“Miles
de tuiteros, acusados de difamación por rebotar rumores en la red” es
el encabezamiento de una reciente noticia que recoge la demanda de un
exasesor de Margaret Thatcher contra quienes difundieron que habría
abusado una docena de veces de un joven en los años setenta.
El pasado año también usuarios de la red social Twitter fueron
encarcelados en México por difundir rumores falsos sobre ataques del
crimen organizado y ello derivó en la tipificación de un nuevo delito de
“perturbación del orden público”.
No son los únicos casos de este tipo que van aumentando de frecuencia
con el crecimiento de espacios como blogs y redes sociales en Internet.
También está el uso por los grandes medios y sectores de poder
económico de instrumentos judiciales para evitar la difusión de verdades
incómodas. En Brasil los blogueros se han organizado para protegerse
frente a lo que han llamado la judialización de la censura y en España
han denunciado el intento de imponer legislaciones cada vez más
represivas a quienes usen Internet para convocar protestas que terminan,
como hemos visto en Europa a raíz de la reciente Huelga General, en
verdaderas “olas represivas” con centenares de detenciones y rostros
ensangrentados pero que distan de ser llamadas así por quienes las
informan.
En el caso de Cuba, ya han pasado a ser objeto de burla los rumores,
difundidos por tuiteros y blogueros organizados y pagados por Estados
Unidos, acerca de la salud de Fidel, huelgas de hambre que han sido
festines alimentarios, falsos tiroteos en las calles y asaltos
policiales a Iglesias que nunca ocurrieron. Son “noticias” que buena
parte la llamada gran prensa, lejos de cuestionar, ha difundido como
ciertas y que generalmente no han conllevado repercusiones legales ni
acciones represivas de las autoridades.
Sin embargo, según el sitio de la organización Directorio Democrático
Cubano (DDC) -asentada en Miami y financiada generosamente por el
gobierno norteamericano- tras el paso por Cuba del huracán Sandy, que
dejó en situación crítica buena parte de la región Oriental de la Isla,
las autoridades cubanas sí detuvieron por pocas horas a una persona:
Yaremis Flores Julián. Informa el DDC que “Yaremis había denunciado las
muertes de prisioneros en la prisión de Mar Verde de Santiago de Cuba”.
Buscando en Internet, encontré el despacho de Flores Julián para
Cubanet, que también recibe dinero del gobierno estadounidense:
“Alrededor de 13 reclusos han muerto por ahogamiento en la prisión de
Mar Verde, en Santiago de Cuba, como consecuencia del paso de la
tormenta Sandy por la región oriental del país, según notifica desde La
Habana la periodista independiente y colaboradoras de Cubanet Yaremis
Flores”.
La redacción del DDC -”prisioneros en la prisión”- y de Cubanet
-”periodista idependientes”- no habla muy bien de su periodismo, pero
además hallé en el blog de la periodista santiaguera Adis López varias
entrevistas en video de reclusos y vecinos de la prisión de Mar Verde
que desmienten lo difundido por Flores, niegan la existencia allí de un
solo prisionero fallecido y agradecen la protección que se les brindó
durante el paso del huracán.
Eso no fue óbice para que una decena de personas, incluyendo los
autores de los bulos que mencionamos antes, vinculados todos a la
representación diplomática de Estados Unidos en Cuba, acudieran al lugar
donde se encontraba detenida Yaremis, para increpar a las autoridades
y, siempre según DDC y Cubanet, fueran detenidas; uno de ellos, de
nombre Antonio Rodiles, permaneció en prisión hasta hoy*, según han
informado varios medios internacionales de prensa, acusado de
“resistencia”, lo que ha generado la consiguiente declaración del
Departamento de Estado norteamericano y el apoyo de varias
organizaciones y sitios en Internet que reciben respaldo económico de
EE.UU.
Ninguno de los medios que se ha hecho eco de esto que han llamado
“Ola represiva” en Cuba, se ha detenido a buscar el origen de los
acontecimientos, tampoco han dicho a sus audiencias que su nuevo mártir
de la libertad de expresión es el defensor de una mentirosa. Mucho menos
han buscado la opinión de los familiares de los reclusos de Mar Verde
que en un momento crítico -como el paso de un huracán- pueden haber sido
víctimas de las falsedades sobre la salud y la seguridad de algún ser
querido, pagadas por EE.UU.
No importa, es en Cuba, y aquí los presos sólo son noticia si
coinciden con la agenda que interesa a Washington. Cuando, como en Mar
Verde, son protegidos y salvadados por las autoridades, no existen.
*Hoy, 26 de de noviembre, se está informando en las redes sociales que ya no está detenido.
(Tomado de La pupila insomne)
No hay comentarios:
Publicar un comentario