jueves, 3 de enero de 2013

¿Desconectados de Internet?

 En varios países la centralización de los servicios de Internet facilita su posible desconexión de la red… 

Por Leidys García Chico

La posibilidad de que un país completo se desconecte de Internet es actualmente un hecho comprobado, teniendo en cuenta lo sucedido en Egipto y Siria, como parte de las respuestas de dichos gobiernos a las circunstancias extremas que han enfrentado.

Para Venezuela fue una cuestión de fallo técnico pero con resultados similares. En los días finales de mayo pasado no fue posible acceder a unas 200.000 páginas con la terminación .ve durante dos horas, algo que ya había ocurrido en España en 2006, cuando el dominio .es dejó de funcionar varias horas por un “error puntual de software”.

Estas situaciones han motivado estudios como el de la firma estadounidense de análisis de Internet Renesys, que recientemente difundió un mapa para clasificar a los países según su grado de desconectabilidad de la red, basándose en el número de proveedores del servicio.

La investigación señala que las naciones donde la red es fuertemente regulada solo cuentan con una o dos empresas que gestionan la entrada y salida de datos, lo que facilita a sus respectivos gobiernos la tarea de apretar el botón de apagado si fuese necesario. Esto no significa que los países citados quieran desconectar Internet, pero sí que su nivel de centralización del servicio lo hace mucho más sencillo. Además, también los convierte en un objetivo fácil de ataques cibernéticos, pues la infraestructura que controlar es limitada.


De acuerdo con el mapa, entre los países de “alto riesgo” en Latinoamérica figuran Guyana, Cuba y Surinam, seguidos de los países de “riesgo significativo”, como Bolivia, Paraguay y Uruguay.
El especialista Mundo Doug Madory, perteneciente a la firma en cuestión, afirmó en una entrevista al servicio informativo BBC, de Gran Bretaña, que “el caso de Cuba es el mejor documentado, al no contar con cable submarino en la Isla”.

“Con la instalación del cable ALBA 1 entre Venezuela y laIsla, inaugurado en febrero de 2011 (y operativo desde mayo de 2012, según el Ministro de Telecomunicaciones venezolano, Jorge Arreaza), se espera revertir esta situación, pero el sistema todavía parece necesitar una mejora de la infraestructura de cableado en el interior del país”, agregó la periodista de BBC Mundo, Anahí Aradas, dedicada a temas de tecnología.

No obstante, la salida de la red es demasiado costosa, no solo a nivel tecnológico o político, sino en términos económicos, por lo que los investigadores califican este hecho de insostenible, dado el índice de dependencia de las acciones financieras que se ejecutan en la red para la sostenibilidad de cada país.

Paralelamente, se discute la posibilidad real de alejar a los usuarios de las interacciones que proporciona la Web, pues los cibernautas a nivel internacional han probado la efectividad de diversos “atajos” para colarse en ella. Entre los más populares aparecen los proxys que permiten acceder a sitios bloqueados, las aplicaciones de terceros que habilitan el manejo de los perfiles personales en redes sociales, los SMS y las conexiones dial up, vía módem. Estas últimas son muy explotadas en Cuba, al contrario de otras regiones, donde se convierten en la alternativa.

La centralización de los nodos de interconexión constituye otro factor de alarma, pues en la actualidad los más grandes se ubican en tan sólo cuatro países: Estados Unidos (Nueva York y Virginia), Alemania (Frankfurt), Holanda (Amsterdam) y Reino Unido (Londres). “Es desde estos centros neurálgicos donde el resto del mundo se conecta a Internet”, recuerda el periodista estadounidense Andrew Blum, autor del libro Tubes, donde analiza la infraestructura física que conforma la red. “Me sorprendió cuán centralizada está.

Piensas en Internet como algo disperso, amorfo, pero el hecho es que los centros están muy definidos”, destaca.

En tal sentido, Josep Pegueroles, profesor del Departamento de Ingeniería Telemática de la Universidad Politécnica de Catalunya, considera que Internet es más frágil de lo que se pensó que debería ser, pues el ataque a uno de estos nodos provocaría el colapso de una de sus partes.

Para el teórico español David de Ugarte, autor de El poder de las redes, solo en una red distribuida, con forma de enredadera o rizoma, hay formas alternativas de unir dos nodos cualesquiera, “lo que le dota de una resistencia enorme a las tensiones de ruptura o a los ataques de cualquier naturaleza”, un espejismo en la conformación de Internet a la que accedemos diariamente, pero que de convertirse en realidad la dotaría de mayor fortaleza y la haría menos desconectable.

(Tomado de Cuba Ahora)

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