrados cubanos celebrados en Washington DC, el 28 de abril de 2012.
Qué gusto estar en la patria. Y la llamo así no solamente porque este sagrado edificio que nosotros llamamos nuestra embajada -y los yankis llaman una “sección de intereses”–es territorio cubano. Más importante que eso, digo “Patria”, porque estoy rodeado de patriotas.
Patriotas que ahora residen lejos de la Isla: como mi amigo Mandy en Miami, Félíx en Chicago, Pancho en Denver, Raúl en San Juan, o Luisito en Washington.
También se encuentran entre nosotros, cumpliendo misión internacionalista aquí en nuestra embajada, patriotas como mis hermanos Jorge, Tomás, Patricia, Gretel, Robertico y la niña Yvette.
No los menciono a todos, porque no quiero tragarme un radio.
La patria, mis queridos hermanos, no está sostenida por un suelo, sino por un pueblo. Por los seres de carne y hueso que la aman y comparten un mundo particular de sentimientos, de recuerdos, de infancias, de olores, de sabores, y de respeto hacia los que han de conservar y engrandecer la memoria afectiva de un colectivo.
Bien sabemos nosotros que la patria no es un lugar donde se está, sino donde se vive. Nunca fue más cubano Heredia que cuando en 1824 le cantó al Niágara.
Nunca fue más cubano Martí que cuando en 1891 en un liceo en Tampa dijo: “¡Se dice cubano, y una dulzura como de suave hermandad se esparce por nuestras entrañas!”
Nunca fue más cubano Martínez Villena que cuando en 1930 desde Moscú le escribió a su querida Asela,
“Mi último dolor no es el de dejar la vida, sino dejarla de modo tan inútil para la Revolución… Hay que estudiar, hay que combatir alegremente por la Revolución, pase lo que pase, caiga quien caiga!”
Nunca fue más cubano Mella que cuando el 10 de enero de 1929 en México -herido mortalmente– respiró sus últimas palabras en los brazos de Tina Modotti: “Muero por la Revolución”.
La patria es la gente que respira patria. Donde quiera que estén. Los médicos internacionalistas cubanos trabajando para salvar vidas y combatir el cólera en Haití respiran patria. Los maestros internacionalistas cubanos combatiendo el analfabetismo en Bolivia respiran patria.
Los Cinco cubanos que arriesgaron sus vidas en Miami para defendernos del terrorismo respiran patria. A pesar de estar lejos del suelo cubano encarcelados en dispersas cárceles dentro de los Estados Unidos, viven y respiran patria. Juntos a Martí, Céspedes, Agramonte, Maceo, Mella y Camilo: son nuestros héroes. Nuestros hermanos.
Con su comportamiento desde sus oscuras y a veces heladas prisiones, estos Cinco Hermanos son ejemplos de cubanía. Nos hacen recordar las palabras de Bonifacio Byrne,
En el fondo de obscuras prisiones
no escuchó ni la queja más leve,
y sus huellas en otras regiones
son letreros de luz en la nieve…

Como cubanos que somos, tenemos el deber de defender a estos Cinco Hermanos. Sus caminos son nuestros letreros de luz en la nieve. Y son, también, nuestra patria.
Fueron condenados a largas e injustas sentencias por haberse atrevido a combatir el odio que rebosa en Miami. A protegernos del terrorismo que proviene desde Washington y Miami. Un terrorismo que le cobró la vida no solamente a miles de cubanos en Cuba, sino también:
A Carlos Múñiz Varela que hoy cumple 33 años de haber sido asesinado en San Juan a los 26 años de edad.
A Eulalio Negrín asesinado en Nueva York el 25 de noviembre de 1979.
A Félix García Rodríguez asesinado en Nueva York el 11 de septiembre de 1980.
A Crescencio Galañena Hernández y Jesús Cejas Arias asesinados en Buenos Aires el 9 de agosto de 1976.
A Orlando Letelier asesinado el 21 de septiembre de 1976, a pocas cuadras de aquí donde estamos reunidos en Washington.
A Fabio Di Celmo en el Hotel Copacabana en La Habana el 4 de septiembre de 1997.
Y no podemos olvidar del asesinato a sangre fría el 6 de octubre de 1976 de los 73 pasajeros a bordo CU-455 sobre las aguas de Barbados. 57 de esos pasajeros eran cubanos, incluyendo a 24 miembros del equipo juvenil de esgrima-ganadores de las medallas de oro, plata y bronce en los juegos Panamericanos en Caracas. Los que los vieron abordar la nave ese día cuentan que en sus pechos colgaban las medallas que habían ganado. Una de las víctimas en ese avión era una niñita de 9 años llamada Sabrina. Una de las dos bombas que los terroristas detonaron en el avión la descuartizó.
Los autores intelectuales de esos asesinatos gozan de una plena impunidad en los Estados Unidos. En vez de extraditar a Posada Carriles, Washington lo protege. El terrorista marcha libremente en Miami a favor de las Damas de Blanco y se reúne con algunos de los politiqueros miamenses como el Congresista David Rivera en los restaurantes de la saguecera para pedirle al supuesto exilio que “afilen sus machetes” contra Cuba.
Como dijo Martí, “por lo invisible de la vida corren magníficas leyes”. Estas leyes regulan nuestra conducta: en la paz, y especialmente en la guerra. Discrepancias políticas se debiesen combatir pacíficamente o (si es necesario) en el campo de honor. No con bombas en los hoteles y restaurantes. No atacando a civiles, a niños y a mujeres indefensas.
Podemos decir del terrorismo de Miami y de Washington durante las últimas cinco décadas lo que José de la Luz y Caballero afirmó acerca de la esclavitud en Cuba en el Siglo XIX: que es un problema ético, un pecado colectivo, un cáncer social.
Esta noche a las 6 de la tarde en (where else?) Miami una tal “Junta Patriótica Cubana” celebrará un homenaje al terrorista Orlando Bosch-cómplice de Posada Carriles en la voladura del avión cubano–con motivo de cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento.
No conozco a esa “Junta Patriótica” que quiere homenajear a un terrorista, pero les puedo afirmar que sobre la ausencia de ética, la insensibilidad colectiva y el vicio moral no se puede sustentar una idea de patria.
Nunca sentí yo tanto odio a mi alrededor que cuando me pasé cuatro meses y medio en El Paso, en el mismo hotel que Luis Posada Carriles, sus secuaces y su abogado Arturo Hernández, quien en ausencia de cubanía, insistía que lo llamaran Art Jernandes.
Sentí a mi alrededor un odio tan pero tan grande, que comprendí por primera vez qué mueve a un ser humano cuando se dispone a asesinar a otros cubanos, simplemente porque piensan diferente. Un odio que desafortunadamente han heredado muchos de los hijos de los cubanos que llegaron a Miami a principio de los 60. Una vez en el ascensor del hotel les dije, “Oigan, no soy yo el terrorista”.
El primer día que llegué a El Paso para el caso de Luis Posada Carriles, uno de sus seguidores-Sergio Díaz-vinculado a Alpha 66 me amenazó de muerte. Lo miré cuando me amenazó. Sus ojos chispeaban del odio que brotaba desde sus entrañas. Hice lo que aconsejan ante esas amenazas. Lo reporté al FBI y a los medios. Al otro día, un joven jornalero mexicano me reconoció mientras caminaba hacia la corte a dos cuadras del hotel.
“¿No es usted el cubano que los terroristas amenazaron aquí en El Paso anoche? Le respondí que sí. “Fíjese”, me dijo, “vivo con unos amigos no muy lejos de acá. Si quiere, puede hospedarse con nosotros”. Y añadió, “Nos gustaría ayudarlo. Queremos mucho a la Revolución cubana y al Presidente Chávez de Venezuela”. Le di las gracias, pero por principio decidir seguir en el mismo hotel.
Ese odio miamense nutre la solidaridad de los demás con nosotros y fortalece nuestra propia cubanía. Dondequiera que estemos. Nada hace más visible al bien que la maldad.
Fue un odio feroz a la Revolución lo que precipitó las condenas contra nuestros Cinco Hermanos en Miami. Fue ese odio el que impulsó a la jueza a sancionarlos a largas sentencias carcelarias por el simple hecho de tratar de protegernos de los terroristas; de unos traidores que los Estados Unidos inspiraron, armaron y desencadenaron contra Cuba. Unos terroristas que Washington viene protegiendo hace ya más de cincuenta años.
Pero por cada cubano que el odio miamense asesina nacen mil patriotas. Por cada ley injerencista norteamericana diseñada por Washington para apoderarse de Cuba, se fortalece el sentido de Patria cubana, que nos toca defender. Y nadie lo hará por nosotros, hermanos.
Nos toca defender a los Cinco. Nos toca, y asumimos esa defensa con honor y cubanía. Nos toca defender a Cuba ante los yankis y los pitiyankis en Miami que quieren convertir a nuestra nación en una colonia como Puerto Rico.
Que Washington nos escuche; que sepa que nosotros los cubanos que residimos en el exterior estamos orgullosos de nuestra cubanía; que tenemos un profundo sentido de Patria; que condenamos el bloqueo; que condenamos la política injerencista norteamericana. No es nada más que una moderna Enmienda Platt. Exigimos la inmediata suspensión del programa de “cambio de régimen” engendrado por George W. Bush y ahora continuado por Barack Obama.
Cuba no es de Washington, ni de Miami. Es de los cubanos que la defienden y la respiran.
No descansaremos hasta que liberen a nuestros Cinco Hermanos.

sábado, 28 de abril de 2012

Emigrados cubanos abogan por mejorar relaciones Cuba-EE.UU.




