Por: J.M. del Río
En unas líneas que escribí en julio pasado les mencionaba sobre la
importancia que tiene la información para nosotros los cubanos y como se
transmite de persona a persona todo lo que sucede en la cuadra, en el
barrio, en el municipio, en la ciudad, en el país, en el mundo y hasta
en el espacio extraterrestre. Si, no se asombre, también se habla y se
intercambian novedades de lo que sucede, por ejemplo, en Marte.
¿Recuerdan que hace algún tiempo una sonda enviada por la NASA se posó
en ese planeta?, pues aquí hubo especialistas de “cola” que analizaban
las oportunidades que tendría ese artefacto espacial para estudiar el
suelo de Marte, si encontraría vida, si descubriría agua, si la
atmósfera de ese planeta admitiría la vida humana. En fin cada cual con
el nivel de información y conocimientos que tenga sobre el tema de que
se habla, brindará sus puntos de vistas y si no tiene información ni
conocimientos, brindará su opinión igualmente, porque así somos los
cubanos y eso que hay algunos deslenguados por ahí que dicen que en mi
país no hay libertad de expresión.
El enemigo ha utilizado ese hábito nuestro para, de forma inescrupulosa, hacer circular sus “bolas”[1].
Hay que reconocer que en ocasiones ha tenido éxito. Recordemos el
desagradable incidente conocido por Operación “Peter Pan”. La CIA, a
través de sus agentes, hizo circular el rumor de que le seria retirada
la Patria Potestad a los padres cubanos. La diatriba se lanzó en un
momento en que la campaña anticomunista contra la naciente Revolución
cubana estaba en su apogeo. Un sector de la clase media cubana y otros
elementos de la sociedad influenciados por esa campaña brutal dio como
cierto el rumor, que se vio fortalecido cuando emitieron un documento
apócrifo que contenía una falsa ley que supuestamente proscribía la
Patria Potestad. Algunos cientos de padres, temerosos y vacilantes,
creyeron la imprecación y decidieron enviar a sus hijos hacía los
EE.UU. Se creo un demoníaco procedimiento en el cual los muchachos
viajaban solos, con una llamada visa waiver que de forma expedita
emitían en Cuba las personas designadas por el Gobierno de los EE.UU.
Fue algo inhumano. Algunos padres no vieron nunca más a sus hijos. De
los niños que llegaron a los EE.UU. algunos fueron alojados en orfanatos
y otros enviados a las llamadas “foster families”[2].
Otros salieron mejor y al cabo del tiempo se reunieron nuevamente con
sus padres en los EE.UU. Hay varios libros escritos sobre el tema que
ponen en evidencia el papel desempeñado por la CIA en ese bochornoso
evento anticubano.
Con el tiempo hemos aprendido a defendernos y ahora somos más
cuidadosos. Así tenemos que en las conversaciones en el barrio, cuando
llega un elemento conocido por dedicarse a regar “bolas”, por su propia
cuenta o por encargo de alguien, se le da lo que coloquialmente
denominamos “un parón” y lo mandamos de inmediato a “freír espárragos” o
a otro lugar menos elegante, que estaba incluido en el vocabulario
empleado por Cervantes en sus grandes obras, adonde se suelen enviar,
aplicando la cortesía popular, a quienes rechazamos con desprecio por su
babosería y sumisión, es decir, los mandamos al “carajo” con mucha
delicadeza.
¿De qué se habla hoy en el barrio?, le pregunté a “boca de jarro” a
mi amigo Cantaclaro. Y afable y conversador como siempre lo ha sido, me
respondió que se habla de muchas cosas; pero que los temas centrales
son: los estragos del huracán Sandy, en Cuba, el Caribe y la batalla por
la recuperación en las provincias cubanas afectadas; la nueva Ley
migratoria; las elecciones en los EE.UU., porque las nuestras ya
prácticamente han concluido con la respuesta favorable de siempre por
parte del pueblo; y en el tópico deportivo, sobre la “pelota” (béisbol) a
ver quién predice los peloteros que integrarán el equipo Cuba que
disputará el “Clásico” y sobre el fútbol, principalmente sobre la
polémica de quien se gana el Balón de oro de la FIFA, si el argentino
Lionel Messy o si el portugués Cristiano Ronaldo. Los efectos del
huracán Sandy en territorio de los EE.UU. y de los absurdos que se
observan en el accionar de las autoridades de ese país para enfrentar la
situación creada, horas antes de las elecciones presidenciales, es otro
de los temas; pero de eso te hablaré en otra oportunidad.
