Consejo
Editorial
Diario
El Deber
Santa
Cruz de la Sierra
De
nuestra mayor consideración:
Hemos
leído con estupor, dolor e indignación la editorial “Señales
cubanas”, publicada en su periódico el día jueves 28 de febrero.
Se trata de una nota descalificatoria que se sintetiza en la primera
frase, cuando afirma lapidariamente que Cuba no es una democracia.
¿Para qué escribir más? La condena está emitida. A partir de ahí,
deriva en una serie de afirmaciones prejuiciadas por el
desconocimiento y escritas con ínfulas de superioridad y talante
fiscalizador, utilizando argumentos sugestivamente parecidos a los
que dictan los Estados Unidos desde hace décadas, y que en períodos
nefastos de nuestra historia nacional se nos impusieron como dogmas a
recitar y repetir.
Los
que conocemos al pueblo cubano e incluso hemos tenido la oportunidad
de residir en ese país, podemos afirmar que el sistema que han
elegido y defendido exhibe un notable nivel de gobernabilidad, y se
legitima en forma permanente a través de múltiples mecanismos de
participación popular. Un ejemplo cercano es el millón de
recomendaciones recogidas en ámbitos laborales y barriales, con una
segunda fase de debate sobre el documento que de ahí resultó,
denominado “Lineamientos de la política económica y social”,
que sirviera como base para proyectar e implementar una serie de
reformas.
El
parlamento cubano (Asamblea Nacional del Poder Popular) ha sido
renovado en días recientes en un 67%. La edad promedio de sus
miembros es de 48 años, y un 48.86% de sus 612 diputados son
mujeres. Es importante recordar que ninguno de ellos percibe un
salario por esa labor, y viven de sus profesiones u oficios. Es
también importante recordar que ninguno de ellos tuvo que invertir
un solo centavo en campañas electorales, ya que fueron seleccionados
desde las bases por su compromiso y cualidades personales.
Los
datos del proceso electoral de febrero de 2013 muestran que votó un
89.68% de los empadronados, para un 94.17% de boletas válidas. Las
urnas, como es tradición, no fueron custodiadas por personal armado
sino por niños y niñas de escuela primaria.
Son
elementos que su nota editorial oculta, así como esconde el hecho de
que Cuba es un país pequeño, con escasos recursos naturales,
bloqueado hace más de cincuenta años por la mayor potencia del
planeta. Un mecanismo que no sólo le ocasiona inmensas pérdidas
económicas, estimadas en el equivalente a un billón 66 mil millones
de dólares, sino que también se aplica a otras naciones y empresas,
vigiladas, amenazadas y multadas de diferentes formas. Resultaría
ingenuo suponer que ustedes, en su condición de periodistas, no
manejen abundante información sobre ese crimen de lesa humanidad.
Aun
desde esas difíciles condiciones Cuba ha sido no sólo capaz de
resistir sino que ha brindado solidaridad compartiendo lo que tiene y
lo que sabe. Para el caso de Bolivia, la Brigada Médica Cubana
atendió en los últimos seis años 58.190.540 casos, salvó 63.193
vidas, atendió 34.134 partos, realizó 135.362 cirugías y 5.222.707
exámenes de laboratorio. La Operación Milagro alcanzó a 510.784
pacientes. La Misión Moto Méndez visitó 1.529.870 viviendas y
diagnosticó 82.087 pacientes con discapacidades, entregando 12.834
ayudas técnicas. El Programa Energético sustituyó 8.509.691 focos
incandescentes en 1.299.066 casas.
Desde
1961 se graduaron 2568 jóvenes bolivianos y bolivianas becados en
Cuba (1208 de ellos como trabajadores sociales). Hoy estudian en la
isla 3791 jóvenes, de los cuales 3735 cursan la carrera de medicina.
Más de ciento veinte graduados en la Escuela Latinoamericana de
Medicina cursan la especialidad de medicina general integral. De
nuevo, resultaría ingenuo suponer que en su condición de
periodistas no tengan ustedes acceso a esa información.
En
algunos medios de comunicación la consigna parece ser golpear a
Cuba. A tiempo y a destiempo, si se mueve o si no se mueve, si cambia
algo y si no lo cambia. En no pocas ocasiones pontifican desde un
pedestal autoerigido, con soberbia que silencia las múltiples y
profundas crisis de numerosos países que hasta ayer se presentaban
como paradigmas y paladines de la democracia. Basta echar una mirada
a Europa, o a los propios Estados Unidos. A estas alturas de la
historia, y en medio de una debacle planetaria multiforme, son
grotescos los “recetarios democráticos” que han dado sobradas
muestras de inutilidad.
Nuestra
América ha cambiado y, entre otras conductas dignas, se sacudió el
yugo que le prohibía integrar a Cuba como nación plenamente
hermana, que hoy incluso preside con honra la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños, una diáfana señal de los tiempos
nuevos. Cerrar los ojos a esas realidades es una muestra del peor
compromiso con un pasado funesto que nos ha ocasionado inmenso daño.
Atendiendo
al derecho a réplica que nos asiste como latinoamericanos,
solicitamos a ustedes la publicación de esta nota.
MOVIMIENTO
BOLIVIANO DE SOLIDARIDAD CON CUBA
ASOCIACIÓN
DE CUBANOS RESIDENTES EN BOLIVIA
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