lunes, 21 de julio de 2025

Sistema de pensiones en Cuba: una deuda pendiente con quienes aportaron y hoy viven en la precariedad

 «La Revolución es el sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad plena y libertad; es tratar y ser tratados como seres humanos.» Fidel

Introducción

Desde los inicios de la Revolución cubana, encabezada por Fidel Castro, se proclamó ideales de justicia, solidaridad y protección al ser humano. El diseño revolucionario aspira a construir una sociedad donde la vejez no sea sinónimo de pobreza ni de abandono: “el derecho de los ancianos a una vejez segura” fue expresamente reivindicado como parte de la causa emancipadora.

Sin embargo, el sistema de pensiones actual —que mantiene a millones de personas mayores subsistiendo con ingresos equivalentes a sólo 4‑5 USD al mes— entra en conflicto directo con esos valores fundacionales. Mucho se ha avanzado en materia de salud y educación, pero la realidad de una población vulnerable encarando la pobreza extrema cuestiona el modelo económico.

Este artículo desarrolla primero una visión general del funcionamiento de un sistema de pensiones de trabajadores públicos, y luego se adentra en el caso cubano contemporáneo, marcado por un debate político reciente sobre el deterioro del bienestar de los jubilados y la emergencia de una pobreza silenciosa, en franca contradicción con el humanismo y la igualdad enarbolados desde la Revolución. En el caso cubano omitimos el factor externo (Bloqueo, crisis mundial, etc) variables que, sin dudas, tienen una gran parte de responsabilidad en el deterioro de las condiciones de vida de todos los cubanos. Pero como afirmábamos en el texto en que hablamos de las recomendaciones de Albert Wohlstetter en 1965, debemos buscar soluciones desde nosotros mismos aún con todas esas limitaciones en contra. Estas son mis reflexiones al respecto, inacabadas, incompletas, y quizás desacertadas, pero que pretenden aportar un granito en la búsqueda de otros caminos que nos permitan hacer realidad el ideario revolucionario de alcanzar toda la justicia posible.

Parte I – Qué es un sistema de pensiones de trabajadores públicos

Un sistema de pensiones de trabajadores del sector público (ó Estatal) es un régimen especial diseñado para proteger a quienes han servido al Estado. Sus principales características incluyen:

Régimen separado o mixto: los funcionarios cotizan a un fondo específico (administrado por el Estado) en lugar o además del sistema general de seguridad social.

Financiamiento conjunto: aportaciones de los empleados y del Estado, con frecuencia otorgando mejores beneficios que el sistema general.

Modalidad de reparto o capitalización colectiva, según el país.

Requisitos de jubilación: como edad mínima, años de servicio o combinación de ambos.

El cálculo de pensión contempla el salario final o promedio de los mejores años (últimos 3 o 5), y suele ofrecer un porcentaje elevado del salario.

Las pensiones pueden tener movilidad: ajuste automático según inflación o aumentos salariales de los activos; o ser ajustadas por políticas puntuales.

Esto plantea una cuestión clave cuando hay cambios salariales: ¿se ajustan también las pensiones existentes? Si el sistema contempla movilidad, sí ajustan; si no, los jubilados pueden quedar rezagados. Algunas políticas buscan compensar a los jubilados antiguos con aumentos progresivos o bonos.

Parte II – El caso cubano actual y el debate en la Asamblea Nacional

Contexto reciente y debate político

En julio de 2025, durante una sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, la entonces ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, negó la existencia de personas en situación de mendicidad en Cuba, afirmando que quienes se ven en las calles estaban “disfrazados de mendigos” o buscaban una “vida fácil”. Este discurso provocó una ola de indignación ciudadana, y en apenas 48 horas la ministra renunció, en un hecho sin precedentes atribuible a presión popular. Ante la polémica, el presidente Díaz‑Canel y el primer ministro se distanciaron y reconocieron la existencia de vulnerabilidad entre ancianos y jubilados.

Crisis de las pensiones y vulnerabilidad

Más del 39 % de los jubilados cubanos —casi 3 millones de personas— vive con la pensión mínima: 1.528 pesos cubanos al mes, equivalentes a unos 4‑5 USD al cambio informal.

Muchas de estas personas solo pueden comprar un puñado de alimentos básicos: por ejemplo, esa pensión alcanza apenas para unos 15 huevos o varias libras de arroz.

Frente a ingresos tan bajos, miles de jubilados se han visto obligados a:

Vender en la calle café, cigarrillos, ropa u objetos de segunda mano.

