viernes, 17 de enero de 2014

UNA APROXIMACIÓN AL INTERNET EN CUBA

por José Conde Masdiaz

Foto propiedad del autor
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El pasado año fue noticia la „apertura“ al Internet de Cuba. Si nos quedásemos con la información que nos dan los grandes medios, parece como si el país caribeño fuera, ya no solo una isla en la geografía, sino también en el mundo virtual. Casualmente me aprestaba a viajar de vacaciones con mi familia y tenía curiosidad por la “nueva” realidad de que tanto se hablaba. Aunque, desde que elegí vivir en Alemania, no he dejado de visitar mi país de origen, ciertamente algo diferente se anunciaba. Todo esto me hacía recordar mi llegada a Berlín 14 años atrás, y mi choque con una realidad diferente en todos los sentidos: cultural, idiomática, de información y sobre todo, la ausencia de conocimientos e interés por el Internet y la computación entre las personas que conocía. Sin darme cuenta, era un hijo de la Era digital gracias a los primeros programas de enseñanza de la computación desarrollados en Cuba a partir de finales de la década de los ochenta del siglo XX. Los Joven Club de Computación fueron la primera escuelita de barrio para muchos, y su misión declarada "contribuir a la socialización e informatización de la sociedad cubana" Hoy la cifra de tales clubes supera los 600, en ellos se dan cursos básicos de computación, programación, etc, principalmente dirigidos a niños y jóvenes. Lentamente ha ido creciendo el número de computadoras personales en la isla, así según la Oficina Nacional de Estadísticas en 2008 habían 56 por cada mil habitantes y en el 2012 la cifra ascendía a 74 por cada mil. Aún insuficiente para una población con un alto nivel de escolarización.

La llegada de la World Wide Web en 1993 implicó un paso de avance significativo, para acercar las fronteras, la información, el conocimiento en el mundo. No obstante, ese momento llegó para Cuba en tiempos difíciles, el Campo Socialista acababa de ser historia del pasado, y contra la isla se recrudecían los intentos de asfixiarla con leyes que reforzaban el Bloqueo de los Estados Unidos. La alimentación era escasa, largas horas sin electricidad (así decíamos que lo que teníamos no eran apagones, sino alumbrones), la moneda se devaluaba por día, las fábricas dejaban de producir, en fin que las prioridades en la sociedad estaban centradas en sobrevivir. No obstante a todas esas dificultades, gracias a la solidaridad de manos amigas, el desarrollo en el mundo de las comunicaciones y la computación no se detuvo, recuerdo que, ya a mediados del Periodo Especial (nombre con el que se designó a los peores años de la década de los 90) usábamos correo electrónico en nuestro trabajo, con módem de 56K y programas como Eudora.

Sin embargo, el desarrollo en el campo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en los últimos 20 años ha sido vertiginoso, y Cuba, sin dudas, no ha podido ir a la misma velocidad que países con menos dificultades para acceder al mercado mundial. No debemos dejar de mencionar la prohibición expresa que tiene la isla (ya desde principios de los años 60 del pasado siglo), al uso de la tecnología, los medios tecnológicos y de comunicación controlados por compañías estadounidenses. Así cuestiones tan simples como el correo postal y la telefonía no se realizan de manera directa entre ambas naciones, y ese es el mismo motivo por el que Cuba no puede acceder a los cables de fibra óptica que pasan apenas a una treintena de kilómetros de sus costas (ver figura 1), lo que ha retrasado su conectividad, pues ha visto limitado su conexión a Internet solo a la vía satelital, que lo encarece. Para un europeo poco informado esto puede parecer una simple justificación del régimen cubano, pero cuando hoy se habla de brecha digital, la cantidad de países pobres que se ven limitados es bastante significativa y según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones afecta a más de 4.500 millones de personas en el mundo. El periódico español El Mundo escribe en sus páginas:

“La población europea es la más conectada del mundo, con un 77% de penetración; seguida de América, con un 61%. Sin embargo, las regiones con menos acceso a la mayor biblioteca del mundo son Asía y el Pacífico, con un 32% de penetración y África donde no supera el 16%.

