Mostrando entradas con la etiqueta Nueva Trova. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nueva Trova. Mostrar todas las entradas

viernes, 14 de marzo de 2014

Homenaje en Berlín al trovador cubano Santiago Feliú (+ Fotos)

Escrito por  PL


Una gala artística en homenaje al recientemente fallecido cantautor cubano Santiago Feliú y su aporte a la cultura latinoamericana se desarrolló en el centro cultural Alte Feuerwache Berlín.
Una gala artística en homenaje al recientemente fallecido cantautor cubano Santiago Feliú y su aporte a la cultura latinoamericana se desarrolló en el centro cultural Alte Feuerwache Berlín.

El evento contó con la participación de trovadores de España, Alemania, Chile y Cuba así como concertistas alemanes y cubanos y una representación del ballet de Magdeburgo, dirigido por el coreógrafo cubano Gonzalo Galguera.

La gala fue organizada por la embajada cubana en colaboración con la asociación de cubanos residentes e Alemania "La Estrella de Cuba", y el grupo de Solidaridad "Cuba Si".

En la apertura, Héctor Corcho Morales, encargado de asuntos culturales de la embajada de Cuba en Alemania, destacó el significado de la obra de Santiago Feliú en el movimiento cultural cubano y latinoamericano.

También resaltó un fragmento de la última entrevista concedida por el destaco cantautor a medios nacionales cubanos.

lunes, 1 de octubre de 2012

Con Vicente Feliú a unas cuadras de la Casa Blanca

José Pertierra
I
Washington, D.C. El público lo había ovacionado después de cada canción que Vicente Feliú ofreció en el Salón Bolivariano de la embajada venezolana en Washington. Ya era tarde en la noche. No quedaba público en el salón, pero el trovador aún sentía la adrenalina de la actuación y necesitaba relajarse. Además, tenía hambre y sed.

Fuimos a una cantina del barrio Georgetown de la ciudad de Washington. Nos atendió un camarero estadounidense, seco, que quería salir de nosotros lo antes posible para poder cerrar el lugar, pero el ayudante de mesero era otra cosa. Un joven salvadoreño, humilde, cariñoso y curioso de saber quienes eran esos tres latinoamericanos que reían y hablaban con un extraño (para él) acento.

viernes, 20 de julio de 2012

A la izquierda… ¡por partida doble!

Santiago Feliú 
Sobre la esfera de tu vida el panorama
puedes ver
sobre esta puerta y estas ganas de correr
desactivados y perdidos
como presas de un poder
dimensionalmente
distintos por ahí.
¿Dónde estás?
Yo recuerdo que a finales del 70
no me dirías lo que hoy/ tal vez
pintamos el mundo de un nuevo color
y sin querer nos dimos cuenta de que no.
Ahora le pides a otras cosas y otras cosas
quieres ver
para vivir poniendo velas por doquier
apocalíptico y ajeno/ desconfiado y sin querer
atrincherándote a las puertas de la fe.
¿Dónde estás?/
Tampoco se trata de tirarse
abandonarse por ahí
tal vez/ si vas más contigo te puedas valer
de tu verdad, de lo vivido
renacer.
Sobre la esfera de tu vida el panorama
puedes ver
sobre esta puerta y esta falta de correr
desactivados y perdidos
como presas del poder
dimensionalmente
distintos por ahí.
¿Dónde estás?
Yo recuerdo que a finales del 70
no me dirías lo que hoy
tal vez
pintamos el mundo de un nuevo color
y sin querer nos dimos cuenta de que no.

Decididamente, la canción de la que he reproducido su texto y cuyo título es “Generación”, resulta una de las composiciones de Santiago Feliú con la que más me identifico, dado que en breves líneas capta la esencia de lo vivido por aquellos que, como Santi y yo, nacimos en el primer quinquenio de los 60.

Aunque sigo creyendo que la juventud es ante todo una actitud ante la vida, tengo que admitir que el tiempo pasa y me voy poniendo viejo. Me puse a pensar en ello semanas atrás, al recibir la nota promocional que, acerca de una presentación de Santiago Feliú en Casa de las Américas para celebrar su 50 cumpleaños, me hiciese llegar su actual representante Kerstin Hernández. Mientras leía, me era imposible impedir que mi mente se remontara 34 años atrás, cuando yo era un adolescente recién matriculado en el pre Saúl Delgado.
Por entonces, ni siquiera tenía la idea de que en el futuro iba a ser periodista y, como un simple muchacho interesado en las lides trovadorescas y en especial por el quehacer de quienes comenzaban por aquella fecha de 1978, me iba al anfiteatro del parque Almendares, donde Santiago se presentaba en compañía de otros cantautores como Alberto Tosca, Donato Poveda y Alberto Cabrales.

Desde aquellos lejanos días, de un modo u otro, siempre me he sentido identificado con las canciones de Santiago Feliú. Sus composiciones iniciales de hace más de 30 años lo proyectaban como alguien que era un cruce entre un trovador y un roquero, con influencias notables de un tipo adorado por mí, Ian Anderson, el cantante del grupo Jethro Tull.

Durante la celebración del concurso Adolfo Guzmán en su edición de 1980, fue que el gran público tuvo contacto por primera vez con la obra de Santi, cuando su tema “Para Bárbara” fuese defendido en el certamen en la voz de Silvio Rodríguez y con orquestación de Frank Fernández.

Un segundo momento en la carrera del cantautor fue el del período de colaboración con Frank Delgado, Carlos Varela y Gerardo Alfonso. A mediados de los 80 eran un cuarteto inseparable, en el que cada uno de ellos integraba de manera armónica sus particularidades como creador al quehacer de los restantes compañeros de aventura. El trabajo de conjunto les aportó a los cuatro muchísimo en su futuro desarrollo individual. Es una lástima que a la EGREM (la única disquera que había en el país en ese momento) no le interesó la propuesta, por lo cual esa labor no quedó grabada de forma profesional.