Integrantes del grupo Cuban American for Engagement (CAFE), exigieron la flexibilización de relaciones entre Washington y La Habana, y descalificaron a los legisladores de origen cubano en el Congreso de Estados Unidos.
Miembros del grupo de emigrados sostuvieron sendos encuentros en el Departamento de Estado y en las oficinas del Congreso, donde se pronunciaron a favor de políticas de mayor intercambio con Cuba, incluyendo el fin de las prohibiciones de viajar para todos los ciudadanos estadounidenses.
Los integrantes de CAFE reafirmaron ante las autoridades que esa comunidad de emigrados en este país no se siente representada por las posiciones de los cubanoamericanos que actualmente ostentan posiciones de senadores y congresistas en el Capitolio en Washington.
“Rechazamos explícitamente cualquier atribución ( de esos legisladores) a hablar por nuestra comunidad, refiriéndose a ella como un todo”, añadió el comunicado emitido por la agrupación.
Según el informe, en los encuentros con funcionarios de la diplomacia estadounidense y del Congreso , los miembros de CAFE recordaron que, de acuerdo a recientes sondeos, se aprecia un rechazo mayoritario a cualquier reversión de la flexibilización de viajes familiares y del contacto pueblo a pueblo, adoptados por la administración de de Barack Obama.
Durante el encuentro en el Departamento de Estado, CAFE reafirmó su oposición a cualquier política asentada en la Ley Helms-Burton, en lo cual aseguró coincidir con el sentir de la mayoría de los cubanos de la Isla y en la diáspora, y abogó por mantener los intercambios culturales entre ambas naciones.
Los emigrados cubanos también sostuvieron un encuentro con funcionarios de la sección de Intereses de Cuba en Estados Unidos.
El grupo CAFE está integrado por emigrados cubanos asentados en los estados de Florida, Illinois, Colorado, Massachusetts, New York, Virginia y Kentucky, y cuenta con el respaldo del Grupo de Trabajo Latinoamericano (LAWG según sus siglas en inglés) y de las Oficina Latinoamericana de Washington (WOLA).
Figuraron entre el grupo de activistas, el académico Arturo López-Levy y el doctor en física espacial Eduardo Araújo, de Colorado; el publicista Alejandro Barreras, de Florida; el analista financiero Andrés Ruiz y la doctora Romy Aranguiz, de Massachussets.
Estuvieron además, la activista política Ondine Quinn, de Kentucky; la doctora en lengua y literatura María Isabel Alfonso y el músico Benjamin Willis, de New York, y el empresario Ernesto Cabo, de Virginia.

viernes, 27 de abril de 2012

Venezuela: La nueva hora

(Publicado por aucalatinoamericano)


Por Froilán González y Adys Cupull

El 25 de marzo de 1903 nació Julio Antonio Mella en la Ciudad deLa Habana, líder estudiantil y fundador dela Federaciónde Estudiantes Universitarios y del Primer Partido Comunista de Cuba. No había cumplido los 26 años cuando el 10 de enero de 1929 sicarios contratados por el dictador cubano Gerardo Machado lo asesinaron en la ciudad de México donde se encontraba exiliado.

En sus artículos, crónicas y comentarios se comprueba que fue un estudioso de José Martí y Simón Bolívar, defensor y continuador de sus ideas anticolonialistas e antiimperialistas.

Recordar su nacimiento evocando fragmentos de sus escritos sobre El Libertador es una forma de rendirle homenaje. En las cuarenta y siete crónicas íntimas que escribió en 1920 durante su primer viaje a México, se refirió a la necesaria unidad de los pueblos de América Latina, era su anhelo, verlos libres y unidos. Condenó la injusta expansión e injerencia de los Estados Unidos en los pueblos de Latinoamérica y El Caribe.

En ocasión de la Conferencia Panamericanarealizada en Santiago de Chile en 1923 anotó: “Bolívar se encontró no vamos a decir frente a Washington, los soldados de la Libertad siempre son hermanos, se encontró frente a Rockefeller, y el triunfo no había que dudarlo, fue del genio de América.

“Otras veces el yankee había podido hacer sentir su hegemonía bárbara sobre los pueblos de la América Latina, en que entonces imperaba el caciquismo y la codicia de los mercaderes del gobierno; pero cuando todas las naciones se unieron en el ideal grandioso del Libertador, entonces el filibusterismo que inició Roosevelt … tenía que salir derrotado.

[...]

“El yankee es poderoso; no debemos rebelarnos inútilmente, pero sí podemos protestar, escudados en nuestro derecho, de la violación de nuestra dignidad de pueblo soberano, no porque la protesta sea oída por lo que tiene de justa, los oídos de los mercaderes sólo perciben el ruido del oro, la eficacia de nuestra protesta estriba en que esos mismos mercaderes saben que la América virgen que anhelan para desarrollar su genio activo y emprendedor, llegará a odiarlos y a huirles, ante la repetición de los asesinatos de Haití, y Santo Domingo, ante las imposiciones vergonzosas al gobierno de nuestra nación, ante el estrangulamiento de la Federación Centro Americana y los robos de repúblicas, terrenos y petróleo que convierte al país que gobernara Lincoln en una vulgar Isla de las Tortugas, guarida de piratas [...]

“El ideal de Bolívar debe ser nuestra aspiración, el de Monroe es nuestra muerte.

“Los pueblos débiles de la América tenemos que escoger, entre caer en el seno de la gran constelación (?) del Norte atraídos e hipnotizados por su grandeza, o fusionémonos como pequeños asteroides en un nuevo Congreso de Panamá. Esta fusión no tiene que ser política y definitiva, como aspiraba el Libertador; nuestro atraso lo impide; pero mientras más unidos estemos los pueblos débiles del Continente, aunque sólo sea espiritualmente, más difícil le será al Corsario Rubio saquearnos y matarnos… “(1)

En un editorial de Juventud, correspondiente a noviembre y diciembre de 1923, escribió: “[...] vivimos una hora interesantísima en la historia de la humanidad, que hay una completa renovación de valores, que la historia espera nuevos Mirabeau, nuevos Dantón, nuevos Martí, nuevos Bolívar, que realicen nuevos ideales ya pensados y resueltos en las conciencias humanas por los precursores de la nueva era.

“Hay necesidad intensa de apóstoles, de héroes, de mártires para el triunfo de la causa, y esos apóstoles, héroes y mártires, están en la juventud universitaria de nuestra América.[...]

“El corcel de la batalla espera enjaezado, partamos, no miremos hacía atrás; al arcaico y estéril “Todo tiempo pasado fue mejor”, ha sustituido el “Todo tiempo futuro tiene que ser mejor”, demostración efectiva de acción, de lucha; no hemos cambiado el sueño en el pasado por el sueño en el futuro, sino la lucha en el presente para hacer el futuro mejor…” (2)

El 23 de agosto de 1924, acotó: “Como resumen para nuestro problema internacional, no vemos por ahora más solución que el estrechar los lazos con todos los soñadores idealistas dela Américaunida y justa, para luchar por la realización del viejo ideal de Bolívar adaptado al momento. Intelectuales honrados, estudiantes libres y obreros conscientes son los llamados a ejecutar estas ideas.

“La unión batalladora de esos elementos dentro de cada país, y su solidaridad por encima de las fronteras, es lo único que puede impedir, en parte, la continua venta de las nacionalidades por los gobiernos de América Latina, auxiliados por una opinión pública corrompida o aletargada, y por los capitalistas, periodistas y burócratas interesados.” (3)

El 23 de noviembre de 1924 indicó: “[...] La unión latinoamericana, que soñó Bolívar, fue hasta hoy utópica por la desconexión ideológica, espiritual de nuestra raza. Armonizándonos en una aspiración común de ideas, de progreso, de ideales, las repúblicas latinas de nuestro Continente responderán a una actitud compuesta y defensiva. Hasta hoy la política absorbente de Norteamérica fertilizó en nuestro suelo por la ignorancia y por la desorientación de los espíritus. La revolución universitaria despertará las almas. Y de la conmoción que a ese despertar sucede, surgirá, fúlgido como un sol, el porvenir de nuestra América.”(4)

El primero de mayo de 1925 escribió en Venezuela Libre: “Todos deben cooperar en la medida de sus entusiasmos a la renovación de la América en esta hora, que al decir justo de muchos es la hora más importante de su historia. Hay que luchar por crear nuevos Bolívar y nuevos Sucre, y nuevos Martí, porque los pueblos de la América necesitan otra vez de sus Carabobo, de sus Ayacucho, y de la obra gigantesca, aunque anónima, de las emigraciones revolucionarias.”(5)

En un artículo publicado en diciembre de 1926 escribió: “(…) La principal característica del revolucionario es su comprensión absoluta y su identificación total con la causa que defiende. Las ideas que abrazan se convierten en dinamos generadores de una energía social. Los ignorantes acostumbran a calificarlos de “fanáticos” por esta razón. Los reaccionarios, llevados por el odio y el temor, sí colman de insultos al REVOLUCIONARIO.”(6)

Desde los primeros meses de 1926, Mella trabajó en la redacción y administración de El Libertador, órgano oficial de todas las secciones de la Liga Antiimperialista de las Américas, escogido para rendir homenaje a Simón Bolívar.

