En varios países la centralización de los servicios de Internet facilita su posible desconexión de la red…
La posibilidad de que un país completo se desconecte de Internet
es actualmente un hecho comprobado, teniendo en cuenta lo sucedido en
Egipto y Siria, como parte de las respuestas de dichos gobiernos a las
circunstancias extremas que han enfrentado.
Para Venezuela fue una cuestión de fallo técnico pero con resultados
similares. En los días finales de mayo pasado no fue posible acceder a
unas 200.000 páginas con la terminación .ve durante dos horas, algo que
ya había ocurrido en España en 2006, cuando el dominio .es dejó de
funcionar varias horas por un “error puntual de software”.
Estas situaciones han motivado estudios como el de la firma estadounidense de análisis de Internet Renesys,
que recientemente difundió un mapa para clasificar a los países según
su grado de desconectabilidad de la red, basándose en el número de
proveedores del servicio.
La investigación señala que las naciones donde la red es fuertemente
regulada solo cuentan con una o dos empresas que gestionan la entrada y
salida de datos, lo que facilita a sus respectivos gobiernos la tarea de
apretar el botón de apagado si fuese necesario. Esto no significa que
los países citados quieran desconectar Internet, pero sí que su nivel de
centralización del servicio lo hace mucho más sencillo. Además, también
los convierte en un objetivo fácil de ataques cibernéticos, pues la
infraestructura que controlar es limitada.
De acuerdo con el mapa, entre los países de “alto riesgo” en Latinoamérica figuran Guyana, Cuba y Surinam, seguidos de los países de “riesgo significativo”, como Bolivia, Paraguay y Uruguay.
El especialista Mundo Doug Madory, perteneciente a la firma en
cuestión, afirmó en una entrevista al servicio informativo BBC, de Gran
Bretaña, que “el caso de Cuba es el mejor documentado, al no contar con
cable submarino en la Isla”.
“Con la instalación del cable ALBA 1 entre Venezuela y laIsla,
inaugurado en febrero de 2011 (y operativo desde mayo de 2012, según el
Ministro de Telecomunicaciones venezolano, Jorge Arreaza), se espera
revertir esta situación, pero el sistema todavía parece necesitar una
mejora de la infraestructura de cableado en el interior del país”,
agregó la periodista de BBC Mundo, Anahí Aradas, dedicada a temas de
tecnología.
No obstante, la salida de la red es demasiado costosa, no solo a
nivel tecnológico o político, sino en términos económicos, por lo que
los investigadores califican este hecho de insostenible, dado el índice
de dependencia de las acciones financieras que se ejecutan en la red
para la sostenibilidad de cada país.
Paralelamente, se discute la posibilidad real de alejar a los
usuarios de las interacciones que proporciona la Web, pues los
cibernautas a nivel internacional han probado la efectividad de diversos
“atajos” para colarse en ella. Entre los más populares aparecen los proxys
que permiten acceder a sitios bloqueados, las aplicaciones de terceros
que habilitan el manejo de los perfiles personales en redes sociales,
los SMS y las conexiones dial up, vía módem. Estas últimas son muy explotadas en Cuba, al contrario de otras regiones, donde se convierten en la alternativa.
La centralización de los nodos de interconexión constituye otro
factor de alarma, pues en la actualidad los más grandes se ubican en tan
sólo cuatro países: Estados Unidos (Nueva York y Virginia), Alemania
(Frankfurt), Holanda (Amsterdam) y Reino Unido (Londres). “Es desde
estos centros neurálgicos donde el resto del mundo se conecta a
Internet”, recuerda el periodista estadounidense Andrew Blum, autor del
libro Tubes, donde analiza la infraestructura física que conforma la red. “Me sorprendió cuán centralizada está.
Piensas en Internet como algo disperso, amorfo, pero el hecho es que los centros están muy definidos”, destaca.
En tal sentido, Josep Pegueroles, profesor del Departamento de
Ingeniería Telemática de la Universidad Politécnica de Catalunya,
considera que Internet es más frágil de lo que se pensó que debería ser,
pues el ataque a uno de estos nodos provocaría el colapso de una de sus
partes.
Para el teórico español David de Ugarte, autor de El poder de las
redes, solo en una red distribuida, con forma de enredadera o rizoma,
hay formas alternativas de unir dos nodos cualesquiera, “lo que le dota
de una resistencia enorme a las tensiones de ruptura o a los ataques de
cualquier naturaleza”, un espejismo en la conformación de Internet a la
que accedemos diariamente, pero que de convertirse en realidad la
dotaría de mayor fortaleza y la haría menos desconectable.
(Tomado de Cuba Ahora)
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