De entonces a acá ha llovido mucho; y el pasado 29 de marzo este trovador cumplió 50 años. El tiempo ha transcurrido para nuestra generación y los que nos hicimos admiradores del Santi, cuando él y nosotros éramos unos muchachos felices e indocumentados (de seguro lo uno por lo otro), ya no somos los mismos. Del grupo de amistades que por 1978 íbamos juntos a las descargas en el Almendares, me sobran los dedos de una mano para contar los que todavía quedan por acá. Los demás se han desperdigado por vaya uno a saber qué esquina del mundo y hoy únicamente nos encontramos en esa maravilla que es el ciberespacio, realidad virtual o virtual realidad (no puedo definirlo con exactitud) que en algo alivia la carga de comprender que nos hemos ido quedando solos.

En cuanto al particular modo de tocar la guitarra que tiene Santi, pienso que quien mejor lo ha descrito es Noel Nicola, cuando en la nota de presentación del disco Vida aseguraba:

“Santiago toca ‘a la zurda’… ¡por partida doble! Él coloca la guitarra para tañer con su mano izquierda y formar las notas y acordes sobre el diapasón con su mano derecha, ¡pero no le cambia el orden a las cuerdas!, ¡las deja “a la derecha”! Así le quedan los bajos ‘abajo”y los agudos “arriba’. He visto antes a algún guitarrista zurdo tocar así, pero en lo que alcanza mi experiencia, ninguno que lo hiciera así de bien, llenando tanto el espectro de posibilidades del instrumento y eso, claro, con una técnica que ha tenido que inventarse él solito. La primera impresión suele dejar atónito a todo el que pueda entender un poco lo que él se trae, precisamente, entre manos”.

Rasgo distintivo en la trayectoria de Santiago Feliú es la preocupación por los asuntos relacionados con nuestra generación, que deviene una constante de su obra. Quizás pensando en todo lo que hemos vivido los que ya pasamos de 45 años o hemos entrado en los 50, Santiago se inspiró para componer una canción como “La ilusión”, pieza que da testimonio de las contradicciones y los disímiles sentimientos, que han tenido lugar en Cuba (sobre todo entre los nacidos en la década de los 60 del pasado siglo) a partir de 1990, cuando se inaugura lo que se conoce como Período Especial:

Santiago Feliú 
Suspiran en ti
años felices, dudas del porvenir
como nos llegan las señales, como transan
estrategias «para un mejor vivir».
Espero no tener que resistir
nostálgico esperando el ayer
la cara de los que andan por cuarenta
Es de un color… alegre en gris
feliz muy raro.
Qué situación estar aquí
quererte todavía
todavía más
hechizo que culmina mi balanza y mi esperanza
cuando mutilas la cordura emancipada.
Sobra en pasión
ilusión más que en razones
para que te fíes de mí.
Nube que se pone sobre tus dolores
pendo del zumo de tus sinsabores.
Para ti,
soy como la vida cuando tiene vida
zurda y civilizada
ninguna me sirve más…
pero por todo el amor
no me desilusiones…
Ven, solo se arregla el mundo a pedacitos
con hierro del sueño de cada cual
con la energía del sentido y corazón
con savia de la luna y con savia del Sol.
Ave ciega que no espera
dueña de la verdad
como seguirte a ti
si cuando más me necesitas
me abandonas.
Acude siempre donde llora
lo que no se debe morir
Todo se nos vuelve espada
defendiéndonos la nada.
Para ti
donde el estallido llena de colores
la inmensidad del alba
sueño tras sueño das.
Pero por todo el amor
no te desilusiones
no te desilusiones.
Si del temor
que te acompaña
sé lo que pasó
siempre te perderás
por los mismos abismos
donde me pierdo yo.
Pobre gorrión
lo sabe todo
y de tanto lo sabe más
loco de comprensión
que cuando menos te imaginas
no hay modo.
Loca, locura bajo control
ya no sé que cosa puede ser peor
alucina en derredor
cuídatelo todo desde tu rincón.
Suspiran en ti
años felices, dudas del porvenir
como nos llegan las señales, como transan
estrategias para un mejor vivir.

En esa suerte de recuento de lo hecho por el trovador durante estos 34 años, en mi mente hago un repaso del primer disco del cantautor, el denominado Vida (editado hace algún tiempo en formato digital por la EGREM) y del que sobresalen piezas como “Amigo dibujo”, con un soberbio arreglo escrito por Oriente López; “Batalla sobre mí”, impactante por la fuerza que Feliú imprime al acompañamiento de su guitarra; “Carta y suerte de tener a Gunila”, bastante poco interpretada en los últimos tiempos; “Vida”, canción que como ninguna otra ejemplifica la línea épica en el quehacer de Santiago; o “Para Bárbara”, tema que para nuestra generación representa lo mismo que, en sus respectivos momentos, significaron composiciones como “Longina” y “Yolanda”.

No pretendo hablar aquí detalladamente acerca de toda la discografía de Feliú, en la que aparecen los álbumes Vida, Trovadores, Para Mañana, Náuseas de Fin de Siglo, Futuro Inmediato, Sin Julieta y Ay, la vida, sino sólo diré que mi favorita de sus producciones fonográficas resulta Náuseas de fin de siglo. Piezas como “Aunque la vida”, “Sedante”, “Desnudo”, “Nosotros y mañana” o “Mi mujer está sensible”, son todas canciones que me ratifican en la idea de que, entre los cubanos, él es el compositor más “hippy” de su promoción.

Los temas agrupados en Náuseas… son portadores de la estética y del espíritu psicodélico que tipificara a la llamada flower generation. Decisivo en tal proyección ideoestética, y que tiene como premisa el revolucionar desde la creación, fue el hecho de que las composiciones aludidas surgieron a raíz de la permanencia de Santiago en 1989, por espacio casi de un año, en las lomas colombianas, junto a la guerrilla del M19.

Esa tremenda experiencia vital marcó para siempre a Feliú, y en buena medida gracias a ella, sus textos —incluso los de crítica más acre a la realidad cubana circundante— se reconocen como los de un hombre de izquierda, que por fortuna ha sabido reciclarse y readecuar su pensamiento a los días que corren, a tono con las nuevas realidades.

