Este año me tocó la
suerte de participar
como jurado en el
Cubadisco; primero, en
las nominaciones y
luego, en las categorías
Trova y Trova fusión. De
manera que puedo decir
que me he dado un
banquete musical y
quiero dejar testimonio.
Es común en cualquier
evento que alguien del
jurado en sus
declaraciones afirme que
fue ardua la tarea de
elegir al ganador ante
tanta calidad y, debo
decir —a riesgo de
incurrir en el cliché—
que “fue muy ardua la
tarea de elegir al
ganador ante tanta
calidad”.
Tuvimos que recurrir a
detalles “minimalistas”
para dejar en cinco los
nominados por la
cantidad de propuestas
—en cuanto a canción de
autor cubana— tan
interesantes que se
están registrando en el
país. Hay diversidad
tanto de estilos
musicales, como de
generaciones de
trovadores con una obra
sólida, que hablan con
voz firme y poética
sobre disímiles temas
que abarcan desde lo más
íntimo hasta lo social.
En algunos casos,
pequeños problemas de
grabación o mezcla
dejaron fuera obras
discográficas que se
enfrentaban a otras con
propuestas tan
interesantes como esas
pero mejor terminadas.
El primer nominado fue
un trovador destacado
especialmente por
ejecutar sones y
guarachas con su grupo
Juego de manos: David
Álvarez, sin duda, uno
de los muy importantes
músicos cubanos en la
actualidad. Se me antoja
que David es un heredero
de la manera filosófica,
con mucha picardía
criolla que caracteriza
la obra de Pedro Luis
Ferrer, a su vez
heredera de la guaracha
típica de Ñico Saquito.
Le vino a David la
enseñanza de muy cerca,
pues formó parte del
grupo de Pedro Luis hace
algunos años; pero ahora
llega más trovadoresco
con el CD
Clandestinos.
Este disco de alto
lirismo es como el
descubrimiento del
verbo, sentimos a un
David que toma la
guitarra y empieza a
nombrar las cosas que
atañen al ser humano,
buscando la poesía de la
vida. Basta para
imaginarlo, repasar
algunos de los títulos
de las canciones:
“Despertar”,
“Desquite”,
“Desventura”,
“Distancia”, “El alma”,
“Espejismo”, “Trovador”,
“Lluvia”, “Mujer”, “La
tarde”. Es una joya que
se nos presenta en su
más profunda sencillez.
Cubanos,
de José Luis
Barba (EGREM
2010) es uno de los
proyectos más
abarcadores que se hayan
tejido en la trova
cubana. Barba ha llegado
con un álbum que incluye
un CD con las canciones
y un DVD que contiene un
clip de cada tema. En el
material, participan
muchos e importantes
músicos. Incluye dúos
con Silvio Rodríguez,
Pablo Milanés, Mayito
Rivera, Carlos Varela,
Gerardo Alfonso, Frank
Delgado, Santiago Feliú,
Kelvis Ochoa, David
Torrens, Pancho Céspedes
y Polito Ibáñez, una
lista que completa 17
piezas de la autoría de
Barba incorporando
sonoridades diversas,
que van desde el son o
la guaracha más
bailables hasta la
intimidad del bolero.
Roly Berrío, uno de los
grandes trovadores
cubanos, si bien no es
tan promocionado en los
medios por ser, tal vez,
un trovador joven ¿Es un
desconocido? No. Tiene
un amplio público entre
los trovadictos y los
jóvenes, especialmente
de La Habana y Santa
Clara donde más se ha
presentado; también, en
un circuito de la
canción de autor en
otros países como
Argentina. Integró junto
con Raúl Cabrera y Levis
Aleaga el Trío Enserie
que marcó un importante
giro en la canción
trovadoresca a inicios
de los 90. Con canciones
cargadas de ideas muy
locas —que llevan una
fuerte carga poética, un
virtuosismo a la hora de
tocar la guitarra, de
hacer efectos y conjugar
sonidos y voces, así
como una proyección
escénica con mucho de
sentimiento y
divertimento—, Enserie
acaparó la atención de
muchos jóvenes, impactó
a trovadores y, en el
Mejunje de Santa Clara,
inició un movimiento que
es hoy fuente de este
género y una de las
plazas más importantes
del país.
Cada año, El Centro
Pablo de la Torriente
Brau presenta varios
títulos al Cubadisco y
es que, en el patio de
tan importante
institución, se realizan
mensualmente importantes
conciertos grabados y,
gracias a los cuales,
han quedado registrados
momentos trascendentes
de nuestra música.
Solo salen es un
disco que recoge un A
guitarra limpia
realizado por Roly
Berrío en el Centro
Pablo el sábado 23 de
abril de 2011. En este
encuentro, Roly se hizo
acompañar de varios
músicos entre los que
estaban el tresero
Maykel Elizarde y el
bajista César Bacaró, de
Trovarroco. El disco
recoge piezas ya
antológicas de Roly como
“Olor”, “Carnavalito
para Raquel” (de la
etapa del Trío Enserie)
y otras más recientes
que ya integran el
repertorio de los
seguidores de la trova
como “La jicotea”, “La
cucaracha”, “Tu boca es
la boca” o “Lágrima
china”.
Roly Berrío es un
creador inagotable. En
sus conciertos, se
disfruta por la mirada
poética que nos hace
pensar, por la gracia
sin par y la empatía que
hace que se le quiera.
Por otra parte, toca la
guitarra de una manera
espectacular por los
efectos diversos que le
saca cuando pulsa las
cuerdas, como quien
busca un estado de
ánimo. Asimismo, su voz,
transita desde graves
hasta falsetes, algunos
con fingido aire lírico.
