(tomado de Progreso Semanal)
La mañana del viernes 2 de enero de 1959, quienes compraron
el New York Times leyeron en ese periódico una noticia impactante.
"Batista y su régimen escapan de Cuba", decía un titular al tope de la
primera plana. "Castro actúa para tomar el poder; turbas causan
disturbios y saquean".
Subtítulos decían: "Ejército cesa el fuego"; "Rebeldes toman Santiago y Santa Clara y marchan hacia la capital".
Para dar a ustedes un sabor de la noticia, tal como fue recibida en
Estados Unidos en ese entonces, Progreso Semanal ha traducido al español
ese reportaje, que imprimimos a continuación.
Por RUBY HART PHILLIPS
The New York Times
LA HABANA, viernes 2 de enero - Fulgencio Batista ayer renunció al
cargo de presidente de una Cuba devastada por la rebelión y huyó al
exilio en la República Dominicana. Las fuerzas rebeldes de Fidel Castro
actuaron con rapidez para tomar el poder en toda la isla.
En la madrugada de hoy, parecía probable que el Dr. Manuel Urrutia,
escogido por el señor Castro, se convertiría en el presidente
provisional. El coronel Ramón Barquín, que había sido encarcelado por
conspirar contra el gobierno de Batista, fue llevado en avión militar
desde la penitenciaría de la Isla de Pinos y nombrado jefe del estado
mayor conjunto.
El coronel Barquín inmediatamente envió una llamada al señor Castro
para que viniera a la capital con el Dr. Urrutia y estableciera un nuevo
gobierno. El líder de los rebeldes y sus fuerzas habían entrado en
Santiago de Cuba ayer por la tarde y se habían apoderado del cuartel
militar de Moncada sin disparar un tiro. Cerca de 5 mil soldados se
rindieron.
Ciudades principales son capturadas
Camiones llenos de soldados entraron a La Habana ayer por la noche
para mantener el orden, juntos a los milicianos del señor Castro, el
Movimiento 26 de Julio, que también patrullaban las calles, armados con
ametralladoras y fusiles.
Las fuerzas rebeldes avanzaron por toda la isla. Mientras que algunos
insurgentes proseguían más allá de Santa Clara, capital de la provincia
de Las Villas, de la que se apoderaron el miércoles, otros grupos
anunciaron la captura de Camagüey.
El general Batista encabezó un éxodo de Cuba que ha alcanzado un
total de quizás 400 personas que huyeron en barco y avión a los Estados
Unidos y la República Dominicana. Entre ellos figuraban los principales
líderes políticos y militares y sus familias.
Piedra es rechazado
En reunión con sus jefes militares en la madrugada de ayer en
Columbia, el cuartel general del ejército, el general Batista, hombre
fuerte de la política cubana durante casi todo el período desde 1933,
declaró que renunciaba "para evitar más derramamiento de sangre".
Dejó tras de sí una junta encabezada por el general Eulogio Cantillo,
hasta hace poco el comandante de la provincia de Oriente, el centro de
la revuelta de Castro. La junta de inmediato designó al Dr. Carlos
Piedra, el más antiguo juez de la Corte Suprema de Justicia, como
presidente provisional, en conformidad con la Constitución de 1940.
El general Cantillo asumió el cargo de jefe de estado mayor del ejército. El Dr. Gustavo Pelayo fue designado primer ministro.
Pero el señor Castro declaró que sus insurgentes se mantendrían "en
pie de guerra" y se negó a aceptar la designación del Juez Piedra como
presidente provisional. El Tribunal Supremo se negó a administrar el
juramento del cargo al juez.
El líder rebelde llamó a una huelga general para mañana en protesta
contra el régimen de Piedra. Exigió que el doctor Urrutia, antiguo juez
del Tribunal de Urgencia de Santiago de Cuba, fuera instalado como
presidente provisional, tal como [Castro] lo propuso hace un año.
La Asociación de Cultivadores de Caña de Cuba, a nombre de la
industria azucarera de la isla, anoche emitió una declaración de apoyo
al señor Castro y a su movimiento.
El general Cantillo, como jefe del Ejército, emitió una orden de cese
al fuego a las tropas a lo largo de la isla. Los presos políticos
fueron liberados en La Habana y el interior. Ayer por la tarde, varios
cientos de presos en la Fortaleza Príncipe en La Habana fueron
liberados.
