viernes, 8 de noviembre de 2013

Cuba iba a jugar con nuestras expectativas


Por: Linda Harris

Mi hija Dawn y yo sabíamos que Cuba iba a jugar con nuestras expectativas tan pronto como aterrizáramos. El personal femenino en el aeropuerto llevaba uniformes convencionales, pero donde los pliegues de sus faldas terminaban, tenían medias de malla u otras medias estampadas. Era el socialismo con un toque latino. Tan pronto como los vio, Dawn dijo: "Tengo que tomar fotos de eso." Cuba es el paraíso de un fotógrafo y fue el comienzo de varios miles de fotos Dawn tomó mientras estábamos en Cuba.

Nos sorprendió la amabilidad de la gente hacia nosotros, pensando que podrían estar enojados con los EE.UU. por el embargo y todos los problemas que les ha causado. Pero los cubanos que conocimos eran capaces de separar la política de la gente y ellos parecían muy agradecidos de que nosotros estuviéramos visitando su hermoso país. Se sienten alentados de que las interacciones pueblo a pueblo harán una diferencia para cambiar las opiniones de vuelta en los EE.UU.

Tuvimos muchas, muchas experiencias la generosidad y buen corazón del pueblo cubano. Una experiencia que es representativa para mí es una visita que hicimos a un centro de cuidado para adultos mayores en La Habana, una instalación sin aire acondicionado y descuidada. Otros dos delegados y yo nos sentamos con algunos residentes y con el uso de nuestro rudimentario español intentamos hacer una conexión. Cuando nos sentamos por primera vez, una mujer siguió gesticulando hacia mí. Al principio nos confundimos pero luego nos dimos cuenta de que ella quería que yo cambiara mi asiento de madera de respaldar duro por plástico flexible en el que ella estaba sentada. Parecía tan emblemático de los cubanos que conocimos. Su primer pensamiento fue uno de amabilidad y hospitalidad, con ganas de ofrecerme algo, sin importar lo poco que tenía. Ella no hablaba inglés así que nos costó conversar, descubriendo que había sido un profesor de matemáticas y ciencias, y ahora vive en la casa de su familia con once personas (común debido a la escasez de vivienda). Cuando le dije que me había criado en el sur de Florida, dijo que su padre estaba enterrado en Hialeah, Florida (la ciudad justo al lado de la que yo había ido a la escuela secundaria!), a pesar de que ella nunca había ido a los EE.UU. Estoy segura que la razón para esta circunstancia es fascinante, pero debido a la barrera del lenguaje no fuimos capaces de determinar los detalles.

Otro lado de Cuba que fue evidente en el centro era el amor cubano por la cultura y las artes. Una mujer se puso de pie y leyó al atento grupo un poema del gran poeta de América Latina, Pablo Neruda, "No culpes a nadie" (Don’t blame anyone). Este poema se trata de triunfar sobre las circunstancias, al darse cuenta de que eres más grande que tus obstáculos, y creer en tu propia fuerza. En Cuba, que llaman a los adultos mayores "la tercera edad", por lo que incluso como ciudadanos de edad avanzada, estos cubanos están recordándose los unos a los otros que a pesar de las dificultades sufridas, la gente todavía tiene el derecho en esta edad final para sentirse empoderados de sus propias vidas.

(tomado del boletín del Centro Memorial Martín Luther King, Jr, La Habana)

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