El joven cubano laboraba junto al venezolano Salvador de La Plaza cuya descendencia proviene del árbol genealógico de Simón Bolívar. Mella y Salvador llegaron a ser los principales redactores del periódico, acompañados de destacados artistas mexicanos que contribuyeron con las ilustraciones, entre ellos Diego Rivera. Tanto en Cuba como en México fue escenario y tribuna donde destacó las ideas de Bolívar y Martí.

1.-Instituto de Historia del Movimiento Comunista yla Revolución Socialistade Cuba. pp. 59-60

2.- Ibídem. pp. 78-79

3.-Ibídem. pp 108-109

4.-Ibídem. p.137

5.- Ibídem. p. 188

6.-Ibídem. p. 265

jueves, 26 de abril de 2012

El exilio, la emigración y la hoja de parra

Por Luis Sexto

Lo exigen los lexicógrafos: los diccionarios de la lengua deben definir las palabras con limpieza, de modo que el significado aparezca incontaminado de ideología o de intereses políticos. Porque si la entrada del término pobreza se definiera desde su sentido evangélico, no habría por qué organizar rebeliones populares, ni indignarse por las carencias o el costo de la vida. Y los ricos vendrían a ser como la expresión colateral de un lujo que solo pondría en evidencia la bienaventuranza moral de los pobres.

Entrando en lo particular, emigración y exilio son objeto de distorsión. En el lenguaje manipulado principalmente desde los Estados Unidos sobre ese conglomerado que también llaman impropiamente diáspora cubana, emigrado es sinónimo de exiliado. Cualquier diccionario establece la diferencia. El exilio es la salida del país por razones políticas, es decir, quien se exilia esquiva un probable castigo por su oposición, o por sus crímenes políticos. El emigrado, en cambio, se va de su patria buscando en otros ambientes la oportunidad de índole económica que tal vez no halle en su país por cualquier razón, incluso indirectamente política. Y existe el emigrante por vocación andariega, o por irreflexivo deseo de estar en otro sitio. Sin embargo, ninguno lleva la revancha en su equipaje. Por tanto, a todos los cubanos que residen en el extranjero no se les puede calificar de exiliados. Ni tampoco hablar de diáspora cubana. Con este término se alude semánticamente a la dispersión de un pueblo fuera de su territorio. Pero si andan por diversos rumbos dos millones de cubanos, en Cuba radican 12 millones. ¿De qué diáspora hablamos? Hasta dónde seguirán estirando el idioma los propagandistas, que no ideólogos, de la derecha antisocialista cuyas barracas climatizadas se levantan en Miami.

El tema recurre. Es tan actual como la hora del reloj de cualquier oficinista. Cuba ha anunciado, de acuerdo con declaraciones de Ricardo Alarcón, una “radical y profunda reforma migratoria”. Algunos exiliados, que ahora se clasifican a si mismos de históricos, intentan aprovecharse de la urgente e inaplazable solución de los conflictos migratorios de miles de personas ansiosas por salir sin condiciones ni límites, y poder regresar, aunque sea de visita, sin que lo tachen de extraños. Y quieren ciertos exiliados, además, estar a tiempo en la apertura económica que propone el proyecto de modernización o renovación del llamado modelo socialista centralizado, para – y hasta hoy no han podido convencerme de lo contrario-, pretender mover el norte magnético de la brújula revolucionaria hacia el norte geográfico. ¿Es éticamente justo suponer intenciones negativas en quienes dicen ofrecerse con buena voluntad? ¿Pero no es acaso políticamente ingenuo suponer intenciones solidarias en un exilio, sea histórico o sea histérico, de acuerdo con una reciente y chispeante denominación, que no ha renunciado a su esencia, porque no ha modificado ni nombre ni actitud?

La intención suprema del exilio es volver. Volver por lo que todavía los exilados consideran suyo. Esa característica la teoriza el ensayista español Gregorio Marañón en un libro hoy viejo, y extraviado entre mis rincones domésticos, pero con ideas vigentes como esta: el exilio es la fuga o un viaje que ya en la ida aspira a regresar por lo que ha perdido. El emigrante, en cambio, carece de esa retrospectiva. Nada ha perdido, o nada tiene, y parte hacia el extranjero para encontrarlo.

Conviene a cubanos de dentro como del exterior saber las diferencias entre exilio y emigración. Nadie que se clasifique por boca propia o ajena como parte del exilio, podrá participar en una concertación entre la emigración y la nación. Aún el exilio calienta su retorno posesivo. No importa los calificativos que se asigne. Mientras la conducta del exiliado indique o resuma una actitud de oposición al socialismo como aspiración, y entre este y el capitalismo confiesen gustar más del último, no parecerá políticamente atinado compartir espacios. Y a quienes prefieran el capitalismo por eficiente, pero esencialmente injusto al mantener cuatro mil millones de personas por debajo del nivel de pobreza en el planeta, y rechacen el socialismo imperfecto, pero perfectible en su vocación justicia y en su obra de legitimización económica, es atinado preguntarles si podrán pretender de buena fe la cooperación con su país de origen, empeñado en el mejoramiento de un socialismo distinto al fracasado. ¿Podremos reconciliarnos suponiendo que al exilio, por voluntad y significado, no le interesa la reconciliación para convivir, sino para intentar conquistar su “tierra prometida”?

Al parecer, tendrán que continuar esperando a que los Estados Unidos, el país donde se albergan mayoritariamente y a muchos paga, cumpla el compromiso de devolverles la bandera en una Cuba libre. Libre como la entiende Washington y el exilio. Libre, es decir, norteamericanizada, e iluminando a las principales ciudades cubanas con la luz de neón de las empresas de los Estados Unidos o de un sector de los cubanoamericanos que, como se ha probado, son menos lo primero y más lo segundo. Y en última instancia son herederos del buen vivir del burgués criollo en la Cuba de antes de la revolución.

Si Cuba derivara hacia el capitalismo, como algunos criterios de la izquierda prevén como inevitable, al menos a mí, si debo afrontar ese final, lo preferiría sin depender de los Estados Unidos. ¿Será posible? Por ello, la reconciliación con el exilio, por minoritario que sea, solo beneficiará a la parte más poderosa: la que influye en el Congreso de la Unión y promueve representantes y senadores que se expresan en un español yanquizado. El gobierno cubano y la Cuba de adentro tendrán que conciliarse, según mi manera de juzgar, con la emigración. Esto es, aprobar reglas migratorias que concilien los intereses nacionales con los deseos y necesidades de los verdaderos emigrados. Y esa política migratoria tendrá que establecerse, aunque Washington continúe con su Ley de ajuste, y sus pies secos o mojados, estimulando el viaje contra la corriente de la legalidad y llamando “refugiados” a los emigrantes. En Miami, una encuesta reciente difundida por EFE hace varios meses, reveló que el 44 por ciento de los entrevistados “apoya el fin del bloqueo económico y el 80 lo considera disfuncional; alrededor del 75 respalda las ventas de medicinas y alimentos; un 57 los viajes sin restricciones y el 61 se opone a cualquier ley que restrinja esta posibilidad, lo que indica el desfase de la extrema derecha, respecto a los criterios de la mayoría de la población, ya que un 58 por ciento defiende el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países”.

Con tantos cubanos de origen expresándose en contra de las confabulaciones predominantes en Miami, ciudad del primer mundo colmada de emigrados, pero gobernada por cada vez menos exiliados del Tercero, ya parece que se confirma, por esta vez, la diferencia lexicográfica y política entre emigración y exilio.

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Alejandro Gutiérrez: Nuestro público natural está de este lado

Por: Antonio López Sánchez.

En visita familiar, sin intenciones de apariciones públicas, aunque siempre “enmoñado” por amigos, colegas y algunas canturías, Alejandro Gutiérrez estuvo de paso por la Isla. Integrante de ese grupo creativo llamado Habana Abierta, su regreso a Cuba después de ocho años de ausencia era una magnífica oportunidad para dialogar sobre diversos tópicos. Gracias a las gestiones del inefable amigo Villa, y en un paréntesis entre grabar en la televisión el programa Entre manos del Canal Habana y una invitación al espacio La Utopía, logramos sentarnos a conversar.

Las veleidades actuales del mercado musical, las memorias sobre aquel ya mítico concierto en el Salón Rosado de La Tropical, más algunas visiones, anécdotas y planes, fueron algunas de las varias sendas que recorrimos en el diálogo. Como siempre, y es bueno que así ocurra, pueden tomarse en acuerdo o no algunas de sus ideas. Nadie tiene verdades absolutas e infalibles, pero es válido tenerlas todas en cuenta para armar la más parecida a la realidad. Por ende, escuchar las opiniones de un creador que trabaja en condiciones muy diferentes a las nuestras, y con raíces compartidas —según afirma— resulta sin dudas un buen ejercicio de ampliación de las perspectivas.

MÚSICA Y MERCADO: ¿LA PAREJA MAL LLEVADA?

Ya se sabe por estos lares que los Habana Abierta andaba en los trajines de su nueva grabación titulada Uno, dos, tres, cuatro, por ahora colgada en la red para su comercialización. Un tema interesante entonces sería saber de primera mano cómo andan los amores entre la música de estos creadores y el siempre veleidoso mercado.

