(A mi madre, que hoy cumpliría 90 años)
Mi abuela secó sus
lágrimas
de las cebollas y la
vida
en el delantal que
se ponía
como coraza del
alma.
Mi madre también
secó
sus sudores y sus
miedos
en el delantal que
le dieron
cuando apenas era
una niña.
Con el tiempo
comprendí
de la virtud y valía
del delantal que
protege
a las familias en su
día a día.
Por ello es también
para mi
el delantal
un símbolo de
cubanía.
Viva el delantal y
la Patria
la Bandera y las
comidas
que con todas ellas
también
se defiende Libertad
y Soberanía.
Berlín, 13 de
octubre de 2019
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