Jesús Arboleya
LA HABANA. A bombo y platillo, el gobierno de Estados Unidos acaba de anunciar nuevas enmiendas a las restricciones del comercio con Cuba. Según el secretario del Tesoro, Jacob J. Lew, ellas forman parte de “los pasos necesarios para apoyar al pueblo cubano a alcanzar la libertad económica y política que se merece”.
La prensa ha comentado in extenso estas enmiendas, por lo que me limitaré a señalar las que considero más importantes:
LA HABANA. A bombo y platillo, el gobierno de Estados Unidos acaba de anunciar nuevas enmiendas a las restricciones del comercio con Cuba. Según el secretario del Tesoro, Jacob J. Lew, ellas forman parte de “los pasos necesarios para apoyar al pueblo cubano a alcanzar la libertad económica y política que se merece”.
La prensa ha comentado in extenso estas enmiendas, por lo que me limitaré a señalar las que considero más importantes:
La posibilidad de financiamiento y facilidades de pago para la exportación y reexportación (desde terceros países) de productos norteamericanos a Cuba, salvo los relacionados con el sector agroalimentario, prohibidos por la ley Helms-Burton.
Facilidades para el otorgamiento de licencias a la exportación de productos destinados al funcionamiento de las “organizaciones de derechos humanos” en Cuba, así como para el mejoramiento de las comunicaciones, a tono con el criterio norteamericano sobre el impacto político de estas actividades en Cuba.