martes, 5 de agosto de 2014

Mirar a Cuba desde la distancia

por Dazra Novak

Yensy nació en La Habana y tiene 28 años. Estudió Técnico Medio en Contabilidad para luego hacer una Licenciatura en Economía en el curso por trabajadores. Aprendió Inglés de niña y cursó diez años de idioma Francés en la Alianza Francesa. También habla italiano. Desde hace poco más de un año vive con su esposo -un joven profesional cubano-, en Canadá y hace unos días estuvo de regreso en Cuba, visitando a su familia.

¿Cuáles fueron las diferencias más impactantes a tu llegada a Quebec? “Una de las cosas que más me chocó fue que la gente va en el metro, o en la guagua, y nadie se mira. Aquí estamos acostumbrados a que al lado tuyo va alguien que, aunque tú no le conoces, hay conversación. Si bien no es contigo lo escuchas, siempre hay bulla. Puedes escuchar todas las conversaciones y te enteras de la vida de todo el mundo.”

“Sí he visto que leen bastante, yo donde estoy es en Montreal. La gente va leyendo o mirando el teléfono u oyendo música. Casi nunca hay gente conversando, a no ser, claro, que sean amigos o conocidos, pero igual hablan bajo, para sí. No obstante a eso, te brindan ayuda si ven que estás perdido. A nosotros nos pasó al principio, nos vieron sacar un mapa y enseguida nos preguntaron si necesitábamos orientación.”
Después de vivir un año en otro lugar uno muda un poco la piel, se acostumbra a otras dinámicas, ¿cómo ves las cosas ahora, a tu regreso? “Ahora noto cosas que antes no veía, o no me daba cuenta. Por ejemplo, eso de que llegas a una tienda, y lo mismo te dicen mira, mi vida, o eso de oye tú, alcánzame ahí. Me ha chocado también que llegas a un lugar, dices Buenos días y nadie te contesta”.

“Hay otras cosas que han cambiado para mejor. No sé, yo pensaba en la suciedad de las calles. No sé si realmente esto ha cambiado, pero me da la impresión de que ahora está más limpio todo. Te hablo de zonas como Playa, Vedado, también fui a Guanabo. Aunque bueno, aún no he ido a la Habana Vieja.”

¿Qué extrañaste más? “De verdad extrañé a mi familia, a mis amigos.” ¿Y de la ciudad? “El malecón.” “Es increíble la emoción que te da encontrarte con un cubano. ¡Y uno ni siquiera se da cuenta del acento que tenemos los cubanos al hablar! Eso lo percibes cuando estás en un sitio donde hay muchos inmigrantes y te aprendes los acentos de todos los demás. Cuando reconoces un cubano entre ellos, enseguida vas a hablarle.”

“Lo abordas aunque no lo conozcas y eso es algo que yo no hacía aquí. Aquí yo no sentía esa necesidad de hablar con la gente, allá me le acerco y lo saludo. Es como si te sintieras más cubana. Lo primero es preguntar ¿y de qué parte tú eres? Y entonces uno dice, no, de tal lugar, ¿pero por dónde?, ¡porque yo conozco a fulanito que vive por tal lugar!”

“Hay hasta un Festival de cubanía, creo que es justo el 26 de julio, a mí me llegó una invitación, pero ya yo estaba de viaje. Recuerdo que una vez hubo un concierto de la orquesta Aragón y allá fui yo. Aquí yo nunca hacía esas cosas, pero allá sí. Es así, allá te pones contenta cuando ves cosas que tienen que ver con Cuba.”

“Otra cosa interesante es que, lo mismo canadienses, franceses, africanos que me escuchan hablando en español y me preguntan de dónde soy, cuando digo que soy cubana, se emocionan. Dicen ¡Cuba, me gusta Cuba! ¡Yo he ido!, o, ¡me gustaría ir a Cuba! Tienen una imagen muy positiva de nuestro país. Eso me hace sentir orgullosa al decir que soy cubana.”

“Recuerdo que una vez me encontré un muchacho que vestía ropas deportivas que decían Cuba, el collar que usaba, la gorra, todo. Lo primero que le pregunté fue ¿eres cubano? casi me gritó que sí. Es curioso como aquí usan banderas o el nombre de otros países y allá es al revés.” Si yo te pidiera una palabra para ese encuentro con un cubano en cualquier lugar del mundo, ¿qué palabra sería? “Alegría. Es lo primero que siento cuando veo un cubano. Me pongo tan contenta.”  

(tomado de CubAhora)  

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