Recolectar materiales reciclables o trabajar de forma informal hasta avanzada edad.

Dormir en la calle, especialmente para cobrar la pensión o por falta de efectivo en cajeros y colapsos bancarios.

La situación se agrava por factores estructurales:

Una población envejecida: más del 25 % de habitantes tiene 60 años o más, y esta proporción sigue creciendo.

La crisis económica, la inflación (alrededor del 25 %), escasez de alimentos y medicamentos.

El cierre del Instituto Nacional de Seguridad Social y transferencias de competencias a entidades provinciales, lo que ha debilitado la capacidad de coordinación y aumentó la desigualdad territorial en la atención social.

Impactos sociales observados

Un aumento visible del número de personas deambulantes, muchas de ellas ancianos que no reciben asistencia adecuada.

Presencia de jubilados durmiendo en la calle o haciendo colas desde la madrugada para cobrar su pensión.

La sociedad civil ha institucionalizado “cadenas de apoyo”: redes de solidaridad que proveen alimentos, medicinas o refugio, ante la lentitud del ente público de trazar una política más agresiva para combatir el deterioro en el sector vulnerable.

Reflexión sobre políticas de pensiones y reajustes

El sistema actual no contempla movilidad automática suficiente: las pensiones no se ajustan proporcionalmente al aumento del salario de los activos.

No hay mecanismos de reajuste retroactivo o extraordinario que compensen a jubilados anteriores a reformas salariales recientes.

La gradación regional en gestión ha introducido desigualdad entre provincias, pues en algunas zonas el apoyo social se ha erosionado más rápidamente.

Conclusiones y recomendaciones

1. La situación cubana ejemplifica un sistema donde un reajuste salarial no beneficia automáticamente a pensionados antiguos, lo que genera pobreza profunda en adultos mayores.

2. La ausencia de mecanismos de ajuste proporcional deja a muchos jubilados sin capacidad de cubrir necesidades básicas.

3. Las consecuencias sociales —ancianos deambulantes, venta informal, abandono estatal— reflejan un sistema de pensiones mal aplicado y estructuralmente débil.

4. Urge:

Implementar movilidad automática que vincule pensiones a variaciones reales del salario y la inflación.

Crear reajustes compensatorios retroactivos para jubilados anteriores a reformas.

Restablecer una institucionalidad central de la seguridad social, mejor coordinada y con presupuesto adecuado.

Complementar con políticas sociales focalizadas sobre personas vulnerables sin acceso a remesas o soporte externo.

jueves, 17 de julio de 2025

El enfoque estratégico de Albert Wohlstetter sobre el Bloqueo de EE.UU. a Cuba


En un memorando fechado en 1965 y recopilado por RAND como parte del documento On Dealing with Castro's Cuba: Part I, Albert Wohlstetter detalla sus propuestas sobre cómo Estados Unidos debería manejar su política hacia Cuba. Estas sugerencias, transmitidas directamente por Wohlstetter como consultor de ISA, reflejan una perspectiva realista y estratégica sobre los límites y objetivos del embargo.

Principales planteamientos del informe

1. **“Continue the embargo.”**
Wohlstetter defendía la continuidad del bloqueo como herramienta política, aunque reconocía que “no esperara que por sí solo derribe a Castro”.

2. **No alimentar extremos internos.**
Advertía contra asociar a EE.UU. con la estabilización de Castro o con los sectores de derecha que promovían una invasión, proponiendo distancia de ambos extremos políticos.

3. **Prepararse para apoyar discretamente alternativas democráticas.**
Insistía en estar listos para brindar ayuda silenciosa a elementos anti‑comunistas y democráticos cubanos si surgían oportunidades: “be prepared to offer some quiet help if the anti‑Communist, democratic elements in Cuba … exploit … divisions and economic crises”.

4. **Reconocer el costo político internacional.**
Wohlstetter abogaba por tolerar críticas de aliados o países no alineados, cuyo análisis sobre el comunismo —decía él— “ha sido menos informado y considerablemente más errado que el nuestro”.

