Uno de los más grandes compositores alemanes, Hans Werner Henze, ha
muerto, según anunció la casa editora musical Schott. Nacido en 1926,
Henze «ha sido uno de los compositores más variados de nuestra época»,
informa Afp, citando a la web de Schott. La veta espiritual es una de
las constantes de su obra.
Hans Werner Henze es una de esas figuras incuestionadas, que concita
una admiración que a veces se convierte en lo más parecido a la
adoración. No son pocos los que consideraron a Henze el más importante
de los compositores vivos, y es en cualquier caso uno de los nombres
imprescindibles de la música de nuestros días.
Ha estrenado sus obras en los teatros de todo el mundo y entre sus
piezas más conocidas está la serie de conciertos de música sagrada para
trompeta, piano y orquesta, que tituló Requiem. Pero su veta espiritual
nunca le impidió tener claro que “a través de la música debe adoptarse
una posición de las cuestiones políticas”. No en vano su biografía
estuvo marcada por la Alemania nazi, el Mayo francés y la revolución de
Cuba, entre otros acontecimientos del siglo XX.
Hans Werner Henze estudió con Wolfgang Fortner y René Leibowitz, en
un contexto de la vanguardia alemana de postguerra. Su renuncia al
serialismo, entonces todo un dogma de la música culta le deparó el
repudio de la élite compositora alemana. Tal vez por ello desde 1953
reside en Italia, aparejado a la intolerancia hacia su ideología
política de izquierda y su homosexualidad.
Declarado marxista, se hizo miembro del Partido Comunista Italiano, y
firmó obras honrando a Ho Chi Minh y a Che Guevara. También compuso su
Sinfonía n.º 6 sobre textos de poetas revolucionarios cubanos. Sus
composiciones, variadas en estilo, tienen influencias tanto de la música
atonal, la música italiana y el jazz.
Hans Werner Henze es considerado uno de los mejores operistas del
siglo; ha realizado óperas en colaboración con libretistas de la talla
de Ingeborg Bachmann y Wystan Hugh Auden. También es considerado uno de
los mejores sinfonistas contemporáneos, gracias a su ciclo de diez
sinfonías.
Como reconocimiento a su carrera, en 1995 Henze fue galardonado con
el Premio de Música de Westfalia (que lleva su nombre desde el año 2001)
y, en el año 2000, le fue concedido el Praemium Imperiale. El 7 de
noviembre de 2004 Henze recibió un doctorado honoris causa en “ciencia
musical” del Conservatorio de Música y Escuela de Teatro de Munich
(Con información de ABC)
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