Ricardo Alarcón, habla de las elecciones en Cuba que habrán de culminar el 21 de octubre próximo.
Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional
del Poder Popular de Cuba
Ricardo Alarcón es el presidente del máximo órgano
legislativo de la Isla. Desde la experiencia que le da su cargo, y de una larga
militancia revolucionaria analiza el actual período electoral en ese país.
También aborda la lucha que Cuba y la solidaridad internacional generan por la
libertad de los Cinco anti-terroristas cubanos, detenidos desde hace 14 años en
los Estados Unidos.
-Fuera de Cuba hay una idea de que aquí las votaciones
son relativas, en función de que existe un partido único. ¿Cómo es el sistema
electoral cubano y cuáles son sus valores, hablando en términos de democracia?
-Nosotros estamos ahora en un
proceso electoral. Esa es una de las diferencias fundamentales con el modelo en
boga, con el supuesto paradigma. La esencia del sistema de comicios en el mundo
occidental contemporáneo implica que los electores, que no son todos los
ciudadanos, sino una parte de los mismos, son llamados a votar por algún
candidato que ha sido seleccionado por las maquinarias electorales, o partidos
políticos.
La ciudadanía tiene entonces
escasa participación en la selección de los candidatos. En Cuba, ya llevamos
varias semanas en un proceso que consiste en que la gente seleccione mediante
el voto, aquéllas personas a quienes quiera llevar como sus candidatos. Eso no
creo que sea parecido a lo que predomina en el resto del mundo.
Aquí, podemos decir, que hace
rato que millones de cubanos ya han votado, debido a las llamadas asambleas de
nominación o de postulación de candidatos. El 21 de octubre, esa misma gente
está convocada a ir a las urnas para optar entre los varios candidatos que ella
misma nominó. Los candidatos son elegidos, no designados. No están allí por
decisión de una maquinaria electoral.
-¿En base a qué características o cualidades son
elegidos?
-Obviamente la propaganda que
se hace en los diarios o en la televisión habla de apoyar a los mejores, a los
más capaces. Pero la realidad pasa por que un vecino, por ejemplo, levanta la
mano en las asambleas que se realizan en todos los barrios y propone a alguien
que considera representativo, o directamente dice que se candidatea él mismo,
que también se puede hacer y ya ha ocurrido. Si algo abunda en Cuba, son las elecciones.
Esta etapa culmina el 21 de este mes, y la segunda vuelta es el 28, donde
concurren los votantes de aquellas circunscripciones donde ninguno de los
candidatos hubiera obtenido más del 50% de los votos.
-¿Por qué no abrir las puertas a más partidos?
-La idea que asocia la
democracia con la partidocracia es históricamente reciente. No siempre fue así.
Democracia había en el mundo, como concepto y como práctica, mucho antes que
surgiera la institución de los partidos políticos. La idea del gobierno, basado
en la soberanía popular, es bastante anterior a estos partidos. Además, no
somos los únicos que creemos que la democracia no debe asentarse en la
existencia de partidos: entre otros notables críticos de ese sistema, está el
mismísimo Georges Washington. Cuando él
se despide del accionar institucional, en un mensaje que se convirtió en un
testamento político, exhorta a no caer en el sistema de partidos, eso precisamente
que ahora los norteamericanos exhiben como un dogma. Por cierto, Washington fue
Presidente sin militar en ninguna estructura partidaria.
El concepto de que la
sociedad tenga que organizarse y dividirse en facciones, y que estas
estructuras o aparatos asumen la soberanía popular, es arbitraria.
Son muchos los que la
condenaron, incluyendo a Washington o el propio Rousseau, que embistió, desde
su origen, a la llamada democracia representativa, como algo ficticio e irreal.
La única forma de democracia era, para él, la que se ejercía en forma directa,
en que el elegido dependería de los electores y no se arrogaba la
representación de éstos.
Fíjese lo que ha ocurrido
estos días en Madrid, donde el Parlamento fue rodeado por miles de ciudadanos,
y la policía española se lució golpeando a diestra y siniestra. ¿Quiénes
estaban adentro del Congreso?: representantes que llegaron allí de la mano de
algún partido político. Afuera están los que no se consideran representados por
ninguno de los que están dentro. Esa es una muestra clara de la inutilidad de
esos partidos.
-En las elecciones de la mayoría de los países, si un
candidato defecciona, los votantes lo pueden castigar, no votándolo, cuando se
produzcan los nuevos comicios. ¿Qué alternativas tienen los electores cubanos
en ese caso?
-Muy sencillo: a cualquiera
de las personas elegidas, se le puede revocar el mandato en cualquier momento,
por quienes lo eligieron. En los últimos años, yo he sido diputado por el
Municipio de Plaza de la Revolución. La primera vez que esto ocurría, en 1993,
me invitaron como a los demás diputados de la zona, a participar en la asamblea
municipal, cuyo punto principal era la sustitución del presidente de la misma.
Yo me senté con el resto de los participantes, y se dio una intensa discusión,
algunos no estaban de acuerdo con revocar al compañero, y hablaban maravillas
de su funcionamiento. Otros, lo criticaron duramente. De pronto se paró un
compañero, que tenía antigüedad en el trabajo en ese distrito y dijo:
“Caballero, quítenle dramatismo a esto, si aquí en Plaza, ningún Presidente ha
terminado su mandato. A todos los hemos sustituido”. No existe ni plazo, ni
restricción alguna para revocar cargos. Se puede hacer en cualquier momento,
pero obviamente sin que esto se convierta en un caos, donde estemos votando
todos los meses.
