martes, 19 de agosto de 2014

Creative Associates: Del Zunzuneo a los viajeros de la subversión (II)

Por: Randy Alonso Falcón

crucigrama
Las mismas siglas de la CIA

Al fundarse como Creative Associates Inc. (CAI) compartió en sus inicios las mismas letras de las siglas CIA; una coincidencia que varios analistas apuntan con ironía, conocedores del trasfondo operacional de ambas compañías.
En varios artículos académicos, el investigador norteamericano Kenneth J. Saltman, profesor de la DePaul University, en Chicago, ha resaltado el oscuro rol jugado por Creative en operaciones contrainsurgentes, golpes de Estado y proyectos que respaldan “las estrategias de influencia política, militar y económica de EE.UU”.
Saltman documentó el apoyo de CAII (que desde 1985 incorporó la palabra International a su nombre oficial) a los Contras en Nicaragua a fines de los 80, su injerencia en las elecciones nicaragüenses de 1990, su involucramiento en los dos golpes de Estado en Haití contra Jean Bertrand Aristide, y otras fechorías.

Los programas educacionales son el centro de acción de CAII. Sus propósitos definidos son la privatización de la enseñanza en los países donde actúa y la instrucción en el libre mercado y los “valores americanos”. Saltman destaca que CAII es parte de un nuevo movimiento corporativo neoconservador utilizado por el gobierno de EE.UU para apuntalar su hegemonía, americanizando y privatizando la educación, en pro de sumar más naciones en línea con los objetivos norteamericanos.
Así lo ha hecho en Colombia, Honduras, Haití y numerosas naciones de África. En Afganistán, tras la invasión norteamericana, la compañía recibió un contrato de más de 60 millones de dólares para “reconstruir” el sistema educativo y remodelar los planes de estudio.
Así mismo pasó tras la guerra imperial en Iraq. CAII ganó un multimillonario contrato no licitado para reformar la educación de ese país (que era una de las mejores del mundo árabe). Construcción de escuelas, producción de nuevos libros de texto, “preparación” de profesores, elaboración de los programas curriculares, administración de los centros escolares, eran parte del encargo.
Lo más escandaloso del contrato es que empezó a tramitarse incluso antes de que se declarara la guerra contra Iraq, en evidente muestra de la conexión de CAII con los más secretos procederes de Washington.
En noviembre de 2002, el ejecutivo de Creative y ex Director de Educación de la USAID para el Oriente Medio (¡sic!), Frank Dall, fue invitado a una discusión con funcionarios de la USAI sobre el sistema de educación iraquí y su reforma.
El 4 de marzo de 2003 (la guerra comenzó la noche del 19 de marzo), USAID invitó a 5 compañías, incluída CAII, a presentar propuestas para un proyecto llamado RISE (Revitalization of Iraqui Schools and Stabilization of Education) con la intención de tener listas unas 25 mil escuelas primarias y secundarias, para un estimado de 4.2 millones de estudiantes.
Sólo CAII, obviamente, estaba preparada para presentar con rapidez una propuesta, y el 26 de marzo se ganó sin oposición el contrato, cifrado inicialmente en 56 millones de dólares por dos años y con un monto total de hasta 190 millones. Frank Dall nombrado Director de Proyecto.
Cuando en octubre 2004 debía comenzar el curso escolar, tras la destrucción que dejó la guerra, muy pocas escuelas incluidas en el programa de CAII estaban listas. Un reporte de una investigadora estadounidense publicado en Education Week reflejaba así la situación: “Los resultados de una encuesta ministerial sobre las escuelas revelada este verano muestra que más de 7 mil de las 11 mil escuelas primarias de Iraq no estaban operando apropiadamente y que más de 4 mil carecían de techo. El estudio estimaba que eran necesarias otras 32 mil aulas para cubrir la demanda”.
Pero los fondos entregados a CAII no fueron destinados mayoritariamente a las escuelas iraquíes. Según el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos, por cada dólar gastado por CAII en Iraq sólo 27 centavos fueron para el sistema de educación y 30 centavos se destinaron a pagar “seguridad”.
Si Creative recibió todos los fondos de USAID previstos inicialmente en el programa (190 millones), eso significa que más de 60 millones de dólares no fueron destinados a la educación, sino a financiar a corporaciones de seguridad privadas como Blackwater y Dyncorp.
Creative Associates tiene otras historias vinculadas al Pentágono, la CIA y sus ejércitos mercenarios, a los que ha servido de fachada para sus planes militares y de inteligencia. En el 2009, el periodista paquistaní Ahmed Quarishi reveló que la sede de CAII en la Ciudad Universitaria de Peshawar, en Paquistán, era utilizada como cobertura de los mercenarios de Blackwater (renombrada como Xe tras los escándalos en Iraq). Efectivos de ese ejército privado custodiaban supuestamente el edificio de CAII en el lugar, pero esta era su cobertura para ejecutar operaciones en la frontera Paquistán-Afganistán. (6)
También se ha especializado la compañía en fomentar la privatización, comercialización, despolitización y estadounización de los medios de comunicación y el periodismo, con proyectos como los que ejecutó en Haití y Afganistán.
Este resumido historial del accionar de Creative hacen concordar irremisiblemente con las conclusiones del profesor Mark Graham en Counterpunch: “Seguro ya se han dado cuenta de que el anagrama de CAII significa “I CIA” (Yo, la CIA).
(Continuará con “Cuba como objetivo. Costa Rica como base)

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