sábado, 5 de diciembre de 2015

El pícaro nacional y los vestigios de la guerra fría: respuesta a un cubano que busca asilo político en Alemania

Luego de haber leído la „carta abierta“ que un coterráneo le ha escrito a la Sra Merkel, pensé que realmente no debía escribir nada, no valía la pena responder a una sarta de falacias e incongruencias. Por eso tampoco me voy a extender mucho en una reflexión. Cada quien tiene el derecho a opinar y decir lo que le parezca, cada quien tiene un compromiso moral con su conciencia. Si es que se ha oído hablar de ella.
  1. Sus palabras expresan una seudo religiosidad, que le da cierta atmósfera de ternura y confiabilidad. Sin embargo, me asombra que olvida aquel octavo mandamiento bíblico que en el Ex. 20:16 expresa „No hablarás contra tu prójimo falso testimonio“. Baste solo la opinión de instituciones prestigiosas como la UNICEF, la OMS y la UNESCO para desbaratar la imagen de sufrimiento, abandono y miserias humanas del pueblo cubano, que con coloridas palabras narra en su misiva. Pero mucho más, bastan las experiencias vividas con nuestras familias allí.
  1. Una carta abierta a la Merkel en castellano? No será más bien una carta dirigida al mundo hispanohablante? Con un lenguaje que redunda en los temas típicos de la Guerra Fría: Comunismo, asesinatos, falta de libertad, carencias, persecución …. lo que se sabe funciona en estos casos. En Cuba usamos la frase “el papel aguanta lo que le pongan” sea ello lo mismo el triunfalismo de algunos de nuestros medios de comunicación o el catastrofismo inexistente de los detractores del proceso revolucionario.

  1. No me gusta ni siquiera cuando los gobernantes hablan en nombre de sus pueblos, sin embargo ellos tienen esa potestad, que les da la representación de sus cargos. Pero, hablar a nombre de un pueblo, sin representarlo, es la autosuficiencia supina. Hablar a nombre de 11 millones de cubanos, es incluirnos a los que no pensamos y no estamos de acuerdo con sus planteamientos, incluyendo por supuesto en ese número también a Fidel y Raúl, simplemente ridícula grandilocuencia de palabras vanas.
  1. Nuestra Cultura, la cual en una de sus raíces bebe de la cultura hispana, tiene en la picaresca uno de sus “valores” literarios fundantes. A diferencia de la cultura alemana, en que casi siempre el pícaro, al final recibe su merecido, sea el lobo de la Caperucita o Max und Moritz, en nuestra picaresca casi siempre el tramposo, el mentiroso, se sale con la suya. El pícaro sabe reconocer el momento oportuno para llevar a cabo sus fechorías, y el pícaro coterráneo sabe que este es el momento oportuno para hacer ondear la bandera de su situación personal (o grupal). En Alemania es muy simple, si se está casado con un nacional, se tiene el derecho a permanecer en el país, el resto solamente si es aceptado bajo la condición de perseguido o caso humanitario, a los cubanos que no están casados con un nacional, generalmente se les coloca en la situación de tolerados, eso significa que no reciben el permiso, pero tampoco son deportados. Con el proceso de acercamiento comenzado entre los gobiernos de USA y Cuba, pone en una situación frágil a estos tolerados, y mucho más ahora en que con la llegada masiva de refugiados de países en verdaderas condiciones de catástrofes humanitarias, que sin dudas representa una carga extra para la sociedad alemana, no dudo de que el gobierno alemán esté interesado en solucionar el tema de los tolerados, así como en su momento los USA tendrá que reactualizar su ley de ajuste cubano, y eso es algo que el pícaro nacional huele, y si miles se lanzan a un recorrido por países latinoamericanos hasta cruzar por la frontera de México, acá necesitan que con urgencia se le reconozcan sus méritos de refugiados políticos, porque los emigrantes económicos no son bienvenidos. Curiosamente la mayoría de esos asilantes y perseguidos políticos, en cuanto tienen el primer chance se van de vacaciones a donde supuestamente están en peligro de muerte, y allí nadie se mete con ellos. Simplemente un detalle.
  1. En lo personal me solidarizo con la situación de los tolerados, de los que están desde hace años en espera de asilo y de todos los refugiados en Alemania, sin distingo de nacionalidad, creo que todo ser humano tiene el derecho (a su propia cuenta y riesgo) de escoger su lugar de residencia, siempre que no viole las leyes nacionales y acepte las condiciones de la sociedad en que va a residir. Las fronteras son humanas y como tal hay que verlas.
  1. La autosuficiencia que nos ha dado la excepcionalidad del emigrante cubano, atrapado aún en los hilos de la guerra fría y que muy bien reseñara recientemente el escritor cubano René Vázquez Díaz, residente en Suecia (https://lapupilainsomne.wordpress.com/2015/11/30/migrantes-cubanos-una-mentalidad-se-desvanece-por-rene-vazquez-diaz/) parece que pronto llegará a su fin, y es el trasfondo en el que debemos leer la carta de este coterráneo, como dice también un dicho popular, algunos se agarran hasta de un clavo ardiente. Una pena que para ello sea necesario vender lo más puro de todo ser humano, la honestidad.
José Conde
Berlín

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