F. La utilización de propagandistas secretos y las acciones
realizadas por estos, tal como se establece en las investigaciones del
Comité Church, así como las acciones realizadas por los propagandistas
secretos en Miami en el período comprendido entre 1996 y 2001, están
prohibidas por la Constitución
107. Utilizamos el término “periodistas” de la misma forma en que en los documentos del Gobierno se refieren a otros periodistas pagados que han trabajado de forma encubierta para el Gobierno. Es una descripción inadecuada. Una descripción más adecuada sería “Agentes secretos a sueldo”. Es probable que los agentes en Miami también fungieran como informantes, organizadores comunitarios, interfirieran intencionalmente con el jurado, plantaran de forma encubierta artículos distorsionados, realizaran actividades de inteligencia interna, hayan incluso dado información al equipo de investigación de la fiscalía, y hayan realizado un sinnúmero de actividades inconstitucionales. Esto es lo que otros agentes “periodistas” han hecho tanto en el pasado como desde entonces.
108.
Al investigar lo sucedido en Miami entre 1996 y 2001, al igual que en
el caso Williams y el caso de América Central de 1987, estamos ante
muchas de las áreas más secretas de la actividad gubernamental, como se
refleja en las opiniones de Alvin Snyder, el Comité Church y la GAO.107. Utilizamos el término “periodistas” de la misma forma en que en los documentos del Gobierno se refieren a otros periodistas pagados que han trabajado de forma encubierta para el Gobierno. Es una descripción inadecuada. Una descripción más adecuada sería “Agentes secretos a sueldo”. Es probable que los agentes en Miami también fungieran como informantes, organizadores comunitarios, interfirieran intencionalmente con el jurado, plantaran de forma encubierta artículos distorsionados, realizaran actividades de inteligencia interna, hayan incluso dado información al equipo de investigación de la fiscalía, y hayan realizado un sinnúmero de actividades inconstitucionales. Esto es lo que otros agentes “periodistas” han hecho tanto en el pasado como desde entonces.
109. La investigación realizada en 1976 por la Comisión de Inteligencia del Senado, sacó a la luz las relaciones secretas del Gobierno con la prensa. Esos “hechos” y su encubrimiento y ocultación, fueron el prototipo de lo que más tarde ocurriría en Miami.
110. El profesor Stephen Kimber, un respetado académico en la Universidad de Kings College en Halifax, ha escrito un libro que se publicará el año entrante, que trata básicamente sobre lo que estaba sucediendo en Miami y en La Habana, antes, durante y después del derribo. Titulado “What Lies Across the Water: The Real Story of the Cuban Five” (Lo que hay del otro lado del agua: la verdadera historia de los cinco cubanos), el libro explica porqué a los agentes/periodistas secretos pagados por el Gobierno les resultó tan fácil crear una atmósfera de miedo, intimidación y hostilidad para los testigos y miembros del jurado, que imposibilitó un juicio imparcial. El profesor Kimber muestra la relación entre el pasado y el presente en relación con los pagos realizados en Miami y las motivaciones tanto de los que pagaron el dinero como de los que lo recibieron.
111. Un fragmento del libro del profesor Kimber dice:
“El día después de haberse anunciado los cargos iniciales, el reportero del Nuevo Herald Pablo Alfonso insinuó –sin ofrecer ninguna prueba concreta—que los arrestos del FBI ‘puede ser una acción dirigida a prevenir una posible colaboración entre el gobierno cubano y los países involucrados en acciones terroristas contra los Estados Unidos’. …luego, resucita la retórica de la Guerra Fría para sugerir que ‘la idea de enviar espías cubanos en masa a Miami había sido diseñada hacia más de treinta años en la ciudad georgiana de Pitsunda en la antigua Unión Soviética”, durante una conversación entre el líder soviético Nikita Jruschov y Fidel Castro, después de la crisis de los cohetes en Cuba. (Pág. 346)
112. Ahora que nosotros, los académicos y los Tribunales, nos estamos enterando de lo que sucedió, los abogados de la defensa en este caso, después de escuchar las grabaciones secretas del Gobierno y con el uso de “información de segunda mano”, podrán conocer sobre otros eventos relacionados con la fiscalía, que interfirieron en la defensa e influenciaron al jurado. La información confirma, en detalle, la investigación y las conclusiones del profesor Kimber, Alvin Snyder, Oscar Corral, Abby Goodnough, Mike Clary, los informes anteriores y posteriores de la GAO y de otros. Consideramos que ya se sabe lo suficiente para revocar las condenas. Si el Tribunal no está de acuerdo, consideramos que, una vez que se nos muestren algunos de los documentos retenidos, podremos señalar con mayor especificación, los intentos de interferir con el propio juicio. Para poder hacer eso, debe producirse una acción exhibitoria, especialmente de las grabaciones y expedientes de Radio/TV Martí que fueron retenidos con anterioridad.
113. El profesor Kimber, escribiendo sobre el hecho de que los agentes pagados se utilizasen los unos a los otros como expertos y demostrando cómo se pasaba la información de un periodista a otro hasta convertirse en un hecho irrefutable, nos dice:
“En un artículo escrito para el Diario Las Américas el 20 de septiembre de 1998, Ariel Remos repite como un papagayo y amplía la afirmación de Alfonso de que los arrestos ‘podrían estar’ relacionados con los planes terroristas de Cuba, y luego sube la parada al relacionar ‘el tema de los espías con los traficantes de droga’, afirmando –una vez más sin ofrecer evidencia alguna—que era ‘obvio’ que Castro ‘ha estado involucrado de forma significativa en el tráfico de drogas’.
“Dos años y medio más tarde, el día en que el jurado no aislado comenzaría sus deliberaciones para el veredicto, El Nuevo Herald anunció con bombos y platillos el titular: ‘Cuba empleó alucinógenos para entrenar a sus espías’. En el artículo, Wilfredo Cancio citó más fuentes anónimas, que sugerían que Cuba administraba LSD y otros alucinógenos a sus espías para entrenarlos para sus misiones.