Muestra de lo antes afirmado la ha dado al publicar sus últimos discos, Sin Julieta y Ay, la vida. En el caso del primero de estos CDs, se trata de un fonograma dedicado al tema del desamor o la ausencia de una pareja estable (fenómeno muy común en nuestra generación). Para Santiago Feliú, entre quienes nacimos durante la primera mitad de los 60, apenas hay parejas que estén viviendo un amor verdadero y lo que prevalece en la actualidad son relaciones entre dos personas en las que no hay ni Julieta ni Romeo sino miedo a la soledad, o “alianza para el progreso”, como se suele decir. Tan descarnada visión es la tesis en torno a la cual se arma el fonograma Sin Julieta. Pudiera afirmarse que no resulta este un trabajo estrictamente “social”, aunque a la par cabe asegurarse que el álbum aborda una arista problémica de la sociedad cubana contemporánea, pues está vertebrado a partir de la idea de la escasez de amor como forzosa clave de la época que nos ha tocado vivir.

En esta singular radiografía del desamor (sin la menor duda, el amor menos cantado y uno de los que más se vive por los días que corren), y donde se retoma la herencia legada por la poética de un género como el tango y de creadores como Luis Eduardo Aute, desde el prisma musical su principal rasgo está dado por el uso de una afinación de la guitarra del trovador en la tonalidad de Re, distinta a la empleada normalmente, y que está tomada de la música de Andalucía. Ya con anterioridad Santiago había trabajado el instrumento de las seis cuerdas con una afinación en Sol. Semejante peculiaridad de utilizar diferentes encordaduras brinda disímiles colores a su música.

La estética de lo que Santi gusta denominar como “canción de arte” y que aparece reflejada a la perfección en Sin Julieta, es continuada en su más reciente fonograma, Ay, la vida, publicado en nuestro país a través del sello Colibrí. Aquí nos reencontramos con los motivos recurrentes que han signado en lo musical y lo textual la obra del creador. Así, en lo poético y siempre desde un lenguaje críptico, una vez más él vuelve a reflexionar desde diferentes aristas acerca del sentido de vivir, en una atmósfera sonora en la que el elemento rock tiene fuerte presencia.

Se destacan entre el conjunto de temas compilados en la grabación, las piezas “Marionetas de Cupido”, “Otras cosas que también”, “Demasiado amar”, “Sostener mi amor”, interpretada a dúo con Silvio Rodríguez; y en especial “Planeta Cuba”, impactante canción que funciona como radiografía del pensamiento ideoestético de Santiago Feliú:

Santiago Feliú 
Prisioneros de la Libertad
pobres, sanos, cultos y valientes
consumidos por la austeridad
medio siglo siendo diferentes
amados, obstinados y sonrientes
llenos de música, ron y fe
y una espera… dividida mal.
Evasivos de la realidad
emigrantes y antiimperialistas
militantes de la dignidad
solidarios y anticomunistas.
Abajo los bloqueos de la mente
ya merecemos más
que aguantar,
que soñar,
que sobrecumplir,
no hay tiempo.
Por la Virgen de la Caridad,
por la sangre de San Ernesto
sigue Cuba, sigue de verdad,
sigue Cuba, sigue resistiendo.

Con una carrera discográfica bastante errática por causa de pésimos contratos, y que lo ha llevado a que hoy Santiago Feliú se decante por ser un creador independiente, sin ataduras con ningún sello, y que carga con sus CDs para venderlos en los conciertos que ofrece, puede asegurarse que a lo largo de su vida como trovador, Santi siempre se ha proyectado en la búsqueda de una canción de arte, ajena a las reglas comerciales impuestas por la tiranía del mercado, y con ello hace valedero aquellas palabras de Pablo Picasso en las que se aseguraba: “…el pintor pinta lo que vende, el artista vende lo que pinta…”

Quiero concluir mi tributo al Santi por su 50 cumpleaños, reproduciendo un fragmento de un texto escrito por nuestro común hermano Humberto Manduley, de seguro una de las personas que entre nosotros mejor ha decodificado la esencia de la propuesta de este genuino trovador, definido por otro buen amigo, Juan Pin Vilar, como “un hippy en el comunismo”. En sus palabras, “el Mandu” deja sentado que en los textos de Santiago Feliú, además de los temas sociales aludidos por mí con anterioridad, aparecen tópicos como los sueños, el tiempo, la muerte y el amor, por lo que con sobrada lucidez afirma:

“Su discurso poético es todo lo personal que permiten las actuales condiciones globalizadoras en el arte. En sus canciones priman metáforas casi dadaístas (‘azul como su hijo, bebé como su cielo’), de un lirismo cristalino, o de una intensidad sobrecogedora (‘sólo con golpes hondos mi alma intranquila entiende’). También es irreverente y cáustico, apasionado y tierno, lúcido y mordaz, una especie de Borges lisérgico (es la primera equivalencia literaria que me viene a la mente) hilvanando palabras hasta decir exactamente lo que esperamos de él. Si bien a veces se mueve en concéntricos círculos intimistas no rehúsa un compromiso generacional. El mismo cantor que apuesta por nuestro devenir social en tanto nación (‘es un amor por Cuba’) expresa sus rabias ante la cerrazón burocrática (‘las buenas locuras las asesina un buen puesto’) o habla sobre la ambigüedad económica actual en el ‘Rock and Rolito de Fulanito y Menganito’. Aún cuando la etapa hipercriticista de los ochenta ha quedado como anécdota, Santi sigue ejerciendo su rol de cronista de un tiempo histórico específico (el suyo, el mío) diciendo las cosas claras, sin tartamudear (¿algo insólito en él, no?), invocando el regreso nunca utópico de Lennon y el Che, hablando contra el oportunista, encarando su postura sin concesiones… y no digo más ‘no vaya a ser que algún cretino diga que uno es contrarrevolucionario’.”

viernes, 18 de mayo de 2012

Pedro Luis Ferrer en Miami... Pero quien toque a mi padre...

