Ricardo Alarcón de
Quesada
(Presidente de la
Asamblea Nacional del
Poder Popular)
Cuando pienso en
Liborio, me pasa por la
cabeza todo el último
medio siglo de mi vida.
Hemos coincidido en
cientos de ocasiones
trascendentales para
nuestras vidas; él me
fotografió muchas veces.
Éramos amigos y nos
visitábamos al margen de
nuestras actividades
profesionales. No solo
ha sido uno de los
grandes artistas cubanos
de todos los tiempos,
sino que llegó a
desarrollar una
sensibilidad
periodística muy fina y
aguda. Y más allá de
todos esos valores,
Liborio fue, como se
dice, “un gran tipo”:
sencillo, amistoso...
Tengo los mejores
recuerdos. Un
revolucionario a toda
prueba, de convicciones
muy sólidas. Cuando supe
de su muerte esta
mañana, me llevé una
sorpresa enorme: Liborio
respiraba vitalidad.
Roberto Salas
(Fotorreportero)
Liborio era mi hermano,
siempre andábamos
juntos. Hoy ha dejado de
tomar fotografías, pero
lo que debemos hacer es
perpetuar su obra. No
podemos dejar que ocurra
como en otros casos, que
solo se llegan a recordar
por una fotografía.
Tenemos que hacer un
esfuerzo porque se
editen libros y se hagan
exposiciones con su
obra. Ahora estamos
editando un libro sobre
Fidel donde aparecen
imágenes suyas. Pero
tenemos que seguir,
aunque él haya dejado de
trabajar, tenemos que
hacer que su obra quede.
Nosotros hicimos lo que
teníamos que hacer
cuando el momento nos lo
exigió, ese era nuestro
trabajo, nuca llegamos a
pensar que pudiese
trascender. Pero aquello
que hicimos se volvió
más importante de lo que
alguna vez pensamos. Hay
vivencias que uno cree
que son cotidianas, pero
con el tiempo llegan a
tomar valor y eso uno no
suele valorarlo en el
instante en que lo hace.
Eso nos lo dijo Fidel a
nosotros: “al principio
no le dábamos
importancia a lo que
ustedes estaban
haciendo, pero con el
tiempo nos dimos cuenta
de que sin ustedes
hubiese existido un
espacio en blanco en la
historia”. Las
fotografías son las que
llenan esos espacios,
esos huecos.
A Liborio hay que
recordarlo con un tabaco
en la boca, formando
broncas y berrinches por
donde quiera, pero la
mayoría de las veces con
toda la razón. Un hombre
jovial, amigo de verdad
y enemigo de los
enemigos de sus amigos.
Roberto Chile
(Fotorreportero y
documentalista)
Liborio es uno de los
grandes, eso es
indiscutible. Y no solo
nos deja un legado
artístico y fotográfico
imprescindible para la
Revolución y la Patria
cubana, sino que también
nos deja un grupo de
virtudes importantes que
nos inspiran a todos los
fotógrafos, los
artistas, sus amigos.
Podría mencionar muchas,
pero ahora me vienen a
la mente su buen
carácter, su sentido del
humor, su sentido de la
lealtad a la Patria, a
la Revolución, a la
amistad, su carisma, su
talento, su
perseverancia como
profesional, su
incansable espíritu de
trabajo. Como
dice la canción, cuando
un amigo se va deja un
espacio vacío, y Liborio
deja un espacio no solo
en la fotografía cubana,
sino también entre todos
sus amigos porque él fue
solo uno y hoy lo hemos
perdido.
Tuve la suerte de hacer
un pequeño documental
basado en entrevistas
con
Korda, Liborio, Roberto
Salas, Figueroa, Ernesto
Fernández y a René Burri.
En ese documental nos
asomamos a las
experiencias de ellos
como fotógrafos y a sus
vivencias en ese tiempo
en que retrataron la
historia de la
Revolución. Creo que en
lo que deben inspirarse
los jóvenes es en el
desinterés de todos esos
grandes fotógrafos, que
asumieron lo que les
tocó hacer en su momento
sin pensar en nada
personal. Además de la
buena fotografía, del
buen ojo, del talento y
de la destreza con que
trabajaron, lo que nos
debe motivar es su
entrega, la consagración
al trabajo sin esperar
nada a cambio. Fue una
generosidad total.
