lunes, 8 de abril de 2013

53 años de una política genocida

El 6 de abril de 1960 Lester D. Mallory, subsecretario adjunto de Estado para los Asuntos Interamericanos en el gobierno del general Dwihgt (Ike) Eisenhower, recordaba en un memorando a Roy R. Rubottom Jr., entonces subsecretario de Estado Para los Asuntos Interamericanos, el objetivo de las sanciones económicas contra Cuba:


La mayoría de los cubanos apoya a Castro. No hay oposición política eficaz [¼ ]. El único medio posible para aniquilar el apoyo interno [al régimen] es provocar el desencanto y el desaliento por la insatisfacción económica y la penuria [¼ ]. Se deben emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba [¼ ]. Una medida que podría tener un fuerte impacto sería negar todo financiamiento o envío a Cuba, lo que reduciría los ingresos monetarios y los salarios reales y provocaría el hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno.

El cinismo de esta política hacia Cuba, que ha caracterizado a todas las administraciones estadounidenses, al otorgar siempre vía libre para llevar adelante la guerra económica contra el pueblo cubano, tiene su expresión en lo que hizo entonces Roy R. Rubottom Jr., subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, cuando al recibir el memorando de Mallory estampó al margen del papel esta lacónica respuesta: "Yes"

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