Pedro Luis Ferrer en Miami... Pero quien toque a mi padre... 

(tomado del Blog El Diablo Ilustrado)
Me llegó hace unos días la entrevista que le hiciera Wilfredo Cancio en Miami a Pedro Luis Ferrer a razón de unas actuaciones allí de ese gran trovador nuestro. Una vez más la agudeza y profundidad de las razones de Pedro Luis provocan deleite espiritual y nos aportan un buen toque de amor a la libertad y coherencia. La he venido comentando a amigos y muchos me dicen “pásamela a mi correo”; tras el envía que te envía, a cuanto se enteraba, me cayó como la manzana de Newton en la cabeza la conciencia de bloguero y he descubierto la ley de replicar. Subiéndola aquí, simplifico el proceso y la pueden gozar los amigos que no están en el círculo estrecho de los que trato personalmente. 
No sé por qué, tal vez capricho mío, o por una de esas libres asociaciones que hace uno,    mientras avanzaba por la entrevista, en mi mente rodaban los versos de una canción de Pedro Luis, que ya de paso me sirve para titular esta entrada... 
Mi padre fue fidelista;
yo, no tanto como él.
Pero quien toque a mi padre
tiene que darme también.



Pedro Luis Ferrer: El inmovilismo ha puesto en riesgo a la nación cubana.

Por Wilfredo Cancio Isla
El cantautor Pedro Luis Ferrer está de vuelta en Miami. Casi que se trata de una visita de celebración, pues el próximo 17 de septiembre estará cumpliendo 60 años, más de 40 de ellos dedicados a crear y cultivar una obra musical tan prolífica y controversial como raigalmente cubana.
El creador de Romance de la niña mala, Mariposa, En espuma y arena y otras piezas antológicas del cancionero popular cubano contemporáneo ofrecerá este sábado un concierto en Miami que servirá para recorrer hitos y etapas de su espléndida trayectoria artística.
Pensador agudo y polemista incansable, Ferrer ha afincado su obra con un sentido de responsabilidad social y una búsqueda de lo popular sintonizada con los anhelos, la expresividad y el gracejo cubanos. No han faltado escollos, prohibiciones y censura en estos años difíciles en Cuba, pero el artista se las ha arreglado para imponerse y permanecer, de pie y en alta voz, con su música y sus razones.   
Ferrer accedió a dialogar con CaféFuerte sobre estos años de faenas difíciles y reclamos de futuro en Cuba.

Al filo de los 60 años, ¿qué canciones o momentos de tu carrera te dejan más satisfecho en un recuento artístico de cuatro décadas?

Mis canciones son un nutrido resguardo afectivo, porque todas han correspondido al sentimiento y pensamiento de cada momento que me ha tocado experimentar en carne propia. Independientemente de que quizás algunas han sido vencidas ya por el tiempo respecto a mi manera de pensar y sentir -lo cual es lógico. El haberlas escrito desde la convicción me llena de satisfacción, y -en todo caso- me sirven para comprender mi evolución espiritual.
El arte es complejo y sirve no sólo para satisfacer nuestras necesidades, sino para crearlas. Creo que de no haber compuesto algunas canciones, no habrían nacido otras posteriores. A veces una canción no muy eficiente es el preámbulo de una más lograda. No obstante, puedo referirme a Romance de la niña mala -un poema de mi tío Raúl, que aprendí en mi infancia y musicalicé a comienzo de los 70-; Ay, mariposa; Si no fuera por ti; Abuelo Paco; Inseminación Artificial; Como me gusta "hablal" español; En espuma y arena...
Vivir en Cuba
¿Cuál es la clave de tu sobrevivencia en Cuba, artística y social? ¿Por qué decidiste quedarte a trabajar allí a pesar de la censura y las dificultades que te impusieron desde los años 80?

Bueno, no sé por qué hay que hablar de sobrevivencia, como si se tratara de un asunto de vida o muerte. Al menos para mí no lo ha sido. Puedo hablarte sencillamente de mi vivencia. No comparto esa generalización superdramatizada que se ha hecho de todos los rincones de la vida cubana -sin negar que también por momentos el drama forma parte de nuestra realidad nacional; y sin omitir que hay personas que lamentablemente la pasan mal. Ahora bien: en cualquier parte del mundo los artistas deben luchar por su existencia personal y artística. En muchos lugares del planeta no existe el mínimo apoyo institucional para el arte. Y para nadie es un secreto que en Cuba hay excelentes escuelas de arte. Pocos músicos en el mundo cuentan siquiera con un modesto salario -a manera de seguridad social.
Conozco una infinidad de artistas del mundo que no pueden estudiar ni vivir de su vocación artística. Aquí mismo en Miami me he encontrado con actores y músicos que trabajan como dependientes en tiendas y cafeterías -lo cual no es denigrante ni cosa por el estilo- pues lo que ganan como músicos no les alcanza para vivir; y muy esporádicamente hacen la música que desean. Al menos es lo que ellos me cuentan. Tampoco eso quiere decir que Miami sea invivible o un suplicio para todos los músicos.
Por lo demás, jamás decidí quedarme a vivir en Cuba; pues nunca me he planteado la disyuntiva de irme de manera definitiva: sencillamente he vivido en Cuba como cosa natural, como lo hicieron mis abuelos y padres en el machadato y el batistato; como la inmensa mayoría del pueblo, unas veces mejor, otras peor. Entiendo que ir al mundo es algo necesario y debe ser un derecho de todos, sin tener que renunciar a la patria voluntariamente, y sin que te destierren. Lamentablemente, hoy por hoy debemos pedir permiso a las autoridades para salir y entrar en nuestra patria, algo que suponemos cambiará muy pronto.

Explícanos realmente cuándo comenzaste a ser marginado de la cultura oficial. Hay diferentes versiones, pero si no estoy equivocado tuvo que ver con un incidente tras tu defensa pública de Celia Cruz. Por entonces oí a Carlos Aldana decir en una reunión que no ibas a pasar de la Vaquita Pijirigua por mucho tiempo.

