miércoles, 30 de octubre de 2013

“EL BLOQUEO DE EE.UU. DAÑA AL PUEBLO CUBANO, PERO NO LO RINDE”

Por vigésimo segunda ocasión consecutiva, la Asamblea General de las Naciones Unidas, foro más representativo de ese organismo multilateral, instó al gobierno de Estados Unidos a levantar el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba hace ya más de medio siglo, y que ha ocasionado daños estimados en un billón 157 mil 327 millones de dólares a esa pequeña nación del Caribe, pero cuyas afectaciones sociales son invaluables, por su impacto en sectores como la salud, la alimentación, seguridad social, educación y desarrollo de todo un pueblo.

La resolución, aprobada por una abrumadora mayoría de 188 estados miembros, de 193 que integran la ONU, llama al estricto apego a los propósitos y principios de la Carta de la ONU, como la soberanía y la igualdad de los estados, la libertad de comercio y navegación y la no interferencia en los asuntos internos.

En esta ocasión, solo un país acompañó a Estados Unidos en el rechazo a la resolución cubana, Israel; mientras que Palau, que en 2012 había votado en contra, se unió a las abstenciones de las Islas Marshall y Micronesia, que habían votado de igual forma hace un año.


Durante más de dos décadas Estados Unidos se ha permitido desoír los reclamos del mundo, a pesar del abrumador rechazo de la Asamblea General, al que se suman los pronunciamientos de diversos foros internacionales, como las Cumbres Iberoamericanas, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, del Movimiento de los No Alineamos, la Comunidad del Caribe, el G-77, la Unión Africana, entre otros, cuya lista sería interminable. Incluso la Unión Europea, sus más cercanos aliados, se oponen a este acto ilegal, inhumano y criminal, el más prolongado, cruel e injusto que haya conocido la historia de la humanidad, violatorio de importantes normas y principios del derecho internacional, calificado como un delito de genocidio, conforme a lo dispuesto en la “Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio”, del 9 de diciembre de 1948, ignorando los principios de la Carta de las Naciones Unidas y otros tratados internacionales, que condenan estos actos como contrarios a la paz, la convivencia pacífica y la cooperación entre las naciones.

Y es que solo la cruel inclusión de medicinas y alimentos en esa política, quebranta el Derecho Internacional Humanitario y es un acto hostil y unilateral que debe cesar unilateralmente.

El bloqueo, además, no se limita a un asunto bilateral entre Estados Unidos y Cuba, sino que su carácter “agresivamente extraterritorial”, como declaró este martes el Canciller cubano, lacera la soberanía de todos los Estados.

Nuestro país, como ha señalado en otras ocasiones, desea paz, no bloqueo, y ratifica su disposición para un diálogo serio, constructivo, en condiciones de igualdad y pleno respeto.

La condena casi absoluta al bloqueo, demuestra de qué lado está la razón, y a la vez nos da fuerza moral. Contamos con el apoyo de todos los pueblos del mundo, incluido el hermano pueblo norteamericano, que se opone mayoritariamente a la política contra Cuba, y desea, como el nuestro, mantener relaciones de respeto, amistad y cooperación.

Recibimos, además, el apoyo y solidaridad del hermano pueblo boliviano, país con el que los cubanos tenemos una gran deuda de gratitud. Ese apoyo fue patentizado este 27 de octubre, durante la clausura del XII Congreso Nacional del Movimiento Boliviano de Solidaridad con Cuba, realizado en la ciudad de Cochabamba, el cual se pronunció por el levantamiento del bloqueo y la liberación de los jóvenes cubanos que permanecen injustamente encarcelados en Estados Unidos por combatir el terrorismo contra nuestro país.

El bloqueo de Estados Unidos daña al pueblo cubano, pero no lo rinde. Los cubanos seguimos firmes, indoblegables, con una sonrisa a flor de labios, dispuestos a demostrar que un mundo mejor es posible.


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