Cómo complementa este texto el análisis de Elíades Acosta Matos

El artículo en El Ciudadano resume algunas recomendaciones clave de Wohlstetter y aporta frases adicionales con valor histórico y político:

**“Debe exigirse a Castro la liberación de los prisioneros políticos, no sólo como un acto humanitario, sino para dar un paso más en la formación de una oposición a su gobierno… Sacarlos del país podría ser también un acto humanitario, pero tendría menos valor para el futuro de la oposición en Cuba…”**

**“No debe firmarse ningún acuerdo para limitar los vuelos espías de los U2 sobre la isla…”**

**“En la esfera comercial, no debe hablarse de ‘normalización’ de las relaciones entre los dos países, eso no es deseable.”**

**“El bloqueo contra Cuba deberá mantenerse (entre otras razones) para demostrar a los pueblos de las repúblicas latinoamericanas que el comunismo no tiene futuro en el Hemisferio Occidental…”**

**“El solo hecho de que esta avanzada del comunismo pueda fácilmente sobrevivir a nuestra hostilidad, e incluso, florecer con nuestra ayuda, estimulará futuras imitaciones de Castro.”**  

Estas citas reflejan la visión de Wohlstetter como una estrategia calculada para debilitar al régimen cubano y desalentar a otros países latinoamericanos de seguir su ejemplo.

Bibliografía y fuentes recomendadas

Obras primarias

Wohlstetter, Albert y Roberta M. Wohlstetter. On Dealing with Castro’s Cuba: Part I. RAND Corporation, D‑17906‑ISA, 1965. Documento clave que contiene las propuestas originales del informe.

Artículos y análisis secundarios

Elíades Acosta Matos, “Las campañas contra Cuba y la maquila de los bostezos” (El Ciudadano, abril‑2023), incluye citas explícitas del memorándum de Wohlstetter.

Kavilando / National Security Archive, “Estudio secreto de la CIA concluyó que los costos políticos del embargo superan los beneficios” (febrero‑2022), examina documentos desclasificados sobre los orígenes de la estrategia estadounidense.

Informes sobre el embargo y su impacto

Wikipedia: “United States embargo against Cuba” – visión general actualizada, incluyendo marco legal y cifras recientes.

Münchener Post: estimación del impacto anual en 2024 (≈ 5.000 millones USD y daño acumulado de ≈ 164.000 millones USD).

Informes cubanos (Scribd / Informe contra el bloqueo 2023) – perspectiva oficial sobre el embargo y su efecto sistemático durante la pandemia de COVID‑19.

Cómo conclusión podemos afirmar que el informe de Wohlstetter presenta el Bloqueo como una herramienta de contención política más que un simple castigo económico. Su enfoque enfatiza la necesidad de sostener presión constante, evitar normalización y apostar por una oposición interna discreta. Estas ideas fueron reflejadas con claridad en debates posteriores sobre la política estadounidense hacia Cuba y siguen siendo útiles para comprender el fundamento estratégico de décadas de confrontación.

1. ¿Quién fue Albert James Wohlstetter?

Albert James Wohlstetter (Nueva York, 19 de diciembre de 1913 – Los Ángeles, 10 de enero de 1997) fue un influyente politólogo y estratega militar estadounidense, especialmente reconocido por su contribución a la doctrina nuclear y la defensa estratégica durante la Guerra Fría.

Formación académica

Estudió matemáticas en el City College of New York y luego se trasladó a Columbia University, donde completó una maestría en lógica matemática y filosofía de la ciencia bajo la tutela de Abraham Wald, aunque nunca finalizó el doctorado.

2. Principales roles y funciones en el establishment estadounidense

Servicio en el gobierno (década de 1940)

Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó en planificación de producción bélica para el War Production Board. Posteriormente fue Director de Programas en la National Housing Agency (USHA) entre 1946 y 1947, la única posición federal que ocupó en su carrera.

RAND Corporation (1951–1963 y más allá)

En 1951 ingresó como consultor en la División de Matemáticas de la Corporación RAND, y en 1953 pasó a formar parte del personal permanente. Ahí investigó la postura y operación de fuerzas nucleares de EE. UU. con el objetivo de disuadir con credibilidad y eficiencia frente a la URSS.

Una de sus obras más influyentes fue The Delicate Balance of Terror (1958), en la que redefinió primitivas doctrinas de “mutua destrucción asegurada” (MAD) hacia nociones de disuasión graduada, precisión y control de escalada nuclear.

Asesor en seguridad nacional y think tanks

Wohlstetter fue asesor de administraciones tanto demócratas como republicanas, incluyendo a Kennedy durante la Crisis de los Misiles en 1962, además de participar en comités públicos para promover sistemas anti‑misiles durante las administraciones Nixon y Reagan.

