jueves, 11 de febrero de 2016

Béisbol y Guerra fría: el juego Cuba-Estados Unidos que nunca sucedió (1975)

Félix Julio Alfonso López

Profesor e investigador. Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana.



Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

A raíz de la celebración en 1999 de un torneo amistoso de pelota entre los equipos Orioles de Baltimore y la selección nacional de Cuba, el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos desclasificó un grupo de 18 documentos que mostraban lo esfuerzos negociadores que tuvieron lugar en 1975, entre la Oficina del Comisionado de Beisbol de Grandes Ligas y funcionarios cubanos del INDER, con el objetivo de celebrar juegos de beisbol entre selecciones de ambos países.[1] Según se desprende de la documentación desclasificada, para el comisionado de béisbol norteamericano, estas negociaciones se ceñían al aspecto propiamente deportivo, sin desconocer que el intercambio de atletas podría tener efectos positivos para las relaciones entre las dos naciones. Al mismo tiempo, los funcionarios del Departamento de Estado, encabezados por su secretario, el reaccionario Henry Kissinger,[2] manejaron el tema con reticencia y dilaciones que equivalían a una negativa, aplicando la lógica de la guerra fría y de la política de bloqueo hacia la Isla, pues buscaban que dicho juego pudiera influir sobre el público estadounidense y, con una probable victoria de los norteños, demostrar la supremacía del deporte profesional, en oposición a los éxitos obtenidos por la Unión Soviética y otros países socialistas en los Juegos Olímpicos. También se proponían influir sobre la población cubana, ofreciéndole un lado positivo de la realidad norteamericana, como era el beisbol de Grandes Ligas, que gozaba de gran popularidad y ascendencia entre los cubanos desde la primera mitad del siglo XX.
El 14 de enero de 1975, el comisionado de beisbol de Estados Unidos, Bowie Kent Kuhn,[3] envió una carta al secretario de Estado Henry Kissinger, donde le comentaba varias cuestiones relativas a un posible tope de beisbol entre un equipo norteamericano y otro cubano, en la primavera de ese año en la Isla. Desde finales de 1974, Kuhn le había manifestado a Kissinger su interés en dicha competencia, y le informaba que el jugador y manager de origen cubano Pedro Preston Gómez, había celebrado encuentros en La Habana con funcionarios del INDER, quienes le habían manifestado gran interés en que un conjunto de peloteros profesionales visitara Cuba para una serie de juegos a celebrarse los días 28, 29 y 30 de marzo de 1975. En la misiva, Kuhn menciona la posibilidad de encontrarse en México con el presidente del INDER, Jorge García Bango, y decía tener información de que el primer ministro Fidel Castro favorecía dicho proyecto. También sugiere la posibilidad de que una serie similar pudiera tener lugar en el futuro en los Estados Unidos. La postura de Kuhn era favorecer el encuentro deportivo, pero quería tener el “consejo” del secretario de Estado antes de confirmar la entrevista con la parte cubana.[4]

Dos días más tarde, en un memorándum interno del Departamento de Estados, se notificaba a William Rogers, Secretario Asistente para Asuntos Interamericanos, de la carta enviada por Kuhn, diciéndole que Kissinger no tenía tiempo de ocuparse del tema, por lo que solicitaba a Rogers ponerse en contacto con el comisionado y hablar del asunto.[5] El 18 de enero, Rogers recordó a Kissinger la nota enviada por Kuhn, con el comentario de que la visita del equipo norteño podría ser tratada como parte de la política de conceder visas a atletas de nivel olímpico. Al lado de esta recomendación, Kissinger escribió la palabra “No”.[6]