 ¿A qué cultura oficial te refieres, ¿a la del gobierno o a la de la nación cubana? Porque, a decir verdad, jamás me he dejado arrebatar el derecho a pertenecer y representar la cultura de mi país. Eso no puede hacerlo ningún decreto ni funcionario, sino yo mismo. Por el contrario, he trabajado más que nunca en estos años por y en la música del pueblo cubano. Por lo demás, jamás he ambicionado ser vocero oficial de los gobernantes. Me apasiona expresar lo que piensa y cree el pueblo trabajador. Respecto al funcionario que tú nombras, no es de mi agrado acusar a nadie en particular; sobre todo porque desconozco a fondo los hechos, me faltan muchos detalles que prefiero ignorar. Evito ser pendenciero. No olvidemos que la realidad cubana por momentos es bastante abigarrada. Comprendo que hubo políticas y decisiones desacertadas; que hubo un manojo de errores colectivos. 

Un asunto muy complejo
¿Has estado preso, detenido, con reclusión domiciliaria alguna vez en Cuba por tu posición de crítica política y social?
 
No. Jamás.

¿De qué figuras establecidas en la cultura oficial has tenido apoyo en tus momentos más difíciles? ¿A alguien quieres agradecer en particular? ¿Cuales son tus relaciones hoy con Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y otros del llamado Movimiento de la Nueva Trova?

En un cierto momento de dificultades político-administrativas tuve una breve y buena relación con el actor Sergio Corrieri, quien entonces era funcionario del Partido Comunista de Cuba (PCC). Su madre era muy amiga de mi padre. Mi relación con los trovadores que mencionas es  cordial, como la que sostengo con una infinidad de artistas que encuentro ocasionalmente en todas partes.

¿En qué se diferencia la Cuba de la crisis ideologica del socialismo de los 90 y la Cuba del siglo XXI en la que te sigues abriendo paso hoy?

Oh, hablar de Cuba en general es muy complejo para mí. Tengo excelentes amigos, historiadores, economistas, juristas que viven en La Habana, y que sí podrían responderte a plenitud una pregunta de tal envergadura. Considero importante un intercambio riguroso con estas personas cultas y bien informadas, porque a veces escucho cosas muy impresionistas y poco fundamentadas, o sencillamente fundamentadas desde una visión muy unilateral. Lo mismo a favor que en contra.

No obstante, debemos acordar que no sólo el socialismo ha tenido crisis ideológica. Al menos eso es lo que dicen muchos filósofos y economistas capitalistas de prestigio mundial. Nada se mantiene estático; ni nada se salva de la crisis. Si algo queda claro hoy es que casi todo se tambalea.

Problemas que tocaron fondo
El gobierno cubano dice que hay cambios estructurales que harán avanzar al país con mayor realismo. En realidad, ¿que está cambiando y que no ha cambiado? ¿Cuáles son tus reclamos fundamentales como ciudadano?

No sólo hay cambios estructurales; también hay una transformación espiritual de la sociedad. Hay problemas que tocaron fondo. Marx decía que la ley se agota en su cumplimiento. Considero que este es el factor fundamental que promueve dichos cambios, pues la sociedad no es un ente pasivo y estático. El inmovilismo gubernamental de todos estos años ha abierto grietas profundas en la espiritualidad de la sociedad cubana; muchos postulados han caído al suelo, fragmentados por la vida, la improductividad y la falta de estímulo a la iniciativa personal.
Pero es un error creer que el pueblo revolucionario de la isla sólo ha perdido valores -como suele afirmarse. Después de haber experimentado el derecho a la salud, la educación y la igualdad racial, es prácticamente imposible despojarlo del anhelo de justicia social y de bienestar colectivo. La sociedad tiene expectativas forjadas por el ideal socialista, independientemente de los errores y disparates que hayan cometido los gobernantes. Los cambios estructurales son una exigencia imperiosa de la vida nacional.  La imprudencia del inmovilismo ha puesto en riesgo no sólo el sistema, sino a la nación misma.
Como he dicho ya en algunas entrevistas que me  han hecho durante esta visita de intercambio cultural, en la isla subsiste la carencia de leyes que respalden la protesta pública. Y dudo sinceramente que en los años inmediatos próximos vaya a haberlas. Para ello habría que iniciarse un proceso complejo de transformación constitucional. Es decir, aún carecemos de leyes que den margen a la protesta pública, y que permitan concebir las protestas como algo inherente al Estado nacional y no como una herramienta enemiga para su derrocamiento. Ello no es probable si no cambia la política de muchos países respecto a Cuba, políticas que -dicho sea de paso- han justificado por mucho tiempo la falta de apertura. En situación de asedio no cabe esperar normalidad.

Entonces, tú crees que hace falta primero esa normalidad para propiciar la discrepancia política...

Desde luego que en un clima de sensatez general sería más probable lograr en Cuba un contrato social que permita encauzar legalmente la discrepancia política. Pero son muchos los factores que atentan contra ello. He conversado con gente en la isla que imagina que en los países de occidente las protestas públicas y las huelgas se llevan a cabo anárquicamente, sin ninguna clase de regulación. Por eso es bueno que la gente viaje y adquiera conocimientos de primera mano. Alguna gente en la isla se sorprende cuando les digo que las huelgas del transporte en España, por ejemplo, se llevan a cabo bajo ciertas regulaciones que obligan a garantizar ciertos servicios mínimos. Considero un error garrafal alimentar el anarquismo y la desobediencia social.
No obstante, percibo que ha crecido el ámbito de libertad dentro de las instituciones. He asistido a conferencias en la Universidad de La Habana, de historiadores, economistas, juristas, que exponen un juicio crítico muy profundo, honesto y científico, sin falsificaciones de ninguna índole y sin adulonerías al poder. Valoraciones equilibradas que no cometen la aberración de descalificar al 100 por ciento todo lo que acontece en la isla.
Lo que quedó atrás
Y en el sector artístico, ¿cómo se evidencia este proceso de cambio?