El gran desafío de hacer desaparecer esta brecha y crear un mundo globalmente conectado deberá ser afrontado al mismo tiempo que el de mejorar una tecnología que debe dar cabida de forma progresiva a un mayor volumen de informaciones.”

Gráfico tomado de Internet
Cuba se encuentra conectada a Internet desde 1996, y en su afán de priorizar el uso social de la red de redes sus primeras grandes redes internas fueron la salud (INFOMED, que conecta a más de 1000 instituciones de salud, y unos 70 mil usuarios remotos), la educación (REDUNIV y RIMED, que unen a más de 700 instituciones educacionales y dan servicio a unos 100 000 usuarios entre profesores y estudiantes) y el arte y la cultura (CUBARTE, con más de 800 instituciones culturales que se benefician de ella y unas 11 mil cuentas de acceso).


Seguramente se preguntará, por qué ahora la apertura de los locales públicos de acceso a Internet y no desde hace años atrás. Quizás la respuesta la encontremos en el cable de fibra óptica que une a Cuba y Venezuela desde 2012 y su puesta en operatividad en meses recientes. Dicho cable, nombrado ALBA 1, fue colocado gracias a la colaboración del país sudamericano y no solo le ofrece servicios a la isla grande del caribe, sino también a Jamaica, en medio del proceso integracionista impulsado por el desaparecido líder bolivariano Hugo Chávez. Como han aclarado las autoridades cubanas, aunque el cable no solucione toda las dificultades, abre un camino a una conectividad más estable y eficaz del país a la Internet. Este acontecimiento ha sido la razón que se haya posibilitado, desde el pasado 4 de junio, la apertura de más de 180 lugares públicos de acceso a Internet en todo el país. En una primera etapa, se habilitaron en las ya existentes oficinas de ETECSA (Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A.) un espacio para acceder a Internet, con equipamiento moderno y condiciones confortables. Grata fue la sorpresa al visitar el local de mi pueblo, en el mismo “centro” lo que facilita llegar a él, además un cómodo sofá para si hay necesidad de esperar, pues hay tres PCs disponibles, aunque la población es pequeña (ca. 10000 habitantes) y no todos pueden darse el lujo de contratar una hora de Internet (4,50 CUC), un precio elevado para el salario común de las personas del lugar. Por eso me aventuré a preguntar, y la muchacha gentilmente nos dijo que según sus cálculos un promedio de cinco personas lo usaban diariamente, el cura del pueblo, un alemán que vive allí y otros lugareños. El proceso es bastante sencillo, en la recepción se compra una tarjeta prepagada (existen dos tipos, una desechable luego del uso de la hora, otra recargable que ofrece además una cuenta de correo electrónico bajo el dominio Nauta), con los códigos ocultos e inmediatamente uno puede pasar a las máquinas si están disponibles. Si por casualidad estuviesen ocupadas, el ambiente es agradable, sobre todo la climatización del lugar hace casi deseable la espera, si uno pensara los 30 grados que esperan afuera.


Foto propiedad del autor
Con Armandito, un vecino de la familia, especulábamos acerca de la velocidad de conexión, pues él se dedica, como una entrada extra de dinero, al alquiler de filmes y actualización de paquetes informáticos, series de TV, programas, antivirus y muy especialmente de “revolico”, una página de compra-venta que se administra fuera de Cuba y que no se sabe por qué razones es de las pocas a las que todavía no se puede acceder directamente (por lo que usan páginas proxy). Pregunté a la administradora del centro y quedó en indagar, pues según la información que tenía, el acceso era libre y sin restricciones, siempre y cuando no se violara la legislación cubana en materias como pornografía, xenofobia, incitación a la violencia, etc. Realmente creí en su explicación, pues pude comprobar in situ que páginas abiertamente de contenido contrario al Sistema político del país (ver fotos), podían ser visitadas e incluso bajarlas a una memoria flash. En cuanto a la velocidad de conexión quedé gratamente asombrado de que fuera muy parecida a la que tengo en pleno centro de Berlín. Sin dudas, otro punto a favor, pues quienes vivimos en el primer mundo, sabemos que la velocidad de conectividad, no siempre es la misma, y que ella depende del lugar y su importancia.