Se conversa además de otros temas, que son los de siempre en las
colas del pan, de la bodega, del agromercado, de la parada de ómnibus,
en los partidos de dominó y en cualquier otro lugar donde se reúnen dos o
más personas. Que si van a vender tal o más cual producto “por la
libre” en el “mercadito”, que si tal o más cual producto está muy caro y
que deben bajarlo de precio, que si las “romanas”[3]
del agromercado son una “trampa” porque siempre se quedan por debajo de
lo que le corresponde al cliente, de que si voy a conversar con el
Delegado para ver si intercede para acabar con “el relajo” que hay con
la distribución de tal o más cual producto, que si los vehículos que
transitan por las calles aledañas a la escuela no respetan las señales
del tránsito y me voy a quejar con el Jefe de Sector de la Policía
Nacional Revolucionaria (PNR) (No, no, con la “Policía Política” no,
porque esa es una entidad que solo existe en las ofuscadas mentes de los
criados del imperio) y así hasta el infinito. Porque nos sentimos con
el derecho de reclamar, de protestar, de tratar de que nuestro
socialismo sea mejor.
El tema de los estragos ocasionados por el huracán Sandy y la batalla
por la recuperación es el más recurrente, especifica Cantaclaro. Se
comenta sobre el mal rato que están pasando los orientales, sobre la
rápida acción de las autoridades locales, provinciales y nacionales para
acometer de forma organizada a brindar la ayuda a los damnificados y a
comenzar de inmediato las tareas de limpieza y reconstrucción. Se
intercambia sobre que el Presidente Raúl y varios Ministros están
directamente en las zonas afectadas dirigiendo personalmente las tareas.
Se dice que la tarea será ardua y prolongada; pero hay confianza en que
saldremos adelantes. “Nos hemos preparado para enfrentar este tipo de
contingencia”, es algo que se repite una y otra vez.
Se habla con mucha admiración y respeto de Chávez y de cómo el
Gobierno de la Republica Bolivariana de Venezuela fue el primero en
acudir con un cargamento de ayuda solidaria para los damnificados por el
huracán en las Provincias orientales y lo más llamativo es que entre
los que de forma encomiástica se refieren a Chávez y su gobierno por
este gesto de hermandad, hay algunos que no se destacan por ser
precisamente entusiastas defensores de la Revolución cubana. Llegó
primero un avión gigantesco con alimentos y otros productos, después un
barco que llevó además ayuda fraterna para el hermano pueblo haitiano,
luego vino el Vicepresidente Rafael Ramírez con una delegación de
especialistas que por instrucciones expresas del Presidente Chávez nos
visita para precisar sobre el terreno la ayuda de la hermana nación. “Yo
sabía que Chávez no nos fallaba”, dice Cantaclaro, visiblemente
emocionado. Los venezolanos se han ganado nuestro respeto y han dado
muestras de que en momentos como este es cuando se conocen los amigos.
Otros países igualmente han respondido y nos llegan mensajes de aliento y
aportes solidarios que se suman al esfuerzo que realiza el país.
En esos intercambios populares se habla también de los carroñeros,
con el desprecio que merecen –afirma Cantaclaro-, del coro de auras
tiñosas (con respeto para las auras tiñosas que con su elegante vuelo
hermosean la campiña cubana), que solo parlotean sobre al aspecto
trágico de lo acaecido, que se regodean en acrecentar lo aciago y
azaroso, con el objetivo diseñado para ellos por sus mentores de la CIA,
de infundir incertidumbre, desidia, temor, dudas, vacilación y
desconfianza en la capacidad del pueblo y de su gobierno revolucionario
de salir adelante con entereza y levantarse de entre los destrozos
ocasionados por el dañino huracán para continuar la senda que nos hemos
trazado. Quieren hacer leña del árbol caído; pero están perdiendo el
tiempo. Como dijo Almeida en Alegría de Pio: “aquí no se rinde nadie
c…”, y esto último lo dijo Cantaclaro visiblemente enojado.
