Sociedad Civil: En Cuba, tanto la sociedad civil como la política trabajan en el tránsito por una sociedad más justa y mejor. Nuestra sociedad civil está compuesta por las instituciones familiares, la escuela, los medios de comunicación masiva, las iglesias, los sindicatos y las organizaciones no gubernamentales (ONG). La ciencia política occidental concibe a la sociedad civil con sentido excluyente; mientras que, desde el Enfoque Sur, todos los individuos, registrados o no, productivos o no, forman parte de ella incluyendo a los indios, a los desempleados, a los pobres, quienes son habitualmente excluidos, pues no han logrado capacidad de organización. A ellos Fidel Castro los consideró nuevos agentes de la historia.
Lo había anunciado el presidente Barack Obama en su discurso del 17 de diciembre:
“El próximo mes de abril estaremos preparados para que Cuba se una a otras naciones del hemisferio en la Cumbre de las Américas. Pero insistiremos en que la sociedad civil se nos una para que sean los ciudadanos, y no solo los líderes, los que conformen nuestro futuro.“
Casualmente surgía la convocatoria en coincidencia con la ya inevitable presencia de Cuba en el cónclave. Nunca había existido, desde la OEA -organizadora de las Cumbres de las Américas-, convocatoria a un foro de la sociedad civil.
Las fuerzas populares que en las Cumbres anteriores habían organizado las conocidas Cumbres de los Pueblos, muchas veces tuvieron que enfrentar represión en las calles de las ciudades que acogieron el evento. Pero ante la derrota y el desafío que significaba tener que aceptar la presencia de Cuba en un evento del que hasta ese momento EE.UU. la había exluído, desde Miami -que en el mismo discurso Obama describió como “la capital de América Latina”- se organizaría la sociedad civil que representaría a los cubanos en el evento de Panamá. Se incluyó tanto a terroristas y agentes de la CIA reconocidos, como a personas organizadas y pagadas por Washington para representar a los cubanos.
Poco antes de arrancar la Cumbre, una de las organizadoras de los Foros de la Sociedad civil en Panamá lo había dicho de su propia voz en una grabación que se ha difundidio en Internet: “…en Panamá va a ser distinto, porque vamos a ser nosotros los organizadores del evento grande de juventud y democracia. Eso es lo que voy a hablar mañana bien con Karla de Freedom House y estoy viendo también con el donante a ver si nos dan dinero extra del Departamento de Estado porque ellos quieren armar algo grande…”.
Los medios de Miami y otros afines a la política de EE.UU. acompañaron la maniobra, a veces dejando ver las costuras. Así ha sucedido a la BBC al publicar un texto sobre la sociedad civil en Cuba al que la empresa ha debido retirar la firma porque quien debió ser su autor ha denunciado que “hay párrafos enteros ahí a los que yo no les puse una sola coma, y cortes evidentes que inclinan la balanza más a la idea que tiene BBC de la sociedad civil cubana, que a la que tengo yo”.
La prueba para llevar a prisión al adolescente José Martí, apóstol de la independencia cubana, fue que siendo un adolescente escribió a un condiscípulo que se había sumado a las fuerzas que pagaba el colonialismo español para controlar Cuba: “¿Has soñado tú alguna vez con la gloria de los apóstatas?¿Sabes tú cómo se castigaba en la antigüedad la apostasía?”.
¿Son martianos quienes reclaman un diálogo -ya que dialogamos con Estados Unidos- con cubanos a sueldo de EE.UU.? Cuando se busca una paz con independencia y justicia es bueno recordar que Antonio Maceo no habló en Baraguá con los rayadillos -cubanos antiindependentistas pagados por el imperio español a los que se sumara el condiscípulo de Martí- sino con el Gobernador General de España en Cuba.
Sin embargo, esos medios sólo dan voz a los cubanos para denigrar a su país. Quienes se nieguen a compartir espacio con los que Jonathan Farrar -actual embajador de EE.UU. en Panamá, cuando era Jefe de la Sección de Intereses Estadounidense en La Habana,-describió como “poco conocidos en Cuba fuera del círculo de los diplomáticos extranjeros y la prensa”, “sin mucho impacto en los cubanos de a pie” y con “agendas prácticamente desconocidas”- son, para la sociedad servil que esos medios construyen, intolerantes y extremistas.
