Es probable que usted, así como
muchas otras personas en el mundo, alguna vez en su vida se haya quemado
con un bombillo al tratar de cambiarlo. Y aunque quizá no se esté dando
cuenta del cambio, esa incómoda situación es cada vez más rara.
El 9 de octubre de 1962 el científico
estadounidense Nick Holonyak no solo le dio una solución al bombillo
incandescente que ha quemado los dedos de millones de personas en el
transcurso de su historia (entre otros inconvenientes de la iluminación
infrarroja).
También, y tal vez más importante,
Holonyak fue pionero de un dispositivo que revolucionó la tecnología de
iluminación y con el tiempo hizo que las lámparas incandescentes se
volvieran obsoletas.
Un LED (siglas en inglés de Diodo Emisor de Luz)
es un componente electrónico de dos terminales que permite la
circulación de la corriente eléctrica a través de él sin intermediación
de un gas, como sucede en los bombillos tradicionales. Los LED que
desarrolló Holonyak emitían una luz roja de baja intensidad. Hoy en día,
sin embargo, hay dispositivos que con la misma tecnología emiten luz de
alto brillo y de cualquier color.
En un principio, los bombillos LED invadieron la
industria de la decoración navideña. Pero con el desarrollo del LED de
varios colores, ahora son la fuente de iluminación de televisores,
estadios y casinos.
Se trata de un desarrollo revolucionario, porque
ha permitido generar luz a menor costo y por más tiempo que con la
tradicional iluminación de radiación infrarroja. Los bombillos ya no
tardan minutos en prenderse, no se calientan y rara vez se funden.
No es casualidad que Ikea, la multinacional
sueca de venta de productos para el hogar, se haya propuesto vender
únicamente iluminación LED para 2016, ni que la Unión Europea haya
prohibido en 2009 la producción de bombillas de 100 vatios.
Este martes el mundo celebró el descubrimiento
del carismático Holonyak, que habló con la BBC. ¿En qué consiste la
tecnología LED y para qué sirve?
Cómo funciona
El desarrollo de Holonyak, que vio la luz
mientras trabajaba para la empresa de electrodomésticos General
Electric, era una extensión de la tecnología del transistor, un
dispositivo electrónico semiconductor por el que pueden transferirse
cargas negativas y positivas a la vez.
El diodo emisor de luz de Holonyak tiene una
terminal por la que entra la carga positiva y otra por la que entra la
negativa. Ambas están separadas por un pequeño espacio donde se da la
transición que produce la luz.
Holonyak le explicó a la BBC que se trata de una
conversión de energía eléctrica a energía óptica que no implica un
proceso intermedio, que es la característica que ralentiza el proceso de
otras tecnologías generadoras de iluminación.
El chip semiconductor está dentro de una pequeña
cobertura de resina de color claro, aunque también hay de otros
colores. Las dos terminales o cables que se desprenden de la resina
generan energía al conectarse a una batería.
La gran diferencia con un bombillo infrarrojo es
que los LED operan con voltajes muy bajos. Esto hace que esté muy cerca
de ser 100% eficiente.
"Con un LED obtienes mucha más flexibilidad", le
dijo Holonyak a la BBC. "Es luz electrónica. No debes esperar a que se
caliente. En la parte de atrás de un carro, cuando oprimes el freno, un
LED se prende instantáneamente. Y ya no tienes que cambiar los
bombillos".
Del láser al televisor
El invento de Holonyak, quien en noviembre
cumple 84 años, fue un desarrollo en la investigación sobre la
tecnología de los láser.
"Mi luz era solo un láser rojo", le dijo a la BBC. "Fue después de que se desarrollaron las luces anaranjadas, verdes y azules".
Como dice el blog informativo de la General
Electric con motivo del aniversario, "el diodo de Holonyak emitía solo
luz roja, pero impulsó un boom de investigación cuyos
resultados multicolores ahora iluminan casas y ciudades, la retina de
las pantallas de los últimos iPads y televisiones de pantalla plana".
"Cuando empecé a incursionar en este campo", le cuenta Holonyak al blog, "no me di cuenta de todo lo que esto iba a generar".
Pero si bien él no vio venir la revolución, sus contemporáneos sí.
En 1963, Harland Manchester, en ese entonces presidente de la Asociación Nacional de Escritores de Ciencia, escribió en el Reader's Digest:
"Los últimos dramáticos descubrimientos de láser, hechos por la General
Electric, pueden un día volver obsoleto el bombillo eléctrico.
"Si estos planes funcionan, la lámpara del
futuro podría ser un fragmento de metal del tamaño de un lápiz que será
prácticamente indestructible, nunca se apagará".
Posiblemente, gracias a que las predicciones de
Manchester se hicieron realidad, hoy hay menos personas con sus manos
doloridas por cambiar un bombillo.
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