La violencia de la extrema derecha es frecuentemente minimizada
por las autoridades alemanas, así como la peligrosidad de los que
cometen dichos crímenes, afirma un estudio.
Organizaciones civiles especializadas en la asesoría para víctimas de
la violencia ultraderechista se quejan de la ceguera “oficial” existente
en Alemania. Los activistas de la Fundación Amadeu Antonio -bautizada
con el nombre de un angoleño asesinado por neonazis en 1990- cuya tarea
es atender a las víctimas de violencia racista, publicaron un reporte en
el que recriminan a las autoridades de seguridad una relativización
sistemática de los crímenes cometidos por la extrema derecha. Esto se ve
claramente en el trato de las autoridades con las víctimas. “Son
abandonadas casi siempre a su suerte”, afirma Mario Kraske, autora del
reporte.
Las autoridades se niegan a menudo a reconocer en esos delitos un
trasfondo de ultraderecha y, al mismo tiempo, carecen frecuentemente de
habilidades interculturales, lo que conduce muchas veces a errores de
peso, señala la politóloga.
“Para el dueño de un restaurante turco en la localidad de Mücheln, en
el Land este alemán de Sajonia Anhalt, el trato con las autoridades se
ha convertido en una fatalidad”, dice Kraske, y cuenta los detalles en
los que fue golpeado en su negocio: Seis personas enmascaradas, entre
ellas dos mujeres, irrumpieron en su local en febrero pasado y golpearon
al joven de 25 años.
Los delitos no entran en las estadísticas
“Autoridades, administraciones y políticos minimizan o niegan la
violencia ultraderecha e incluso culpan a las víctimas por los ataques
de neonazis”, afirma la politóloga, y añade que numerosos delitos no son
registrados en las estadísticas de crímenes.
Marion Kraske indica que incluso muchos ciudadanos que denuncian este
tipo de delitos son catalogados como de izquierda. En las
investigaciones, la politóloga constató que muchas víctimas acaban
siendo inculpadas. El informe aclara que no se trata de un fenómeno
exclusivo del este alemán.
Manifestación neonazi en Múnich.
Déficits en investigaciones policiales
En 2011 se reveló una serie de asesinatos a inmigrantes que, se
presume, fueron cometidos por un trío de neonazis. Durante años, la
policía y los servicios de inteligencia no investigaron el entorno de
las víctimas, ni relacionaron los crímenes entre sí. Más tarde se supo
que incluso destruyeron las pruebas que incriminaban a los racistas y no
siguieron las pistas que conducían a ellos. El ministerio alemán del
Interior manifestó en un comunicado que "los déficitis aislados en la
actuación de las autoridades policiales no son suficiente motivo como
para cuestionar la línea fundamental de las autoridades en lo referente a
la persecución de la criminalidad de extrema derecha."
Para la presidenta de la Fundación Amadeu Antonio, Anetta Kahane, ese
tipo de respuestas oficiales son la prueba de que su organización aún
tiene mucho por hacer, ya que, según ella, "hasta el momento, la
minimización y la negación de la violencia de ultraderecha aún
continúan".
Autor: Richard Fuchs/ EU
Editora: Cristina Papaleo
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