Las familias empobrecidas por la crisis
que nunca antes habían tenido que recurrir a ayudas sociales ahora
tienen que luchar para vivir. Por desgracia, los niños son las
principales víctimas de esta situación socioeconómica. Según cálculos de
la organización de escuelas públicas del condado de Miami, en la ciudad
hay unos 5700 estudiantes sin hogar.
Estos niños afrontan de una manera muy diferente al resto su jornada
escolar, algunos duermen en coches y otros en centros de acogida y
cuando van a la escuela se sienten discriminados.
En los centros de acogida hacen todo lo posible para intentar que los
niños tengan un entorno normal y que no sean excluidos porque sus
familias no tengan un hogar donde vivir. Sin embargo, estos estudiantes
arrastran muchos problemas debido a su situación, como estrés y falta de
concentración. Además, las relaciones con otros niños, que a veces son
muy crueles y los rechazan, pueden perjudicar su salud mental.
Datos oficiales revelan que el número de menores sin hogar que acuden
a escuelas de Miami aumentó en un 12% con respecto al año pasado.
Cualquier contratiempo, como sufrir una enfermedad o un accidente, se
convierte en una pesadilla cuando las familias no cuentan con ningún
tipo de ingreso por causa del desempleo. Pero la situación sigue
empeorando dado que las autoridades han recortado la inversión en
educación y ayudas sociales, dejando desprotegidos a los más
vulnerables.
Las secuelas emocionales pueden marcar de por vida a esta nueva
generación de estadounidenses, algo que puede afectar seriamente al
futuro del país.
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