Al que dio amor hay que
pagarle con amor, por
eso ahora le estamos
dando amor a Liborio y
se lo daremos siempre. A
él hay que recordarlo
haciendo buenas
fotografías, fumándose
un tabaco, tomando ron,
siendo buen amigo,
haciendo un chiste,
queriendo a la Patria.
Miguel Barnet
(Etnólogo y escritor,
Presidente de la UNEAC)
Liborio fue, ante todo,
un hombre de una gran
modestia, estuvo muy
cerca siempre del
Comandante en Jefe y
nunca hizo alarde de
ello. Fue testigo de
acontecimientos muy
importantes de la
Revolución y les dio a
estos acontecimientos un
sello estético de gran
dimensión. Gracias a él,
a Korda, a Corrales y a
toda esa generación de
fotógrafos, han sido
registrados
magistralmente los
acontecimientos más
importantes de este país
en los últimos 53 años.
Liborio, con sus viajes
al mundo entero
representando a Cuba, le
ha dado mucha dignidad a
cada uno de esos hechos
a los que asistió. Era
de los pocos fotógrafos
que cuando uno hablaba
con él nunca mencionaba
a la fotografía y mucho
menos a la suya. Sin
embargo, fue un cronista
excepcional de nuestro
tiempo.
Ciro Bianchi
(Periodista y escritor)
Para mí ha sido un
amigo, un maestro, no
solo como periodista,
sino como persona. Su
actitud fue ejemplar. Me
acerqué mucho a Liborio
desde el 2000 hacia acá
y fue una amistad muy
fructífera. Tanto su
obra noticiosa, como la
que hizo después de que
se retiró del
fotoperiodismo, ambas
son muy valiosas. Su
muerte deja un vacío
enorme. Con él muere uno
de los últimos grandes
fotógrafos cubanos.
Primero murió Korda,
luego Corrales y ahora
él. Las fotos que ellos
hicieron no se van a
repetir más porque
vivieron otro momento,
pero queda su ejemplo de
trabajo, dedicación,
honestidad y fidelidad.
Ese es el principal
ejemplo que tenemos que
aprender de Liborio.
Ever Fonseca
(Artista de la Plástica)
Cuando una persona tiene
una actitud ante la vida
brillante, hermosa,
solidaria y socialmente
tan necesaria, no me
acostumbro a que pueda
desaparecer así, de la
noche a la mañana. Lo
acepto porque no queda
más remedio, pero nunca
del todo. Es una pérdida
muy grande, pero hombres
como Liborio dejan tanto
o más de lo que pesan.
La obra de Liborio es
muy importante porque es
el testimonio de la
época que le tocó vivir,
una época privilegiada,
donde sucedieron
acontecimientos muy
importantes en la
historia de Cuba.
Nosotros, los que hemos
vivido estos 50 años de
Revolución, tenemos un
privilegio que supera
todo tipo de dolor, como
el de esta pérdida,
porque sabemos que somos
hombres que nacemos para
vivir y darle
oportunidades a los que
vienen detrás. Y Liborio
fue uno de esos hombres.
Ahí queda su legado, la
historia de su vida
vinculada a la sociedad
y a la Revolución.
Rafael Bernal
(Ministro de Cultura)
Liborio Noval fue un
gran fotógrafo, uno de
los más reconocidos y de
mayor alcance artístico
de toda la historia de
la Revolución. Su
fotografía es la
historia de este pueblo,
registrada para siempre
por una persona que,
además de haber sido un
artista fabuloso, tenía
una personalidad
encantadora. Quienes
hicieron carrera después
de él hallaron en su
obra y en su agudeza una
referencia obligada; y
se tendrá que volver
siempre a Liborio si se
quiere hacer fotografía
en este país.
Alex Castro
(Fotorreportero)
El legado que nos deja
Liborio es una enseñanza
muy grande. No solo la
profesionalidad de su
fotografía y su
dedicación, sino también
su calidad como ser
humano. Fue una persona
que nos enseñó en todos
los sentidos de la vida,
era una persona muy
educada, un gran amigo,
un gran compañero, un
ser humano integral en
todos los sentidos.
