miércoles, 8 de octubre de 2014

El viaje de los perros

Por Arthur González/El Heraldo Cubano.- El tema de las migraciones en el mundo es desgarrador, pero hay mucha manipulación en el mismo, sobre todo si de sacarle dinero se trata.
Recientemente el realizador francés Laurent Cantet, fue premiado en el festival de Venecia por su filme “Regreso a Itaca”, cuyo guión se basa en un relato de “La novela de mi vida” (2001), del escritor cubano Leonardo Padura. En el mismo se aborda, con una fuerte dosis de dramatismo, la emigración cubana de los últimos 50 años y la repatriación de un cubano, después de 16 años de ausencia.Por supuesto que no se menciona la hostilidad del gobierno yanqui y sus servicios de inteligencia contra la Revolución, la imposición de una férrea Guerra Económica que pretende matar por hambre y enfermedades al pueblo, cimentado en lo que aseguró el 6 de abril de 1960 el entonces Subsecretario de Estado de EE.UU. Lester Mallory, cuando afirmó:
“No existe una oposición política efectiva en Cuba; por tanto, el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

Tal parece que el escritor cubano vive de espaldas a esas acciones y por tanto solo critica con saña y muerde la mano a los que le permitieron pulir su talento para que hoy pudiera llegar a la cima. Quizás en una sociedad capitalista hubiese tenido que dedicarse a otro oficio para ganarse el pan de cada día.
¿Por qué razones Laurent Cantet no escogió un guión más cercano al drama de los emigrantes africanos y del medio oriente que arriban a diario a las costas europeas?
Evidentemente los resultados no serían los mismos, en un momento en que arrecia las campañas mediáticas y las acciones de subversión política e ideológica contra Cuba, con el viejo anhelo de ver caer su socialismo como el muro de Berlín.
No es secreto que los cubanos resistieron solos el desmembramiento de la URSS, y unos años antes el del Consejo de Ayuda Mutua Económica, CAME, integrado por todos los países socialistas de Europa del Este; pero nada de esto le hizo cambiar su rumbo.
El pasado mes de septiembre, la Organización Internacional para la Migraciones, OIM, reportó el naufragio ocurrido cerca de la isla de Malta de unos 500 inmigrantes que salieron de las costas de Egipto, con la pretensión de arribar a Europa. Otro hecho semejante sucedió cerca de Libia.
Los muertos en el mar Mediterráneo alcanzan cifras escalofriantes: 490 en el primer caso y 124 en el otro.
Aseguró el director de la OIM que solo este año el número de muertos o desaparecidos está cerca de los tres mil, cuadruplicándose las del año 2013, donde se calculan que unas 700 personas se ahogaron en su intento por llegar a Europa.
España, Italia, Grecia y Malta, son los destinos preferidos de los traficantes de personas que arrastran a desesperados por hambre, desempleo, ausencia total de servicios médicos y educación.
La Unión Europea no asume ninguna medida para establecer políticas migratorias y mucho menos aprueba una Ley de Ajuste como la de Estados Unidos, para estimular la emigración de cubanos.
Los inmigrantes que han llegado a Malta declaran que son tratados como perros por los traficantes. En esa isla le organizaron contendedores de carga como dormitorios, pues al final eso es lo que representan para los europeos, una pesada carga.
Ese drama también merece un filme, y desgraciadamente casi ninguno puede regresar a su querida “Itaca”. ¿Lo ignorarán Padura y Cantet?

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