“Llegó un momento, en que la retórica incendiaria anticubana en la prensa hispana en el sur de la Florida estaba al mismo nivel que el discurso habitual del exilio en Miami, pero, como luego se sabría, también estaba siendo financiada simultánea y subrepticiamente por el mismo gobierno estadounidense que juzgaba a los Cinco. Al menos 10 reconocidos periodistas del sur de la Florida, incluidos Alfonso, Remos y Cancio, complementaban sus salarios con decenas de miles de dólares no reportados de la Junta de Gobernadores de las Transmisiones y la Oficina de Transmisiones a Cuba, financiadas por el gobierno estadounidense.
“Después que los pagos secretos a los periodistas fueron finalmente revelados en 2006, el Herald los despidió [Alfonso y Cancio] por violar la “confianza sagrada” entre periodistas y público.
Pero, para ese entonces, el daño ya estaba hecho. (pp 346 y 347)
114. Como señala el profesor Kimber, contradiciendo una vez más la posición del Gobierno, el problema no radica en las opiniones históricas del periodista sobre Jruschov, Elián González, Bahía de Cochinos, la crisis cubana de los cohetes o Fidel Castro, sino en la forma en que el Gobierno pagó clandestinamente a propagandistas sofisticados en Miami para tejer juntos las diferentes tramas de la Guerra Fría, sus parámetros históricos y demonios políticos, incluidos los “asesinados y destruidos” por los enemigos de Estados Unidos y “los que están por asesinar”, como contexto de sus narraciones, a fin de lograr el objetivo que el Gobierno perseguía. Existe un formato estridente e incendiario, seguido al pie de la letra por todos los artículos, salidos todos del mismo molde defectuoso.
115. Remos, mencionado en el artículo del Miami Herald en septiembre de 2006 y en el libro de Kimber, miembro del ala derecha del movimiento del exilio cubano, escribió artículos sobre Gerardo Hernández y sobre las relaciones cubano-americanas. Ninguno de ellos eran noticias ni artículos de opinión, sino habilidosos artículos de propaganda dirigidos a los miembros del jurado, sus vecinos y a la opinión pública estadounidense en general.
116. Un ejemplo de ello es el artículo escrito por Remos el 13 de octubre de 1998, un mes después de los arrestos56 . Este es la clase de artículo que el Gobierno alega no debe ser objeto de indagación. Lo hemos seleccionado porque, como alega el Gobierno, parece inofensivo e irrelevante. No se centra en el derribo ni en el juicio. Es, a nuestro juicio, “el mejor” artículo para el argumento del Gobierno.
117. Remos, pagado por los Estados Unidos, glorifica a los individuos encarcelados en los Estados Unidos por asesinato y violencia. Remos denigra cualquier opinión en contrario por leve que sea. Remos califica y cita a estos exiliados juzgados y encarcelados por Estados Unidos como “especialistas” en democracia, sobre lo que sucedió y está sucediendo en Cuba, y sobre cada uno de los aspectos del conflicto cubano-americano. Su artículo tiene una narración y estructura preestablecidas --su misma historia se repite y se repite y se repite—y otros propagandistas la repiten una y otra vez en todos los posibles medios que el Gobierno pueda encontrar.
118. El artículo de Remos se hace pasar por una noticia sobre un evento específico. Como el Gobierno insiste en que no somos lo suficientemente específicos, hemos incluido el artículo completo escrito por Remos el 13 de octubre de 1998, a fin de que el Tribunal pueda analizar con claridad su anatomía. Cuando el Tribunal analice el diseño de los otros cientos de artículos propagandísticos y programas de radio, comprobará su similitud.
“Respondiendo a un llamado de las principales organizaciones anticastristas activas, casi 100 000 personas (según el cálculo de la agencia internacional de noticias española EFE) participaron en la Marcha por la Intransigencia Patriótica el sábado, para evidenciar ese día su repudio a la tiranía de Fidel Castro y su firme posición de no “aceptar ningún tipo de acuerdo” con la misma.
“Poco después del mediodía del sábado, individuos y organizaciones comenzaron a reunirse en la Calle 8 y Avenida 17 hacia el este y uno podía comenzar a ver las banderas cubanas y las pancartas con lemas relacionados con el acto y otros temas, como las pancartas de la Junta Patriótica Cubana: “Tony Varona, Alma Mater del Exilio”, “Queremos la Constitución del 40”, “Mas Canosa Vive,” “Adelante, Adelante, Adelante,” y “Libertad para Eduardo Arocena” y otras personas encarceladas en los Estados Unidos por luchar contra el comunismo y cientos más.
“Desde temprano, junto con las personas reunidas, se encontraban los alcaldes del Condado de Dade, Alex Penelas y de Miami, Joe Carollo. Penelas declaró a la prensa que la comunidad en el exilio no está inactiva como algunos suponen. Carollo comentó al DIARIO LAS AMÉRICAS: “La comunidad en el exilio está manifestando los verdaderos sentimientos de intransigencia, de no hacer tratos con el crimen ni la injusticia, y que el mal, como la tiranía de Castro, debe ser arrancado de raíz.
“Entre otras personalidades, podían verse al representante del estado Carlos Valdés, el comisionado de la ciudad Tomás Regalado, el miembro del Consejo Escolar Demetrio Pérez y a Joe Bush, candidato para gobernador de la Florida. ‘Estoy aquí con los amigos del exilio que quieren libertad y justicia para Cuba”, comentó.
“La presencia del periodista y diplomático Rafael Bonilla Aybar fue uno de los acontecimientos más importantes en la Marcha, por sus relaciones con la causa de los exiliados y por el hecho de que fue físicamente agredido por elementos castristas en su propia tierra dominicana, recibiendo innumerables deseos de bienestar y muestras de solidaridad por parte de sus amigos y admiradores exiliados.
“Una gran bandera cubana, de varios metros de ancho y largo --que ha acompañado las últimas manifestaciones patrióticas de los exiliados-- fue desplegada con todo su simbolismo y llevada en alto principalmente por exprisioneros políticos de la tiranía. Asimismo, la imagen de Nuestra Señora de Fátima, llevada en andas sobre los hombros de miembros del TFP, con un grupo de 25 jóvenes venidos directamente de Pensilvania, que cantaron el Himno Nacional cubano para clausurar el evento, fue otro de los emotivos momentos del desfile.
