Una personalidad no queda atrapada en una figura de yeso o metal, una estatua no resume el significado del pensamiento de un prócer, ni es la proyección cabal de la dimensión de un ser humano extraordinario. Sin embargo, los monumentos, las estatuas, las figuras, se erigen para recordarnos que, a veces, debemos hacer un alto en nuestra cotidianidad para reflexionar acerca de una vida, de una acción, de una idea. José Martí reunió en su vida, la acción y las ideas, por eso los cubanos y cubanas de diferentes generaciones y en disimiles contextos, siempre le han reverenciado, le han recordado y sobre todo, han visto en su pensamiento una guía para entender el pasado, vivir el presente y mirar al futuro.
Hoy estamos aquí, porque conmemoramos el 120 aniversario de su caída en combate en Dos Rios, y como a pagar una deuda de honor venimos junto a su estatua en Berlín.
Cuando se cumplió el centenario de su natalicio, en 1953, Fidel Castro, en su famoso alegato de defensa expresó:
"Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnífico desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para que él siga viviendo en el alma de la patria. ¡Cuba, qué sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol."
Pudiéramos retomar la idea, y decir que parecía que en el 2015, nos íbamos a quedar sin la estatua de Martí en Berlín, pero gracias a la cooperación de muchos (y como él nos enseño que “honrar honra” debemos mencionar a la Misión Diplomática de Cuba en Berlín, a la Escuela de las Artes de Halle y por nuestra parte a Pedro Manuel y Renzo), se logró restituir esta hermosa figura, que es mucho más que una simple estatua, porque ella representa para muchos de nosotros la cercanía de la Patria y la dignidad de nuestro pueblo. Gracias por venir y gracias una vez más a quienes colaboraron para que hoy, a 120 años de que José Martí saliera a escribir con su sangre en el libro de la historia, podamos venir, agradecidos, a realizarle este pequeño homenaje.
Muchas Gracias,
Asoc. de cubanos en Alemania
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