Sus fotos han recorrido
el mundo entero y lo
seguirán recorriendo.
Incluso, aún hay fotos
suyas inéditas, que
supongo que luego
podremos ver. Para mí,
que soy fotógrafo, su
obra ha sido de gran
inspiración. Una vez yo
estaba trabajando en la
televisión y él sin
conocerme se me acercó y
me aconsejó cuáles eran
los mejores ángulos, y
eso se lo agradecí
siempre. Después nos
hicimos grandes amigos,
pero enseñaba a las
personas sin importar
que fuesen amigos o no.
Liborio tenía una
puntería muy grande, era
muy preciso con sus
fotografías, siempre
tuvo esa magia. No era
de los fotógrafos que
tiraba 500 fotos para
luego quedarse con una,
sino que tomaba la foto
que en realidad servía.
Lesbia Vent Dumois
(Artista de la plástica
y Presidenta de la
Asociación de Artes
Plásticas de la UNEAC)
Con Liborio perdimos y
ganamos. Incluso hoy.
Para mí es duro decirle
adiós, porque nuestro
vínculo fue muy estrecho
desde el punto de vista
personal y también como
referencia en mi
trabajo. Su obra me ha
sido muy cercana, pues
me he acercado durante
muchos años a la llamada
generación de los 60, a
la que Liborio
pertenecía. Y aunque hoy
lo estamos despidiendo,
no hay razones para
pensar que se ha ido.
Liborio Noval nos ha
dejado una obra con la
que hay que contar: una
obra que ha sido ejemplo
de ética y
profesionalidad
artísticas. Su última
exposición en vida no
fue en Cuba, pero sus
fotografías son la
historia de su país. En
los próximos días iba a
inaugurar una muestra
dedicada al Che.
Imágenes como esas que
veremos pronto en el
Palacio de Lombillo no
van a permitir que
Liborio muera.
Raúl Santos Serpa
(Premio Nacional de
Cultura Comunitaria)
Liborio y yo nos
conocíamos desde hace
años. Ha sido
uno de los artistas que
más ha contribuido a
escribir la historia de
la Revolución cubana con
imágenes. Toda la
epopeya de nuestros
últimos 50 años está en
su obra, que es una obra
maestra: los momentos
bellos y los duros de la
Revolución, sus líderes
y su gente. Perteneció
al grupo de los grandes
fotógrafos de su
generación. Me cuesta
mucho hablar de él hoy.
Fue un gran amigo, muy
optimista sobre su
salud… ¡y lo lucía! Lo
vi siempre como una
persona mayor que yo,
pero con un rostro y una
actitud más juveniles.
No obstante, creo que no
es un día para sentirse
tristes. Liborio Noval
se realizó plenamente
como artista y como ser
humano. Hizo siempre lo
que quiso, y lo hizo
bien.
Juan Moreno
(Fotógrafo)
Yo conocí a Liborio en
1968, cuando comencé a
trabajar en Juventud
Rebelde, y de él
aprendí muchas cosas
buenas, porque él ya era
un fotógrafo
experimentado, venía del
mundo de la publicidad y
conocía mucho de
fotografía. Como era
joven, me acerqué a él
para que me ayudara con
su experiencia y siempre
lo hizo, aunque
trabajaba en Granma
y yo en Juventud
Rebelde. A pesar de
que yo me dediqué a
hacer fotos deportivas y
que a él no le gustaba
mucho el deporte,
siempre me daba muy
buenos consejos.
Recuerdo que él le
llamaba a todo el mundo
“cuadro”. Yo bromeaba
con él y le decía:
“Cuadro, no te vi en tal
lugar”; entonces él me
respondía: “Cuadro, yo
no soy un pulpo, no
puedo estar en todas
partes”. Cada vez que
hacía una exposición me
llamaba a la casa y me
invitaba. Era un hombre
extraordinario.
