viernes, 14 de junio de 2013

Sin prisas, pero sin pausas

Por J. M. del Rio
Raúl Castro
El título de este comentario lo he tomado del discurso pronunciado por el General de ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado  y de Ministros, en la clausura del IX Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 23 de julio de 2112:
« (…) Tampoco alcanzaremos el éxito si nos dejamos llevar por la improvisación y el apresuramiento. No han faltado en el plano nacional y sobre todo en el exterior las apelaciones, no siempre bien intencionadas, para que aceleremos el ritmo de las transformaciones. En un asunto de tanto alcance, del que depende el futuro socialista e independiente de la Patria, no habrá nunca espacio para los cantos de sirena que nos llaman al desmontaje inmediato del socialismo y con ello imponer a la población las denominadas terapias de choque, o lo que es lo mismo, poner en peligro la estabilidad de la nación y la indestructible unidad del pueblo en torno al Partido y la Revolución. Proseguiremos avanzando con decisión, serenidad y audacia, sin prisas, pero sin pausas, evitando cometer errores de significación estratégica».

Recientemente escribí unas notas y hacía referencia a una situación que en ocasiones se nos da. En esa acotaciones decía: «Encontramos entre nosotros a  los que gustan hablar de lo que no tenemos y de lo que nos falta y que sin embargo, pocas veces o nunca hablan de lo que tenemos y forma parte inseparable de nuestros derechos adquiridos de forma natural, por el simple hecho de haber nacidos en este bello país en Revolución».
El llamado que nos hace nuestro Presidente, el General de Ejercito Raúl Castro Ruz:«sin prisas, pero sin pausas», va dirigido fundamentalmente a esos acelerados que quieren solventar en un día, añejos problemas que gravitan sobre nuestra asediada economía. En ese grupo se incluyen  los que olvidan que a nuestro país, el Gobierno de los EE.UU. le aplica un brutal bloqueo económico desde hace más de 50 años, y están también  los que no lo olvidan, pero lo soslayan malintencionadamente.  En esta última partida se encuentran los alabarderos del imperio (Berta Soler, Elizardo Sánchez, Guillermo Fariñas, Yoani Sánchez, Eliécer Ávila, etc.) que han estado practicando un nuevo tipo de turismo,  realizando largas y bien pagadas giras por Europa y los EE.UU. “en búsqueda  de apoyo moral, espiritual y material”; pero sobre todo o mejor expresado: primero que todo, han estado rapiñando el “apoyo material”, y ahora regresan convencidos de que sus mentores sabrán recompensar el “formidable sacrificio” que realizaron al darle la vuelta al mundo en más o menos 80 días, para retornar ahora al país donde pretenden implantar un “capitalismo sui generis”. Estos “patriotas de utilería”, están bien documentados de que en el Congreso de los EE.UU. se discute en estos momentos, una propuesta para incluir en el presupuesto federal una partida de $USD 20 millones  para “promover la democracia en Cuba” y ellos esperan salpicarse y untarse amplia y convincentemente con esa “promoción”.
Y mientras esas acciones aborrecibles y roñosas de estos adláteres del imperio tienen lugar a ojos vistas, la inmensa mayoría de nosotros continua trabajando sin prisas, pero sin pausas para desarrollar en Cuba una sociedad socialista sustentable y próspera y nos alegramos cuando poco a poco, con la prudencia de quién marcha seguro, la prensa y la vida nos traen noticias que nos llenan  de orgullo y confianza: «Inversión millonaria ampliará la capacidad receptiva del puerto de Mariel; a pesar de las limitaciones, Cuba amplia el acceso a Internet; despliegue de la televisión digital terrestre en Cuba; oftalmología cubana lleva la luz a diversos países, han recuperado o mejorado la visión casi 3 millones de pacientes en Cuba y otras latitudes, de forma gratuita; Cuba entre las naciones con muy bajas tasas de subnutrición; a plena capacidad la producción de paneles fotovoltaicos; exportación de servicios: principal fuente de ingresos de divisas para el país; la flexibilización de los objetos sociales para que las entidades económicas amplíen sus facultades; adquisición de tractolvas permite aumentar productividad en cosecha arrocera; la fábrica de conservas La Conchita ha vuelto a cumplir sus compromisos sin la necesidad de importar materias primas; nada se decidirá sin la participación de los trabajadores». Los hay quienes escuchan estas informaciones y no se percatan de cómo paso a paso, agarrando el toro por los cuernos, combatiendo lo mal hecho,  convencidos de que la gran batalla de hoy es contra nuestras propias limitaciones y deficiencias en todos los sectores, vamos saliendo adelante,  lo que nos hace asegurar que cualquier tiempo futuro será aún mejor.
Como le escuche decir a un amigo italiano en una ocasión: “piano, piano, va lontano[1]”. Claro está que a cada uno de esos pequeños pasos de avances, nuestros detractores y sus secuaces tienen algo que replicar. Qué le vamos a hacer: al que no quiera caldo, que le den tres tazas.
 [1] Quien va despacio, llega lejos.

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