El 21 de enero, Rogers escribió a Kissinger diciéndole que finalmente había hablado personalmente con Kuhn y que este le había confirmado que la única fecha posible para que un equipo de las Mayores visitara la Isla sería marzo, aunque para disponer las transmisiones de televisión y ajustar el calendario de Grandes Ligas, era necesaria una respuesta a más tardar el 15 de febrero. Rogers, siguiendo seguramente las instrucciones de Kissinger, le respondió que no estaban dadas todas las condiciones para que se produjera esta embajada deportiva, pero Kuhn había esgrimido a su favor el argumento de que la organización del beisbol siempre había sido colaborativa con el Gobierno. Aunque Rogers dice en la nota que Kuhn “entendió” las razones que le fueron expuestas, en realidad no quedó totalmente convencido, pues continuó las comunicaciones con la parte cubana.[7] Una nueva correspondencia de Kuhn a Rogers, de 30 de enero, le informaba que la reunión con los representantes cubanos en México tendría lugar el sábado 8 de febrero. Decía que los funcionarios criollos se habían mostrado al principio reticentes al encuentro, a menos que el comisionado estuviera facultado para cerrar un trato, algo que él había prometido y solicitaba la aprobación del secretario para alcanzarlo.[8]

Finalmente la entrevista se produjo en tierra azteca y William Rogers le resumió a Kissinger, en un memo el 13 de febrero, la conversación mantenida por teléfono con Bowie Kuhn. Según este, los cubanos aceptaban recibir al equipo de Grandes Ligas el viernes 28 de marzo, ocasión en la que los peloteros norteños compartirían experiencias con sus pares cubanos, jugarían al día siguiente un partido de exhibición y regresarían a Estados Unidos en la tarde del sábado 29. Asimismo, Kuhn esperaba que el partido pudiera ser televisado a Estados Unidos. De acuerdo a lo dicho por el comisionado, los funcionarios cubanos le habían manifestado que el beisbol en la Isla se había desarrollado y alcanzado un nivel suficiente para integrarse algún día al juego profesional estadounidense. El comisionado se había mostrado receptivo a esta demanda, y prometido consultarla con su gobierno, en el entendido de que las Grandes Ligas constituían un “valor mágico” que trasmitía un perfil muy positivo de los Estados Unidos.

Asimismo, Rogers consideraba que el encuentro deportivo tendría una connotación simbólica que rebasaba el ámbito deportivo, y que permitiría proyectar hacia América Latina una imagen de acercamiento a Cuba, similar a la que estaba teniendo lugar con China en el tema de intercambiar atletas, cuyos jugadores de tenis de mesa habían sido invitados a visitar Estados Unidos en 1972, luego del viaje del equipo estadounidense a China el año anterior.[9] Un memorándum al día siguiente, insistía en que si se daba luz verde al proyecto, el presidente debía anunciar que los deportes eran un tema separado de la política, y que los norteamericanos estarían muy satisfechos de que los cubanos quisieran presenciar un partido del mejor beisbol del mundo. [10]

En respuesta a la comunicación anterior, Kissinger dejó claro que estaba en contra de realizar una embajada deportiva a Cuba en ese momento, y requería a William Rogers y a Lawrence Eagleburger, las razones por las cuales ellos estaban a favor.[11] En respuesta a Kissinger sobre las razones políticas de Estados Unidos para permitir un juego de béisbol en la Isla, Culver Gleysteen, de la Oficina de Asuntos Cubanos y William Rogers insistían en los efectos positivos que tendría para una posible mejoría de las relaciones con la Isla, dando a entender que se iniciaba una nueva etapa en las relaciones con el gobierno cubano. Asimismo mencionaban el buen efecto que una victoria sobre los cubanos dejaría en aquellos estadounidenses deprimidos por las victorias de los países socialistas en los Juegos Olímpicos.

Sobre los efectos deseados que tendría este partido sobre la población cubana, los funcionarios norteños hacían notar que la Cuba prerrevolucionaria había estado muy “americanizada” y que el beisbol formaba parte de ese imaginario pro estadounidense, que todavía persistía. Asimismo añadían que el juego podría contribuir a socavar la propaganda anti norteamericana que, según ellos, se hacía en Cuba. También se mencionaba que el permiso a que un prominente equipo de Grandes Ligas viajara a la Isla, podría ser interpretado como un gesto positivo de Estados Unidos hacia el gobierno cubano.[12]

Pese a tales argumentos, la opinión de Rogers cambió de manera drástica, y su respuesta a Kissinger del 24 de febrero sobre su conversación con Bowie fue clara en su desaprobación a que se realizara el evento. Sin dar mayores explicaciones, mencionaba que Kuhn había comprendido que se trataba de un “problema que sobrepasaba al beisbol” y que informaría al comisionado de Grandes Ligas cuando sería apropiada una visita de un equipo de pelota estadounidense a la Isla. [13]

