martes, 25 de febrero de 2014

“Servir a Venezuela”

Por: Katiuska Blanco

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Un destacado grupo de intelectuales del mundo reunidos en La Habana convocados por el Capítulo Cubano de la Red de Redes en Defensa de la Humanidad ratificó su solidaridad con la Revolución Bolivariana y rechazó de manera rotunda la violencia generada por las fuerzas del golpismo fascista en Venezuela que, sin haber conseguido antes derrocar por ninguna vía al Comandante Hugo Chávez –especialmente con el golpe de Estado de abril de 2002 y el petrolero de diciembre de ese mismo año y enero de 2003–, arremeten ahora contra el gobierno revolucionario de Nicolás Maduro. Habiéndolo intentado todo antes: el desconocimiento del resultado electoral con la arrechera del 13 de abril de 20013, la desestabilización política permanente, el desconocimiento de la autoridad de las instituciones y la guerra económico-financiera, la derecha fascista retoma ahora ?una vez más- el rumbo de la violencia desatada y la muerte.

Fascismo puro, aquel al que llega la extrema derecha convencida de que no logrará abrirse paso de forma civilizada ni con las persistentes e insuficientes agresiones de carácter económico y político; el empeño de llegar al poder por la fuerza, sin detenerse en escrúpulo alguno, sin respeto a la vida, ni a ningún precepto democrático sino contra el más elemental. Fascismo puro: la antítesis de todo sentimiento humano, la fórmula de la barbarie; el incentivo del odio, de los más bajos instintos, de la manipulación del pensamiento de las personas, del terrorismo mediático concertado por los diarios, las radios y televisoras de las fuerzas títeres del imperialismo norteamericano en la región, de las fuerzas más oscuras y retrógradas, concertadas con el paramilitarismo y el narcotráfico que tanto dolor causan en la nación vecina de Colombia: uribismo rampante: aquél que reconoció no haber tenido suficiente tiempo para agredir bélicamente a Venezuela. Perenne en la memoria, viva más que nunca la virilidad de la respuesta del querido Comandante Chávez en su momento, cuando dijo que no era tiempo lo que le había faltado a Uribe para desatar una guerra fratricida contra Venezuela, sino “c……”.

Fascismo contra Venezuela y contra la integración de Nuestra América, contra el rotundo éxito de integración que fue la Cumbre de la CELAC de enero reciente en La Habana; fascismo contra el avance de las fuerzas progresistas más esperanzadoras en el mundo, contra el futuro mejor posible: es lo que acontece hoy en el espacio territorial, social y contra los pilares del Estado y la nación en la Patria de los Libertadores Bolívar y Chávez.

Nuestro Héroe Nacional José Martí afirmaba que había que desarrollar “Plan contra plan” y lo que corresponde ahora de forma esencial es la movilización solidaria, el esclarecimiento de la verdad, la difusión de la voluntad de respeto a la dignidad humana y de diálogo constructivo popular que defiende el gobierno bolivariano, la imprescindible necesidad de hacer que prevalezca la justicia para conjurar la violencia, la venganza, el caos y la anarquía; el despliegue de un esfuerzo serio por la tranquilidad ciudadana, la defensa de la soberanía sobre todo el territorio nacional, el imperio de la razón y del acatamiento a las instituciones, el afán de hacer todo por la prosperidad económico social del pueblo y por la paz, una paz justa y duradera.

A la desintegración como designio imperialista para nuestras tierras de América, en un afán del Norte por destruir la posibilidad de una segunda y verdadera independencia de nuestras naciones latinoamericanas, hay que responder con un mayor y más concertado esfuerzo de integración económica, política, cultural, social y comunicacional.

Debemos hoy decir con Martí: “Déme Venezuela en qué servirla, ella tiene en mí a un hijo”.

Contra la mentira que confunde y aísla, difundamos la verdad que esclarece y une. Todos los pueblos de Nuestra América en cuadro apretado como la plata en las raíces de Los Andes, en torno a la hermana bolivariana Venezuela. Nos va el destino, la vida. Por nuestro continente y el mundo.

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