“Mira, es muy difícil moverse, porque nuestro público natural está aquí en Cuba, y potencialmente en Latinoamérica. En España tenemos nuestro pequeño público. Pero por más que se sacuda todo, la vida nos ha demostrado que es aquí donde está el café de nosotros. La crisis, ya sabes por dónde primero hace el corte. Allá o dónde sea. Desde hace unos años se veía venir la crisis, porque ya se manejaban criterios extra musicales desde el punto de vista y las acciones de los encargados de mover la música, la cultura, el negocio. Eso hacía un rato que ya estaba por otro camino. Y ahora mismo casi no existe.

“En España, que es lo que conozco, hay figuras, te puedo hablar de Estopa, de Alejandro Sanz, el mismísimo David Bisbal, que quizás son gente que no están tan cerca de nuestra movida, pero para dar una idea. Son gente rankeada y todos están bajando la parada. Una gira ya no va con una banda, va con dos guitarras. Malú, una cantante que hacía su gira con veinte músicos, ahora va con seis. Si en vivo la cosa está apretada, imagínate cómo es lo de grabar y editar un disco y qué preferencias serán las que determinen. Más, si sabes que el afán de quien te edita es absolutamente recaudatorio. Invierten sólo si saben que tienen una ganancia segura. Y ahora mismo, nada está asegurado. De modo que olvidemos el mercado que además está en el medio de una transformación de un sistema que ya está obsoleto.

“Nosotros, ante esa realidad, la única vía que nos queda es el autofinanciarte tu proyecto; promoverlo por tus medios. Y sobre todo, regresar al espacio natural de nosotros, que es de este lado. Mira, según me he ido informando, es increíble como en Latinoamérica la crisis no ha llegado del mismo modo que en Europa. Debe ser porque hemos estado en crisis siempre y ahora no se nota. De todas maneras, hay ciertos crecimientos económicos que no estás pasando en otro lado. Y por supuesto, eso influye en la promoción de la música”.

ABIERTA HABANA TROPICAL

A pesar de la distancia en años, aquella serie de conciertos de Habana Abierta todavía mantiene gratas memorias entre los seguidores de su música. Desde los escenarios del Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes, la Casa de las Américas, entre otras sedes, se saltó a repletar el Salón Rosado de La Tropical, habitual cuartel general de la música popular bailable. Ocho años después, uno de sus protagonistas evoca aquel momento.

“Fue un evento que marcó. Hay un antes y un después en la carrera de nosotros, en la memoria de nosotros, en los corazones de nosotros luego de ese viaje. Después de tantos años eso fue el rencuentro con el país, con tu cultura, tu gente. Nosotros, que salimos medio escondidos, sin que nos conocieran. Quizás Vanito (Ihosvany Caballero) y yo no tanto, porque ya teníamos un disco. Por cierto, sobre ese disco elucubramos hacer una especie de presentación de Lucha Almada. Lanzar esa grabación y hacer al menos un concierto con esas canciones.

“Pero volviendo al tema. Ese concierto nos dio alas, nos dio veinte mil voltios de energías y de fuerzas cuando regresamos allá. A un nivel práctico se hizo el documental. Eso trajo trabajo, trajo la atención de cierta gente que no conocían nuestra historia y nuestra música. Por ejemplo, el disco Boomerang, la continuidad de la carrera, de las obras y del proyecto Habana Abierta, tuvo que ver mucho con el rebote, la repercusión de toda esa gira por aquí.

“En el aspecto existencial, de bomba del asunto, pues imagínate. Un fuerza, una carga muy positiva… Lo que pasó, eso no se lo podía imaginar nadie. Sí ocurrió de manera natural. Si algo puedo decir de ese asunto, quizás no en detrimento, pero bueno… es que hasta nos descuidamos un poco en el aspecto técnico, en ciertos detalles, de ese último concierto. Nos concentramos en otra cosa, pues en verdad no veníamos a hacer conciertos individuales. El más importante era ese en colectivo, en La Tropical. Pero fue pasando, la vida nos condujo, todos fuimos al concierto de los otros y se fue tejiendo ese enganche y al final el último fue el más explosivo. Cada cual presentó su proyecto individual y al final se creó esa magia.

“Si pudiéramos repetirlo sería duro, porque habría que superar, pasar por encima del recuerdo que quedó, pero también sería bueno tratar de emular con esa presentación anterior. Habría que pasar por encima de todo eso, concentrarnos en un concierto gordo, serio, y preparar pequeños conciertos individuales. Por ejemplo, lograr que la gente se interese más en el trabajo de un Medina (José Luis), que tiene una obra maravillosa, riquísima. Y presentar temas míos, del mismo Barbería (Luis Alberto), de Vanito… en fin”.

ATENCIÓN, RESPETABLE PÚBLICO, QUÉ VOLÁ Y OLÉ

Para los artistas cubanos, residentes en otro país, más si hacen la música que hace Habana Abierta, queda siempre un destinatario un tanto dividido. Sobre las diferencias entre públicos, sobre la recepción de un trabajo musical que se hace fuera de la Isla, con entornos de allá, pero con raíces de aquí, también Alejandro nos dejó sus opiniones.

“Cuando llegamos a Madrid, se da un fenómeno que ahora se ha perdido un poco: era el período en que tocaba Cuba de moda. Era el 98, estaba el Centenario para ellos, te imaginarás, muy importante. Y tocaba una focalización de todo el tema cubano, un traer a flote la cultura cubana, toda una campaña. Los cubanos les hacemos tilín a ellos, hay que reconocerlo. Hueles a cubano y allá enseguida la gente es propensa a abrirse. Pero aquellos eran los tiempos en que hablar de Cuba era hablar de salsa, de la Vieja Trova, de Compay Segundo, Eliades Ochoa, y nuestra propuesta no tenía nada que ver con eso. Fuimos una especie de punta de lanza que rompió el esquema, para constatar que los tiempos habían cambiado y había otras propuestas.

“En los festivales donde estuvimos, todo funcionó de maravilla, súper bien recibidos, de verdad. Sin embargo, increíble. Disfrutabas en vivo, pero a la hora de comprar los discos, no era la misma respuesta. Ya procesaste el concierto, estás en tu casa, te gustó y todo, pero no ibas a comprar el disco. Las estadísticas de las ventas de las discográficas no estaban entonces a la misma altura. Vendíamos mucho en Galicia, en Andalucía, en Canarias; en otros sitios, no funcionaba así, según los catálogos… Para que veas como la historia juega su papel también, esos son los polos con mayor cercanía a Cuba, desde la colonia hasta hoy.

“Pero eso lo que viene a demostrar, de nuevo insisto, es que nuestro mercado natural, los que nos hicieron a nosotros, los universitarios que nos ponían en las fiestas y se pasaban nuestra música de mano en mano, nuestro público natural, está de este lado”.

EN TORNO AL ENTORNO

Por supuesto que esos choques se estiran entonces más allá del público. Si entre los receptores son notables las diferencias, ese proceso entonces debe calar también en los creadores. Entonces, ¿el entorno lejano, puede desarraigar a un artista, desvirtuarle las raíces, o sencillamente lo alimenta de nuevos ingredientes y le brinda otros matices? Escuchemos lo que opina al respecto este músico cubano.

“La influencia externa está presente y mucho; te puedo hablar del hecho de vivir afuera, de hacer música cubana, pero fuera de Cuba. Te alimentas de lo que tienes a tu alrededor. En el caso nuestro, si escuchas lo que hacemos, hay matices en temas, en sonidos, en algún acorde medio flamencorro, en algo de un ritmo ska medio por ahí metido, en un poco del funky que se hace allá… Es música cubana, pero música cubana hecha allá. Lo que no creo que la haga dejar de ser cubana. Quizás, la nuestra no es como la como la que pueden hacer otros creadores, con todo derecho pero bueno, puede que más orientados a Francia, que puede tener una visión más internacional, universal, no lo niego, pero todo en una onda muy piano, muy afrancesada, muy suave. Con otros matices. En España son más bulliciosos. Nuestro trabajo, en esos matices cubanos te digo, está más dirigido a una timba, con más caña, más fuerza, y que tiene más que ver con nosotros. Fuimos a buscar ese sonido más duro porque lo pedía el cuerpo, el del público y el nuestro.

“Allá hay todo un disfrute de la música tradicional cubana, tienen una memoria con todo un cancionero nuestro, el mismo que podría cantar cualquiera acá con sus padres. Mira, una película como Habana Blues tuvo otra trascendencia, fue un fenómeno interesante. Se enteraron de que en Cuba había también rock, rap, pop. Se enteraron, les llegó todo eso y cantaban las canciones de X Alfonso. Así se rompe también esa memoria que tienen de nosotros, ese recuerdo, que no es malo, pero es viejo.