“La Marcha, convocada por la Coordinación de los 9 y respaldada por un número infinito de organizaciones, se extendía desde la Avenida 17 hasta la Avenida 13, la intersección del Monumento a los Mártires de Girón (Bahía de Cochinos – nota del editor), donde se reunieron los organizadores y personalidades. A las 2:30 aproximadamente, se inició el desfile por toda la Calle 8 hacia el este, hasta la 4ta Avenida donde se encontraba la tribuna en la que hablaron los oradores.
“Los discursos fueron breves, exponiendo las razones y doctrinas de la Marcha, sobre la base del documento “Cuba en una encrucijada”, suscrito por decenas de miles de personas. Uno de los puntos es el rechazo a los elementos internacionales que promueven una formula negociada que perpetuaría al régimen o le daría continuidad a través de una variante. ‘Estamos aquí porque nuestra nación está atravesando por el momento más crítico de su historia”, decía Armando Pérez Roura en el momento en que un provocador sacaba una pancarta en la que se leía: ‘Paz, no guerra’. El provocador fue sacado de inmediato por la policía y los encargados de la seguridad en la Marcha. ‘Estos son los infiltrados de Castro que desenmascaramos aquí, Estos son los cubanos que se venden a la tiranía por unas cuantas monedas. Estos son los Judas que traicionan a la patria sacrificada…’, continuó Pérez Roura, quien entonces comenzó a referirse a ‘una serie de elementos internacionales que vuelan como auras tiñosas sobre la carroña, para imponerle a nuestra amada Cuba una fórmula negociada totalmente ajena a los intereses de nuestro sufrido pueblo’. ‘Estamos solos y abandonados, pero esta marcha demuestra que seguimos firmes y con honor… No aceptamos ningún tipo de intervención mediadora por elementos internacionales, ya sean gobiernos u organizaciones supranacionales, en un proceso que conduzca a la solución de la crisis cubana’, dijo el Dr. Enrique Huertas, presidente del Colegio Médico Cuba Libre, quien desde el podio dirigió un elocuente reconocimiento a la presencia del Dr. Horacio Aguirre, director del DIARIO LAS AMÉRICAS y del periodista Rafael Bonilla Aybar, quien también fue mencionado por los doctores Antonio Jorge, de la Concertación Cívica Cubana y Luis Gómez Domínguez, de la Federación Mundial de Exprisioneros Políticos Cubanos ”57.
119. Esto se llama propaganda interna, pero de un tipo muy inusual. El articulo de Remos demuestra que se estaban utilizando fondos del Gobierno, millones de dólares, para atacar al Gobierno por castigar a individuos que perpetraron ataques violentos contra la ciudadanía. Este artículo de Remos demuestra que el Gobierno le estaba pagando a Remos para 1) defender a aquellos que habían sido procesados en los Estados Unidos y encarcelados por los Estados Unidos en los Estados Unidos y en otros países, por asesinato y otras acusaciones; 2) glorificar a esos acusados convictos, algunos de los cuales aún permanecen en prisión; 3) criticar a los Estados Unidos por haberlos juzgado y encarcelado y 4) criticar al Gobierno estadounidense por no haber derrocado a Castro. Solo escritores “acólitos” y organismos “acólitos” tienen la libertad de utilizar agentes estadounidenses para atacar a los Estados Unidos con dinero de los Estados Unidos.
120. En la edición del Diario Las Américas del 15 de mayo de 2001, Orlando Bosch inició su artículo sobre el juicio diciendo58 :
Ahora vamos al meollo del asunto, en relación con el juicio que se le sigue a los traidores y miserables espías y las razones históricas que nos impugnan y motivan a la tiranía de Castro y sus esbirros.
“Cuando llegué a este país en 1961, librándome de mi primera sentencia de muerte a la que fui condenado por el régimen de Castro, portando credenciales autenticadas por el heroico Frente Escambray, en busca de ayuda para ese patriótico, colosal y audaz esfuerzo, fui despreciado, engañado e ignorado por algunos de los líderes cubanos de aquel entonces, la CIA y el FBI.
“Luego, el 17 de abril de 1961, el gobierno del presidente Kennedy traicionó a la heroica y valiente Brigada 2506. Más tarde, (crisis de los cohetes de 1962) ese mismo presidente Kennedy, sin derecho ni autoridad sobre el destino de otro pueblo y país llamado Cuba, comercializó y vendió el destino del pueblo cubano al pérfido y perverso tirano ruso N. Jruschov.
“Con estas dos traiciones, el Gobierno de los Estados Unidos dio al traste con su compromiso y deuda moral e histórica con Cuba y con los combatientes cubanos amantes de la libertad dentro y fuera de Cuba, incluido en el territorio de los Estados Unidos. Es por eso que muchos cubanos hicieron uso de ese derecho y sufrieron por muchos años sus consecuencias, a pesar de la persecución, el enjuiciamiento, la prisión, etc., de las que muchas veces fuimos víctimas injustamente.
“…infame juicio contra los espías, que trata de involucrar a varios exiliados al tiempo que intenta justificar lo que constituye una peligrosa e ilegal injerencia de Cuba, a saber, la información proporcionada al tirano sobre supuestas actividades del enemigo en el exilio”.
121. Bosch, mencionado y citado como experto en el artículo de Remos del 13 de octubre de 1998, así como en muchos otros artículos propagandísticos, tiene una historia sórdida. Antiguo operativo de la CIA, Bosch fue declarado un “terrorista impenitente” sentenciado a diez años de prisión en una penitenciaría estadounidense, por el ex Fiscal General Dick Thornburgh. .
122. Todo el artículo de Remos es una propaganda dirigida a un grupo determinado de personas, todas las cuales tienen un interés particular y una agenda individual que promueven con fondos del Gobierno. El artículo resulta muy valioso para la presente moción porque ayuda a conocer a otros miembros del cohesionado grupo. Ayuda a aclarar lo que está opaco. Además de Bosch, Eduardo Arocena, que fue encarcelado por Estados Unidos 59, Juan Pérez Franco, que peleó en Bahía de Cochinos, Andrés Nazario Sargén, miembro de Alpha 66, y otros identificados con la Fundación Nacional Cubano-Americana de Mas Canosa, son identificados en el artículo y en las imágenes que se adjuntan al mismo.