Idéntica apertura ocurre respecto a las canciones que cantamos hoy en nuestros conciertos: En los años noventa cada actuación mía culminaba con una discusión con funcionarios administrativos, políticos y policías, no obstante ser actuaciones organizadas por las instituciones culturales. Eso, por suerte, quedó atrás, al menos para quienes nos proyectamos con cierta autonomía dentro de un ámbito de respeto y moderación institucional, que no quiere decir claudicación y sometimiento.
Sigue habiendo en la isla artistas censurados y prohibidos, artistas que se proyectan con un discurso de ruptura y descalificación total, de protesta política pública radical, absolutamente al margen las moderaciones institucionales, para lo cual no cuentan con ningún respaldo legal. En resumen, hoy hay más libertad en el ámbito institucional (con restricciones); y continúa un fuego intenso a la protesta extra-institucional que es catalogada de disidencia.
Es bueno tener en cuenta que un planteamiento público irrespetuoso y desbocado hacia la Revolución puede causar una reacción social, pues una parte considerable de la  población -yo calculo que la amplia mayoría- respalda al gobierno revolucionario. Es obligación de cualquier Estado evitar este tipo de disturbio y exigir a todos moderación y cordura. Lo paradójico es que no siempre el poder en la isla ha colaborado consecuentemente con la armonía y la paz social, al permitir que un ciudadano considerado "desafecto" sea objeto de un mitin de repudio, propiciando así la cultura del aplastamiento y la intolerancia. Eso a la larga regresa como boomerang. Enraíza en la psiquis social y cristaliza como cultura de odio.
No es casual que  incluso en Miami se organicen hoy actos de repudio contra los comunistas y revolucionarios, como heraldos continuadores de la intolerancia  acontecida en la Embajada de Perú en La Habana. Quizás sea ese un reclamo fundamental como ciudadano cubano: lograr un Estado que exija respeto a la diversidad ciudadana.

Tú has estado en Miami en varias ocasiones. ¿Como ves el Miami actual en comparación con el Miami que visitaste en 1994?

Mucho más diverso en su composición político-ideológica. Más latinoamericano.

¿Si te pidiera aferrarte a un símbolo de cubanía, con cual te quedabas?

Con el mapa de la isla de Cuba, el caimán.

miércoles, 18 de abril de 2012

Lázaro García, medio siglo de canción sentida

Julio Martínez Molina

CIENFUEGOS.— La Jornada de la Cultura Cienfueguera, que transcurre esta semana en recuerdo de la fundación de la villa Fernandina de Jagua el 22 de abril de 1819, conmemora el medio siglo de vida artística de Lázaro García mediante varias acciones, entre ellas una gala-homenaje en el teatro Tomás Terry.

En distintas conversaciones con este cantautor, interesado desde niño por la música, suele reiterar que siempre le atrajo la canción que "le expresase algo, con algún sentido como literatura o arte". Fiel a su prédica, la ha cultivado a través de su existencia.

Preconizó hasta hoy (y llevó a la práctica, lo más importante) un discurso que reniega de los falsos oropeles, las famas fabricadas por mercantiles fórmulas de laboratorio, el cual confiere rango de preminencia a la magnitud del mensaje de la obra por arriba de cuanto se puede alcanzar materialmente en virtud de ella.

De él, opinó Vicente Feliú que "es un trovador de pura cepa, de esos que saben de dónde son —el ombligo—, hasta dónde van —el infinito—, y que ha sabido cultivar, más acá y más allá de la canción, la amistad".

Así es, sobre el particular podrían referirse decenas de anécdotas. Su Peña Ateneo convoca cada mes a destacados intérpretes de todo el país, amigos del creador.

Justo en compañía de Feliú, produjo para el 2003 el disco Regresaré, a partir de poemas musicalizados del libro Desde mi altura, de Antonio (Tony) Guerrero. Más adelante, hizo otro tanto, en el estudio Abdala, con El dulce abismo: música y razón.

Nacieron al mundo constituye un reciente tema de Lázaro dedicado a los Cinco Héroes, de quienes el artista elogia "su grandeza, sencillez y transparencia".

Creador incansable, autor de canciones que forman parte de la parcela más entrañable del patrimonio musical cubano del siglo XX, promotor consuetudinario del Movimiento de la Nueva Trova —entre cuyos fundadores se encuentra—, combatiente internacionalista, productor, artífice de proyectos propios y de muchos talentos a los cuales brindó o brinda apoyo, pudieran ser algunos de los muchos calificativos que cabrían hacérsele.

Calidad más compromiso constituyen un binomio que refrenda y legitima su obra. Sus palabras lo definen: "Estoy directamente ligado a la Revolución, sobre todo mediante la Nueva Trova, porque nos agarró en la juventud; fue el pleno cambio el que obligó a buscar un canto nuevo, con otros escenarios. Lo más importante es que la Revolución nos enseñó varias cosas sobre los valores estéticos: nos enseñó a amar la calidad".

lunes, 19 de marzo de 2012

El Día del Trovador

Por Lino Betancour Molina

Santiago de Cuba es una ciudad pródiga en trovadores llamados José y como es sabido, en Cuba, a los llamados así se les conoce con el sobrenombre de Pepe.

En el Santoral de la Iglesia Católica el día de San José es el 19 de marzo, de manera que a los nacidos en esa fecha, por lo regular, eran bautizados con el nombre de José y Josefina, según el sexo. Así tenemos a famosos trovadores llamados José, o sea, Pepe. La historia musical recoge los nombres de Pepe Sánchez, Pepe Bandera, Pepe Figuarola, Pepe Siguita, Pepe Prior, Pepe el cubano, Pepe Pedralles, Pepe Ojeda, Pepe Téllez, Pepe Martínez, Pepe Griñán, Pepe Echavarra, Pepe el Duke, Pepe Miamá y Pepe Tejeda.

