jueves, 6 de junio de 2013

Las deudas

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MIAMI - Si andas manejando por South Beach no te sorprendas al estacionar tu auto cuando el joven que te ayuda a buscar un espacio libre, y que tu sabes que esta ganando muy poco dinero, te deja saber que es un recién graduado universitario. Si entras a un bar de la zona es muy probable que te topes con un amistoso tabernero que posea también un costoso bachillerato en artes liberales. Por cierto, al salir no te olvides de darle de buen corazón una doble propina a la camarera, que probablemente debe unos 27 mil dólares por sus estudios superiores.

Por Yadira Escobar
En los Estados Unidos en el 2012, casi el 50 por ciento de los graduados trabajaron en empleos que no requerían un bachiller, y según el "Center for College Affordability and Productivity", cinco millones de ellos trabajan donde no hace falta ni siquiera un doce grado.

Los adoradores de la sociedad del consumo mienten cuando dicen que es el modelo perfecto y final del desarrollo natural de la sociedad. Ningún modelo social ha sido tan artificial como el capitalismo desde sus tristes inicios entre el hollín, los niños explotados y los mendigos. Sin embargo todos vivimos atrapados día a día en los mecanismos de un sistema donde se espera que seamos creyentes fervorosos de sus valores. Uno de los mas falsos valores del sistema es el de la igualdad; la igualdad, definida no como igualdad en el reparto de los beneficios del modelo, sino en igualdad de oportunidades. Supuestamente todos tienen la oportunidad de triunfar pero solo los más ricos ganan al final pues nada ha cambiando bajo el despotismo del dinero.
En este ambiente de ilusiones de éxito muchos escogieron en Miami el camino de los estudios superiores endeudándose. No sabían que en un sistema competitivo, no solo es necesario el obrero parado para abaratar la mano de obra, sino también el graduado sin empleo para abaratar a los pocos que tengan el privilegio de servir al capital financiero. Desgraciadamente ante tantos recién graduados aplicando (cada año se incorporan 300,000 graduados), el empleador hoy se da el lujo de escoger solamente a los que cuentan con experiencia real, y el resto no podrá realizar su ideal individual.

Revisando parte de la propaganda audio-visual que realizaba la industria de la contrarrevolución en el sur de la Florida a finales de los noventa noto como se insistía en aquellos años, en el hecho de que tantos universitarios en la isla estuviesen trabajando como taxistas o camareros. En esos años Cuba atravesaba una seria crisis económica por el derrumbe del campo socialista, y me imagino que sería grande el contraste con el opulento Miami de los créditos fáciles, de manera que la propaganda insistió en estas diferencias a falta de un discurso ideológico más sólido. Por cierto, todavía hoy en Miami, a pesar de su destacado lugar como ciudad en la prostitución de menores en los Estados Unidos, algunos  se empeñan en tocar ese temita para descalificar moralmente a los cubanos de la isla, lo que dice mucho sobre la poca capacidad de cuestionamiento y expresión libre en nuestra comunidad a la hora de hacer juicios sobre estos males locales.

Viendo en qué terminó toda la estafa de los bancos a la mayoría de los ciudadanos aquí, me pregunto si ya no sabían con anticipación los ricos que las nuevas generaciones vivirían en medio del desempleo y las deudas. ¿Será que toda la propaganda a favor de invertir en una "buena educación" era parte de una estafa colectiva? Creo que ahora mismo muchos jóvenes pierden la ilusión capitalista, entonces, si se libran del "paraíso artificial de las drogas", es posible que se agrupen y tomen conciencia de su responsabilidad civil como ciudadanos. No me imagino otro modo más efectivo de hacer oír la voz que con el voto para conquistar nuevas y mejores ilusiones, democráticamente, claro. Es posible votar por un mejor país donde la educación se emancipe un poquito más del despótico mercado.

(tomado de Progreso Semanal)

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