Siendo estudiante en la desaparecida Checoslovaquia participé varias veces en los desfiles y las manifestaciones por el primero de mayo. Eran días de fiesta, de alegría real, no impostada. Luego de medio siglo de aquellos tiempos no dudo un segundo en afirmar que las sonrisas de la gente revelaban optimismo, ganas de vivir. Aquellos días eran comparables solo con el entusiasmo juvenil de las famosas Espartaquiadas en el monumental estadio de Strahov.
El ideal socialista entraña metas colosales. Probar su justicia es una tarea de titanes, porque es un giro histórico el propósito de someter la propiedad privada arraigada por siglos y siglos en la humanidad, de derrotar el egoísmo y cultivar la solidaridad. Implica una difícil y compleja recomposición de todo el funcionamiento económico, jurídico, social y cultural de la sociedad, que se inicia cuando esta está dominada por la psicología de intercambio de equivalentes generada precisamente y afianzada por las relaciones mercantiles.