Juan Moreira
(Pintor)
Liborio Noval forma
parte de un grupo de
fotógrafos que han hecho
la historia desde el
triunfo de la Revolución
a través del lente con
una gran calidad
artística. El
fotorreportero también
debe tener un sentido de
la composición, eso lo
tenía Liborio. Las suyas
son fotos históricas,
pero, a su vez, tienen
un gran contenido
artístico. Además, como
ser humano Liborio era
un buen amigo, buena
persona, un hombre
excepcional. Excepcional
fotógrafo, hombre,
amigo, revolucionario.
De veras es una pérdida
muy triste.
José Villa Soberón
(Escultor)
Liborio y los otros
grandes fotógrafos de su
generación fueron
capaces de hacer un tipo
de fotografía vinculada
con el quehacer social,
con los hechos
trascendentales que
estaban ocurriendo en
ese momento. Eso
pudieron haberlo hecho
muchos fotógrafos, pero
el mérito de estos
grandes es que fueron
capaces de darle a los
acontecimientos una
visión cultural.
Aquellas fotografías no
solo eran la
reproducción mimética de
la realidad, sino que
también tenían un
atractivo muy especial
por la visión de
artistas que eran
capaces de componer la
imagen, podían buscar
expresiones que otros no
lograban. Durante mucho
tiempo ese continuará
siendo el mejor momento
de la fotografía cubana
en toda su historia.
Liborio, además de ser
un excelente fotógrafo,
fue un gran amigo, una
persona verdaderamente
querida por todos los
creadores. Vivía la vida
cultural de las artes
plásticas, era una
persona de una vida
activa, culturalmente
hablando.
Roger Ricardo Luis
(Periodista)
Yo hice mi segunda
cobertura en Granma,
como recién graduado,
con Liborio de
fotógrafo. Él al
principio era un poco
pesado, nosotros le
decíamos “puente roto”.
Pero entre él y yo
hicimos rápidamente muy
buena química. Comenzó
en ese primer reportaje
que hicimos juntos. Por
respeto, como él ya era
Liborio Noval, no le
dije las fotos que yo
quería. En el periodismo
el fotógrafo y el
periodista deben ser un
equipo, pero por su
estatura como
fotorreportero no le
dije nada. Luego, cuando
terminamos y nos
montamos en el carro él
me dice que cómo yo no
le había pedido nada, él
tiró las fotos que
quiso. Entonces, cuando
le expliqué las fotos
que me hubiesen gustado,
dijo: “Tuvimos el mismo
pensamiento”. Desde ahí
comenzó una relación muy
querida, casi familiar.
Liborio fotografiaba a
mi hija.
Cada vez que fuimos a la
Sierra Maestra, no menos
de 20 viajes, hicimos
muy buen equipo. Yo le
decía que nos fuéramos a
pie, porque si
llegábamos en un carro
los campesinos no nos
iban a dar ninguna
información. Entonces
íbamos caminando loma
arriba y muchas veces
nos quedábamos en casa
de los campesinos
tratando de compartir la
vida de esa gente y él
lograba unas fotos
excelentes. Jamás le
dije a Liborio lo que
quería, pero cuando nos
sentábamos a ver las
fotografías, allí
estaban todas las que yo
había pensado.
A Liborio hay que
recordarlo enalteciendo
la profesión del
fotorreportero, porque
el fotorreportero no es
el que abre el obturador
de la cámara y ya, sino
que detrás de ese lente
hay un ser humano con
una nobleza muy grande,
con cultura, con una
percepción de la
realidad muy grande; y
todo eso lo tenía
Liborio. Algunas
personas no fueron
capaces de aquilatarlo,
porque él a veces tenía
un carácter difícil,
pero fue un gran ser
humano y como compañero
de trabajo fue un
hermano para mí.
Juvenal Balán
(Fotógrafo)
Hemos perdido a un gran
compañero, a un
fotorreportero de mucha
calidad, alguien que
siempre fue solidario.
Su trayectoria está en
sus fotos, donde se
refleja la obra de la
Revolución, del pueblo
cubano, esas son las que
dicen quién fue Liborio.
Es una gran pérdida para
el sector de la prensa y
a todos nos ha
sorprendido, todavía no
logramos recuperarnos de
la noticia, pero es la
realidad: se nos fue un
gran amigo y un gran
profesional. Pero hay
que recordarlo haciendo
fotos con una cámara.
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