-En las imágenes que se propagan en el exterior sobre
las elecciones cubanas, se trata de ridiculizarlas con las cifras de
participación que siempre son altas y en muchos casos superan el 90%.
-Yo tengo una explicación
sobre eso. Cuando tú vas a votar en Cuba para elegir entre varias personas, y
se sabe que una de ellas fue propuesta en tu asamblea de nominación, lo
conoces, lo sientes más cercano, te da confianza. Es muy distinto a las elecciones de otros
países, donde el candidato inunda las paredes con carteles con su foto,
sonriendo, y prometiendo de todo. En segundo lugar, si hay algo fácil en Cuba,
es votar. Los centros electorales están a muy poca distancia de donde vive la
gente, a una cuadra, o a dos a lo sumo. Esto hace que participe mucha más gente
que en lugares donde las mesas de votación están muy apartadas.
Otra cosa es la lista de
electores. Si ahora se recorre la Isla, se podrá ver en la puerta de los
edificios, en las bodegas, en las tiendas, el listado de los electores,
sometido al escrutinio público y al control popular. Yo voy allí y veo si está
mi nombre, y si no me pusieron reclamo para que lo hagan. Pero veo también que
te han puesto a ti, y entonces digo, este es argentino y no vive en La Habana,
y no puede votar aquí.
De manera que cuando voy a
votar ya sé que votan tantas personas que están identificadas en la puerta con
su nombre y apellido. Después, llegado el momento del escrutinio, la comisión
encargada invita a los vecinos que están en la puerta del local, a que los
ayuden a contar. Comparemos eso, con situaciones donde la gente ni sabe cuántos
pueden votar donde él vota, ni sabe cuántos votaron, ni siquiera cuál es el
resultado.
(Recuadro)
Los Cinco patriotas cubanos y el terrorismo mediático
-El juicio a los Cinco héroes
cubanos es el más largo de la historia norteamericana, donde participaron y
comparecieron testigos generales, militares, asesores de la Casa Blanca. Un
listado de gente, que en cualquier otro caso hubiera atraído la atención de los
medios. En un país como Estados Unidos, donde hay dos canales de TV que cubren
temas judiciales las 24 horas, jamás se dijo ni una palabra sobre ese juicio.
En cambio, en Miami, fue exactamente al revés.
Otra cosa curiosa, algunos
medios nacionales de EEUU, que no dijeron nada hacia afuera de Miami, sí
cubrieron el tema con exageración para el público local. Recientemente, el abogado defensor de Gerardo
Hernández, presentó un dossier con todos los artículos de prensa publicados en
Miami sobre el caso. Desde el día que comenzó el juicio hasta el momento en que
se dio a conocer el veredicto, solamente en el “Miami Herald” y en el “Nuevo
Herald” se publicaron 1.111 artículos, que da un promedio de alrededor de cinco
por día. A esto hay que sumarle las emisoras radiales y de TV. Ha sido una campaña
sin precedentes de acoso y tergiversación.
Además, varias veces en el
juicio, los jurados se quejaron a la jueza, de que los periodistas los
perseguían con las cámaras y micrófonos, por los pasillos, en las puertas de
sus viviendas. El resultado de esto, era que esas personas denunciaban tener
miedo, porque les filmaban las patentes de los automóviles y las mostraban en
la TV local, teniendo en cuenta que esas placas en EEUU permiten saber todos
los datos personales sin excepción.
Ahora bien, lo que no se
sabía entonces, era que detrás de ese comportamiento de los periodistas, estaba
la presión y el dinero pagado a los medios por el Gobierno.
En 2005, se produjo una de
las situaciones más interesantes de este caso, cuando el panel de los tres
jueces declaró nulo y sin valor el juicio, en un documento histórico de 93
páginas, que tiene muchos datos de la actividad terrorista contra Cuba. Tres
jueces que no son comunistas ni castristas, sino simplemente norteamericanos, y
describieron la situación de Miami como “una tormenta perfecta de hostilidad” y
dieron como ejemplo, los medios locales. En 2006, un periodista del Herald
publicó un artículo donde se denunciaba a varios periodistas del diario, que
recibían un doble sueldo del Gobierno para tergiversar el tema de los Cinco. Lo
cierto es que el Herald actuó de esa manera, porque al parecer se enteraron que
la competencia estaba investigando el tema, y prefirieron adelantarse. Fueron
despedidos todos los periodistas implicados, pero es el día de hoy que la
mayoría ha vuelto a su trabajo, menos el autor de la nota, que denunció todo
tipo de censuras y presiones.
Con esos datos, hubiera
alcanzado para anular totalmente el juicio y hacer que los cinco patriotas
cubanos recuperen su libertad. Además, a pesar de los avances en el caso, el
Gobierno sigue retaceando información, y señalan que si es necesario recurrirán
a la seguridad nacional para imponer su negativa. En la historia de EEUU no hay
otro ejemplo de injerencia gubernamental, usando fondos del presupuesto
federal, para lograr la condena de cinco personas en una ciudad en el extremo
del país. Y eso, desgraciadamente, aún no es noticia.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario