jueves, 22 de octubre de 2015

Cuba nunca pedirá disculpas por defender nuestro pecado de ser un pueblo libre e independiente



Palabras pronunciadas por Eugenio Martínez Enríquez, Embajador de Cuba en España el 20 de octubre de 2015 en el “Dialogo sobre Cuba: el papel de la UE y España”

¡Buenos días!

Agradezco al Institute for Cultural Diplomacy la oportunidad de intercambiar sobre Cuba, al Presidente Zapatero, al ex Canciller Miguel Angel Moratinos, a los portavoces del Congreso presentes aquí, embajadores e invitados.

Siento deseos de improvisar, pero no lo haré. Leeré unas palabras que hace apenas quince minutos concluí de escribir, que es casi lo mismo que improvisar.

Durante esta jornada podrán contrastarse opiniones y análisis sobre mi país, sus relaciones con España, con los EEUU y con la Unión Europea. Al hacerlo, recomiendo no perder de vista, como bien conocen, que la historia de Cuba es la de una lucha por alcanzar y después sostener su independencia, soberanía y libertad, contra los intentos de potencias extranjeras de evitarlo mediante el control o intervención en su destino.

Hace poco más de cien años, dos generaciones de cubanos tras tres décadas de combate, sufrieron en esas batallas, la pérdida de un quinto de su población y también sufrieron al perder su anhelada independencia por la intervención norteamericana. A cambio, se hallaron, sin desearlo, ante un modelo de soberanía limitada. Ese modelo que permaneció por casi sesenta años y detuvo los impulsos cubanos a la plena independencia, cubrió con una larga sombra a mi pueblo durante toda la mitad del Siglo XX. La lucha cubana por la libertad iba acompañada de necesarias transformaciones sociales. Ambas aspiraciones fueron contenidas y postergadas, hasta la Revolución de 1959 comandada por su líder Fidel Castro Ruz.

Mi recomendación no es un ejercicio retórico. Los cubanos tenemos muy presentes los años de invasiones, ocupaciones de nuestro territorio nacional, ataques terroristas, medidas coercitivas económicas extraterritoriales, aislamiento internacional y sabotaje económico.

Los intensos vínculos afectivos, históricos, culturales y familiares entre España y Cuba; los importantes nexos económico-comerciales y de cooperación, necesitan ser acompañados de una reflexión permanente que incorpore la verdadera Cuba y que se aparte de los moldes y estereotipos en los que se pretende encasillar a mi país, muchas veces cuando se intenta compararlo con procesos y realidades que nada tienen que ver con los nuestros. Esa reflexión cuando se hace mal e ignora lo mucho que ha hecho Cuba y lo que ha logrado, conduce a análisis equivocados sobre nuestros procesos y hacia dónde vamos. Malgastaríamos nuestro escaso tiempo si establecemos la contradictoria práctica de predecir en el pasado, acerca de si Cuba hizo esto o si hizo lo otro, en lugar de respetar lo que los cubanos hemos decidido y defender a plenitud la relación entre pueblos y gobiernos; conscientes de que mucho nos queda por hacer para sostener nuestro desarrollo, al transformar nuestro modelo en uno más eficiente y próspero.

Estimados invitados:

En octubre de 2008, la Unión Europea y Cuba acordaron reiniciar el diálogo político y la cooperación sobre bases recíprocas, con carácter incondicional y no discriminatorio, con pleno respeto a la igualdad soberana de los Estados, al marco jurídico y al ordenamiento institucional de las Partes, y en total apego al principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados.

En el año 2014, tras una prolongada reflexión y proceso de consultas iniciado en el años 2012 entre los Estados miembros de la UE, se invitó a nuestro país a iniciar negociaciones sobre un Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre la Unión Europea y sus Estados Miembros, de una parte y Cuba de otra. Cuba respondió en un tiempo mucho menor al que tomó la reflexión europea y se iniciaron las conversaciones, de las cuales ya se han celebrado varias rondas. Cuba consideró la invitación de la UE, de manera respetuosa, constructiva y apegada a su soberanía e intereses nacionales.

Los principios acordados en el 2008 mantienen plena vigencia y deben seguir siendo el referente en las relaciones entre la Unión Europea y nuestro país.

Estos principios, animaron la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la firma por los jefes de Estado y de Gobierno, en enero del 2014, de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, que deja claro que a pesar de diferencias se pueden conseguir objetivos comunes; que todo Estado tiene derecho a elegir su sistema político, económico, social y cultural. En resumen, la soberanía de un Estado está limitada por la de otro.

Más recientemente se restablecieron relaciones diplomáticas entre Cuba y los EEUU, se abrieron Embajadas, se iniciaron procesos de consultas bilaterales, se produjeron contactos de alto nivel, se eliminó a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del Terrorismo Internacional, se tomó un acuerdo humanitario mediante el cual se liberaron a prisioneros cubanos y a un norteamericano. De esta forma se inició un proceso hacia la normalización de las relaciones que se alcanzará cuando se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba; se devuelva a nuestro país los 117 km2 el territorio ocupado ilegalmente por la Base Naval de Guantánamo; cesen las transmisiones radiales y televisivas y los programas de subversión y desestabilización contra Cuba, y se compense a nuestro pueblo por los daños humanos y económicos que aún sufre.

