lunes, 3 de noviembre de 2014

Debate en Alemania por cuestionamiento del presidente a La Izquierda

Nota míaNuevamente el lobo disfrazado de afable abuelita ha sacado sus pezuñas, demostrando que no es el presidente de todos los alemanes y ciudadanos que vivimos en este país, irrespetando la voluntad popular y desconociendo que él mismo es una figura impuesta y no electa por la población. Esperemos que los ya muchos dislates de este señor tenga consecuencias serias, porque le está haciendo mucho daño a una figura, que a pesar de las diferencias políticas, se estimaba como garante y representativo de la gente y no un partido en si mismo.

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El presidente alemán, Joachim Gauck, desató el sábado (2.11.2014) la polémica en Alemania tras cuestionar en una entrevista en televisión si se puede confiar en el partido de La Izquierda, descendiente del partido comunista de la extinta República Democrática Alemana (RDA), para liderar un estado federado alemán. Estas declaraciones llegaron después de que La Izquierda ganara las elecciones regionales el pasado mes de septiembre en Turingia, uno de los 16 estados federados alemanes y que estuvo bajo la dictadura comunista hasta la caída del Muro de Berlín hace 25 años. En una entrevista con la televisión pública alemana ARD emitida el sábado, Gauck mostró sus dudas respecto a este partido. "¿Se ha distanciado tanto actualmente el partido de las convicciones, que hicieron que el SED (Partido de la RDA) reprimiera a la gente aquí, para que podamos confiar plenamente en ellos?", se preguntó el presidente alemán, antiguo ciudadano de la Alemania oriental. El líder del partido de La Izquierda en Turingia y probable futuro ministro presidente de ese Estado, Bodo Ramelow, declinó comentar la entrevista del presidente. Sin embargo, la presidenta del partido, Katja Kipping, criticó duramente estas declaraciones. "Sus dudas sobre las ideas de nuestros miembros y electorado son inaceptables. Un presidente no puede decir algo así", comentó en unas declaraciones publicadas el 2/11 en el diario "Bild am Sonntag". "Un presidente debe sopesar mucho sus palabras. En el momento en el que existe sospecha alguna de que hace política de partido, su autoridad queda dañada", añadió. La polémica continúa aún hoy. Como presidente de Alemania, Gauck se encarga de representar al país en el extranjero y de recibir a los dignatarios en Berlín. Asimismo, los alemanes lo ven como un líder moral. (dpa)

(tomado de la Deutsche Welle)

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