No hay allí espacio para acercamientos más profundos al tema. El académico Rafael Hernández, director de la reconocida revista Temas, días antes de comenzar la Cumbre abordaba el asunto de la sociedad civil cubana en una entrevista al sitio La Jiribilla, pero sólo recibía silencio:
“La sociedad civil es una forma de acercarse a la realidad política, económica y social de un país. Es verla desde la perspectiva de los grupos sociales y de las instituciones que los representan, entre ellas las escuelas, los centros educacionales, los sindicatos, las organizaciones laborales y sociales —como las de estudiantiles y campesinos— y todos los medios de comunicación. También incluye a instituciones como las iglesias, las asociaciones civiles o de personas que se articulan en torno a un tema o interés determinado, como por ejemplo las relacionadas con la vida comunitaria y la defensa del medioambiente.
“Podemos encontrar instituciones que pertenecen al sector público y otras al privado; pero ambas constituyen sociedad civil. Es tan sociedad civil un medio de comunicación que pertenece al Estado porque es un medio público, como un medio no estatal que representa, por ejemplo, a una organización o a una iglesia. Por consiguiente, se trata de cómo se vean todas estas instancias.
Si miras a esas instituciones estatales desde un plano superior, son instituciones que dependen del Estado y del Gobierno. Si las miras desde un plano inferior, representan a la sociedad porque reflejan intereses sociales. El Partido Comunista tú lo observas desde abajo, y te percatas de que sus miles de miembros representan a distintos grupos sociales, diferentes visiones que reflejan pluralidad de puntos de vista, que no se reducen a una sola línea. Esa representatividad social dentro del Partido Comunista es un reflejo de la sociedad civil. Por lo tanto, visto desde abajo, el Partido es una institución de la sociedad civil; visto desde arriba, en su conexión y articulación con el Estado, es una estructura de poder. Por eso te digo, una cosa está en la sociedad civil, y otra en el Estado. Puede estar en las dos partes, depende de cómo se mire.
…
“Las grandes fundaciones alemanas, todas sin excepción, reciben su financiamiento del parlamento alemán. No son instituciones privadas, sino que dependen de los partidos y del congreso. Eso no las hace menos sociedad civil. La simplificación que ejecuta el discurso del Departamento de Estado norteamericano y el discurso banal de la prensa internacional es que sociedad civil constituye lo privado. Y eso no es así, porque las corporaciones son privadas y a nadie se le ocurre que son sociedad civil.
Los partidos políticos son partidos políticos, no están dentro de la estructura del Estado necesariamente, en Europa y en ninguna parte, y sin embargo, a nadie se le ocurriría decir que los partidos políticos son parte de la sociedad civil, sino que forman parte de la sociedad política porque son actores del sistema político. Hay agentes de la sociedad civil que pueden tener un impacto sobre el sistema político, por ejemplo los sindicatos, y actúan también como agentes del sistema político. Visto desde el punto de vista de representar los intereses sociales, de los trabajadores en el caso de los sindicatos, son sociedad civil. Lo que quiero decir es que todo depende de cómo sea el punto de vista.
“Entonces, a partir de estas definiciones, la sociedad civil cubana no es una sociedad civil que requiere una definición separada. Creo que constituye un error conceptualizar la sociedad civil en términos diferentes a los que representa a la sociedad civil en otras partes del mundo. Es tan sociedad civil esto que yo mencionaba antes aquí como en Europa.
Lo que ocurre es que cuando se habla de sociedad civil en un país socialista, se identifica arbitrariamente la sociedad civil con la oposición política, la cual no es más que eso, oposición política, no sociedad civil. Esta es una distorsión del concepto de sociedad civil que se puso de moda porque se le llamaba sociedad civil a los grupos políticos disidentes en Europa del Este y en la Unión Soviética. Pero eso no es sociedad civil, son partidos o movimientos políticos más grandes o pequeños, cuyos objetivos son impactar, transformar e incluso gobernar; no expresar los intereses de un grupo social o a un sector de la sociedad. Un movimiento o grupo que persigue llegar a establecerse como parte del gobierno, tomar el poder, no puede definirse como un actor de la sociedad civil.
….
“El tema de la democracia y las libertades ciudadanas son parte de la agenda pública cubana, no constituyen la agenda de ningún grupo en particular. Forma parte de la esfera pública cubana cualquier debate público que se examine en nuestro país. Si tú te lees cualquier blog cubano, de los miles que existen en la Isla, no solo los que pertenecen a la oposición, verás que hacen una crítica de la problemática de la democracia y de las libertades en Cuba. La cuestión es que para los medios de difusión extranjeros, y para quienes no conocen nuestro país, la idea de que la oposición y la crítica se ejercen solamente desde los grupos antisistema, es una simplificación y un reflejo de ignorancia.