123. Armando Pérez Roura, al que se hace referencia en el artículo de Remos, era director de la WAQI, Radio Mambí, que intentaba transmitir programas a Cuba y retransmitir programas de Radio/TV Martí en los Estados Unidos. Radio/TV Martí retransmitía el programa diario de Roura en Radio Mambí, “Tome Nota”. Creemos que otros periodistas en Radio Mambí, también recibieron fondos ilegales del Gobierno de los Estados Unidos. Roura, Radio Mambí y Radio/TV Martí comentaban permanentemente el juicio.
124. Daniel Morcate también recibió dinero del Gobierno. En la edición del Miami Herald del 13 de mayo de 1999, Morcate trata los mismos temas que Basulto, Estorino y Ariel Remos. Morcate alega que “funcionarios del gobierno estadounidense podrían estar directa o indirectamente involucrados en el delito” y escribe: “Estos procesos, sin embargo, deberían ser solo el inicio de una indagación más profunda. Que la fiscalía haya excluido a Fidel Castro sugiere que el jurado no logró librarse, si no de la presión política, al menos de la preocupación por las posibles repercusiones de llegar al fondo del problema”60 .
125. En su libro, el profesor Kimber dice:
Mientras que el caso de Elián se debatía en las calles de la Pequeña Habana y aparecía en las pantallas de televisión de todo el mundo, los reporteros de la prensa hispana en el sur de la Florida estaban ocupados fomentando en sus lectores –incluidos, por supuesto, los posibles miembros del jurado—una atmósfera de hostilidad e histeria contra los espías cubanos acusados. (p. 346)
126. Importantes intereses nacionales e internacionales estaban en juego en el juicio del Peticionante. Carl Bernstein, ganador del premio Pulitzer, uno de los autores de All the President’s Men (Todos los hombres del Presidente), destacado exreportero del Washington Post y uno de los principales reporteros de investigación del país, escribió ampliamente sobre el uso de los medios de difusión y de los periodistas por el Gobierno en situaciones similares, mucho antes del caso del Peticionante, pronosticando lo que se haría en este caso 61.
127. Como indica el artículo de Carl Bernstein, y contrario al argumento del Gobierno, este no es un caso en el que presentamos un argumento sin fundamento, de cero. No estamos buscando una “pistola humeante”. Los hechos ocurrieron. Nosotros tenemos la “pistola humeante”; el gobierno pagó clandestinamente grandes sumas de dinero a agentes para condenar al Peticionante.
128. En los documentos oficiales del gobierno se evidencia que el Gobierno reconoció el valor que tiene utilizar clandestinamente los medios de difusión en la batalla, muchos años antes de que se produjera el derribo. En 1960, el gobierno era dueño de parte de las estaciones de difusión en Miami y utilizaba periodistas encubiertos en Miami como partidarios en el conflicto cubano-americano62 . En los años siguientes, se realizaron pagos indebidos a medios “independientes” en los medios de difusión para hacer propaganda en los Estados Unidos63 .
129. No podemos hacer que los testigos no gubernamentales con los que queremos hablar, conversen con nosotros, aún cuando localicemos a estos testigos décadas después de transcurrido los hechos. Lo he intentado. Por ejemplo, Thomas Fiedler, el Editor del Miami Herald en la época de los sucesos y actualmente el Decano de la Facultad de Comunicaciones en la Universidad de Boston, que podría ser un testigo importante, dijo que hablaría sobre los hechos solo si fuese citado a declarar. Fiedler sabe lo que sucedió en el Miami Herald, porque estuvo involucrado directamente. Anteriormente ha dicho que fue una propaganda. Él y yo conversamos. No quiere que se piense que está favoreciendo a ninguna de las dos partes, al hablar con una sola de ellas. Al igual que otros posibles testigos, teme se le acuse de connivencia.
130. También queremos obtener una acción exhibitoria de antiguos funcionarios del Gobierno64 . Lo he intentado y he localizado a algunos pero a otros no. Le hice algunas preguntas a un individuo que estuvo involucrado con el Gobierno en la época en cuestión, con un alto puesto en la dirección de la Voz de las Américas y conocedor de Radio/TV Martí, pero inmediatamente que empecé a presionarlo para que me diera respuestas, puso fin a la conversación. Pudo haber respondido casi todas las preguntas que planteamos en la presente moción. El solo responderá si es citado a declarar.
131. Claro que el Gobierno, por ser el Gobierno, tiene mayor acceso no solo a sus empleados pasados y presentes, sino también a testigos no gubernamentales, fondos y otras personas. Representar a cinco acusados convictos en un caso juzgado en Miami, con cuatro muertes y en el que los intereses del Peticionante están presuntamente tan “sumamente vinculados” con Fidel Castro, lo que queda de la amenaza roja y Cuba, hace que a veces, me cierren la puerta en la cara.
132. Siguiendo la tendencia de la publicidad en el caso de las cuestionables acciones del Gobierno, la gota que colmó la copa e hizo que se iniciara la investigación por el Comité Church, fue la publicación del artículo de Seymour M. Hersh en el New York Times el 2 de diciembre de 1974. En dicho artículo, Hersh describía las acciones de las agencias del Gobierno de los Estados Unidos, incluida “una operación de inteligencia masiva, ilegal e interna durante el gobierno de Nixon, contra el movimiento de oposición a la guerra y otros grupos disidentes en los Estados Unidos65 ”.
133. Según el artículo de Carl Bernstein publicado en 1977, las organizaciones que en el pasado cooperaron con el Gobierno a cambio de beneficios monetarios, incluyen la NBC, la ABC, la Associated Press, la United Press International, Reuters, Hearst Newspapers, la revista Newsweek, el Mutual Broadcasting System, Scripps Howard, el Miami Herald, el antiguo Saturday Evening Post y el New York Herald Tribune. Importantes ejecutivos de los medios de difusión también han estado relacionados con este tipo de conducta, incluidos William Paley del Columbia Broadcasting System (Sistema de Transmisiones Columbia), Henry Luce de Time Inc., Arthur Hays Sulzberger del New York Times, Barry Bingham, padre, del Louisville Courier Journal, y James Copley del Copley News Service66 . Según funcionarios gubernamentales, lo que ha resultado más valioso para el Gobierno han sido las asociaciones con los medios de difusión locales.