Fundó o presidió organizaciones como Pan Heuristics Services, que asesoró al Departamento de Estado y Defensa, y el European American Institute for Security Research, vinculadas a redes como la Fundación Carthage y el círculo neoconservador.

Academia

Entre los años 1960 y 1980 enseñó en UCLA, Berkeley, y luego como profesor de Ciencia Política en la University of Chicago (1964–1980), donde influenció intelectuales clave del neoconservadurismo como Paul Wolfowitz, Richard Perle y Zalmay Khalilzad  . También fue distinguido con dos veces la Medalla al Servicio Público Distinguido del Departamento de Defensa (por McNamara en 1965 y Rumsfeld en 1976), y junto a su esposa recibió la Medalla de la Libertad Presidencial en noviembre de 1985.

3. Cómo se vincula con su informe sobre el embargo a Cuba

Debido a su prestigio en estrategia nuclear y seguridad internacional, Wohlstetter fue consultado por RAND y por el establishment de seguridad de EE. UU. para plantear enfoques sobre Cuba durante la Guerra Fría. Su visión del embargo como herramienta política coherente se inscribe en una larga trayectoria de análisis estratégico y asesoría estatal.

Sus propuestas sobre el embargo —como exigir liberación selectiva de presos políticos, evitar normalización comercial, mantener el bloqueo para desalentar al comunismo latinoamericano y potenciar una oposición interna discreta— reflejan el enfoque calculado y clínico que caracterizó sus estudios sobre disuasión y postureo estratégico.

4. Resumen del perfil institucional

Albert Wohlstetter fue un actor central del establecimiento de la defensa y la estrategia estadounidense durante la Guerra Fría. Desde su formación en lógica matemática, pasando por puestos en el gobierno y luego en RAND, hasta su influencia académica y su participación en redes neoconservadoras, su legado define un enfoque estratégico enfocado en la precisión, disuasión creíble y uso de herramientas políticas más que meramente económicas o militares.

Sus planteamientos sobre el embargo a Cuba se entienden mejor al reconocer esta trayectoria como estratega y consejero influyente en Washington.


martes, 1 de julio de 2025

La trampa de la autojustificación: cómo culpar a otros nos aleja de las soluciones

¿Alguna vez has escuchado frases como “yo hago esto porque todos lo hacen” o “no cumplo con esto porque los dirigentes tampoco lo hacen”? Esta forma de pensar es más común de lo que parece y se llama autojustificación. Es un mecanismo psicológico que usamos para proteger nuestra imagen y evitar sentir culpa o responsabilidad por nuestras acciones. Pero, aunque parezca una salida cómoda, esta actitud en realidad empeora las crisis sociales y personales.

¿Qué es la autojustificación y por qué la usamos?

La autojustificación es cuando buscamos razones externas para explicar nuestras decisiones o errores, en lugar de asumir nuestra responsabilidad. Por ejemplo, si alguien no recicla, puede decir “no lo hago porque nadie más lo hace” o “el gobierno no promueve el reciclaje, ¿para qué hacerlo yo?”. Esto nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos, porque mantenemos una imagen positiva, aunque sepamos que no estamos actuando bien.

Un experimento clásico en psicología mostró que las personas cambian su percepción para justificar lo que hacen y evitar sentir disonancia interna, esa incomodidad que surge cuando nuestras acciones no coinciden con lo que creemos correcto.

En Cuba, también escuchamos muchas mas veces de lo deseado dichas frases. Pero esta forma de pensar, que busca justificar nuestras acciones echándole la culpa a otros, es una trampa que nos aleja de resolver los problemas que enfrentamos día a día.

¿Por qué esta actitud bloquea el cambio?

Cuando culpamos a los dirigentes, a los vecinos o a las circunstancias, lo que en realidad hacemos es evitar asumir nuestra parte de responsabilidad. Y eso tiene consecuencias directas:

  • Nos paraliza: Si todos esperan que otro dé el primer paso, nadie lo da y los problemas siguen ahí, sin solución.

  • Fomenta la irresponsabilidad: Se pierde la oportunidad de aprender y mejorar, porque siempre estamos justificando lo que hacemos o dejamos de hacer.

  • Genera división: En vez de unirnos para buscar soluciones, nos enfrascamos en discusiones sobre quién tiene la culpa, lo que desgasta la confianza entre nosotros.

