lunes, 1 de octubre de 2012

Liborio, en el lente de los amigos

La Jiribilla
Foto: Kaloian Santos

Ricardo Alarcón de Quesada
(Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular)
Cuando pienso en Liborio, me pasa por la cabeza todo el último medio siglo de mi vida. Hemos coincidido en cientos de ocasiones trascendentales para nuestras vidas; él me fotografió muchas veces. Éramos amigos y nos visitábamos al margen de nuestras actividades profesionales. No solo ha sido uno de los grandes artistas cubanos de todos los tiempos, sino que llegó a desarrollar una sensibilidad periodística muy fina y aguda. Y más allá de todos esos valores, Liborio fue, como se dice, “un gran tipo”: sencillo, amistoso... Tengo los mejores recuerdos. Un revolucionario a toda prueba, de convicciones muy sólidas. Cuando supe de su muerte esta mañana, me llevé una sorpresa enorme: Liborio respiraba vitalidad.

Roberto Salas
(Fotorreportero)

Liborio era mi hermano, siempre andábamos juntos. Hoy ha dejado de tomar fotografías, pero lo que debemos hacer es perpetuar su obra. No podemos dejar que ocurra como en otros casos, que solo se llegan a recordar por una fotografía. Tenemos que hacer un esfuerzo porque se editen libros y se hagan exposiciones con su obra. Ahora estamos editando un libro sobre Fidel donde aparecen imágenes suyas. Pero tenemos que seguir, aunque él haya dejado de trabajar, tenemos que hacer que su obra quede.
Nosotros hicimos lo que teníamos que hacer cuando el momento nos lo exigió, ese era nuestro trabajo, nuca llegamos a pensar que pudiese trascender. Pero aquello que hicimos se volvió más importante de lo que alguna vez pensamos. Hay vivencias que uno cree que son cotidianas, pero con el tiempo llegan a tomar valor y eso uno no suele valorarlo en el instante en que lo hace. Eso nos lo dijo Fidel a nosotros: “al principio no le dábamos importancia a lo que ustedes estaban haciendo, pero con el tiempo nos dimos cuenta de que sin ustedes hubiese existido un espacio en blanco en la historia”. Las fotografías son las que llenan esos espacios, esos huecos.
A Liborio hay que recordarlo con un tabaco en la boca, formando broncas y berrinches por donde quiera, pero la mayoría de las veces con toda la razón. Un hombre jovial, amigo de verdad y enemigo de los enemigos de sus amigos.

Roberto Chile
(Fotorreportero y documentalista)
Liborio es uno de los grandes, eso es indiscutible. Y no solo nos deja un legado artístico y fotográfico imprescindible para la Revolución y la Patria cubana, sino que también nos deja un grupo de virtudes importantes que nos inspiran a todos los fotógrafos, los artistas, sus amigos. Podría mencionar muchas, pero ahora me vienen a la mente su buen carácter, su sentido del humor, su sentido de la lealtad a la Patria, a la Revolución, a la amistad, su carisma, su talento, su perseverancia como profesional, su incansable espíritu de trabajo. Como dice la canción, cuando un amigo se va deja un espacio vacío, y Liborio deja un espacio no solo en la fotografía cubana, sino también entre todos sus amigos porque él fue solo uno y hoy lo hemos perdido.
Tuve la suerte de hacer un pequeño documental basado en entrevistas con Korda, Liborio, Roberto Salas, Figueroa, Ernesto Fernández y a René Burri. En ese documental nos asomamos a las experiencias de ellos como fotógrafos y a sus vivencias en ese tiempo en que retrataron la historia de la Revolución. Creo que en lo que deben inspirarse los jóvenes es en el desinterés de todos esos grandes fotógrafos, que asumieron lo que les tocó hacer en su momento sin pensar en nada personal. Además de la buena fotografía, del buen ojo, del talento y de la destreza con que trabajaron, lo que nos debe motivar es su entrega, la consagración al trabajo sin esperar nada a cambio. Fue una generosidad total.
Al que dio amor hay que pagarle con amor, por eso ahora le estamos dando amor a Liborio y se lo daremos siempre. A él hay que recordarlo haciendo buenas fotografías, fumándose un tabaco, tomando ron, siendo buen amigo, haciendo un chiste, queriendo a la Patria.

Miguel Barnet
(Etnólogo y escritor, Presidente de la UNEAC)
Liborio fue, ante todo, un hombre de una gran modestia, estuvo muy cerca siempre del Comandante en Jefe y nunca hizo alarde de ello. Fue testigo de acontecimientos muy importantes de la Revolución y les dio a estos acontecimientos un sello estético de gran dimensión. Gracias a él, a Korda, a Corrales y a toda esa generación de fotógrafos, han sido registrados magistralmente los acontecimientos más importantes de este país en los últimos 53 años. Liborio, con sus viajes al mundo entero representando a Cuba, le ha dado mucha dignidad a cada uno de esos hechos a los que asistió. Era de los pocos fotógrafos que cuando uno hablaba con él nunca mencionaba a la fotografía y mucho menos a la suya. Sin embargo, fue un cronista excepcional de nuestro tiempo.