El 17 de marzo, Kuhn escribió a Fabio Ruiz Vinajeras, vicepresidente primero del INDER, disculpándose por no poder cumplir el acuerdo tomado en México. También dejó claro que no se trataba de una falta de esfuerzos por su parte, y que estudiaría otras alternativas posibles para su realización en marzo de 1976.[14] Ruiz Vinajeras no respondió hasta el 21 de mayo, informándole a Kuhn que comprendía los motivos expresados en su carta y que en esos momentos se encontraban inmersos en la preparación para los Juegos Panamericanos que se celebrarían en México en octubre.[15] Mientras tanto, Kuhn no cejó en su proyecto de diplomacia deportiva, y escribió nuevamente a Rogers el 13 de mayo, aprovechando el anuncio hecho por Fidel Castro de que podría ser invitado a Cuba un equipo de pelota estadounidense, retomando la idea de realizar este partido en la primavera de 1976.[16]

En una reunión posterior, celebrada el 12 de junio entre William Rogers y el senador McGovern, relacionada con el intercambio deportivo con Cuba, el senador, quien había realizado un viaje reciente a la Isla, dijo que Castro estaba muy entusiasmado con la idea, y que podría llevarse a cabo a mediados de julio o de lo contrario, posponerse hasta la primavera de 1976. Rogers le respondió que había estado en contacto con Kuhn desde inicios de año, y que le había explicado que el asunto de los juegos de pelota de profesionales estadounidenses en Cuba, quedaba sujeto a la política general de los Estados Unidos hacia la Isla, aunque dejó abierta la posibilidad de combinar los juegos en La Habana con otros en Santo Domingo, por razones “de política exterior”.[17]

Al día siguiente, 13 de junio, Bowie Kuhn envió a Rogers un documento que explicaba cuales serían los términos bajo los cuales se produciría la visita de un equipo de Grandes Ligas a Cuba. La comitiva estaría integrado por jugadores de ambas ligas, nombrados por sus respectivos presidentes, y acompañarían a los peloteros los árbitros y oficiales de los clubes seleccionados, así como representantes de la prensa norteamericana. El equipo cubano sería una selección de estrellas de la Serie Nacional, y los propósitos del viaje no serían otros que estrechar los lazos deportivos entre ambos países, celebrando uno o dos juegos de exhibición en La Habana en las últimas semanas de marzo de 1976.[18]

El 21 de junio, Rogers presentó la propuesta de Kuhn a Kissinger, argumentando a su favor el gesto de Cuba de devolver una cantidad de dinero por concepto de rescate de una aeronave, y que el juego de pelota podría ser presentado como un acto transparente y sin pretensiones políticas por parte de los Estados Unidos.[19] La nota manuscrita de Kissinger recomendaba mantener el asunto como hasta ahora, con un perfil bajo, y que se comunicaría a Bowie el momento adecuado en que debería producirse el acuerdo con los cubanos.

Una nueva carta de Kuhn a Rogers, fechada el 3 de julio, retomaba la idea de reunirse en México con Fabio Ruiz, y expresaba su esperanza de que Kissinger se pronunciara afirmativamente al respecto en el Juego de Estrellas que se celebraría en Milwaukee el 15 de julio. El último documento desclasificado es una nota de Rogers a Kissinger, del 14 de julio, anunciándole que no se había comunicado con el Comisionado y que tampoco iría al Juego de Estrellas, donde presumiblemente Bowie le preguntaría a Kissinger sobre el tema, pero no aporta ninguna información, afirmativa o negativa, sobre el particular.[20]

Los acontecimientos posteriores sugieren cual fue la posición adoptada por los representantes norteamericanos, la de cancelar la posibilidad del juego de pelota entre ambos países, anulando los nobles objetivos que pretendían el Comisionado Bowie Kuhn y su contraparte cubana. Habría que esperar casi un cuarto de siglo para que, en marzo de 1999, los Orioles de Baltimore pudieran hacer realidad el esperado encuentro entre un equipo profesional de Grandes Ligas y la selección cubana de beisbol tras el triunfo de 1959.[21]