Cuándo le pregunté a Armandito por el acceso a Internet, no me podía dar información, pues usa generalmente accesos desde centros de trabajo, que no tiene que pagar, aunque según él “allí la conexión es mucho más lenta”.

Según Wilfredo González, viceministro de comunicaciones vienen a corto y mediano plazo muchas más facilidades para el ciudadano común, como son el acceso desde los hogares, en cuantos a los precios dijo:

“estamos concientes de que la tarifa inicial de este servicio es alta y se trabaja para que en la medida de que ETECSA pueda ir recuperando la inversión realizada en la infraestructura ir abaratando el servicio de Internet a la población, como en su momento se hizo con la telefonía móvil”

No obstante, blogueros de la Blogosfera Cubana levantaron su voz por la falta de un cronograma más preciso en estas aclaraciones. Así lo expresó uno de ellos:

„Es solo una pregunta: ¿cuándo? Es necesaria, más bien imprescindible. ¿No existe un cronograma? Entiendo por los argumentos escuchados de boca de un directivo de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba en el programa radio-televisivo Mesa Redonda que SI, que está diseñado, que se vienen ejecutando inversiones sin pausa. Pero si vamos a informar ¿por qué hacerlo a medias?

¿Acaso frases como “estamos estudiando”, “si, pudiera ser”, “estamos en eso”, “si, efectivamente”, “estamos trabajando”, son las respuestas que el pueblo merece? Obviamente, NO. ¿De qué manera podemos hacer contraloría de las instituciones que responden al pueblo si no conocemos de proyectos concretos y cronogramas de ejecución? (...)

Si bien nos hace daño –y mucho– el bloqueo de EEUU a nuestro pueblo, también causa molestias y hasta indignación no recibir todas las respuestas de una institución de nuestro gobierno, que se debe al poder popular, o sea, al poder del pueblo.

Nuestros servidores públicos hablan con la verdad, como nos han enseñado Fidel y Raúl, entonces por qué andar con secretismos absurdos si estoy convencido existe un cronograma para que en primera instancia la RED CUBA llegue a la mayoría de los cubanos y que mediante las diferentes variantes, INTERNET entre a los hogares cubanos.

Reafirmamos el problema de la última milla de conexión telefónica, sin embargo, otras variantes, económicamente menos complejas no se ven como las prioridades. Los 4.50 CUC por hora de las tarjetas Nauta, aparecen como una opción onerosa, como para una urgencia, pero alejada de la mayoría de los bolsillos cubanos.“

Foto propiedad del autor
En cada Provincia se abrieron salas, acorde con las facilidades que ya contaban, pero se anuncia que en lo que va de año se abrirán más locales de acceso colectivo. Así por ejemplo en La Habana se abrieron 12, en Santiago de Cuba 7 y Sancti Spíritus 9 (quizás una de las mejor conectadas, con un centro por cabecera municipal). Toda persona, que tenga el dinero para abonar el contrato y un documento de identificación puede hacer uso de la Internet, para lo cual solo debe acercarse a los lugares habilitados, esto, en ciudades grandes como La Habana lo hace un poco más difícil por cuestiones del transporte público, seguro que un punto a favor de los que abogan por un acceso desde las casas, por lo pronto, sin dudas, la apertura de los locales colectivos de acceso a Internet muestra que Cuba está buscando un camino para insertarse de manera más estable y abierta en la Red de redes, pero sin que ello ponga en peligro su desarrollo económico-social, su soberanía e independencia. Quién de manera honesta quiera palpar el latir de la sociedad digital cubana, existen cientos de blogs con una gran variedad de temáticas e intereses, que lamentablemente no son los más conocidos o publicitados por los medios interesados en dar una imagen obsoleta y de una Cuba desconectada de los avances que representa el Internet.


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