Pedro de la Hoz
pedro.hg@granma.cip.cu
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Herzog
(a la derecha) en los días del rodaje de El pequeño Dieter necesita
volar.
Se trata de un ciclo, coordinado por la Cinemateca de Cuba y el
Instituto Goethe de Cultura Alemana, que mostrará la dedicación del
célebre director alemán al género documental, desde que irrumpió
tempranamente en la pantalla con Herakles (1962), una crítica
al narcisismo fisiculturista, que marcará el punto de partida de la
retrospectiva, junto a Fata Morgana (1970), poético viaje a
través de África, y La Soufriere (1977), minucioso reportaje
sobre la erupción de un volcán en las Antillas.En la documentalística de Herzog que se apreciará en La Habana, sobresalen títulos como Medidas contra fanáticos (1969), El país del silencio y la oscuridad (1971), Eco de un imperio sombrío (1990), Campanas de las profundidades (1993) y El pequeño Dieter necesita volar (1997).
Más que una estética, en materiales como estos se revela la capacidad indagatoria del cineasta, el cuestionamiento del orden cartesiano y el interés por encontrar las claves que se esconden detrás de una historia noticiosa.
Todo esto se proyecta, como ha dicho el crítico Antonio Mazón Robau al presentar el ciclo, desde una "magnífica puesta en escena de todos y cada uno de estos filmes, que se convierten en paradigmas de todo lo bueno e interesante que el género documental puede ser, especialmente en tiempos como estos, en los cuales con mucha frecuencia se ausentan la originalidad y el talento en la mayoría de los documentales que llegan a nuestras manos".
Entre los cinéfilos cubanos, Herzog es admirado por sus largometrajes de ficción Aguirre, la cólera de Dios (1972), El enigma de Kaspar Hauser (1974), Woyzeck (1979) y sobre todo, Fitzcarraldo (1962).
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