Como todos ellos celebraban su onomástico o "santo", como se dice en la zona oriental, la noche antes, el 18 de marzo, se reunían en la Plaza de Marte, muchos trovadores, los cuales, en pequeños grupos, ensayaban sus cantos o afinaban sus guitarras. Casi a la medianoche, puestos de acuerdo, se encaminaban hacia las casas de los trovadores llamados Pepe, a ofrecerles sus serenatas, como una forma de felicitarlos cantando. Nada mejor para alegrarlos en su día, a él y a su familia, y muchas veces a los vecinos que se sumaban a la alegre canturía.

Al amanecer del día 19, todos se dirigían cantando por las calles hasta la casa del maestro Pepe Sánchez, llamado El precursor de la trova. Allí, junto a su familia aguardaba a los trovadores, mientras que en el patio, bajo una frondosa arboleda, borboteaba un suculento sopón conteniendo variadas viandas y, por supuesto, con suficiente carne de la cabeza de un cerdo a los que en Santiago llaman macho.

Así las cosas, repuestos de una noche en vela los trovadores continuaban cantando durante todo el día de San José. Era un día de fiestas trovadorescas.

Al cabo de los años, la costumbre de serenatear la noche anterior al 19 de marzo, se convierte en una tradición aunque muchos de aquellos Pepe ya hubieran desaparecido físicamente.
El 19 de marzo devino fecha para homenajear a Pepe Sánchez, y por supuesto, a todos los trovadores: nació entonces el Día del Trovador. Ninguna fecha mejor que esa para rendir honores a los hombres y mujeres que a lo largo de los años han cultivado la canción trovadoresca, como firme expresión de legítima cubanía.

La trova cubana, la de siempre, ha tenido como elementos de inspiración los temas que expresan admiración y respeto a los héroes y mártires de las gestas independentistas, tanto a los mambises del siglo XIX como a los que lucharon por nuestra definitiva independencia en años más recientes. José Martí, Antonio Maceo, Máximo Gómez, Guillermón Moncada, Agramonte, y otros junto a los nombres de Che Guevara y Camilo Cienfuegos son revolucionarios merecedores de los cantos de la trova.

Otros temas aludidos en las canciones trovadorescas son la admiración por el paisaje cubano, el amor a la mujer, no solo por su belleza, sino también por sus virtudes patrióticas.

En los últimos años, y a partir de 1964, en Santiago de Cuba se organiza anualmente el Festival Internacional de la Trova que lleva el nombre de Pepe Sánchez, y que se celebra, precisamente, dentro de la semana del 19 de marzo.

Ese día todos los participantes en el festival se dirigen en respetuoso peregrinar hasta el Cementerio Santa Ifigenia, y depositan ofrendas florales ante las tumbas que guardan los restos de destacados trovadores. Y por supuesto las primeras rosas son para nuestro Héroe Nacional José Martí.

En cada panteón se canta una de las obras del trovador allí sepultado. Pepe Sánchez, Pepe Bandera, Miguel Matamoros, Francisco Repilado, Ñico Saquito y Ramón Ivonet, a nombre de los cientos de gloriosos trovadores que allí tienen su eterna morada, reciben el homenaje de los trovadores y del pueblo de Cuba que se suma a este acto de devoción cultural.

¿Por qué Santiago y no otra ciudad?... Pues porque Santiago esta considerado unánimemente por los estudiosos de la música cubana como la cuna de la trova cubana. Allí nacieron, se criaron y desarrollaron su actividad artística decenas de famosos trovadores, como los ya mencionados, y otros más que se han sumado al paso de los años y que han ido engrosando la inmensa relación de los patriarcas del género.

Santiago de Cuba se convierte así en la región donde se acunan la mayoría de los grandes trovadores pero, todos estamos de acuerdo que también Sancti Spíritus es tierra de famosos trovadores que han aportado verdaderas joyas de la cancionística universal, al igual que La Habana.

Este año el Festival Internacional de la Trova Pepe Sánchez comenzará el jueves 15 de marzo con el evento teórico, donde destacados musicólogos e investigadores de esta manifestación musical disertarán acerca de diversos aspectos. En horas de la noche se efectuará la inauguración oficial frente al Museo de la Clandestinidad, en el barrio El Tívoli, zona que ha aportado destacados trovadores.

El festival de este año estará dedicado a sus 50 años, a los 40 años de fundada la Nueva Trova y a la recientemente fallecida Sara González. La clausura se efectuará el lunes 19, precisamente Día del Trovador con una gran trovada en el Parque Céspedes, en el centro de la ciudad.

De manera tal que, como hace ya cincuenta años, la ciudad de Santiago de Cuba vibrará de gozo con las notas de las guitarras acompañando las voces de trovadores de todo el país invitados a esta cita.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Palabras en la Universidad Nacional de Córdoba

Estimada Rectora de la Universidad Nacional de Córdoba.
Profesores, alumnos, amigos:

En las diferentes luchas de emancipación de Cuba, siempre participaron hombres de diversos países: latinoamericanos, españoles, polacos, chinos, norteamericanos; por sus méritos, llegó a ser General en Jefe el dominicano Máximo Gómez Báez.

Posteriormente, como en gratitud, generaciones de cubanos han participado en gestas de distinto tipo en países del mundo. Sólo en los años 30 del pasado siglo, en la guerra civil española, lucharon más de un millar de cubanos voluntarios en las brigadas internacionales.

Pero después del triunfo de la Revolución, en la década del 60, la idea de ser internacionalista empezó a ser en Cuba algo así como lo máximo, y por estar dispuesto a serlo llegó a medirse la calidad de hombres y mujeres. Incluso se hizo habitual que pusiéramos por escrito nuestra disposición de ir a cualquier punto del planeta en que la solidaridad nos reclamara.

Aún así, inicialmente yo no entendía muy bien el internacionalismo. Hasta los 20 años pensaba que era un gesto generoso, pero no estaba totalmente convencido de aquello de marcharse a ayudar a otro país, cuando en nuestra propia tierra faltaba tanto por hacer.