Restaurantes atrincherados
Como era el día de Año Nuevo, el comercio y la industria se
detuvieron. Hoteles, cafés y tiendas de abarrotes cerraron sus puertas
tan pronto los disturbios comenzaron. Las turbas rompieron ventanas y
saquearon algunas tiendas. La policía disparó contra la turba y varias
personas resultaron muertas o heridas.
Una turba prendió fuego a la planta de El Tiempo, un periódico
propiedad del senador Rolando Masferrer. El senador Masferrer, amigo
íntimo del general Batista, tenía un ejército privado de aproximadamente
2 mil soldados en la provincia de Oriente. Ellos fueron acusados por
los habitantes de muchos asesinatos y torturas. La oficina del Dr.
Rafael Guas Inclán, quien fuera elegido alcalde de La Habana en
noviembre, fue incendiada.
A medida de que la noticia de la caída del Gobierno se extendía ayer a primera hora, el público se lanzó a las calles.
La bandera rojinegra del Movimiento 26 de Julio, liderado por el
señor Castro, apareció en automóviles y edificios. Los automóviles
transitaban por las calles haciendo sonar sus bocinas.
Turbas destruyen casino
Incendios se desataron cerca de los muelles, pero los detalles no
estaban disponibles de inmediato. Una turba destruyó el casino nuevo en
el Hotel Plaza.
Amleto Battisti, propietario del Hotel Sevilla Biltmore y su casino y
un representante en el Congreso, se refugió en la embajada uruguaya.
Destacamentos de jóvenes rebeldes se apoderaron de las estaciones de
radio y desde ahí llamaron a la población a mantener la calma y el
orden.
Multitudes atacaron también el Banco de la Construcción en la Plaza Central.
Las embajadas latinoamericanas estaban atestadas de funcionarios que
habían pedido asilo político. Cientos de personas se escondían en la
ciudad.
Por la tarde, miembros de la Asociación Nacional de Periodistas se
declararon en huelga hasta que la situación se aclarara. Sin embargo,
varios periódicos de La Habana publicaron ediciones especiales.
Cruceros se van del puerto
El embajador de Estados Unidos, Earl E.T. Smith, urgió a los
ciudadanos estadounidenses a tomar "precauciones adecuadas". Dos barcos
de crucero con muchos turistas estadounidenses a bordo, en La Habana
para las vacaciones de Año Nuevo, zarparon ayer.
Muchos turistas quedaron varados aquí por la rápida caída del
gobierno. El servicio aéreo fue restringido por un tiempo y los buques
que llegaban a La Habana no pudieron atracar debido a la huelga. La
Embajada de Estados Unidos dijo que estaba tratando de conseguir
transporte para un gran número de turistas y algunos estudiantes que
habían solicitado su asistencia.
Más tarde, se anunció que la embajada estaba contratando un barco
para venir desde Cayo Hueso hoy a recoger a norteamericanos varados.
Ciudad casi desierta
Los restaurantes y otros establecimientos que cerraron durante los
disturbios no abrieron sus puertas porque su personal respondió a la
convocatoria de huelga. Sin embargo, la mayoría de los hoteles
suministraron alimentos a sus huéspedes.
El movimiento de resistencia dijo al público que la huelga no incluye
los servicios de teléfono, radiodifusión y energía eléctrica.
Por la noche, La Habana era una ciudad casi desierta, cuyos
habitantes permanecían en sus hogares. Sólo unos pocos automóviles se
desplazaban por las calles. Las turbas habían desaparecido.
En la lujosa sección residencial de Miramar, algunas de las casas de
altos oficiales fueron saqueadas, incluida la del jefe de la policía
nacional, Pilar García, que huyó por la mañana.
No hay policías en las calles
Ningún policía de a pie fue visto patrullando las calles de La
Habana. Algunos coches patrulla circulaban. La ausencia de las fuerzas
del orden estaba en marcado contraste con el número de soldados que
patrullaban la ciudad y protegían sus puntos estratégicos.
Avanzada la noche, las tropas y milicianos se hicieron cargo de la tarea de custodiar la ciudad.
Eusebio Mujal, secretario general de la Confederación de Trabajadores
de Cuba, buscó asilo en la embajada argentina. El señor Mujal y sus
líderes sindicales habían apoyado enérgicamente al régimen de Batista.
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