134. La relación del Gobierno con las “personas importantes” de los medios noticiosos le permitieron, por más de veinte años, contar internamente con valiosos recursos periodísticos, sin ser descubierto. Los registros del Gobierno muestran que, en la mayoría de los casos, funcionarios del más alto rango tratarían con un solo individuo en la dirección de la agencia de noticia con la que estaba cooperando. Ello básicamente representaba una asociación entre funcionarios de alto rango del Gobierno y algunos de los más connotados corresponsales de los medios de difusión. (Bernstein, pág. 2)
135. En este caso como en muchos otros, con frecuencia resulta difícil distinguir la línea divisoria entre la prensa estadounidense y el Gobierno67 . Raras veces, una agencia de noticia ha proporcionado cobertura o a escrito noticias para el Gobierno o se ha producido un intercambio de información entre la agencia y el Gobierno, sin la autorización explícita de la dirección de la agencia. No sabemos sobre los otros medios de difusión involucrados. A menudo, tanto los medios de difusión como el Gobierno, se benefician de reporteros o agentes “encubiertos” que pueden ayudar a redactar una noticia e incluir “hechos” aportados por el Gobierno en los que confían. La idea de que en el pasado el Gobierno solo reclutaba a los reporteros, es falsa. Existe amplia evidencia de que importantes editores y ejecutivos de medios noticiosos, en el pasado, han permito la cooperación de sus organizaciones o han cooperado ellos mismos con el Gobierno. “No la cojamos ahora con unos pobres reporteros, por Dios”, exclamó William Colby a los investigadores del Comité Church en un momento dado. “Hablemos de los directivos. Ellos estaban de acuerdo”68 . En su artículo de 1977, Carl Bernstein plantea que, en total, unas veinticinco organizaciones de noticia han proporcionado cobertura para el Gobierno con anterioridad. Consideramos que en este caso, por supuesto, esas cifras son enormes.
136. No parece que el Gobierno proporcionara fondos a personas que no estuviesen decididas a influir a favor de la condena. Tanto en el pasado como en este caso, el reclutamiento de periodistas generalmente se ha hecho desde Washington D.C. En este caso, fue en Miami. Después de haber pasado por una comprobación de antecedentes y, a menudo, haber firmado un compromiso de confidencialidad y un contrato, el primer contacto y conversación con los periodistas de Miami se hacía a través de un funcionario de alto rango o un operativo del Gobierno. “El acuerdo de confidencialidad era el tipo de ritual que te permitía entrar en el tabernáculo”, expresó un ex asistente del director de una organización gubernamental. ¨Después de eso, tenías que seguir las reglas”.
137. David Attlee Phillips, oficial de la Agencia Central de Inteligencia durante 25 años, que estuvo involucrado con Alpha 66, una organización de luchadores contra Castro, y con su fundador Antonio Veclana, estimó en una entrevista que de 1952 a 1977, no menos de 200 periodistas firmaron acuerdos de confidencialidad o contratos de empleo con el Gobierno.
138. Creo que el número de acuerdos de ese tipo, firmados en Miami durante el período que nos ocupa, sobrepasan esa cifra. Otro funcionario ofreció un ejemplo típico de cómo los periodistas en la nómina del Gobierno podían ser utilizados. “A cambio de la información que le suministrábamos, les pedíamos hacer cosas, que se avenían a su papel de periodistas, que nunca se les hubiese ocurrido hacer a menos que nosotros le diésemos la idea”. Eso es, por supuesto, lo que algunos empleados hacen por dinero y en lo que algunos empleadores insisten.
139. En Miami, antes, durante y después del juicio, hubo cooperación, acuerdo y coincidencia entre los empleados del Gobierno, las direcciones de los medios de difusión y los periodistas pagados. El movimiento del exilio cubano subvirtió la prensa independiente en su objetivo de desempeñar un papel predominante en la política de Miami. La investigación del Comité Church, en sus esferas de su competencia, demostró que los medios de difusión compartieron información y personal con el Gobierno y que el Gobierno le dijo a los medios de difusión cuales eran exactamente los titulares que quería. En Miami, el Gobierno hizo lo mismo: creó los titulares. Todo, a cambio de compensación financiera por parte del Gobierno. En este caso, los seudónimos y las “fuentes” utilizados en los artículos políticos violaban las normas periodísticas. Los periodistas cuya participación quedó demostrada por el Comité Church, incluían desde ganadores del Premio Pulitzer hasta freelance que trataban de ganar un poco más de dinero. En la mayoría de estos casos, los periodistas participaban en esta actividad con el conocimiento y consentimiento de los medios noticiosos más importantes de Estados Unidos. Se ha afirmado que Joseph Alsop, uno de los más reconocidos columnistas de Estados Unidos en la década del cincuenta dijo: “Siento orgullo de que me lo pidieran y de haberlo hecho. El concepto de que un periodista no tiene compromiso con su país es pura pendejada”. (Bernstein pág. 2). No existen razones para creer que ninguno de los agentes del Gobierno involucrados en este caso tuviese menos agallas. Puede que sus motivaciones no fuesen solo el dinero y que vieran en ello su lucha, su país, sus familias, sus vidas, pero el dinero también influyó.
140. Creo que el pasado nos ayuda a saber qué es lo que debemos buscar. En el pasado, fuentes gubernamentales han admitido que en un momento dado, un periodista específico estuvo traficando información para el Gobierno. A menudo, el periodista niega tales acusaciones, alegando que solo estaba almorzando con un funcionario de alto rango del Gobierno. Fuentes del Gobierno muestran que un conocido corresponsal de la ABC trabajó para el Gobierno durante todo el año de 1973, pero se niegan a identificarlo. Un funcionario de alto rango afirmó que incluso el augusto New York Times proporcionó cobertura para unos diez operativos, entre 1950 y 1966, pero no sabía quiénes eran ni quién en la dirección del periódico había hecho las coordinaciones, y esa no era una situación ni remotamente similar al polvorín que era Miami a finales de siglo.