De la nueva Ley Migratoria se habla bastante. Al principio algunas
personas tenían dudas sobre aspectos de la Ley; pero la prensa, la radio
y la TV ha divulgado ampliamente los detalles de la normativa y ahora
todo se hace más comprensible. “El hijo de fulano está pensando en
viajar a Europa y pasarse un tiempo por allá; pero el no pretende
emigrar”, plantea Cantaclaro que le comentó un amigo. ¿Y el sabe que
necesita una visa de algún país Europeo?, le preguntó Cantaclaro. Si que
lo sabe y eso es lo que le preocupa, porque él conoce un caso que hace
más de un año tiene solicitado una visa para uno de esos países y no le
han dado respuesta. ¿Y que van a ser los americanos? -expresa Cantaclaro
que le preguntó su amigo-, porque esa gente ha estado manipulando el
asunto migratorio desde el mismo triunfo de la Revolución. Habrá que
ver, dice Cantaclaro que le respondió a su amigo. Con esta gente nunca
se sabe y ellos siempre van a tratar de que “se trabe el paraguas” por
algún lado y nuestra misión será destrabarlo. Lo que si resulta
estimulante es que la mayoría de los comentarios son favorables y que en
la barrio, salvo algunos que están en los grupúsculos y que son una
insignificante minoría, la gente está contenta, porque el mecanismo se
flexibiliza y lo que se busca es que nos acerquemos más a nuestra
emigración, que en definitiva está compuesta por gente de cualquier
barrio de nuestro país, incluyendo del nuestro.
El tema electoral de los EE.UU. es también objeto de comentarios. Con
todo lo que se ha divulgado por nuestros medios de información ya hay
muchos que se consideran “especialistas” y hablan del complicado sistema
electoral de ese país, donde por obra y gracia de no se sabe que,
George Bush fue electo Presidente de los EAU habiendo obtenido menos
votos populares que Al Gore, el candidato rival por el Partido
Demócrata. “Y después hablan de democracia”, manifiesta Cantaclaro que
le comentó un asiduo cliente del puesto donde se venden los periódicos.
“El rollo ese de los votos electorales es un galimatías que no hay
quien lo entienda. Fíjate que los candidatos lo designan un grupito de
la cúpula de cada partido, le dan un barniz con eso de las primarias,
donde vota menos del 10 % de las personas con derecho. Después en las
elecciones presidenciales votan los que están inscriptos, que nunca
llegan al total de los que tienen derecho y de esos inscriptos si llegan
al 50 % de votantes es algo grande. Por otra parte uno vota por un
“compromisario”, que supuestamente en las elecciones de segundo grado,
que creo que son en diciembre, votara por mi elegido, pero eso es en
teoría, ya que tengo entendido que el individuo puede cambiar su voto
para el otro candidato. Es una maraña que ni los mismos americanos
entienden bien, y esa campaña electoral cuesta cualquier cantidad de
dinero, que podría ser empleada en cuestiones que el propio pueblo
americano necesita.” Aquí todo está más comprensible. Yo participo en la
asamblea para nominar al candidato que los vecinos pueden escoger
libremente y después voto por el mejor, sin campaña política, sin gastos
innecesarios. El candidato es lo que es en el momento de su elección y
no lo que el dice que va a ser cuando lo elijan.
De todo eso se habla en el barrio, mi amigo, -me dice Cantaclaro- y
eso que nos acusan de falta de libertad de expresión y de no estar
informados. “Por cierto -apostilla Cantaclaro- hay que seguirle la rima
al lío de la elecciones en uno de los precintos federales de la Florida
donde está postulado para reelegirse el Congresista David Ribero, de
origen cubano, compinche de Ileana Ross, de Marco Rubio y de los Díaz
Balart; contra el aspirante Joe García. Al primero lo investiga el FBI y
la Policía por corrupción y otras exquisiteces delincuenciales y a
pesar de eso se mantiene en la lid y lo único que se le ocurre para
defenderse contra esas imputaciones es acusar a su contrincante de ser
un elemento “procastristas”. Así es la democracia “made in USA. ¡Cosas
que se dan en Miami!
[1] En lenguaje coloquial significa mentira, rumor falso o infundio, generalmente con fines políticos o de otro género.
[2] Familias que brindarían tratamientos y cuidados similares a los de los padres.
[3] Instrumento que sirve para pesar, compuesto por una palanca de brazos muy desiguales, con el fiel sobre el punto de apoyo.
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