“En el seno de nuestra sociedad civil, y en el del propio sistema político cubano, hay manifestaciones de crítica al mal funcionamiento de las instituciones políticas en Cuba, y eso tiene que ver con las deficiencias del funcionamiento de nuestra democracia socialista. Me parece un error que confrontemos al enemigo, que sí critica con intenciones destructivas nuestra democracia, diciendo que esta funciona perfecta, porque no es así. Somos nosotros los que tenemos que identificar esos errores y deficiencias, como estamos haciendo, y trabajar en función de erradicarlos.
“La pluralidad de puntos de vista y la convocatoria a pedir discrepancias forman parte de la política del gobierno cubano. Por supuesto, una cosa es la convocatoria y otra el cómo se implementa y sistematiza esa crítica pública a los problemas nacionales. Pero no puede ser más claro el discurso del liderazgo cubano cuando dice que tenemos que convertir en algo sistemático la crítica y el debate de nuestros problemas.
De manera que sí tenemos problemas de funcionamiento de la democracia socialista, sí debemos mejorarla, ampliarla, profundizarla en todas las instituciones del sistema político, incluido el Partido; pero esos son nuestros problemas, no los que tienen que ver con la agenda impuesta desde el exterior, ni por supuesto, algo que tenemos que negociar con los norteamericanos.”
“Todos somos americanos” dijo Obama el 17D. En otro texto, igualmente silenciado, el escritor Fernando Martínez Heredia, Premio Nacional de Ciencias Sociales, quien asistió a la Cumbre de los Pueblos en Panamá y a otras celebradas con anterioridad, explicaba las diferencias entre la visión de Obama y la nuestra. Otra vez silencio para sus ideas:
“Cuba posee una enorme pluralidad social y una larga historia de organizaciones sociales. Ha sido un signo importante de desarrollo y madurez la inclusión creciente de ambas en los últimos veinticinco años, tanto en la cotidianeidad como en la vida cívica. Que se haya transitado desde la tolerancia hasta la integración con prestigio social constituye un gran avance de las dimensiones políticas y sociales, que reconoce a las diversidades como una fuerza extraordinaria del país y una riqueza inmensa.
Existe hoy una conciencia generalizada de que es necesario seguir avanzando en el sistema político y en las demás dimensiones de la sociedad cubana, e inclusive revolucionar y transformar lo que ha podido parecer lo mejor y lo que debe ser permanente. En el largo y difícil camino de su liberación, los pueblos que fueron colonizados y neocolonizados saben que están obligados a crear, y a liberarse de las normas y las influencias de la dominación que no solo los aplastó y esquilmó, sino que los enseñó a imitarla y creer en su superioridad o inevitabilidad, o a permanecer en el mejor caso a su abrigo, eternamente alienados.
“Hay dos Américas. Todos sabemos a cual pertenecemos. Los cubanos estamos orgullosos de formar parte de lo que Martí bautizó como Nuestra América. Exponemos nuestras realidades, problemas, proyectos y sueños, y tratamos de conocer los de nuestros hermanos, para enriquecer con ellos la experiencia y los desarrollos que necesita Cuba.
“Solamente asumiendo que hay dos Américas, en todas sus realidades y sus implicaciones, será posible que puedan sentarse ambas en un mismo lugar, y que comiencen a exponer y a intercambiar acerca de sus realidades y sus proyectos, sobre la base del más absoluto respeto mutuo. Sugerimos que el Foro de la sociedad civil de la VII Cumbre incorpore el contenido y el valor del legado político de José Martí, y le saque provecho utilizándolo como uno de los materiales que guíen sus propósitos y sus debates.”
Un día después de que terminara la Cumbre en Panamá, se daba a conocer por el periodista estadounidense Tracey Eaton una convocatoria millonaria del gobierno estadounidense, a través de la Junta de Gobernadores de Radiodifusión, para reclutar, contratar y gestionar una red de periodistas en toda Cuba.
La convocatoria dice que las “historias con respecto a la política y la economía son de particular interés, ya que son las de la disidencia”. Los contratos abarcan hasta el 2019, un año después de que se efectúe la próxima Cumbre de las Américas en Perú en 2018 y cuatro del “nuevo comienzo” que ha dado el Presidente Barack Obama a sus relaciones con Cuba en Panamá. Pero parece ser que ya está el dinero para que allí tengamos ¿nuevas? “historias” sobre la sociedad civil.
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