“A propósito, en esto de la lejanía y el desarraigo, quiero decir algo. He visto por ahí algunos trabajos en la prensa, la cubana quiero decir, hablando de Habana Abierta, que me han herido. Porque han sido injustos, desinformados, de un nivel hasta alevoso. No creo que se deba hablar de desarraigo en el caso nuestro. Hay que oír nada más la música que hacemos. Yo mismo, no tengo ni acento y llevo quince años viviendo fuera de mi país. Pero ahora conozco muchas veces más de literatura, de música cubana, de lo que es Cuba, de nuestra historia, que cuando salí de aquí. Así que, al que le sirva el sayo…”

SEGUIR VENDIÉNDOLO TODO

Dentro de su generación, en el momento de ir a residir fuera del país, Alejandro y Vanito, acompañados de la banda Lucha Almada, contaban con el registro fonográfico Vendiéndolo todo, de Bis Music. Una grabación que resulta casi un incunable en nuestros días, pues en verdad anticipa de algún modo la historia musical que vendría luego. Por entonces, sólo el trío Superávit, (Raúl Ciro, Carlos Santos y Alejandro Frómeta) había accedido a los estudios y legaban el compacto Verde melón. Así pues, valía tocar el tema de la experiencia que resultó en aquel momento grabar el álbum.

“Si algo nos quedó pendiente, fue la insatisfacción de alguna manera de no haber podido defender más ese disco. De hacerle un lanzamiento, un concierto, como era, en el momento en que estaba caliente aquello. Qué pasa, que nosotros salimos a Ecuador, casi recién grabado el disco, y de ahí se alargó todo, nos fuimos a trabajar a España y no volvimos más en mucho tiempo. Ocho años después. El disco se quedó como solo. Aunque no creo que se pusiera viejo. En la inmadurez de aquella época no supimos apreciar lo que significaba tener una grabación, que fue de los primeros discos de nuestra generación.

“Lo oigo como una maqueta hecha con mucho sentimiento, con mucha bomba, y muy claro en muchos aspectos de lo que se nos avecinaba, musicalmente y en contenidos. Ahí están “Vendiéndolo todo”, o “Luz (y no son los 70)” de Vanito, que sus contenidos no se han puesto viejos, por desgracia.

“Ahora le hubiera cambiado nada más que un par de aspectos tecnológicos. Pero creo que hubiera hecho lo mismo. Hicimos lo que quisimos, pusimos los temas que quisimos. El apoyo de Bis Music fue magnífico”.

TIRA TU CABLE A LA TROVA

En diálogos que de vez en cuando regresan y atizan o apagan debates, sigue un tanto vigente la pertenencia a ese modo creativo que es la trova. Alejandro Gutiérrez aporta sus criterios sobre el particular.

“Si te soy sincero yo empecé a tocar en serio la guitarra con canciones de Silvio (Rodríguez), de Pablo (Milanés), de Carlitos (Varela) o de Gerardo (Alfonso). Sin embargo, cuando apareció Fito (Páez), cuando escuché a Charly García, a (Luis Alberto) Spinetta, era otro mundo, tenían un lírica impresionante, y a la vez una banda detrás que sonaba con todo. Yo creo que ni los argentinos saben eso. Honor a quien honor merece, aunque Fito sí lo debe saber, porque ha estado aquí y bueno, lo hemos hablado alguna que otra vez. Cuando llegó aquí rompió esquemas, rompió un poco esas etiquetas, esa percepción del asunto. Somos muy deudores de ese rock argentino, en una gran medida. Igual, después lo cogimos y lo agarramos para nosotros y se la aplicamos con lo nuestro. Pero creo que no había nada más sólido, con más identidad en los años 80 y que ya venía desde los años de la dictadura, que se hicieron fuertes, que el rock nacional argentino. No sé si ellos tienen claro la repercusión, los aportes de toda esa música en Cuba.

“Sinceramente, cuando sales de tu órbita, esa etiqueta sirve para el mercado, para que las personas te pueden ubicar, pero no es esencial. Tú eres un tipo que cantas tus canciones. Igual no todo el que agarra una guitarra y se para ahí en escena es un trovador. Cuando sales al mundo la gente te ve, escucha tu proyección. Nosotros somos libres, nos sentimos libres de ese concepto. Ahora, sí tengo un vínculo muy estrecho, sentimental, estético, con todo lo que aconteció, ayer y ahora mismo. Desde los más inmediatos hasta Sindo Garay o Pepe Sánchez. Entonces te das cuenta que eso no para, sigue más y más. Hay reguetón en todas partes, eso pasa en todo el mundo y no sólo aquí; estamos contaminados. Pero esa línea de cantar, esas canciones desde las de ayer hasta las de ahora, se mantienen, están vivas, están ahí. Aquí he visto chamacos haciendo canciones que impresionan. Muy buenas. Esa rueda no se para nunca.

miércoles, 25 de abril de 2012

Sobre la historia y la leyenda de los médicos cubanos en Miami


Por Edmundo García

El pasado sábado 21 de abril el Primer Vicepresidente cubano José Ramón Machado Ventura reconoció el trabajo de los médicos graduados en Cuba hace cincuenta años en circunstancias muy especiales; se trata de los llamados “Alumnos del Centenario” o “Médicos de la Revolución”, que el 21 de abril de 1962 empezaron a cubrir las necesidades de la salud en un país en que quedaban pocos galenos. Respecto al número de médicos con que contó la revolución en un inicio, el propio Comandante en Jefe Fidel Castro dijo en un discurso en Santiago de Cuba el 27 de julio de 1983: “Nosotros teníamos 6 000 médicos al triunfo de la Revolución, se fueron 3 000. Con los 3 000 que nos quedaron y con los que hemos formado hemos logrado estos resultados”. La política de sistemático robo de profesionales de la medicina a Cuba había comenzado con el mismo triunfo revolucionario y se mantiene hasta nuestros días, donde ha adquirido hasta una engañosa apariencia “legal”. Como recordó el Viceministro de Salud Pública de Cuba Dr. Luis Estruch en el mismo encuentro, unos 400 médicos de aquella promoción de 1962 permanecieron en Cuba todos estos años ejerciendo su profesión con honestidad, alto nivel científico y convirtiéndose ellos mismos, a través de la docencia, en formadores de otros médicos.

El deseo de reinstaurar el régimen derrotado condujo a un hostigamiento general que también abarcó el terreno médico, no dejando otra alternativa a la revolución que defenderse en dicha esfera, por lo que en los meses de septiembre y octubre de 1960 se produjeron nacionalizaciones de laboratorios farmacéuticos norteamericanos en Cuba y las mayores “boticas”, lo que provocó una intensificación de las restricciones del intercambio médico con la naciente revolución. El gobierno empezó a desarrollar entonces en el marco del naciente estado la producción de medicamentos y la formación de profesionales. Instituciones no directamente vinculadas con este tipo de servicio tuvieron que asumir tareas en este campo, como sucedió con el Instituto Nacional de la Reforma Agraria, el Ministerio de Industrias, el Ministerio de Comercio Interior y el Ministerio de Comercio Exterior, que creó por entonces la empresa MEDICUBA. Estamos hablando de una época muy temprana; tan temprana como agosto de 1961, cuando se promulga la Ley No. 959 que nombra al Ministerio de Salud Pública como rector del sistema médico cubano. Esa es la historia, o parte de ella, que muestra que la socialización de la medicina cubana no obedeció a un deseo infundado de centralizar sino a unas necesidades muy concretas donde lo social y lo político tuvieron un peso importante. Se sabe hoy, a través de documentos desclasificados, que el Consejo de Seguridad Nacional del Presidente Kennedy le aconsejó ahogar a Cuba por hambre, necesidades y enfermedades que llevaran a un malestar que justificara acciones mayores, lo que incluía planes para el deterioro de sus servicios de salud.

A pesar de la juventud de la revolución y de todas las dificultades por las que atravesaba, en esa primera etapa se sitúan también los primeros gestos solidarios con otros países más necesitados o aquejados por una emergencia. En 1960 Cuba envió colaboración médica a Chile cuando le afectó un devastador terremoto, ayuda que luego repitió en 1971 ante catástrofe similar; además a Honduras y Nicaragua cuando padecieron severos ciclones. Desde principios de los años 60 Cuba llevó servicios médicos a Argelia, Mali, Congo, Guinea y Vietnam. Y de esa época temprana datan también los intentos de intereses políticos por calumniar y malograr la labor humanitaria cubana. Cuba fue por demás el primer país que tras los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 brindó a Estados Unidos ayuda médica, y que tras el paso del huracán Katrina ofreció el envío de brigadas de ayuda, plasma y hospitales de campaña a la zona de desastre; que Estados Unidos rechazó. Es una larga historia que conecta con las actuales calumnias propagandísticas contra las misiones médicas cubanas; uno de cuyos más bochornosos capítulos se refiere a la constante incitación a los galenos cubanos para que deserten de sus tareas en los más de 77 países donde trabajan 37 mil profesionales de la salud, facilitándoles material y legalmente la fuga, y nublando su juicio con falsas leyendas sobre el mundo idílico que les esperaría en una suerte de “grandes ligas” de la medicina norteamericana. La misma prensa manipulada y manipuladora de siempre, se presta para divulgar estos planes.