Ciro Bianchi
(Periodista y escritor)
Para mí ha sido un amigo, un maestro, no solo como periodista, sino como persona. Su actitud fue ejemplar. Me acerqué mucho a Liborio desde el 2000 hacia acá y fue una amistad muy fructífera. Tanto su obra noticiosa, como la que hizo después de que se retiró del fotoperiodismo, ambas son muy valiosas. Su muerte deja un vacío enorme. Con él muere uno de los últimos grandes fotógrafos cubanos. Primero murió Korda, luego Corrales y ahora él. Las fotos que ellos hicieron no se van a repetir más porque vivieron otro momento, pero queda su ejemplo de trabajo, dedicación, honestidad y fidelidad. Ese es el principal ejemplo que tenemos que aprender de Liborio.

Ever Fonseca
(Artista de la Plástica)
Cuando una persona tiene una actitud ante la vida brillante, hermosa, solidaria y socialmente tan necesaria, no me acostumbro a que pueda desaparecer así, de la noche a la mañana. Lo acepto porque no queda más remedio, pero nunca del todo. Es una pérdida muy grande, pero hombres como Liborio dejan tanto o más de lo que pesan.
La obra de Liborio es muy importante porque es el testimonio de la época que le tocó vivir, una época privilegiada, donde sucedieron acontecimientos muy importantes en la historia de Cuba. Nosotros, los que hemos vivido estos 50 años de Revolución, tenemos un privilegio que supera todo tipo de dolor, como el de esta pérdida, porque sabemos que somos hombres que nacemos para vivir y darle oportunidades a los que vienen detrás. Y Liborio fue uno de esos hombres. Ahí queda su legado, la historia de su vida vinculada a la sociedad y a la Revolución.

Rafael Bernal
(Ministro de Cultura)
Liborio Noval fue un gran fotógrafo, uno de los más reconocidos y de mayor alcance artístico de toda la historia de la Revolución. Su fotografía es la historia de este pueblo, registrada para siempre por una persona que, además de haber sido un artista fabuloso, tenía una personalidad encantadora. Quienes hicieron carrera después de él hallaron en su obra y en su agudeza una referencia obligada; y se tendrá que volver siempre a Liborio si se quiere hacer fotografía en este país.

Alex Castro
(Fotorreportero)
El legado que nos deja Liborio es una enseñanza muy grande. No solo la profesionalidad de su fotografía y su dedicación, sino también su calidad como ser humano. Fue una persona que nos enseñó en todos los sentidos de la vida, era una persona muy educada, un gran amigo, un gran compañero, un ser humano integral en todos los sentidos.
Sus fotos han recorrido el mundo entero y lo seguirán recorriendo. Incluso, aún hay fotos suyas inéditas, que supongo que luego podremos ver. Para mí, que soy fotógrafo, su obra ha sido de gran inspiración. Una vez yo estaba trabajando en la televisión y él sin conocerme se me acercó y me aconsejó cuáles eran los mejores ángulos, y eso se lo agradecí siempre. Después nos hicimos grandes amigos, pero enseñaba a las personas sin importar que fuesen amigos o no.
Liborio tenía una puntería muy grande, era muy preciso con sus fotografías, siempre tuvo esa magia. No era de los fotógrafos que tiraba 500 fotos para luego quedarse con una, sino que tomaba la foto que en realidad servía.

Lesbia Vent Dumois
(Artista de la plástica y Presidenta de la Asociación de Artes Plásticas de la UNEAC)
Con Liborio perdimos y ganamos. Incluso hoy. Para mí es duro decirle adiós, porque nuestro vínculo fue muy estrecho desde el punto de vista personal y también como referencia en mi trabajo. Su obra me ha sido muy cercana, pues me he acercado durante muchos años a la llamada generación de los 60, a la que Liborio pertenecía. Y aunque hoy lo estamos despidiendo, no hay razones para pensar que se ha ido. Liborio Noval nos ha dejado una obra con la que hay que contar: una obra que ha sido ejemplo de ética y profesionalidad artísticas. Su última exposición en vida no fue en Cuba, pero sus fotografías son la historia de su país. En los próximos días iba a inaugurar una muestra dedicada al Che. Imágenes como esas que veremos pronto en el Palacio de Lombillo no van a permitir que Liborio muera.

Raúl Santos Serpa
(Premio Nacional de Cultura Comunitaria)
Liborio y yo nos conocíamos desde hace años. Ha sido uno de los artistas que más ha contribuido a escribir la historia de la Revolución cubana con imágenes. Toda la epopeya de nuestros últimos 50 años está en su obra, que es una obra maestra: los momentos bellos y los duros de la Revolución, sus líderes y su gente. Perteneció al grupo de los grandes fotógrafos de su generación. Me cuesta mucho hablar de él hoy. Fue un gran amigo, muy optimista sobre su salud… ¡y lo lucía! Lo vi siempre como una persona mayor que yo, pero con un rostro y una actitud más juveniles. No obstante, creo que no es un día para sentirse tristes. Liborio Noval se realizó plenamente como artista y como ser humano. Hizo siempre lo que quiso, y lo hizo bien.
 