141. Las acciones de estos reporteros y propagandistas en Miami van mucho más allá de la propaganda al despojar a esos hombres de sus derechos. En algunos casos de la historia pasada, las tareas de los reporteros eran mucho más complejas que imprimir propaganda, como señala Carl Bernstein. Tales tareas incluían plantar artículos con información sutilmente distorsionada; la celebración de fiestas y recepciones para que los periodistas se reuniesen con otras personas; ofrecer propaganda “negra” a importantes periodistas durante almuerzos o cenas; proporcionar sus habitaciones de hotel o sus oficinas como “puntos de contacto” para el trasiego de información altamente sensible entre los agentes. ¿Qué servicio prestó deliberadamente el periodista al fiscal al escribir el artículo sobre los alucinógenos, justo cuando el jurado recibía la información sobre el caso? ¿De dónde obtuvo la historia? ¿Realmente existió el “funcionario cubano”? ¿Por qué se publicó en esa fecha? ¿Fue escrita en ese momento crítico o había estado guardada en una gaveta esperando el momento perfecto? ¿Dónde se reprodujo la historia? Uno de los funcionarios del Gobierno que coordinaba algunos de los acuerdos con los periodistas comentó que “Una de las cosas que siempre nos daba resultado para atraer a los periodistas era que podíamos mejorar su posición en su oficina central. Un corresponsal con vínculos con el [Gobierno] tenía muchas más posibilidades que sus competidores de que le dieran los buenos reportajes”. El éxito lo proporciona el acceso del Gobierno. Éxito es que te publiquen la historia de los alucinógenos exactamente en el momento correcto y en la forma correcta. En este caso, los periodista pagados al parecer tenían el acceso que les permitía obtener información que demostraba a otros periodistas cómo ser recompensados --le enseñaba a los periodistas que no estaban en la nómina, lo que tenían que decir y hacer, inventando historias y escribiendo sobre hechos falsos, para obtener dinero. Mientras más extremistas fuesen los hechos y las narraciones, más dinero recibían.
142. No había razón alguna para que el Tribunal pudiese saber, el día antes de que el jurado recibiera la información sobre el caso, que la historia en la prensa sería que Castro había estado administrando alucinógenos a sus agentes. En aquel entonces, no había razón alguna para creer que esa historia del Gobierno se publicó deliberada y oportunamente para que el jurado pronunciase el veredicto de culpable.
143. Tanto el fiscal, como la defensa y el tribunal de primera instancia, estaban preocupados por la cantidad de información que recibirían los miembros de un jurado que no había sido aislado. El Gobierno, confrontado con lo que creía una falta de la defensa, el 26 de diciembre de 2000 presentó una solicitud para “Hacer cumplir la instrucción del Tribunal a los medios de difusión”. El Gobierno alegó la influencia que podrían tener los comentarios de Robert Nuiccio y declaró que “ninguna de las partes debería tener que sufrir tales dificultades”. Las preocupaciones del Gobierno eran válidas. El Peticionante tuvo que enfrentar dificultades mucho peores que las expuestas en la solicitud presentada por el Gobierno en el 2000.
144. Desconozco hasta qué punto se utilizaron fondos del Gobierno en los medios de difusión independientes de Miami. La Junta de Gobernadores para Transmisiones, el Comité Church, la Voz de las Américas y la administración de Radio/TV Martí, conocen la diferencia entre el mundo de la propaganda y el mundo del periodismo. Las agencias gubernamentales conocen el valor de utilizar propagandistas con antecedentes en la CIA, Nicaragua y Bahía de Cochinos. Sabían qué propagandistas debían utilizar, sabían cómo ubicarlos y sabían lo que no necesitaban decirles. Los principios son los mismos, sea en Chile, Cuba o Miami. Los periodistas compiten entre sí, y darle a un grupo de periodistas acceso y dinero, les proporcionaba a estos una amplia ventaja. En Miami existían dos clases de periodistas, los que recibían cheques tras bambalinas y los que no. Eras parte del equipo del gobierno o no lo eras. Mientras más hacías lo que el Gobierno quería que hicieras, más dinero recibías. El camino del periodismo estaba cubierto de favores y dinero. Soborno no sería un término inapropiado. Claro que muchos de estos periodistas estaban ansiosos por ser sobornados y, al decir de uno de ellos, harían lo que quisieran en los medios de difusión, incluso sin que le pagaran.
145. Carl Bernstein nos dice que las relaciones del Gobierno con los periodistas en el pasado, según se describe en los archivos del Gobierno incluía:
a) El uso de personal legítimo y acreditado de organizaciones noticiosas y de los medios de difusión, usualmente reporteros, muchos de los cuales eran pagados. Los archivos muestran que los salarios pagados a los reporteros por el periódico y redes de difusión a veces se complementaban con los pagos recibidos del Gobierno ya fuese como iguala, gastos de viaje o gastos por servicios específicos prestados. Casi todos los pagos se hacían en efectivo. Desconocemos estos datos en el caso que nos ocupa.
b) Freelance/Corresponsales a tiempo parcial, en la mayoría de los casos incluidos en nómina por el Gobierno, bajo las condiciones contractuales estándar. En muchos casos, las organizaciones noticiosas para las que estos escritores publicaban artículos, no tenían conocimiento de sus relaciones con el Gobierno.
c) Columnistas y comentaristas. Existían decenas de connotados columnistas y comentaristas de radio y televisión cuyas relaciones con el Gobierno iban más allá de las relaciones normales entre reporteros y sus fuentes. El Gobierno se refería a ellos con el término de “recursos conocidos” con los que se puede contar para realizar diversas tareas encubiertas; se consideran receptivos a los puntos de vista del Gobierno sobre diferentes temas. Tres de los columnistas más leídos que mantuvieron tales vínculos con el Gobierno en el pasado son: C. L. Sulzberger del New York Times, Joseph Alsop y el fallecido Stewart Alsop, cuya columna aparecía en el New York Herald Tribune, el Saturday Evening Post y Newsweek.
146. La Respuesta del Gobierno alega que la mayoría de los periodistas de Miami recibieron muy poco dinero. Lo que para el Gobierno puede parecer una cifra pequeña, a menudo no lo es para la persona que la recibe. Por ejemplo, entre 1965 y 1966, un corresponsal acreditado de Newsweek en el Lejano Oriente, era en realidad un empleado contratado del Gobierno que recibía de este un salario anual de $10 000, según Robert T. Wood, funcionario del gobierno en aquel entonces. Algunos corresponsales y corresponsales a tiempo parcial de Newsweek continuaron manteniendo sus vínculos encubiertos con el Gobierno hasta la década de 1970. No es solo el monto lo que incentiva.
