viernes, 18 de noviembre de 2011

La artesanía cubana es otra después de FIART


Entrevista con Guillermo Solenzal Morales, director del Fondo Cubano de Bienes Culturales
VIRGINIA ALBERDI BENÍTEZ

FIART 2011 toca a las puertas. Pabexpo acogerá nuevamente la Feria Internacional de Artesanía del 4 al 11 de diciembre, por lo que resulta pertinente dialogar con Guillermo Solenzal Morales, director del Fondo Cubano de Bienes Culturales, institución del Ministerio de Cultura encargada de la organización del evento.
Guillermo Solenzal, presidente del Comité Organizador de FIART 2011.
¿Cuál es el sentido de FIART?
"Con el auge y encauzamiento de las producciones artesanales en nuestro país, sobre todo aquellas en las que la orientación estética se empareja con la utilitaria, surgió como una necesidad la instauración de un espacio sistemático para la exhibición, la comercialización y el balance cualitativo de la artesanía artística cubana, tomando en cuenta, además, la confrontación con prácticas similares foráneas. Ese espacio es la Feria Internacional de Artesanía, conocida y reconocida por sus siglas FIART. Es justo valorar cómo FIART ha sido un evento que ha contribuido de muy diversas maneras al desarrollo de la artesanía en nuestro país y ha permitido mostrar el trabajo de nuestros artesanos, poner de relieve su talento y estimular la artesanía de más altos valores culturales. Diría que la artesanía cubana es otra después de FIART. A través de sus coloquios y jornadas teóricas se ha propiciado un foro para la reflexión y el debate en torno a los múltiples y complejos problemas relacionados con el trabajo de los artesanos y la proyección social de la artesanía".
Pabexpo volverá a acoger la Feria Internacional de Artesanía.
¿Se considera un espacio comercial o cultural?
Un evento de tal magnitud genera interrogantes y preocupaciones. Entre estas están las que tienen que ver con el impacto del mercado sobre la naturaleza de la producción artesanal. Este es un punto crítico y un tanto polémico. Si admito que el mercado es por esencia un elemento perturbador, me pondría del bando de los que satanizan a este último y quisieran conservar los productos artesanales inamovibles, desvinculados de las dinámicas de la vida como piezas museables. Si admito lo contrario, dejaría de reconocer ciertos riesgos que existen cuando se jerarquizan de manera absoluta los valores mercantiles y no hay la suficiente exigencia en la selección y calidad del producto. Este es el reto que nos acompañará siempre".
¿Estamos hablando entonces de una dimensión artística de la artesanía?
"Como todos sabemos, en el desarrollo de la artesanía intervienen diversos factores sociales, económicos, culturales. Generalmente cuando asistimos a la Feria descubrimos nuevos talentos y nos admiramos de la inventiva y creatividad de nuestros artesanos y de lo que son capaces de hacer, superando dificultades de muy diversa índole, sobre todo las que se derivan de la escasez de materiales, De modo que teniendo en cuenta esta función de promoción y estímulo del sector artesanal, es indiscutible que FIART ha marcado un hito significativo en el salto de calidad artística de la artesanía en Cuba".
¿De qué forma FIART se inserta, o contrasta, con los cambios que se operan en el país en la actividad artesanal?
"En los momentos actuales, cuando se fomentan nuevas formas de gestión económica en el sector no estatal como parte de la renovación del modelo económico cubano, es más necesario aún contar con un evento que distinga del conjunto de los oficios que utilizan procedimientos artesanales, las labores y obras que aportan valores simbólicos, estéticos y culturales".
¿Cómo se las arregla FIART para conjugar su carácter internacional con las necesidades promocionales de la artesanía artística nacional?
La presencia del quehacer nacional a través de la participación de artesanos individuales o mediante los stands institucionales de las Filiales del Fondo es fundamental para dar una visión amplia y diversa de lo que se hace en todo el archipiélago. Aunque en años anteriores se había dedicado la Feria a varios países latinoamericanos, desde la séptima edición, en el 2008, se decidió dedicarla a una provincia del país que se hubiera destacado en su trabajo de promoción y comercialización de la artesanía. En esta edición, Camagüey estará en el centro de atención, pues junto a sus producciones se harán presentes grupos de danza, exposiciones de artes plásticas y expresiones musicales. En cuanto a la participación internacional, ese es uno de los elementos más atractivos que confirma el poder de convocatoria de la Feria. Ha funcionado como un puente de intercambio cultural, un mercado alternativo con una oferta distinta a la establecida en la red comercial convencional y también como una opción para el ensanchamiento de los horizontes espirituales de la población. Se trata no solo de apreciar las muestras de nuestro continente, sino también de Europa, África y Asia, con expositores que han salvado los inconvenientes que implican grandes distancias. No hay contradicción, FIART es un espacio relevante para nuestros artesanos, desde Pinar del Río a Guantánamo pasando por la Isla de la Juventud, y a la vez una vitrina abierta al mundo.

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