El 16 de enero del 2011 Joel Millman publicó un artículo en el periódico “The Wall Street Journal” donde revela la facilidad con que un médico cubano que colabora en el exterior puede solicitar la ayuda de una Embajada norteamericana para desertar de su misión. No importa los pacientes que deje de atender aún en medio de un tratamiento, ni la sobrecarga de su equipo por las tareas abandonadas. Cuenta el periodista Joel Millman el caso de un médico desertor que le bastó con entrar a un café internet en Gambia, llamar a la Embajada de EEUU en ese país y simplemente decir: “Soy un doctor cubano que quiere ir a Estados Unidos. ¿Cuándo nos podemos ver?” Al instante, por tratarse de un médico cubano, le indicaron que fuera a un mercado concurrido de la ciudad y que se acercara a una rubia vestida de verde, que sería en verdad una funcionaria del consulado de los EEUU. El encuentro de la historia se produjo en septiembre de 2008 y el médico en cuestión llegó a Miami posteriormente con estatus legal de refugiado y posibilidades de obtener la ciudadanía. A partir de este caso “The Wall Street Journal” comenta (sin ser lo debidamente crítico) las facilidades creadas para la deserción de médicos cubanos desde 2006, estimulados por un programa llamado Cuban Medical Professional Parole Program (CMPP), que en el peor espíritu de la guerra fría trata de sabotear el trabajo solidario de un país como Cuba, al que el ala derechista de la política norteamericana considera su enemigo. Dicho programa fue concebido por el ex Coronel del Ejército de Estados Unidos de origen cubanoamericano Emilio González, quien como miembro del Consejo de Seguridad persuadió al entonces Presidente George W. Bush de que afectando los programas de ayuda médica cubana se contrarrestaba la influencia política de la isla. Si González llama “influencia política” al desarrollo de programas contra el cólera, contra la desnutrición, contra la malaria y contra el SIDA, entonces ciertamente debería alentarse el avance de dicha “influencia” con excelentes trabajos como los realizados por Cuba en Haití, que han merecido más de un elogio a nivel internacional. Emilio González está vinculado a los sectores más extremistas de la política cubanoamericana de Miami, y se ha paseado por la televisión de esta ciudad reivindicando ser el autor del referido Cuban Medical Professional Parole Program (CMPP), que además de los médicos también facilita la deserción de paramédicos, terapistas, personal de enfermería, entrenadores físicos, dentistas y técnicos de laboratorio; junto a sus familiares.

Entre los grandes cómplices de este programa, lo repito, está la prensa, que con sus historias de médicos triunfadores, millonarios, hipotéticamente empleados en los grandes quirófanos de Chicago y Long Island, convidan a los galenos a que abandonen la misión. Y son cómplices también algunos de estos mismos médicos que, una vez llegados a los Estados Unidos, se dedican a contactar a sus colegas para que sigan su camino. Un ejemplo de esto es el bochornoso programa “Barrio Afuera”, que trata de atentar contra el programa de colaboración “Barrio Adentro” proponiendo en internet información para la deserción. Por supuesto, cuando esta se produce, la ayuda de los incitadores brilla por ausencia.

Los intereses que se mueven detrás de esta campaña contra las misiones médicas cubanas en el exterior son tan grandes, que quiero confesarle a los lectores que una de las dificultades más grandes que ha tenido escribir un artículo como este se refiere al temor mostrado y declarado por los entrevistados. Además de pedir el anonimato, algunos incluso llegaron a solicitar posteriormente que no se utilizara la información brindada, porque alguien podría inferir a través del contenido la identidad de la persona que testimoniaba. Es decepcionante comprobar cómo algunos viven llenos de miedo en una tierra que se les prometió precisamente como de libertad. Por ejemplo, un neurocirujano que hoy en día trabaja como sereno en un condominio de Miami, que cuenta con 53 años y tiene pocas posibilidades de hacer una residencia por la dura discriminación que existe por índices de edad, se arrepintió de testimoniar en el mismo momento de la entrevista, por temor y por la vergüenza de confesar su sentido de fracaso profesional.

Otro médico envió un correo con fecha del 23 de marzo a la dirección del programa “La tarde se mueve” dejando saber los problemas que le traería hacer declaraciones acerca de la difícil situación de muchos galenos cubanos llegados a los Estados Unidos. Entre otras cosas dice (cito textualmente): “… decidí no poder ayudarte en ese tema por ahora motivado a que estoy haciendo gestiones para poder entrar a un hospital a una residencia… sería dañar mi relación, no sería saludable para poder lograr mi objetivo”. Entre los testimonios que me permito usar se encuentra el de otro médico cubano residente en Miami que tras pensar en la suerte de algunos colegas dijo: “… es una realidad que de 100 médicos solo 10 sacan los board y de esos solo 3 o 5 llegan a terminar la residencia y ejercer; es cierto esto”. Luego comentó: “mi memoria recuerda 59 médicos en los últimos 20 años que han llegado a USA, médicos que hicieron la residencia en el Hospital Hermanos Ameijeiras en Cuba y todo y aquí llenando bolsitas en un Sedano’s o sacando sangre… otros compran títulos de enfermeros y andan con una piedra en un zapato siempre con aquello de que nunca pudieron ejercer y ven los errores de los médicos pero no pueden decir nada pues son simples enfermeros”. También salió el tema de los fraudes, en el que alguien comentó: “otros robándole a los seguros en las famosas agencias de home health”. Se habla además del tipo de práctica mecánica, con poco margen para la creatividad médica: “te sacan el jugo, son muchas horas de trabajo y nada de docencia, lo de la mayoría de los hospitales es trabajar como un mulo para producirles billetes”.

Existen cirujanos de primera atendiendo teléfonos y llenando planillas y sin perspectivas reales en el plano científico. Destinos torcidos que, casi siempre, resultan menos amables de como los pintaron. Demasiados talentos desperdiciados por falsas promesas que no toman en cuenta los enormes recursos que un estado pequeño como el cubano empleó en formarles. Un hecho que al final de la jornada, si descontamos a algunos desagradecidos, todos acaban por reconocer cuando verifican el alto nivel de la medicina que aprendieron en las Universidades y Hospitales de Cuba.

JOVEN CUBA

“Europa se encuentra en una divisoria: repetir 1930 o 1848”

Àngel Ferrero
La Directa

¿Cómo ves Europa en comparación con China y América Latina (economía, dinámica social)?

Regresar a Europa tras más de veinte años fuera, fue encontrarse con un bostezo. Los años noventa y la primera década del siglo han sido socialmente somnolientos, de gran apatía social. En los ochenta el continente estaba dividido en dos amalgamas estrambóticas: capitalismo y democracia en el Oeste y socialismo y dictadura en el Este. La tensión entre aquellas amalgamas moderaba algo el capitalismo en el Oeste. Hoy Europa se ha unificado con el resultado de más desigualdad y más explotación, tanto en el Este como en el Oeste. Pero ese cambio, que evidentemente no es igual en todos los países, no ha sido contestado. En el Este seguramente por el desprestigio que las dictaduras imprimieron a lo social y el "sálvese quien pueda" en el que se convirtió la mera supervivencia para mucha gente en muchos países. En el Oeste los motivos también varían de un país a otro. En España, por ejemplo, se produjo lo que yo denomino como el "asfaltado intelectual" de la sociedad: cierta americanización, cierto espíritu cutre de nuevo rico hipotecado... En cualquier caso el resultado final fue parecido en todas partes: retroceso de los movimientos sociales y de la conciencia crítica. Mientras tanto, en China se vivía un extraordinario avance de la economía y de la contaminación, regado por el mayor proceso de urbanización de la historia. Un dinamismo extraordinario. Un cambio social vertiginoso difícil de caracterizar con un solo brochazo. De América Latina sólo puedo hablar de oídas, pero es evidente que ha habido un despertar social que ha tenido consecuencias políticas en media docena de países con el resultado de una inusitada capacidad de autonomía con respecto al gran vecino del Norte, Estados Unidos, y toda una serie de iniciativas coordinadas en el Sur, algo novedoso y esperanzador. Volviendo a Europa, parece que ahora nos encontramos en una especie de divisoria, pues vemos indicios de cambio de signo contradictorio. Algo se va a mover.

En un artículo cita una frase de Merkel "Nada debería dar por supuesto otro medio siglo de paz y prosperidad en Europa". ¿La puede comentar?

Contiene una gran verdad, aunque seguramente la frase fue introducida en el discurso como mero adorno retórico por algún asesor de la canciller. El hecho es que la estabilidad en la que han vivido los europeos en las últimas dos o tres generaciones se sostiene sobre unas bases muy frágiles que ahora la crisis pone en cuestión. Pero en Occidente no hay conciencia de la posibilidad de un hundimiento -lo que pasó en la URSS en los noventa, en Argentina con el corralito, o la normalidad de cualquier nepalí medio es un hundimiento. Los europeos occidentales y sus dirigentes no tienen experiencia de eso. Eso hace que se continúe bailando sobre la cubierta del Titanic o que se crea que por tener un camarote de primera están a salvo del naufragio. En Alemania es significativo que la generación que conoció el desastre de 1945, los viejos, sean los únicos que dicen cosas sensatas sobre Europa y la euro crisis. Pero cuando hablo de crisis me refiero a un asunto de tres niveles. Uno es el financiero, el desmoronamiento del piramidal castillo de naipes especulativo / ladrón. El segundo es la consecuencia que ese desmoronamiento tiene en la "economía real", con empresas que cierran, sectores inflados que se desinflan, gente que pierde su trabajo y una generación de jóvenes sin futuro. El tercer nivel es el principal: se trata de la crisis asociada al "cambio global antropogénico" del que el calentamiento global es el escenario más conocido y popular. Este tercer nivel es superior, porque contiene los demás niveles y mucho más. A su lado la crisis del neoliberalismo es algo anecdótico, casi una nota a pie de página, podríamos decir...

