De Cuban Americans for Engagement (CAFE)
A los Comités Republicanos y Demócratas:
En el marco de las próximas convenciones Demócrata y Republicana,
nosotros, ciudadanos cubano-americanos y americanos, urgimos a ambos
partidos a no caer en la trampa de ver a nuestra comunidad como un todo
monolítico en favor del embargo de Estados Unidos a Cuba. Durante estas
convenciones, serán analizadas y puestas en acción las plataformas de
cada partido. Por los últimos 50 años, la norma seguida por los
candidatos de ambos partidos ha estado trazada por una estrategia de
apoyo ciego al embargo, con el objetivo de obtener apoyo de ciertos
cubano-americanos. Rogamos a todos los candidatos que no nos vean como
un todo que unánimemente suscribe esta fallida política de hostilidad.
Que vean que, por el contrario, somos un conglomerado de voces que en su
mayoría, favorece una política de intercambio y normalización de las
relaciones entre ambas naciones.
Numerosas encuestas dentro de la comunidad cubano-americana del Sur
de la Florida y en toda la nación, demuestran que la mayoría de estos
ciudadanos apoya las medidas implementadas por Obama en el 2009,
extendidas al 2011. Las mismas, han facilitado el proceso de
reunificación de las familias cubanas. De forma abrumadora, los cubanos
han correspondido, viajando a Cuba, enviando dinero, y actuando como
embajadores de nuestra gran nación. Como cubano-americanos, sentimos que
no somos mejores que ningún otro ciudadano norteamericano y esperamos
que el gobierno de los Estados Unidos tome pasos hacia la eliminación de
la prohibición de viajar, haciéndola extensiva a todos los
norteamericanos
Pedimos a Mitt Romney y al Partido Republicano, que abandonen la
retórica de Guerra Fría hacia Cuba. Disminuir algunas de las
restricciones del embargo no es un acto de “apaciguamiento”. Esperamos
que Paul Ryan sea consistente con sus públicamente conocidas
proyecciones en contra del embargo. Urgimos a todos los candidatos a que
consideren el vasto apoyo de los congresistas republicanos del Midwest
de los EEUU, y de muchos otros distritos del país, a poner fin al
embargo y a iniciar una potencial dinámica de mercadeo agrícola y de
otros bienes manufacturados en los EEUU.
Un verdadero conservador no puede defender nuestra política hacia
Cuba. Las restricciones de viaje violan los derechos individuales de
viaje de los norteamericanos. También la posición de nuestro gobierno
contradice las bases del capitalismo y del libre comercio.
Esperamos que el Partido Republicano sepa ver los lazos históricos
que Tampa, la ciudad anfitriona de su Convención, tiene con Cuba. La
mayoría de la comunidad cubano-americana allí favorece la normalización
de las relaciones. Rechazamos cualquier atribución de los congresistas
cubano-americanos del Sur de la Florida, como Ileana Ros-Lehtinen, Marco
Rubio, David Rivera, y Mario Diaz-Balart, a hablar en nombre de la
comunidad cubano-americana como un todo. Menos, aún, en nombre de todos
los que vivimos en otros estados de la nación.
La inclusión de Cuba en la lista de países terroristas es
contraproducente. Tal designación, socava la seguridad nacional
norteamericana, puesto que elimina la posibilidad de trabajar con Cuba
en importantes renglones de seguridad regional. Nuestra política hacia
Cuba está también en pugna con la de nuestros aliados de América Latina,
lo cual compromete nuestra posición de influencia en el hemisferio.
El presidente Obama y su administración están al tanto de las
circunstancias que han encontrado oposición por parte de nuestros
aliados regionales del hemisferio occidental. Esperamos una respuesta
proactiva a estos retos. Más allá de los resultados de las elecciones de
noviembre, esperamos que liberales y progresistas dentro del Partido
Demócrata continúen trabajando en aras de un mejoramiento en las
relaciones Cuba-EE.UU., la cual beneficiaría tanto a la población
cubana como a la norteamericana.
En resumen, reiteramos a todos los candidatos de los partidos
Republicano y Demócrata, que los cubano-americanos encarnamos una
pluralidad de puntos de vista en cuanto al tema de las relaciones
Cuba-EE.UU. Cualquier postura ostentada por cualquier político, que
insinúe que todos estamos a favor del embargo, está basada en falsos
presupuestos. Esperamos que los miembros de la clase política resistan
la presión de repetir el mismo estribillo sobre Cuba y el embargo, de
las campañas presidenciales anteriores. Tal intento de paternalismo
hacia una comunidad cuya visión de las relaciones Cuba-EE.UU. es
sofisticada y llena de matices, pudiera traer resultados negativos en
las urnas electorales.
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