La figura central es San Valentín, un sacerdote cristiano del siglo III en Roma. Desafiando al emperador Claudio II —quien prohibió los matrimonios para reclutar más soldados—, Valentín los celebraba en secreto. Arrestado, realizó un milagro al devolver la vista a Julia, hija de su carcelero, convirtiendo a su familia al cristianismo. Antes de su ejecución el 14 de febrero del 270, le envió una carta firmada "De tu Valentín", frase que perdura hoy. Enterrado en Roma, el papa Gelasio I estableció en el 496 esta fecha como su festividad.
Su historia se mezcla con tradiciones paganas como Lupercalia (15 de febrero), un festival romano de fertilidad con sorteos de parejas, y Juno Februata, rituales de emparejamiento. La Iglesia intentó cristianizar estas prácticas, pero con el tiempo prevaleció el intercambio de mensajes amorosos.
De la tradición romántica a la celebración inclusiva
Aunque inicialmente vinculado al amor de pareja, en muchos países el 14 de febrero se ha transformado en el Día del Amor y la Amistad, incluyendo relaciones familiares, amistades y vínculos no románticos:
Amistad como eje:
En México, Cuba, Colombia y Ecuador, se regalan detalles entre amigos o se organizan reuniones.
En Finlandia y Estonia (Ystävänpäivä), se prioriza el compañerismo sobre el romance.
Movimientos como el Galentine's Day (EE.UU., 13 de febrero) celebran la sororidad entre mujeres.
Familia y comunidad:
En Cuba, Argentina y Chile, se expresa afecto a padres, hermanos o hijos con regalos simbólicos.
En Filipinas e India, se integran gestos hacia parientes e incluso compañeros de trabajo.
Crítica al romanticismo exclusivo:
La ampliación responde a la presión social por tener pareja, ofreciendo alternativas para quienes priorizan otros afectos.
Tradiciones globales y símbolos
Tarjetas: Inspiradas en notas que niños enviaban a Valentín en prisión y en los sorteos romanos.
Almendro: Plantado por Julia en su tumba, símbolo de amor duradero.
Flores y dulces: Chocolates en forma de corazón (EE.UU.), panecillos con frutas (Inglaterra) o gaekkebrev (rimas anónimas en Dinamarca).
Rituales curiosos: En Italia, solteras esperan al primer hombre visto al amanecer como presagio de matrimonio.
Reflexión: ¿Amor o consumismo?
En 1969, la Iglesia eliminó a San Valentín del calendario litúrgico por sus raíces paganas, pero el consumismo del siglo XX revitalizó la fecha. Hoy, aunque persisten críticas por su comercialización, la evolución hacia el Día del Amor y la Amistad refleja valores contemporáneos:
Diversidad afectiva: Celebración de todas las formas de amor que nos sostienen.
Inclusión: Nadie queda excluido, ya sea por elección o circunstancia.
Humanización: Menos presión romántica, más espacio para gratitud y conexiones auténticas.
¿Es necesaria una fecha comercial para expresar afecto? La respuesta varía, pero lo esencial es recordar que el cariño —en pareja, familia, amistades o hacia uno mismo— merece ser celebrado todos los días. El 14 de febrero, más que un mandato, puede ser un recordatorio de eso. 💞🌍
JECM / IA