Los chistes y las
improvisaciones lo
convierten en un
hombre-espectáculo de la
trova cubana. Solo
salen es una obra
imprescindible para
quien quiera estar al
tanto de la vanguardia
en la cancionística
cubana actual.
Santiaguito es uno de
los más notables
trovadores cubanos y uno
de los líderes de esa
segunda generación de la
Nueva Trova: la de
Silvio, Pablo, Sara,
Noel y Vicente. Santiago
llega en este disco más
sosegado que otras
veces, y hasta algo
melancólico. Músicos de
la talla de Robertico
Carcassés, Yusa, Oliver
Valdés, Elmer Ferrer y
Descemer Bueno
complementan la
exquisitez sonora, que
tiene como base ese tipo
de canción metafórica, e
irreverente, a veces
íntima y algo
existencialista, otras
de espíritu guerrero y
aire más social que lo
caracterizan. Producción
muy bien redondeada,
donde grabación, mezcla
y diseño están en
función de ese trovador
atado a su tiempo, en el
que se mira, rememora,
pasa balance, echa un
vistazo alrededor y
lanza una oración por su
tierra con una pieza en
tiempo de marcha como
“Planeta Cuba”. Resaltan
canciones como “Sostener
mi amor”, a dúo con
Silvio Rodríguez;
“Marionetas de Cupido”;
“Descerebrándome el
corazón”; la
autobiográfica “Sin
tanta soledad” y
“Resumiendo”.
Ay, la vida
—título que juega con su
primer CD Vida—
es un disco de plena
madurez, donde la
sonoridad tiene la trova
por centro de un formato
jazzístico con arreglos
donde la sobriedad y la
belleza de la sencillez
se imponen.
Antonio Ávila Vaca,
nació en La Habana el 13
de agosto de 1970,
aunque se ha tejido la
vida en Cárdenas, donde
forma parte de un
importante proyecto:
Suerte de cangrejos, una
peña que ha invitado a
trovadores de toda la
Isla y que se ha ganado
uno de los públicos más
entusiastas y
conocedores de Cuba.
Ha participado en el CD
Antología de jóvenes
creadores de la
EGREM con la Asociación
Hermanos Saíz en el año
2003; en el CD
Primera vista con el
sello Colibrí, como
director del grupo
Clave; y grabó su
concierto A guitarra
limpia en el Centro
Pablo de la Torriente
Brau, del que salió su
disco Credenciales.
Fue intérprete, también,
de una de las piezas del
CD La voz del Diablo
Ilustrado, del sello
EGREM. En el 2007
realizó un concierto
Verdadero Complot con la
Asociación Hermanos Saíz
del que salió el CD
Tiene que haber de to´.
Sin duda, Tony Ávila se
ha convertido en uno de
los más importantes
exponentes de las más
cercanas generaciones de
trovadores, con un
repertorio que abarca
desde la canción más
íntima hasta piezas
bailables, todas con
unos textos muy bien
pensados y que nos hacen
pensar. Es un creador de
canciones necesarias,
que nos inducen a mirar
los encantos y
sinsabores del amor, la
vida cotidiana, la
sociedad, los problemas
del mundo, desde una
visión limpia y
profunda, a veces
filosófica, siempre con
gran carga humanista.
Ahora obtiene el Premio
Cubadisco con Rodilla
en tierra, título
que expresa esa vocación
de compromiso con su
tiempo y los humildes,
del trovador cubano.
Todos los temas son de
su autoría. Los arreglos
contaron con la
participación de Justo
Aboy, Yordanis García,
Rolando Salgado, Lino
Lores, Andrés Gonzalo,
Armando Osuna y Javier
Valladares. Es una obra
discográfica de variedad
genérica, que abarca
desde el merengue hasta
el son, la cumbia, la
bossa nova, y el cha
cha cha, entre otros
ritmos. Para dar vida a
algunos de los títulos
que conforman el álbum,
se sumaron la cantante
Ivette Cepeda y el
pianista Ernán López-Nussa.
Las palabras de
presentación del disco
corresponden a Guillermo
Rodríguez Rivera (poeta,
ensayista, escritor,
periodista), un creador
que es agudo estudioso
de la cubanidad, de
nuestra manera de hacer,
de decir y de ser. El
diseño gráfico del CD
Rodilla en tierra es
obra del pintor Rafael
Pérez Alonso.
Sin duda, una de las
piezas más importantes
del disco es “Mi casa
Punto CU” —integra la
banda sonora de la
película
Irremediablemente
juntos, del director
Jorge Luis Sánchez, que
se estrenará
próximamente—. Esta es
de esas piezas que
marcan el espíritu de
una época.
Rodilla en tierra
es un disco muy cubano,
variado, bien grabado,
con excelente diseño y,
sobre todo útil, pues
aborda una amplia gama
de temáticas que atañen
al cubano de hoy, con
una mirada crítica,
profunda, comprometida,
humanista. Cortes como
“Científicamente negro”,
“Balseros”, “Amor
cromañón”, “El mundo de
los más”, “Mi casa Punto
CU”, y “Regala’o se fue
en el 80”, reflejan con
alto vuelo poético,
mirada aguda y
comprometida, las
principales
preocupaciones y sueños
que rondan la vida en
Cuba en estos años. A
esto hay que sumarle
canciones de amor, que
abordan sentimientos más
íntimos como “Ella fue”,
“Silbando un bossa
nova”, “Solo para
dos” o “Tú eres”, como
complemento de ese
arcoíris espiritual que
alumbra el disco.
Tony Ávila echa
Rodilla en tierra
aportando una obra
discográfica plena,
útil, para gozar
intensamente, para
mirarnos por dentro como
seres humanos y como
sociedad y hacernos
extender la mirada hacia
el horizonte.
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