lunes, 24 de octubre de 2011

La explosión milagrosa

Calle Obispo. La Habana. (Foto: Raquel Pérez)
Calle Obispo. La Habana. (Foto: Raquel Pérez)
En estos días llegó a mis manos un análisis económico sobre Cuba de una embajada occidental. Pintan una realidad muy diferente a la que estamos acostumbrados a oír, afirman incluso que ya existe una reserva de divisas que supera los US$5.000 millones.
Prevén que en el 2011 crecerán en un 15% los ingresos del turismo, también las producciones industriales y levemente las agrícolas.
Aumentarán las exportaciones, incluyendo derivados del petróleo y la extracción de crudo sube en un 10%.
Informan que "las empresas (extranjeras) que aceptaron certificados de depósito de bancos cubanos con vencimientos semestrales para saldar sus deudas y cuentas bloqueadas, han cobrado con normalidad el tercer vencimiento".
Concluye que la economía "está en una situación de estabilidad con bajo crecimiento", que continúan un "riguroso" proceso de ajuste interno y externo y que no es previsible que pueda producirse a corto plazo una crisis similar a la del 2008.

Finalmente recuerda que en unos meses se inician las prospecciones petroleras en el mar y si los resultados son positivos "las consecuencias favorables para Cuba se empezarían a sentir desde ese momento y podrían ser de gran alcance".
Mientras, en EE.UU. aparecen nuevas teorías conspirativas en las que Cuba está detrás de todos los males de mundo, igual que aquel periódico de la Florida que acusó a Fidel Castro de entrenar tiburones para que ataquen a los turistas de Miami.
Ahora dicen los exiliados que tras la denegación de fondos a sus organizaciones está el gobierno cubano y lamentan que Washington "haya caído en este tipo de juegos" tramados por La Habana para cortar toda ayuda a la "resistencia".
Otro periódico miamense asegura que el movimiento mundial de los indignados está totalmente infiltrado. Según su versión de la realidad, los hilos estarían siendo movidos desde las sombras por los gobiernos de Cuba y Venezuela.
Dicen que "la misma anarquía ocurre con los que acamparon en Madrid en la Puerta del Sol, con los estudiantes de Chile, Wall Street, Washington DC y otros grupos de "indignados" en el mundo, infiltrados por miembros del partido comunista".
La periodista asegura que estos agentes fueron "enviados con el determinado propósito de causar el caos" en todo el mundo y agrega que "se ha comprobado" que es la inteligencia cubana la que manipula a los estudiantes chilenos.
(Es una suerte que este periódico no se haya enterado de que mi mujer, cubana y fotógrafa, estuvo aquel 15 de mayo en la primera manifestación de los indignados españoles, seguramente la hubieran incluido dentro del complot internacional).
Como colofón se hace un llamado apocalíptico a la represión, "si los gobiernos no se ponen firmes, el pilar que sostiene a cada país afectado se vendrá abajo. Es hora que las autoridades actúen (...) Mañana puede ser demasiado tarde".
Otro articulista de Miami trata de explicar por qué no hay indignados en Cuba y dice que "el régimen aún cuenta con la capacidad de mantener fragmentada no sólo a la disidencia sino en lograr que las pequeñas protestas (...) no alcancen una dimensión mayor".
Lo curioso es que después de reconocer que el gobierno mantiene el control político del país, el analista concluye, como por arte de magia, afirmando que "todo ello lleva a un aumento de las posibilidades de un estallido social".
Pero dentro de la isla la oposición es menos "optimista", la bloguera Dania García, en la fundación de un nuevo grupo disidente, nos explicó a los periodistas extranjeros que su trabajo es muy cuesta arriba porque el cubano es "un pueblo ignorante".
Quienes en Miami sueñan con una explosión popular milagrosa y sorpresiva que derroque al gobierno, no han analizado en profundidad lo ocurrido en otros países y extrapolan automáticamente realidades muy diferentes entre sí.
Si la oposición cubana quiere sacar alguna experiencia de los alzamientos árabes o de los indignados occidentales debería primero entender lo que sucede realmente en esas sociedades y después hacer un análisis serio de la realidad de la isla.
En el caso de Cuba ni siquiera necesitan rebanarse mucho los sesos, las embajadas occidentales tienen estudios bastante objetivos de la situación nacional y los propios diplomáticos de EE.UU. la reflejan en los cables secretos revelados por Wikileaks.
La bloguera Yoany Sánchez pregunta en Twitter "¿Cuándo vamos a indignarnos públicamente los cubanos? ¿Cuándo vamos a entender que aquí hay miles de razones para indignarse?", pero la respuesta no está en las redes sociales ni en las tertulias de Miami, sino en las calles de Cuba, en medio de la gente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario