Primer Apunte: Las generaciones revolucionarias en
Cuba, una Cronología comparada. Este es un apunte bastante
especulativo, parte de una mirada personal cuando intento comprender
la Historia de mi país holísticamente. Uno de los documentos más
antiguos de reflexión de un proceso revolucionario lo encontramos en
La Biblia, hay que estudiar el Éxodo, para entender las situaciones
y los peligros que acechan a toda Revolución, sus aciertos, sus
errores, sus retrocesos. El pueblo de Israel que aparece en el Éxodo,
no es una etnia escogida, el hebreo es una mezcla de sectores y
clases sociales que se enfrentan a la opresión y la esclavitud y
sueñan con la liberación. Mucho tiene la Historia de Cuba en común
con la historia del pueblo hebreo, con sus luchas, con sus anhelos,
con la manera de contar y mantener vivo el espíritu revolucionario.
Cuando observamos la “genealogía” desde Adán hasta Jesús y más
acá, descubrimos el ansia por transmitir una verdad histórica, cada
generación (no en el sentido literal) es hija de su antecesora. La
reflexión simplista, seguramente se queda en la envoltura, el
investigador acucioso busca más profundo. El espíritu
revolucionario en Cuba, tiene igualmente una cronología que pasa por
Hatuey, Martí hasta Fidel y sin dudas, continuará. Esta mirada a la
Historia, es necesaria e imprescindible, porque le da una identidad
propia y una guía a todo proceso de liberación. Si bien los
cubanos, nos hemos liberado de muchas ataduras, aún no hemos llegado
al punto en que como Nación, no sintamos peligros al acecho. Decía
un profesor de historia que tuve, en cuestiones generacionales, los
hijos se parecen más a su tiempo que a sus padres. Y es aquí donde
entra el segundo apunte.
Segundo Apunte: La historiografía revolucionaria debe
superar el lastre del esquema piramidal. Sin demeritar, ni abandonar
el estudio, y la preservación del pensamiento, de las figuras, de
los personajes históricos que sobresalen, porque han logrado
interpretar mejor que otros el espíritu de su tiempo. También se
corre el riesgo de atribuir al individuo una preponderancia sobre el
colectivo, la comunidad, el pueblo, que es a la postre el verdadero
artífice de las transformaciones y los cambios revolucionarios.
Hasta ahora, lamentablemente, sentimos que hay una preponderancia en
la investigación historiográfica, de lo primero sobre lo segundo,
cuando debiera existir más bien un equilibrio. Recuerdo las
conferencias del profesor chileno Helio Gallardo, en la Cuba de los
90, cuando nos hablaba del aporte de Fidel al pensamiento
revolucionario, cuando, en su manifiesto “La Historia me
Absolverá”, habla de Pueblo y no de Masa, que es el termino que
aplicaba cierto análisis marxista de la historia. Al decir pueblo,
ponía rostro, la masa no tiene rostro ni forma. Por eso pienso, que
se hace necesario contar más la historia local, las historias de
quienes pusieron su gota de sudor o sangre en la gran obra de todos.
Mientras no logremos esto, a la historia de las revoluciones les
faltará un componente esencial, y terminará como material de
estudio e investigación de profesionales e interesados, pero no
calará en el pueblo, porque este no se sentirá identificado. Como
consecuencias de esas carencias, lo mejor que pudiera pasar, sería
que lo viera como un santoral revolucionario, al que se invoca y
admira, pero del que se siente incapaz de emularlo. Lo peor, sería
la apatía. Aunque, ninguno de esas dos alternativas debieran ser lo
que realmente sucedieran.
Tercer Apunte: Los tres Siglos de conformación y
consolidación de la Nación Cubana. Hablamos de Siglos, y más bien
pudiéramos hablar de etapas. Aunque se afirma que los Siglos no
comienzan con el 00 y terminan con el 99, es una camisa de fuerza que
asumimos para ubicar nuestro “apunte”. Escogemos estos tres
Siglos, porque son en los que, de una manera u otra, las fuerzas
revolucionarias y sus contrapartes, han pujado con más fuerza, por
llevar a cabo sus proyectos de Nación.
-
Siglo XIX. El Siglo de los Anhelos. Es el periodo en que se
sueña y se lucha, bajo correlaciones de fuerzas dispares, por la
creación de un Estado-Nación, libre, independiente y soberano.
-
Siglo XX. El Siglo de las Pasiones. Es
el periodo en que se lucha por fortalecer o revertir el carácter
cultural y político de la Nación. Periodo en que, aunque
existiendo el Estado-Nación, hay apasionados enfrentamientos para
llevarlo en una u otra dirección. Toda pasión lleva una mezcla de
amor y odio, y como tal, comete los errores que las pasiones llevan
consigo. Lo mejor de todo, es que esos errores ayudan a madurar, a
crecer, a decantar lo intrascendente, lo superfluo, cuando la pasión
nace de sentimientos puros y verdaderos.
-
Siglo XXI. El Siglo de la Ponderación. Aquí
me aventuro a lanzar una idea de lo que, aún existiendo en
cuestiones puntuales, o habiendo deseos entre muchas partes, no es
una realidad. Ello debiera ser el legado de las generaciones de
revolucionarios cubanos, que hoy viven a las que vendrán. Hay
palabras que se usan en ciertos sectores para soñar la Cuba
deseada. Algunos hablan de Reconciliación, otros de Concordia, etc.
En lo personal son palabras que no me gustan, porque las siento
falsas. Acaso se pueden reconciliar proyectos de País, de Nación
diferentes? Con la palabra Ponderación, en el sentido de
equilibrio, de mesura, de análisis de lo urgente (de lo necesario,
de lo inevitable) para la supervivencia de la Nación Cubana,
encontramos la palabra-concepto que bien puede marcar un camino
hacia el futuro. Es el revolucionario cubano,
la única fuerza capaz de hacerlo realidad, aún en coyunturas
desfavorables. Si me preguntaran, dónde veo esos relámpagos de
ponderación hoy, pues afirmaría que en todo lo que se hace para
una Cuba más abierta, que sin quitarle el ojo a los peligros, no se
deje dominar/detener por el temor y el miedo. El Movimiento LGTB, el
tema migratorio, por ejemplo, son temas en que, poco a poco, se ven
atisbos de una mirada ponderada. Añado, escuchando en estos días
al Presidente cubano Miguel Diaz Canel, vislumbro mucho más en su
discurso, que este bien pudiera ser el Siglo de la Ponderación.
Berlín, a unos días de conmemorarse el día de la Rebeldía
Nacional, Julio de 2020