El reto de la "crisis neoliberal", cuando apareció en 2008, era aprovecharla para atajar toda la crisis en su conjunto, con una transición energética, un cambio de modelo, de contabilidad, de racionalidad económica, de relación con el medio y, naturalmente, de valores. Avanzar en esa dirección. Lo que se denominó "New Green Deal". De momento ni siquiera se ha reconocido la crisis del neoliberalismo y la crisis financiera se afronta con recetas neoliberales y leyendas nacionales que nos llevan de regreso al siglo XIX. Respecto a la gran crisis, la cumbre de la ONU sobre cambio climático de Durban ha dejado bien claro el desfase entre la urgencia del cambio que se precisa y la ceguera de la respuesta. Todo sumado, resulta difícil imaginar una situación más necia y miserable.

Cuando las instituciones internacionales como la ONU, ya llevan años dedicando grandes eventos, esfuerzos y acuerdos al calentamiento global, las políticas económicas nacionales deberían poner el cambio de modelo en el centro de su estrategia a medio y largo plazo. Ni siquiera en Alemania, uno de los países pioneros del movimiento "verde", se habla de eso en las instituciones como se debería. Y no es casualidad. Por un lado, las instituciones de nuestras democracias no están diseñadas para el largo plazo, sino para un "usar y tirar" de cuatro o cinco años. La transición energética exige estrategias a quince, veinte, treinta años vista, pero la mirada de nuestros gobernantes no alcanza mucho más allá de las próximas elecciones. Por otro lado, la estructura económica-empresarial regida por el beneficio determina mucho cualquier proyecto de cambio energético: los mismos monopolios e intereses que alimentan el calentamiento son los nuevos líderes eólicos y solares. Las nuevas energías en manos de las viejas estructuras sin duda no son lo mismo, pero tampoco son la solución. No se saldrá de esta crisis sin profundas reformas estructurales e institucionales. Tales reformas precisan de un fuerte movimiento social internacional.

A Alemania le favoreció la burbuja inmobiliaria española. ¿Qué hay detrás de la propaganda contra los "vagos del sur"?

Ante todo la vana esperanza de que el país puede salir ileso de la crisis. Alemania había sido un país de relativa nivelación social, como Japón, con un estado social generoso y unas relaciones laborales mucho más decentes que la media europea. En 1990, la anexión de la RDA, que costó un billón de euros, acabó con el espantajo comunista, que era el principal incentivo para el "modelo social alemán". La mayor competitividad de los productos alemanes, en Europa y en el mundo, se logró, en gran parte, congelando salarios y generalizando la precariedad laboral en Alemania. Ese desmonte social-laboral contribuyó afirmar la potencia exportadora alemana en una época en la que aparecían nuevos desafíos competidores en Asia, pero desequilibró aun más internamente la zona euro.

Desde la introducción del euro Alemania generó un superávit comercial de 800.000 millones de euros dentro de la euro zona, lo que creó un agujero equivalente en los países menos competitivos del grupo. Esta es la "unión de transferencias" de la que no se habla en Alemania, donde bajo ese concepto sólo se entiende los subsidios y fondos de compensación al sur de Europa que Alemania y otros países ricos desembolsaron. En cualquier caso, las empresas alemanas (no "los alemanes") ganaron mucho dinero e invirtieron gran parte de sus beneficios en el exterior, capitalizando la estafa inmobiliaria de Estados Unidos, la destrucción del litoral español y buena parte de las fantasías irlandesas o griegas, etc., etc. Desentenderse de eso y hacer ver que la situación es resultado del maniqueísmo entre países virtuosos y manirrotos, denota una gran desvergüenza, porque el problema no es nacional. La crisis fue desencadenada por el sector privado, especialmente por los bancos que financiaron la pirámide inmobiliaria que se desmoronó. Para atajarla, los países europeos han dado a los bancos 4,6 billones de euros desde 2008 –esa es la cifra facilitada por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Además, hubo otro enorme desembolso de dinero público en los programas de estímulo keynesianos del 2008. Todo ello incrementó, evidentemente, la actual deuda pública.

Que hoy el debate esté centrado en la crisis de la deuda pública, y no sobre el casino que la ocasionó, se debe, fundamentalmente, a que el poder financiero controla gobiernos y medios de comunicación e impone la leyenda que más le conviene. El gobierno alemán ha sido particularmente activo en ese frente. Su nacional-populismo acerca de que el problema son unos países del sur gastadores que no "hicieron sus deberes" y en los que la gente común vivió "por encima de sus posibilidades", le permite canalizar el descontento de los contribuyentes alemanes por los centenares de millones transferidos a los bancos como consecuencia de la irresponsabilidad de estos invirtiendo en el casino global. Reconocer la realidad significaría revisar los últimos veinte años de política económica y social alemana que se han vendido como exitosos y modélicos para el resto de Europa.

Pero ¿no lo fueron?

Solo fueron exitosos para los empresarios y para los más ricos. Desde la anexión de la RDA la economía alemana ha crecido alrededor de un 30%, pero el resultado no ha sido una prosperidad general, sino un enorme incremento de la desigualdad. Desde 1990 los impuestos a los más ricos bajaron un 10% y la imposición fiscal a la clase media subió un 13%, los salarios reales se redujeron un 0,9% y los ingresos por beneficio y patrimonio aumentaron un 36%. Desde el punto de vista de la (des) nivelación social, Alemania es hoy un país europeo normal: el 1% más rico de su población concentra el 23% de la riqueza (una relación similar a la existente en Estados Unidos en 2007) y el 10% más favorecido el 60% de ella, mientras la mitad de la población sólo dispone del 2%.

¿Por qué siguen rechazando los eurobonos?

En parte porque el gobierno alemán es rehén de su propia leyenda populista. La leyenda afirma que Alemania es el gran pagador de Europa, la gran víctima. Su contribución a los rescates europeos es, efectivamente, la mayor en términos absolutos, pero sólo porque su economía y su población son las mayores. La contribución alemana per cápita es la sexta entre 17 países, y según la parte del PNB dedicada es la décima, pero eso no se dice, como tampoco se dice que han sido los mayores beneficiarios de la existencia de una moneda única. Entonces, si la música con la que se desayunan diariamente los alemanes les dice que ellos son los que más pagan y que ellos lo han hecho todo "bien", acceder a los eurobonos significa socializar el desbarajuste de quienes lo hicieron "mal". Salir de este enredo significaría reconocer la interrelación de la euro crisis y corregir la leyenda, lo que resulta muy complicado para el conjunto del establishment alemán porque supone cuestionar la política de los últimos veinte años. No es un problema de gobierno, sino también de la actual oposición: recordemos que fue un gobierno de socialdemócratas y verdes quien realizó la última gran ofensiva neoliberal en el país, con la llamada "Agenda 2010" de Schröder y abriendo las puertas a los "hedge funds"... Además de esto, también hay un punto de dogmatismo ideológico neoliberal.

Pero sería injusto no añadir algo: si la actitud alemana es obtusa, ¿cómo calificar el disciplinado seguidismo masoquista de los gobiernos de Francia, España y los demás, que ni siquiera defienden los vanos intereses nacionales de una estrategia exportadora y consienten una política que incrementa su crisis? En España ni siquiera ha habido un "mea culpa" por el ladrillo. Ningún aeropuerto inútil o destrucción del litoral ha llevado a nadie a la cárcel. Al revés, el discurso político del PP reivindica aquella "etapa de crecimiento". Es una casa de locos... Hemos de ponernos de acuerdo en una cosa: en la Europa de hoy la estupidez es internacional. Frente a la división de una Europa en países virtuosos y manirrotos, que pretende disolver problemas sociales en cuestiones nacionales, el internacionalismo ciudadano debe constatar la absoluta unidad de la estupidez europea como primer paso.

¿Qué queda del proyecto europeo, ahora que ya se habla de dos zonas euro, pero además con una clara división los europeos buenos y los malos?

Ese discurso introduce una tendencia desintegradora y disolvente en la Unión Europea. Con el, Alemania ha abierto una caja de Pandora muy peligrosa. Es un discurso que divide Europa y que ofenda a sus pueblos. Lo hemos visto en Grecia donde se demoniza a Alemania, y se empieza a ver en España. Cuando llegué a Berlín en 2008, Merkel era considerada en España como el paradigma de la buena gobernante. Desde el año pasado su prestigio y el de Alemania han caído por los suelos. Todo esto es disolvente para la cohesión europea, pues abre una espiral desintegradora. Los alemanes, a los que siempre les ha costado mucho ponerse en el lugar de los otros, no son conscientes de lo que están sembrando. Cuando el año pasado le pregunté al ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, sobre el resentimiento que sembraba en Europa el discurso aleccionador de una Alemania virtuosa, me miró como si le hablara en chino... Todo esto es muy malo, pues la Unión Europea, vista con perspectiva histórica, es una buena solución a lo que había antes: naciones que guerreaban constantemente entre sí. Por eso hay que conservarla, reformándola. Para ello hay que poner los intereses generales de la ciudadanía por delante del negocio, lo político por delante de lo económico, y no pedir peras al olmo, no pretender hacer un superestado europeo a partir de la idealización del continente como sugiere Jürgen Habermas en su "Zur Verfassung Europas". En la proyección exterior de la Unión Europea, hay que conformarse con una ambigua y paquidérmica estructura común que no le complique la vida al resto del mundo. Lograr que esa estructura no sea imperialista, ya sería un enorme avance histórico.