Juan Moreno
(Fotógrafo)
Yo conocí a Liborio en 1968, cuando comencé a trabajar en Juventud Rebelde, y de él aprendí muchas cosas buenas, porque él ya era un fotógrafo experimentado, venía del mundo de la publicidad y conocía mucho de fotografía. Como era joven, me acerqué a él para que me ayudara con su experiencia y siempre lo hizo, aunque trabajaba en Granma y yo en Juventud Rebelde. A pesar de que yo me dediqué a hacer fotos deportivas y que a él no le gustaba mucho el deporte, siempre me daba muy buenos consejos.
Recuerdo que él le llamaba a todo el mundo “cuadro”. Yo bromeaba con él y le decía: “Cuadro, no te vi en tal lugar”; entonces él me respondía: “Cuadro, yo no soy un pulpo, no puedo estar en todas partes”. Cada vez que hacía una exposición me llamaba a la casa y me invitaba. Era un hombre extraordinario.

Juan Moreira
(Pintor)
Liborio Noval forma parte de un grupo de fotógrafos que han hecho la historia desde el triunfo de la Revolución a través del lente con una gran calidad artística. El fotorreportero también debe tener un sentido de la composición, eso lo tenía Liborio. Las suyas son fotos históricas, pero, a su vez, tienen un gran contenido artístico. Además, como ser humano Liborio era un buen amigo, buena persona, un hombre excepcional. Excepcional fotógrafo, hombre, amigo, revolucionario. De veras es una pérdida muy triste.

José Villa Soberón
(Escultor)
Liborio y los otros grandes fotógrafos de su generación fueron capaces de hacer un tipo de fotografía vinculada con el quehacer social, con los hechos trascendentales que estaban ocurriendo en ese momento. Eso pudieron haberlo hecho muchos fotógrafos, pero el mérito de estos grandes es que fueron capaces de darle a los acontecimientos una visión cultural. Aquellas fotografías no solo eran la reproducción mimética de la realidad, sino que también tenían un atractivo muy especial por la visión de artistas que eran capaces de componer la imagen, podían buscar expresiones que otros no lograban. Durante mucho tiempo ese continuará siendo el mejor momento de la fotografía cubana en toda su historia.
Liborio, además de ser un excelente fotógrafo, fue un gran amigo, una persona verdaderamente querida por todos los creadores. Vivía la vida cultural de las artes plásticas, era una persona de una vida activa, culturalmente hablando.

Roger Ricardo Luis
(Periodista)
Yo hice mi segunda cobertura en Granma, como recién graduado, con Liborio de fotógrafo. Él al principio era un poco pesado, nosotros le decíamos “puente roto”. Pero entre él y yo hicimos rápidamente muy buena química. Comenzó en ese primer reportaje que hicimos juntos. Por respeto, como él ya era Liborio Noval, no le dije las fotos que yo quería. En el periodismo el fotógrafo y el periodista deben ser un equipo, pero por su estatura como fotorreportero no le dije nada. Luego, cuando terminamos y nos montamos en el carro él me dice que cómo yo no le había pedido nada, él tiró las fotos que quiso. Entonces, cuando le expliqué las fotos que me hubiesen gustado, dijo: “Tuvimos el mismo pensamiento”. Desde ahí comenzó una relación muy querida, casi familiar. Liborio fotografiaba a mi hija.
Cada vez que fuimos a la Sierra Maestra, no menos de 20 viajes, hicimos muy buen equipo. Yo le decía que nos fuéramos a pie, porque si llegábamos en un carro los campesinos no nos iban a dar ninguna información. Entonces íbamos caminando loma arriba y muchas veces nos quedábamos en casa de los campesinos tratando de compartir la vida de esa gente y él lograba unas fotos excelentes. Jamás le dije a Liborio lo que quería, pero cuando nos sentábamos a ver las fotografías, allí estaban todas las que yo había pensado.
A Liborio hay que recordarlo enalteciendo la profesión del fotorreportero, porque el fotorreportero no es el que abre el obturador de la cámara y ya, sino que detrás de ese lente hay un ser humano con una nobleza muy grande, con cultura, con una percepción de la realidad muy grande; y todo eso lo tenía Liborio. Algunas personas no fueron capaces de aquilatarlo, porque él a veces tenía un carácter difícil, pero fue un gran ser humano y como compañero de trabajo fue un hermano para mí.

Juvenal Balán
(Fotógrafo)
Hemos perdido a un gran compañero, a un fotorreportero de mucha calidad, alguien que siempre fue solidario. Su trayectoria está en sus fotos, donde se refleja la obra de la Revolución, del pueblo cubano, esas son las que dicen quién fue Liborio. Es una gran pérdida para el sector de la prensa y a todos nos ha sorprendido, todavía no logramos recuperarnos de la noticia, pero es la realidad: se nos fue un gran amigo y un gran profesional. Pero hay que recordarlo haciendo fotos con una cámara.

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