Sólo unos pocos años antes, en nuestra más reciente etapa de liberación, luego de una dura travesía desde México hasta Cuba, un argentino había formado parte del núcleo que fundara el Ejercito Rebelde. Ya en la Sierra Maestra había comandado la segunda columna guerrillera y había realizado la invasión desde el oriente hasta el occidente de Cuba, a la par del legendario Camilo Cienfuegos. Después había estado al frente de la toma de la importante ciudad de Santa Clara, acción que infringió una derrota significativa al ejército de la tiranía. Este argentino formó parte del Gobierno Revolucionario, fue presidente del Banco Nacional y Ministro de Industrias. Además fundó una familia y tuvo varios hijos en Cuba. Pero todos sus cargos, incluso su amada familia, los dejó por ser capaz de sentir en su mejilla la bofetada dada a otra persona en otro lugar del mundo, según sus propias palabras.

Comprender la dimensión del sacrificio de este hombre, su idea del internacionalismo como acto supremo de solidaridad, como expresión máxima de la condición humana, movió mis convicciones.

En junio de 1967, cuando fui desmovilizado de mi servicio militar, aquel hombre al que sus compañeros cubanos habían apodado cariñosamente Che, ya se encontraba en Bolivia en otra experiencia internacionalista. Apenas le quedaban 4 meses de vida.

Su muerte, en octubre, fue una conmoción en mi país, muy especialmente para los jóvenes de mi generación. Este hecho, que también tuvo repercusiones universales, terminó de fraguar un arquetipo humano que nos serviría como brújula durante años. Tanto fue así que desde entonces empezaron a salirme composiciones donde trataba de explicar los significados de su altruismo.

La primera de las canciones que compuse motivado por el Che fue La era está pariendo un corazón. Este tema, que al inicio suscitó controversias por el uso de la palabra parir, acabó convirtiéndose en un suceso nacional, interpretado por la extraordinaria Omara Portuondo. Curiosamente también fue la primer canción de la llamada nueva trova que trascendió las fronteras de Cuba, cuando Pino Solanas la incluyó en su importante documental “La Hora de los Hornos”.

Fusil contra Fusil, la segunda canción que escribí por Ernesto Guevara, la compuse sólo unos minutos después que la primera. Y es que en La Era me faltaba el nombre y el apellido de quien me había mostrado aquella forma de entender la solidaridad. Pero siempre fui enemigo de lo demasiado explícito. Por preferencias personales pensaba que las palabras de las canciones tenían que parecerse a los tropos poéticos. Por eso en Fusil contra fusil, más que a la persona, mencioné la conclusión extrema a la que había llegado un hombre: que a los fusiles de los opresores podían responder los fusiles de los oprimidos.

América, te hablo de Ernesto se me apareció en 1972, muy cerca de aquí, en el primer país Latinoamericano que visité. Era el Chile de otro hombre admirable: Salvador Allende, quien había llegado a la presidencia por la vía de las urnas. Su gobierno era una coalición de izquierdas donde sólo el MIR y otros pocos creían en la teoría del foco guerrillero. Un día hubo un gran mitin en el Estadio Nacional, donde figuraban los rostros de muchos próceres de América. Viendo que faltaba el Che, construí mentalmente la canción y cuando llegué al hotel sólo tuve que transcribirla.

Un hombre se levanta, también llamada Antesala de un Tupamaro, la hice para una serie de televisión que contaba las peripecias de la guerrilla urbana del Uruguay. Tuve la suerte de que fuera interpretada por Sara González, que empezaba por entonces y la convirtió en un éxito.

La oveja negra la compuse también en los 70, en un período en que, por identidad continental, traté de usar ritmos de la música andina y del cono sur.

Hombre fue para conmemorar el XX aniversario de la caída del guerrillero. Era 1987 y cuando digo “Hombre y amigo, aún queda para estar contigo, Hombre sin templo, desciende a mi ciudad tu ejemplo”, estoy cantando frustraciones de una sociedad que un Hombre con mayúscula ayudó a fundar con un alto nivel de exigencia.

Desde entonces hasta hoy han cambiado algunas cosas. Con la caída del campo socialista el mundo, que desde el punto de vista de las superpotencias era bipolar, aparentemente empezó a ser dominado por un solo punto de vista. Hablo de apariencias porque nosotros seguimos siendo un Tercer Mundo testimoniante e indignado. Y es que mientras existan las espantosas diferencias que nos separan y las intolerables injusticias que cometen los más poderosos, la idea de redención de hombres como este argentino-cubano-rosarino-cordobés-congolés-boliviano Guevara inspirará principios, obras y canciones.

No hace mucho hice una Tonada del albedrio y la incluí en el último disco que he grabado. En ella retomo la todavía vigente idea del Che de que el socialismo no requiere intelectuales asalariados al pensamiento oficial. Y desmiento a los que quieren estigmatizar al revolucionario como hombre violento. Y es que la violencia a ultranza no hubiera congregado tanto mundo dispar, como hace el Che; esto sólo es posible bajo la divisa del amor.

Algunas de las ideas de este hombre fueron concebidas en un mundo que ha sufrido cambios. Pero su búsqueda de una dignidad humana plena sigue siendo un motor contemporáneo. Porque Ernesto Guevara no tuvo intereses mezquinos: fue un inconforme radical, un iconoclasta que puso su pellejo por delante para dar un sentido superior, más que a su propia vida, a la vida de todos. Por eso ha sido lucidez inspiradora de actos, poemas y canciones en muchos tiempos y lugares. Por eso aún los jóvenes del mundo lo llevan como emblema. Por eso los cubanos todavía andamos con su espíritu en actividades solidarias de la salud, la educación, la cultura, el deporte y la amistad entre los pueblos.

Y en la tarde de hoy pudiera decir que el Che, insólitamente, también está en la profunda gratitud que me motiva este acto, en esta casa Universal de Córdoba, tierra donde este Hombre sin muerte también dejó su huella.

Muchas gracias.