lunes, 1 de octubre de 2012

Alemania: ¿aún dos países en uno?

El 3 de octubre Alemania celebra el XXII aniversario de la actual República Federal, con 16 Estados y Berlín como única capital. Las cifras y las percepciones de los alemanes muestran, sin embargo, un trecho por andar. 

Tras más de dos décadas de “unificación alemana”, los alemanes siguen percibiendo una enorme brecha económica entre Alemania del Este y del Oeste. Al menos, es lo que se desprende de una encuesta representativa que publica la televisora pública alemana ZDF este lunes (1.10.2012). 

Sólo una de cada cinco personas consideró que las condiciones laborales son igualmente buenas en ambas partes del país, que hasta 1990 constituyeron dos Estados con sistemas económicos, sociales y políticos diversos. Sólo uno de cada tres alemanes consultados opinó que las condiciones de vida en ambas regiones son equiparables.

De modo que en el occidente del país se trabaja y se vive mejor, opinó la mayoría de los encuestados. Pese a este consenso, las visiones se dividen en torno al modo en que el Estado asiste financieramente, hasta hoy, el acople de los llamados “nuevos” y “viejos” Estados federales. Un 64 por ciento de los alemanes orientales evalúa como “justas” las ayudas financieras que reciben y recibirán los antiguos territorios socialistas hasta el año 2019.

Pero a los ojos de los alemanes occidentales –al menos a los ojos del 62 por ciento de los encuestados por la televisora pública ZDF-, los ahora “nuevos” territorios federales del Este han recibido ya demasiado dinero para ajustar su infraestructura y dotar de autonomía a las estructuras regionales de poder.

La relación Este-Oeste, en cifras
No obstante, el llamado Pacto Solidario, por el cual, el Estado Central entrega más de 150.000 millones de euros a los Estados de la antigua Alemania Oriental seguirá vigente hasta 2020. Y quienes trabajan en los Estados occidentales seguirán pagando un “impuesto solidario” adicional como contribución.

La tasa de desempleo oriental prácticamente dobla la occidental; pero alcanzó en 2011 su valor más bajo desde la unificación. La tasa de desempleo oriental prácticamente dobla la occidental; pero alcanzó en 2011 su valor más bajo desde la unificación.

Por ahora, según el Informe sobre el estado de la Unidad Alemana que el Gobierno presenta cada año: el producto interno bruto per cápita (PIB) del conjunto de Estados de la antigua Alemania del Este apenas llegó al 71 por ciento del PIB de los Estados del Oeste en 2011 (un dos por ciento menos que el año anterior).

No puede hablarse de una equiparación de Este y Oeste, reconoce el Gobierno; aunque sí de avances. La tasa de desempleo oriental prácticamente dobla la occidental; pero con un 11,3 por ciento alcanzó en 2011 su valor más bajo desde la unificación. Y, entretanto, esta tasa ha alcanzado hasta un 6 por ciento en el Oeste, de modo que algunos Estados orientales por separado puntúan mejor. Sin embargo, la migración interna del Este al Oeste sigue dominando el panorama demográfico. Como excepción, al oriental Estado de Sajonia llegaron en 2011 más personas de las que se marcharon.

Pero, las condiciones aún no son favorables. Los salarios y jubilaciones de los orientales siguen siendo considerablemente menores que los de sus compatriotas occidentales. Lo que recibe un jubilado en el Este, por ejemplo, equivale como promedio al 89 por ciento de lo que recibe uno en el Oeste. Eso sí, los ingresos privados han crecido en el Este del 56 al 83 por ciento en la comparación con el Oeste, si se toman como referencia los años 1991 y 2011, aunque la tendencia se ha ralentizado últimamente.

Más allá del “muro en la cabeza”
Los retos futuros sobrepasan las coordenadas Este-Oeste. Los retos futuros sobrepasan las coordenadas Este-Oeste.

“Integración” es una palabra clave en la política alemana de estos tiempos, y los retos se ubican en latitudes diversas, que se suman a las que el Muro de Berlín dejó en la mente de varias generaciones: ciudadanos del Este y del Oeste, del Norte o del Sur, nativos o migrantes de primera, segunda y enésima generación, más o menos calificados, mejor o peor ubicados en la estructural social, de regiones más o menos industrializadas, entre otros.

Para la próxima década, después de vencido el Pacto de Solidaridad, más que en impulsar a “los nuevos Estados federados” habrá que promover el desarrollo de “regiones problemáticas” –estén estas en el norte, sur, este u oeste-, advertía la canciller, Angela Merkel, en su último videomensaje semanal.

Autor: Rosa Muñoz Lima / dpa, dapd
Editora: Cristina Papaleo

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