Esto sucede en el momento que Cuba hace las transformaciones económicas y sociales más complejas de su historia reciente, donde se mezclan el tránsito hacia una fase que crea condiciones para un crecimiento sostenible a mediano plazo con una política económica que revisa la relación entre planificación y mercado con combinación de tipos de propiedad desde pequeña, cooperativa y estatal y con la promoción de la inversión extranjera con cambios en los mecanismos de gestión que delimita sin ambigüedades las funciones estatales de las empresariales. Este proceso parte del reconocimiento tras un masivo debate popular de la necesidad de actualizar nuestro modelo, a los ritmos que consideramos apropiados.

Estimados invitados:

Que los EEUU y Cuba tengan nuevamente relaciones diplomáticas; que nuestros presidentes se reúnan y nuestros altos funcionarios yo sé que es motivo de satisfacción de ustedes. De todos. En particular de los latinoamericanos y españoles aquí presentes, que siempre apoyaron el inicio de una nueva etapa entre EEUU y Cuba; que siempre condenaron el bloqueo de los EEUU contra Cuba y que también lo harán el próximo 27 de octubre en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Veo representantes de empresas españolas, a quienes agradecemos haber confiado en Cuba, un socio serio y apreciado; nosotros tampoco olvidaremos, que ustedes no nos abandonaron cuando muchos creían que caíamos estrepitosamente o cuando sufrieron el efecto de medidas extraterritoriales; como siempre lo hizo el pueblo español, el pueblo de mayores tradiciones del mundo, gente digna y solidaria con Cuba, que siempre trasladó a los míos afectos entrañables, a quien hoy me permito abrazar fraternalmente.
Durante el día de hoy, intercambiaremos con respeto lo mucho que EEUU puede avanzar en sus relaciones con Cuba y Cuba con la UE. Esta nueva etapa, confirma que Cuba y EEUU pueden hallar un modus vivendi sobre la base del respeto a la igualdad soberana y el derecho internacional. Sabemos que el Presidente de los EEUU ha dado pasos en la dirección correcta y que tiene suficientes prerrogativas para dar otros que puedan vaciar de su contenido al más extenso sistema de sanciones extraterritoriales aplicado jamás contra un pueblo.

Queremos, por ejemplo, que las 60 mil amputaciones de miembros inferiores que lamentablemente se practican cada año en los EEUU por la terrible enfermedad del pie diabético, se eviten con la autorización del Presidente de ese país para que Cuba pueda exportar el medicamento que inventó para impedirlo. O que los Hospitales de las provincias cubanas de Camagüey y Santiago de Cuba privados de ofrecer radiaciones por el bloqueo de los EEUU, puedan hacerlo, así como que Cuba pueda continuar adquiriendo el Lotramide 300, medicamento necesario para patologías graves que al cambiar su suministrador su oficina de México a EEUU, mi país no ha podido adquirir.

Queremos que nuestros artistas y deportistas puedan presentar su excelente ejecutoria en los EEUU y recibir remuneración como corresponde hecho que hoy no es posible; que los aviones cubanos puedan igual que los norteamericanos lo hacen en nuestra isla, aterrizar en nuestro vecino del norte; que compremos cualquier producto norteamericano y con créditos, como hacen todos los países; que las pocas embarcaciones norteamericanas que hoy pueden tocar puerto cubano, porque su ley se lo impide plenamente, regresen no vacías, regresen con mercancías cubanas como puros habanos, los mejores del mundo o mangos, la fruta más dulce cubana; todo lo que hoy, está prohibido, no por leyes cubanas.
Y sabemos que es posible, como ha sido posible avanzar en menos de un año en las relaciones con EEUU en diversas áreas como los diálogos sostenidos en seguridad área, derechos humanos, asuntos migratorios, medio ambiente, protección contra derrames de hidrocarburos, control epidemiológico, telecomunicaciones y cooperación en proyectos de salud.

Estimados amigos e invitados:

Los cubanos somos un pueblo noble, valiente, solidario y hospitalario…y permítanme un minuto de vanidad: tenemos una tierra linda, un país seguro y estable; las hombres ingeniosos y las mujeres inteligentes y bellas; con una alto nivel cultural y educativo; somos los creadores de varios ritmos musicales y del ron ligero; de más de 100 vacunas o medicamentos; ofrecemos una extensa cooperación internacional en varios sectores, donde destacan los más de 25 mil profesionales de la salud en cerca de 70 países; tenemos las playas más hermosas y créanme, mejores que las de la competencia. No merecemos menos respeto y apoyo que otros.

Y pedimos poco como dijo José Martí: “Así es la revolución cubana, dispuesta a aceptar a todos los que la respetan”. El dialogo constructivo y la cooperación es el camino.

No ignoramos que nos llamen necios. No ignoramos que nos llamen obstinados por seguir nuestro camino de resistencia y desarrollo. Pero Cuba nunca pedirá disculpas por defender nuestro pecado de ser un pueblo libre e independiente como es y desarrollarnos como queremos que sea. ¡Muchas gracias!

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