Por ejemplo, en muchos barrios cubanos, la recogida de basura puede ser un problema serio. Si cada vecino dice “yo no limpio porque los servicios no son buenos”, la basura se acumula y la situación empeora. Pero cuando un grupo de vecinos decide organizarse y limpiar aunque sea su calle, se crea un efecto contagio que mejora el entorno para todos.

Ejemplos cotidianos que reflejan esta tendencia y cómo cambiarla

1. El ahorro de energía en el hogar
Muchos cubanos se quejan de los apagones o del costo de la electricidad, y a veces justifican el alto consumo diciendo “si las instituciones estatales derrochan , ¿por qué debo ahorrar yo?”. Pero el ahorro energético comienza en casa y con pequeños hábitos que todos podemos adoptar:

  • Aprovechar la luz natural durante el día y apagar las luces al salir de una habitación.

  • Usar los electrodomésticos en horas fuera del pico eléctrico, por ejemplo, lavar la ropa temprano en la mañana o por la noche.

  • Desconectar cargadores, televisores y otros equipos cuando no se usan, porque aunque estén apagados, siguen consumiendo energía.

  • Mantener la nevera en buen estado, sin abrirla muchas veces y colocándola lejos del sol o la cocina.

Estas acciones no solo ayudan a reducir el consumo y la factura eléctrica familiar, sino que contribuyen a que el país pueda administrar mejor su energía, beneficiándonos a todos.

2. La limpieza y el cuidado del barrio
Decir “no limpio porque los servicios públicos no funcionan bien” es una excusa común. Pero cuando algunos vecinos deciden recoger la basura de su calle, plantar árboles o pintar fachadas, inspiran a otros a seguir el ejemplo. Así, poco a poco, se mejora la calidad de vida y se fortalece el sentido de comunidad.

3. La contaminación sonora: un problema que afecta a todos
En muchas comunidades cubanas, el ruido excesivo —música a altos decibeles, bocinas, motores ruidosos— es una fuente constante de molestia. A menudo se justifica diciendo “si los demás hacen ruido, ¿por qué no voy a hacerlo yo?”. Esta actitud no solo afecta la tranquilidad y la salud de los vecinos, sino que genera conflictos y tensiones innecesarias.

Si cada persona asumiera la responsabilidad de respetar el descanso y el bienestar de los demás, se podría mejorar la convivencia y la calidad de vida en los barrios.

¿Cómo romper con esta cultura de la culpa y la justificación?

  1. Cambiar el “yo no puedo porque otros no hacen” por un “yo sí puedo hacer mi parte”
    Aunque las condiciones no siempre sean perfectas, cada acción cuenta. Si cada cubano asume su responsabilidad, se puede transformar mucho.

  2. Ser honestos con nosotros mismos
    Reconocer cuándo estamos buscando excusas para no actuar es el primer paso para cambiar. Por ejemplo, en vez de decir “no hice la cola porque estaba apurado”, preguntémonos qué podemos hacer para organizarnos mejor.

  3. Buscar soluciones juntos, no culpables
    En lugar de gastar energía en señalar a quién le toca la culpa, enfoquémonos en qué podemos hacer para mejorar nuestra comunidad, aunque sea en pequeño.

  4. Promover el ejemplo desde la familia y el barrio
    Cuando un vecino o un familiar asume su responsabilidad y actúa, inspira a otros a hacer lo mismo. Así, poco a poco, se crea una cultura de compromiso y solidaridad.

  5. Crear espacios de diálogo y acción comunitaria
    En Cuba, las organizaciones de base como los CDR o las asociaciones culturales pueden ser plataformas para fomentar esta cultura de responsabilidad y trabajo conjunto.

Un llamado a la responsabilidad personal y colectiva

La tendencia a culpar a otros es un mecanismo psicológico que nos protege momentáneamente, pero que a largo plazo impide el progreso social y comunitario. Combatirla requiere un cambio profundo en la forma en que pensamos, hablamos y actuamos, promoviendo la responsabilidad personal y colectiva como base para construir sociedades más fuertes, justas y capaces de enfrentar sus desafíos.

La realidad cubana tiene sus retos, pero también su enorme potencial. Si dejamos de buscar excusas y empezamos a asumir nuestra parte, podremos transformar muchas situaciones difíciles. La responsabilidad personal no es solo un deber, es un acto de amor hacia nuestra comunidad y nuestro país.

En definitiva, culpar a otros solo nos aleja de la solución. El cambio empieza cuando cada uno decide hacer lo que le corresponde, sin esperar que otro lo haga primero.

JECM