[1] Todos los documentos pueden consultarse en la página web: Declassified Documents from 1975 Reveal Secret U.S.-Cuban Negotiations for Exhibition Games. National Security Archive Electronic Briefing Book No. 12, http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB12/nsaebb12.htm

[2] Henry Kissinger (1923), fue secretario de Estado durante los mandatos presidenciales de Richard Nixon y Gerald Ford, artífice de la política exterior de Estados Unidos entre 1969 y 1977 y consejero de Seguridad Nacional durante todo el mandato inicial presidencial del primero. Kissinger se caracterizó por una política internacional agresiva hacia los movimientos de izquierda en América Latina, respaldó las dictaduras militares en Chile, Uruguay y Argentina y orquestó la tenebrosa Operación Cóndor. Al mismo tiempo tuvo una postura negociadora hacia los países comunistas, siendo el artífice de la denominada política de distensión con la URSS y la República Popular China, país con el cual logró, durante el mandato de Nixon, consolidar excelentes relaciones.

[3] Bowie Kent Kuhn (1926-2007), fue comisionado de la MLB entre 1969 y 1984. Durante su mandato se produjo el crecimiento en el número de equipos de Grandes Ligas, se expandió su territorio hasta Canadá y con doce equipos por Liga se inició el sistema de play off como preludio a la Serie Mundial. En este periodo aumentaron las asistencias a los partidos, las ganancias de la televisión, se incrementaron los salarios de los jugadores y se elevó el valor de las franquicias en el mercado. Durante su mandato suspendió a importantes dueños de equipos como George Steinbrenner (Yankees de New York), Charles O. Finley (Atléticos de Oakland) y Ted Turner (Bravos de Atlanta). Asimismo rivalizó con Marvin Miller, líder del sindicato de peloteros.

[4] Letter from Bowie K. Kuhn to Henry Kissinger, January 14, 1975.

[5] Kuhn’s Letter to Kissinger, Department of State, Interdepartmental Memo, January 16, 1975.

[6] As to the Baseball Team Visit, Department of State, Secret/NODIS/Eyes Only Action Memorandum (Extract), January 18, 1975.

[7]Cuba – Baseball, Department of State, Secret/NODIS/Eyes Only Briefing Memorandum, January 21, 1975.

[8]Letter from Bowie Kuhn to William Rogers, January 30, 1975.

[9] William Rogers to Henry Kissinger; Kuhn’s Efforts Continue, Department of State, Secret/NODIS/Eyes Only Memorandum, February 13, 1975.

[10] Action Memorandum: Baseball Team to Cuba, Department of State, Secret Cable, February 14, 1975.

[11] Response to "Baseball Team to Cuba”, Department of State, Confidential Cable, February 15, 1975.

[12]Additional Talking Points on Sending a Baseball Team to Cuba, Department of State, Secret/NODIS Memorandum, February 19, 1975.

[13] Cuba, Department of State, Secret/NODIS/Eyes Only Briefing Memorandum, February 24, 1975

[14] Letter from Bowie Kuhn to Fabio Ruíz Vinajeras, March 17, 1975.

[15] Letter from Fabio Ruíz Vinajeras to Bowie Kuhn, May 21, 1975.

[16] Letter from Bowie Kuhn to William Rogers, May 13, 1975.

[17] Baseball Exchange with Cuba, Department of State, Confidential/Eyes Only Memorandum, June 12, 1975.

[18] Outline of Cuban Exhibition Game Proposal, June 13, 1975.

[19] Baseball and Cuba?, Department of State, Secret/NODIS/Eyes Only Action Memorandum, June 21, 1975.

[20] All-Star Baseball Team to Cuba, Department of State, Confidential/NODIS Briefing Memorandum, July 14, 1975.

[21] El 28 de marzo de 1999, los Orioles de Baltimore realizaron un partido de exhibición contra el equipo nacional de Cuba en el Estadio Latinoamericano, remozado para la ocasión. Los Orioles ganaron el partido 3-2 en 11 entradas. Luego el equipo cubano visitó Baltimore en mayo y Cuba ganó el segundo juego el 3 de mayo 10-6 en el Camden Yards.

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