¿Y sobre el peligro de los populismos, que en lo económico vienen con propuestas que deberían haber llegado desde la izquierda? ¿Estamos ante una repetición de los 30?

Antes he mencionado que Europa está en una divisoria, que algo se va a mover, porque se ha creado un agujero y hay una demanda de respuesta a la nueva situación. La dirección que van a tomar las cosas es opinable. Tenemos tanto indicios de 1930 -el aumento del desprecio al débil, el darwinismo social, el racismo y el auge del discurso y la practica de la extrema derecha, con situaciones que en algunos casos parecen calcar el mapa de la Europa de los años treinta y cuarenta- como indicios de 1848, de una "primavera de los pueblos" internacionalista, ciudadana y social. Pero, no nos engañemos, este segundo escenario positivo precisa trabajo, compromiso y organización. El espontaneísmo festivo-narcisista y el happening "on line" no son suficientes. Los ejemplos que mencionas advierten que el populismo de extrema derecha puede rellenar el agujero y ganar la calle.

Mirando la toma de decisiones en España o Italia, en relación a los recortes, ¿hacia donde vamos? Se modificó la Constitución sin referéndum, ya no se consulta a los ciudadanos sobre los nuevos recortes...

Cierta austeridad popular a cambio de un desmonte del casino podría haber sido aceptable, por lo menos en los países más ricos de Europa, pero el intento de hacer regresar a Europa al siglo XIX en lo social y laboral, sin tocar el casino y por decreto, evidentemente, no es democrático. Rompe lo que quedaba del contrato social europeo de posguerra, allí donde lo hubo. La imposición de las políticas de ajuste ha reventado la soberanía nacional, que por otra parte nunca gobernó ni decidió las cuestiones económicas principales. Aunque no todas las democracias son iguales (en Noruega hay mucha más democracia que en España, en España más que en Rusia y en Rusia más que en Haití), la democracia realmente existente tiene muy poco que ver con su sentido genuino de "poder popular". La tendencia que hoy gobierna Europa disuelve incluso esa caricatura de democracia. Como lo social y lo político van unidos a la degradación de lo primero le corresponde la degradación de lo segundo. ¿Qué quiere decir, por ejemplo, "reformar el derecho de huelga", como se dice ahora en España, en el actual contexto? Evidentemente se trata de restringir. ¿Cómo se lee que hombres de Goldman Sachs estén al frente del gobierno griego, en Italia, o en el Banco Central Europeo, o rodeando y asesorando a Merkel en Berlín y a Obama en Washington? Todo eso lanza un desafío directo a los pueblos de Europa que esperamos se dirima en una primavera rebelde a la 1848 y no en un auge de la extrema derecha el militarismo y de la irracionalidad. En España el regreso de los postfranquistas al gobierno es un incentivo para los movimientos sociales porque crea condiciones más confortables para una contestación ciudadana sin complejos de "hacer el juego a la derecha".

¿Pueden cambiar las cosas en Alemania en las elecciones de septiembre de 2013?

En Alemania hay una clara mayoría para desplazar a los conservadores del gobierno en 2013. Esa mayoría se logra mediante la suma de los socialdemócratas (SPD), los verdes, y los socialdemócratas de izquierda de Die Linke. El problema es que la obvia viabilidad de este tripartito es tabú en Alemania. Die Linke es el único partido opuesto al orden neoliberal y sin responsabilidades en los recortes sociales de los últimos diez años. Eso explica que sea tratado como una especie de "partido demente", del que se dice que es "incapaz para gobernar", cuando la realidad es que es, fundamentalmente, una fuerza socialdemócrata que lleva mucho tiempo gobernando en coalición en diversas regiones del país. Die Linke se opone, además, a la participación alemana en guerras imperiales. Esas dos virtudes, con las que sociológicamente están de acuerdo el 60% o el 70% de los alemanes, marcan una divisoria de respetabilidad institucional: pertenecer o no al establishment. SPD y verdes prefieren perder las elecciones y que gobiernen los conservadores antes que aliarse con Die Linke, entre otras cosas porque tal alianza significaría auto criticarse por los años de gobierno en los que iniciaron el gran recorte social y metieron, por primera vez desde Hitler, al país en guerras. Tal autocrítica implicaría no sólo un cambio de programa sino de dirigentes, pues los líderes de ambos partidos fueron los que gobernaron y adoptaron aquellas decisiones. Así pues, descartado ese tripartito, al día de hoy la suma de verdes y SPD no alcanza para gobernar. Eso quiere decir que Merkel puede volver a ganar (a menos que la incierta estabilidad exportadora se hunda, lo que es muy posible), o que vuelva a gobernar en coalición con el SPD, o con los verdes. En ambos casos un cambio de gobierno no alteraría nada fundamental. Para convencerse de ello basta mirar hacia atrás: no sólo en Alemania, también en España, en Francia y en el Reino Unido, el neoliberalismo se introdujo, o fue potenciado, de la mano de los socialdemócratas. Y en ninguno de esos países hay indicios de corrección en esos partidos. En ausencia de tal corrección, quien quiera un cambio razonable, ¿puede seguir apostando por ellos? Dicho esto, una caída de Sarkozy la próxima primavera en Francia podría complicarle las cosas a Merkel. Lo decisivo, sin embargo, debe venir de abajo. Es sorprendente que, ante una situación que es claramente supranacional, todavía no se hable de coordinar las jornadas de huelga general entre varios países europeos. La falta de solidaridad y empatía hasta ahora demostrada hacia la canallada que están haciendo con la población de Grecia, es una prueba a la dignidad de los otros países de la UE. Por el momento triunfa el reflejo cobarde y mezquino del "nosotros no somos como Grecia". Además de mezquino es suicida, porque los recortes que se van a aplicar en España introducirán escenarios griegos. De momento, con el billón de euros de dinero público prestado a bajo interés a la banca privada desde diciembre por el Banco Central Europeo, parece que han conseguido comprar cierto tiempo de tranquilidad bursátil... Esa parece ser la alternativa de la derecha a los eurobonos.

¿Cómo ha gestionado China la crisis?

China fue el único país que era consciente de su crítica posición en la globalización antes de la aparición de la crisis. En 2002, cuando llegue a Pekín, sus dirigentes ya pensaban en cambiar el modelo: en pasar de un modelo puramente exportador, muy dependiente del mercado global y expuesto a sus vaivenes, a un tipo de desarrollo más endógeno y basado en el consumo interno. Para ello era necesario invertir más en la población pobre, para que ésta pudiera consumir y alimentar el nuevo esquema con su consumo. De ahí nació la recuperación del concepto confucioniano de "pequeño bienestar" (Xiakoang) y la retórica de la "sociedad armoniosa". China se propone ahora crear un sistema de seguridad social para su enorme población. Si en los noventa realizaba experimentos capitalistas en ciertas regiones, ahora hay experimentos "sociales" como el de Chongqing, que recuperan cierto discurso maoísta nivelador. Todo eso, unido a la supremacía de lo político, al control que el partido tiene de las finanzas (el jefe del Banco central es nombrado por el partido y los jefes de los principales bancos son miembros del comité central), le permite un control de la situación y una capacidad de juego mayor que la que existe en Occidente. China es un país que ha protagonizado enormes cambios de línea en su historia reciente. Si fuera necesario, creo que podría volverse a poner el uniforme maoísta, no para hacer la política de los años sesenta, pero sí para cambiar radicalmente de línea... Dicho esto, hay que recordar lo más importante: que el país presenta las contradicciones planetarias en su máxima concentración. Si el crecimiento se detiene, el país puede inaugurar un nuevo "gran desorden" (da luan), un concepto chino parecido al ruso de "smuta" que describe las etapas de caos que jalonan su historia. Que sus dirigentes sean conscientes de la fragilidad que gobiernan, no significa que vayan a tener éxito.

En tu libro sobre China, afirmas "Nuestro porvenir depende de China y todos los problemas de la crisis están en ella".

Mi libro intenta presentar un país que es paradigma de la crisis mundial, algo que me parece más realista y adecuado que recrearse en las leyendas de la "nueva amenaza china" y la "próxima superpotencia hegemónica", que nos vende el "mainstream" mediático. La expansión desarrollista china evidencia, en última instancia, la inviabilidad de la economía mundial inventada por Occidente. Los éxitos chinos de los últimos treinta años se han realizado sobre modelos en crisis, lo que contiene más certezas que sospechas de que hay muchos desastres incluidos en ellos. Lo que afirmo es que si los chinos logran salir de la crisis antropogénica, de la crisis de civilización mundial, pese a su manifiesta desventaja en población, recursos etc., entonces quiere decir que todos los demás podemos salir de ella. Esa es la gran "Actualidad de China", que da título a mi libro.

Traducción para www.sinpermiso.info: Daniel Escribano y Àngel Ferrero

Nota edición SinPermiso: Àngel Ferrero, miembro del Comité de Redacción de SinPermiso, entrevistó al corresponsal de La Vanguardia en Berlín, nuestro amigo Rafael Poch, para el semanario catalán La Directa. Lo que sigue es una versión castellana preparada por el propio entrevistador.

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?