147. El operativo encubierto del gobierno Robert H. Campbell, trabajaba para el Courier-Journal de 1964 a 1965. “Nosotros le pagábamos al Courier Journal para que ellos pudieran pagarle su salario”, dijo un funcionario del Gobierno que participó en el arreglo. Respondiendo por carta a estas aseveraciones, Norman E. Isaacs, el entonces director del Courier, dijo: “Lo único que puedo hacer es repetir la pura verdad y es que nunca, bajo ninguna circunstancia ni en ningún momento, he contratado, a sabiendas, a un agente del gobierno. He tratado de exprimirme la memoria, pero la contratación de Campbell era un asunto tan si importancia que no me viene ningún recuerdo…”
148. El Sr. Bernstein escribe que: “La extensión de las relaciones es increíble”. William B. Bader, un antiguo funcionario del gobierno, informó a los senadores: “No hace falta manipular a la revista Time, por ejemplo, porque hay gente del Gobierno en la dirección de la revista”. Aún desconocemos la jerarquía en los medios de difusión impresos, televisivos y radiales de Miami, durante el período de 1996 a 2001.
149. En 1975 y 1976, el Comité Church publicó catorce informes sobre varias agencias de inteligencia gubernamentales y sus presuntas conductas dolosas. Los informes originales eran clasificados, pero desde 1992 y a partir de la Ley de recopilación de documentos sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy, más de 50 000 páginas se han hecho pública. Esto hace que los documentos del Comité Church sean una de las revisiones más completas en la historia sobre el comportamiento doloso del Gobierno y la violación interna de derechos. Sus conclusiones nos proporcionan conocimientos sobre lo que sucedió en el presente caso de Miami, al mostrar como el Gobierno sobrepasó los límites en el pasado con las mismas agencias y en el mismo período. Muchas de esas mismas agencias e incluso algunas de las mismas personas estaban en Miami en 199669 .
150. El Gobierno responde alegando que en esta moción estamos lidiando con disputas políticas y no con asuntos constitucionales y que nuestro Gobierno y todos los gobiernos mienten. Todo gobierno con una maquinaria propagandística internacional tiene derecho a mentir. Ellos no tienen derecho a mentir en los Estados Unidos cuando, detrás de una máscara, se afecta la integridad de nuestro sistema legal. Lo que es permisible en política exterior no es permisible en un Tribunal, especialmente cuando lo que está en juego es la libertad y la vida del acusado. El compromiso con la verdad y con la justicia es lo más importante en un Tribunal. Los periodistas pagados mezclaron deliberadamente la propaganda externa con supuestos reportajes objetivos del juicio para lograr una condena.
151. El Gobierno respondió culpando al Peticionante por comentar sobre las referencias “externas” del Gobierno a Jruschov, la Guerra Fría y otras por el estilo, pero no fue el Peticionante quien escribió los artículos. Un periodista del Gobierno, pagado por el Gobierno, tiene la obligación de hacer lo que su empleador le paga por hacer. Si se le pide, o incluso sin que se le pida, y puede complacer los intereses de su empleador, lo hará. Como señalan el estudio de Columbia, el libro de Kimber, el estudio de Alvin Snyder, el artículo de Clary, el Comité Church y los artículos del New York Times y el Miami Herald, cuando la maquinaria de propaganda externa entra en la sala de un juicio, la verdad queda relegada.
152. De 2001 al presente, hay ejemplos más recientes de cómo el Gobierno ha sobrepasado sus límites desde el punto de vista ético y legal, en casos en los que lo que estaba en juego era mucho menos importante, al menos en términos de los intereses estadounidenses. La relevancia de estos otros ejemplos, como el de los Balcanes, para el caso del Peticionante es el método de acción del Gobierno. En un artículo de Associated Press del 4 de febrero de 2005, se da a conocer una investigación para determinar las acciones de los militares que pagaban a reporteros en los Balcanes. El inspector general en aquel momento, Joseph Schmitz, fue llamado para revisar los pagos “inapropiados” realizados por el Gobierno a periodistas estadounidenses, a cambio de artículos favorables en dos nuevos sitios web que influían a lectores en África del Norte.
153. Las decisiones tomadas por el Gobierno respecto de Radio/TV Martí en Miami, no son diferentes a la decisión tomada de utilizar fondos incorrectamente asignados por el Gobierno para una actividad ilegal en el caso Williams, el caso América Central y el caso de los Balcanes.
154. Mientras se realizaban los pagos en los Balcanes, también se realizaban pagos a Armstrong Williams. El caso de Armstrong Williams es particularmente ilustrativo de cómo se pueden utilizar y se usan los periodistas pagados y a terceros, con conocimiento o no de estos últimos. La opinión de la GAO muestra las muy diversas fuentes de las que puede proceder el dinero. Ya se ha admitido que el Departamento de Educación del Gobierno pagó secretamente a Armstrong William $240,000 para que impulsara el apoyo a la política de educación del gobierno de Bush. Inicialmente, el Gobierno trató de mantenerlo en secreto, canalizándolo a través de un tercero70 .
155. El caso Williams demuestra como el Gobierno hace todo lo posible por encubrir sus actos secretos y lo difícil que resulta detectarlos. En el artículo de The USA Today sobre el caso Williams se decía:
“El contrato, que se detalla en los documentos obtenidos por USA TODAY mediante una solicitud en virtud de la Ley de Libertad de Información, también demuestra que el Departamento de Educación, por conducto de la firma de relaciones públicas Ketchum, coordinó con Williams utilizar los contactos con America’s Black Forum, un grupo de periodistas negros de la radio y la televisión, ‘para alentar a los productores a abordar periódicamente’ la política de “no abandonar a ningún niño”. Williams persuadió a la figura de radio y TV Steve Harvey para que invitara a Paige a su programa dos veces. El manager de Harvey, Rushion McDonald, confirmó las presentaciones” 71.
