sábado, 25 de enero de 2014

Para los anexionistas, la CELAC es la versión subdesarrollada de la OEA


por Yohandry Fontana
Está en marcha un nuevo show mediático contra Cuba. Esta vez sus organizadores quieren empañar el desarrollo de la Cumbre de la CELAC, que tendrá lugar este fin de semana en La Habana.
Navegando por la Red encuentro un texto de Grabriel Salvia y Manuel Cuesta Morúa publicado en La Nación, en el cual afirman que la CELAC es la versión subdesarrollada de la OEA. Los dos son los principales organizadores de lo que ellos han  denominado II Foro Democrático en Relaciones Internacionales y Derechos Humanos, que quieren hacer coincidir en Cuba con la cumbre de la CELAC.
Estos señores, que reciben financiamiento del Departamento de Estado,  no aceptan que sea Cuba,  junto a la CELAC, la que agrupe a 33 naciones para debatir el futuro de América Latina sin la presencia de Estados Unidos y Canadá.
Por  adelantado me llegó un documento con matices anexionistas que harán circular por estos días. El texto tuvo asesoramiento externo en su confección y  no extrañamente guarda estrecha relación  en con el discurso que pronunciara  el Secretario de Estado, John Kerry,  ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
Agrupados bajo el Programa Puente Democrático, vinculado al Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), una organización pantalla de la CIA, los asalariados de La Habana pretenden desconocer los alcances de Cuba y su sociedad civil en la construcción democrática de la nación, y su papel  dentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (CELAC).
Sin dudas, la mano de la CIA está bajo este manto que desde ya está destinado al fracaso.  Los pueblos de América Latina han decidido caminar unidos para buscar estabilidad y paz en la región sin que Estados Unidos trace sus variables.

A continuación el Anexo que en pocas horas distribuirán:
Anexo
La Habana, 24 de enero de 2014
A jefes y Jefas de Estado y de Gobierno de la CELAC
Al Secretario General de la OEA
Declaración
El 3 de diciembre de 2011, en Caracas, Venezuela, y dentro de su marco fundacional,  se acordó la Declaración Especial sobre la Defensa de la Democracia y el Orden Constitucional en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)  en la cual se dice que, y citamos:
“Los Jefes y Jefas de Estado… Reiteramos que nuestra comunidad se asienta en el respeto irrestricto del Estado de Derecho, el respeto a la soberanía y la integridad territorial, la defensa de la democracia, la voluntad soberana de los pueblos, la justicia social, el respeto a los Derechos Humanos y las libertades fundamentales que son requisitos esenciales para la participación en los distintos órganos de la Comunidad… y que son conquistas de los pueblos latinoamericanos y caribeños que no admiten retroceso”.
Esta Declaración Especial constituye, por tanto, un índice de que en nuestro escenario regional se ha afianzado la democracia, no obstante algunos retrocesos y anomalías puntuales, resueltas siempre en las urnas y dentro de un juego plural de opciones cívicas y políticas.
Lamentablemente en nuestro país, Cuba, no se ha avanzado en esas direcciones. Sus autoridades, firmantes de los Acuerdos de Viña del Mar, en Chile, de Los Pactos de Derechos Civiles y Políticos,  y Económicos Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, y de esta Declaración Especial que funda la CELAC, se resisten a dar los pasos necesarios para adecuar las instituciones del Estado y las prácticas del gobierno a las exigencias que imponen estos compromisos. Asumen los fundamentos y principios que dan legitimidad a los Estados en todo nuestro hemisferio, pero no los incorporan en la relación del Estado y gobierno cubanos con la sociedad. Ellas no parecen advertir, adecuadamente, que cualquier comunidad global de Estados con responsabilidades supone al mismo tiempo una comunidad global de ciudadanos con derechos.
Como miembros de la sociedad civil hacemos un llamado a los Jefes y Jefas de Estado de la CELAC que se reunirán en La Habana los días 28 y 29 para que, con apego y respeto estrictos a la soberanía, sugieran al gobierno la urgencia de que Cuba ratifique e implemente el reconocimiento de los derechos fundamentales, necesarios para nuestra plena inserción en este naciente esfuerzo de integración regional que parece promisorio, justamente, por la conciencia compartida en nuestras sociedades de que los retos del crecimiento, del combate a la pobreza, de la integración social y del conocimiento están conectados a la promoción y defensa de los derechos humanos, de los derechos fundamentales, del Estado de derecho y de la ley.
A pesar de que las autoridades de Cuba perseveran en sus prácticas puntillosamente violatorias de nuestros derechos, confiamos que en un futuro no muy lejano Cuba podrá integrarse al concierto hemisférico de países que, independientemente de sus específicos modelos de democracia, son todos respetuosos de las libertades fundamentales y del principio de que la legitimidad de los Estados reside en los ciudadanos.

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