domingo, 14 de marzo de 2021

LOS 27 DE NOVIEMBRE DE LA PATRIA

Todos conocemos la historia del 27 de Noviembre de 1871, fecha fatídica para ocho estudiantes de medicina cubanos, quienes fueron fusilados por las hordas integristas defensoras del estado colonial de Cuba. Pocos recordamos otro 27 de Noviembre, 20 años después, cuando la emigración cubana en Tampa prendió la chispa del independentismo, bajo la dirección de José Martí. En una reseña de aquel acontecimiento, salida en el semanario Cuba y América (21.05.1898), para conmemorar el tercer aniversario de la caída en combate del mártir de Dos Ríos, como allí le llaman, recogen de primera mano los recuerdos de lo sucedido aquel 27 de Noviembre de 1891, y que reproducimos íntegramente más adelante. Sin dudas, esos 27 de Noviembre son los que quedaran en la memoria histórica de nuestro pueblo, que con ingentes sacrificios, y al costo de mucha sangre joven y hermosa, primero puso fin a las cadenas coloniales que mantenían prisionera a la Patria. Y esas mismas banderas de Tampa, Cayo Hueso, Martí, Maceo y Gómez y tantos otros próceres, fueron recogidas, casi un siglo después, por la generación del centenario, que al costo de otro tanto de sangre joven, trajo la total independencia de la Nación cubana, quien había sido por tantos años tutelada y violada por el Tío del Norte.

El anexionismo no es una opción para los cubanos dignos, porque siempre ha sido la corriente de quienes nunca han confiado en las fuerzas propias, en la grandeza de nuestro pueblo, en el derecho que tiene a caer y también a levantarse por sus propios esfuerzos. Sietemesinos, les llamaría Martí, a ellos el olvido. Tanta resistencia y sacrificios de un pueblo noble, hospitalario y solidario, no pueden ser en vano.

José Conde

Berlín, Alemania

--o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o--


A continuación el texto al que nos hemos referido:


La verdad histórica

La organización revolucionaria de los cubanos en el extranjero, No es la obra realizada por esta o aquella agrupación: es sola y exclusiva del mártir de Dos Ríos que la concibió, le dio forma y vida con el concurso decidido de todos sus acendrados adeptos.

Así conviene dejarlo sentado de una vez para siempre a fin de que la verdad histórica no se altere, ni la vanidad o la Gloria falsa quieran apropiarse la verdadera que sólo cupo al genio inmortal de José Martí.

Estás líneas van encaminadas a demostrar que, a lo menos, por lo que a Tampa concierne, la obra redentora de los cubanos, surgió de aquí por uno de esos acontecimientos casuales que se suceden en la vida de los pueblos; casualidad que no le quita nada de su gloria por más que se empeñen personalidades distinguidas y apreciadas, en oscurecerla, quitándole lo que en justicia le pertenece, acaso por desconocer los acontecimientos políticos que se desarrollaron en la colonia cubana de Ibor City.

El 10 de octubre de 1891, Tampa dio el más grandioso espectáculo que los emigrados en 22 años habían llevado a cabo, celebrando con gran pompa y unidad el aniversario del Grito de Yara, dando lugar esta fiesta patriótica a qué España protestará del acto por medio de su Ministro Plenipotenciario.

Levantado algún tanto el espíritu desde esa fecha, los cubanos de Tampa empezaron a cambiar impresiones y simpatías con los demás emigrados en otras poblaciones de los Estados Unidos y desde entonces acaso está está la chispa revolucionaria que alzo al pueblo de Cuba contra su opresora de cuatro siglos.

Organizada desde mucho antes de la citada fecha la Liga Patriótica cubana, conocida por Sociedad de Socorros Mutuos --Hermanos de la Fe--, sus trabajos secretos fueron de grandísima utilidad para la colonia cubana en general; y a esa sociedad que nadie menciona, en parte se debe a la gloria que hoy Tampa puede ostentar orgullosa.

A poco de establecida la Liga, se fundó el Club cubano “Ignacio Agramonte” que trajo por primera vez a la Florida al eximio Martí.

Martí fue llamado para la celebración de una velada literaria organizada por dicho club y acaso muchos miembros de esa agrupación cubana no hayan olvidado aún los sinsabores que pasaron; porque, fuerza es confesarlo: lo mismo aquí que en Cayo Hueso, la venida de Martí sembró, sin que sepamos por qué, ciertos antagonismos que a poco de su llegada desaparecieron como por encanto.

La presencia de él bastó para que el pueblo cubano se mostrara confiado y esperanzado de algo que acaso presentía, pero sin explicarse bien a las claras lo que pasaba alrededor no midiendo la importancia de esa visita ni los acontecimientos que de ellas pudieron derivarse. El fervor patriótico y extremado de aquellos días era debido a las torpezas y actos vandálicos que los tabaqueros españoles habían realizado contra la colonia cubana…

El 25 de noviembre de 1891, llego a esta población el Mesías cubano y al día siguiente se celebró la gran velada literaria, siendo Martí debidamente presentado y muy bien recibido por el público congregado en los entonces amplios salones del Liceo cubano.

Fue en esa velada en la que quedó colocada la primera piedra de la revolución. Fue de esa velada dónde surgió el chispazo que conmovió al mundo y trastorno más de un espíritu allá en Cuba…

El 27 de noviembre de 1891 Martí se inició en la agrupación de carácter secreto Liga Patriótica cubana conocida por el vulgo por Sociedad de Socorros Mutuos: Hermanos de la Fe, y fue en esa reunión en la que Martí dijo: que todo lo había encontrado hecho. Palabras que son un escudo para Tampa.

El 28 de noviembre de 1891, el pueblo en masa acudió al liceo cubano para despedirse de Martí. En aquellos salones estaba toda la sociedad de Ibor City: el cubano, el español, el americano y el italiano. Todos confraternizaban, todos eran un solo hombre para clamar y vitorear a Martí.

A poco de dar comienzo la fiesta, el señor Rivero con voz firme y reposada pronunció un corto discurso y acto seguido dio lectura a las resoluciones que Tampa adoptaba en asamblea Magna para comenzar los trabajos para la unidad de todos los cubanos emigrados, las cuales fueron aclamadas por unanimidad.

Llegó la hora de partir y la manifestación fue imponente como el acto que se acababa de realizar, llevándose Martí el alma, el corazón de este pueblo y la chispa de la revolución recogida por él y por el lanzada.

¿Quién fue el hombre previsor que conoció el alma del pueblo cubano y recogió todos sus sentimientos y los concretos como un deseo vivo en el preámbulo elocuente y las resoluciones previsoras para la unificación de los cubanos?

La historia no lo podrá decir, porque acaso el historiador no esté al tanto de los datos precisos y conviene que se lo digamos: el Preámbulo y las resoluciones adoptadas por la emigración cubana de Tampa, fuero escritas a vuela pluma por José Martí, de visita en esta colonia y las convirtió poco más tarde en las Bases y Estatutos Secretos del Partido Revolucionario Cubano, surgido del histórico Cayo Hueso adónde Martí fue llamado después de su visita a Tampa.

Esa fue la obra, ese fue el chispazo que salió de Tampa y como recuerdo de ese día memorable conservo en mi poder el original del preámbulo y de las resoluciones que escribió José Martí. A él, solo a él, pertenece esa obra gigante que hoy realiza nuestra emancipación,Iniciar a como hemos dicho y consumada por el esfuerzo de un pueblo heroico.

José G. Ramírez

Tampa, Florida

No hay comentarios:

Publicar un comentario