156. La pasión y el número de personas involucradas en el caso del Peticionante es muy superior a la pasión en el caso Williams. Mentir, llevado por la pasión de condenar al Peticionante, es el meollo de la violación cometida en Miami. Tanto Williams como el Gobierno mintieron y, cuando fueron descubiertos, continuaron mintiendo. Williams, al igual que los periodistas encubiertos de Miami, tenía mucho que ganar hablando con otros periodistas y terceros que trabajaban para el Gobierno. Además del dinero que recibió, Williams tenía acceso a personas y hechos que otros periodistas no tenían y eso promovía su carrera. Otros periodistas, que pudieran haber conocido de esto, como otros periodistas de Miami en la nómina del Gobierno, vieron las ventajas de ser un agente pagado del Gobierno. El uso de la información proporcionada a Williams también aumentó su notoriedad y posiblemente su talla en el público. William tenía la información y el acceso que muy pocos tenían.
157. Williams, al igual que algunos de los periodistas de Miami, dijo no recordar si había revelado los contratos del Gobierno al público en la radio, pero que había mencionado a sus colegas lo de los pagos del Gobierno cuando los instaba a promover la política de “no abandonar a ningún niño”. Recordó mal. No lo reveló en la radio, como lo demuestra la grabación de su programa. Ni uno solo de sus colegas recuerda que él le haya dicho nada. Williams actuó exactamente igual que los periodistas de Miami72 .
158. El contrato de Williams puede ser ilegal “porque el Congreso ha prohibido la propaganda”, o cualquier actividad de cabildeo secreta para apoyar programas financiados por el gobierno, dijo Melanie Sloan de Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington. “Y eso es propaganda”.
159. Después de una exhaustiva investigación, la GAO emitió su opinión sobre el caso de Armstrong Williams73 . La opinión hace referencia a la misma clase de manipulación extensiva a terceros que existía en Miami. El objetivo de la investigación realizada por la GAO era determinar si el Departamento de Educación violó la prohibición de publicidad o propaganda en todas las esferas del gobierno. De acuerdo con la Ley General de Asignaciones, la prohibición establece que “ninguna parte de cualesquiera asignación…se utilizará con fines de publicidad o propaganda dentro de los Estados Unidos no autorizado hasta el momento por el Congreso”74 . La GAO explica que esta ley “prohíbe a las agencias utilizar asignaciones para a) elaborar o distribuir propaganda ‘encubierta’”. La GAO determinó que el Gobierno había violado la prohibición sobre la publicidad y la propaganda.
160. Los pagos de Miami no eran una aberración gubernamental. Como podemos ver en la investigación del Comité Church y en el caso Williams, es a menudo la forma normal de hacer negocios.
161. Muy poco ha cambiado desde el informe del Comité Church. Como nos dicen el New York Times, CNN, y las demás medios noticiosos estadounidenses, recientemente, generales y funcionarios “intercambiaron” opiniones en apoyo a las políticas del gobierno que han de darse a los medios de difusión, por dinero y contratos de defensa. A los contratistas de defensa les fueron adjudicados contratos, a cambio de la presentación en los programas de noticia de Generales relacionados con esos contratos75 .
162. Considero que la cantidad de dinero sacada de los presupuestos gubernamentales por empleados del Gobierno para lograr las condenas impuestas al Peticionante, fue sustancial. El artículo publicado por el New York Times el 20 de abril de 2008 titulado “Behind TV Analysis, Pentagon’s Hidden Hand” (“La mano escondida del Pentágono tras los análisis de televisión”76) , escrito por David Barstow, hace referencia a William Cowan en la página 8. La compañía de Cowan trataba de obtener decenas de millones en contratos del Gobierno. A los portavoces “encubiertos” y sus colegas se les pagó directa o indirectamente con dinero u otros beneficios. El portavoz puede recibir generosos gastos de representación o partes de los contratos otorgados a las compañías que representa. Es casi imposible concebir todas las formas encubiertas en que esto se realizó.
163. La situación de Miami involucra una gran diversidad de agencias gubernamentales y encubrimientos por parte del gobierno. El New York Times, al ligar el mal uso de los fondos de prensa por parte del Gobierno con el artículo del Miami Herald nos dice que las falsas y engañosas campañas de los Generales utilizaron “el acceso especial como comercialización y creación de una red de oportunidades, o como una oportunidad de futuras posibilidades”. Eso define la operación de Miami. Las compañías mediáticas y los periodistas se beneficiaron con el acceso a las “mejores noticias”.
164. En la historia del “General”, el New York Times nos dice que dentro del Pentágono existía una “obra maestra en el manejo de percepciones”77 . El trabajo secreto del gobierno en Miami durante el juicio, era el intento del gobierno de crear una “obra maestra” miamense. El Gobierno lo logró. Lograron el veredicto que querían y mantuvieron secreta su operación. Su plan no fue detectado durante años y el Gobierno aún trata de esconderlo78 .
165. Los hechos que se exponen en la presente moción cambian totalmente la dinámica y la ley aplicable en relación con todos los aspectos de este caso, incluido el tema del cambio de la sede. Por supuesto que nuestro argumento no limita el derecho del Gobierno en virtud de la Primera Enmienda de hablar de asuntos internos o internacionales. El gobierno puede, dentro de los límites, hablar sobre lo que desee. Sobrepasar esos límites, deliberadamente, en un caso donde el discurso está dirigido a un proceso en curso, para lograr la condena de los acusados, viola los derechos constitucionales de esos acusados.
166. Este caso va más allá de las leyes en contra de la propaganda. La obligación del Gobierno de identificarse, nunca es más importante que cuando le habla a los miembros del jurado durante un proceso judicial interno en curso, sobre ese propio proceso. La obligación en este caso es más importante que en el caso Williams, es más importante que en el caso de América Central. Lo que el Gobierno Federal no puede hacer, los empleados o agencias encubiertas del Gobierno tampoco lo pueden hacer. Claro que cuando se hace de forma secreta, resulta mucho peor para el miembro del jurado que espera escuchar una voz independiente y que su opinión está siendo perfilada e influenciada por una parte litigante a la que está condicionado a creer.
167. Como mismo el Gobierno tiene la obligación de identificarse, el oyente tiene el derecho constitucional independiente de conocer de dónde procede la información que está escuchando. El pueblo estadounidense, como miembros del jurado y como público, tiene el derecho de conocer al patrocinador del discurso. Este derecho va más allá de las leyes en contra de la propaganda. Es un derecho constitucional en sí mismo. Ese derecho independiente que cada miembro del jurado y cada miembro de la comunidad del jurado tenía, fue violado79 .
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