sábado, 22 de septiembre de 2012

¿Y el talento?

por Vladia
Cuando se comenta sobre las virtudes de un directivo, cuadro, dirigente o funcionario de cualquier instancia, es común escuchar sobre su lealtad e incondicionalidad.

Pero no lo es tanto que se ponderen su talento, inteligencia o capacidad de adaptación a tiempos nuevos.

Enfatizar en las cualidades éticas, políticas e ideológicas y en el ejemplo personal resulta recomendación reiterada al hablar de dirigentes y cuadros, pero… ¿no es importante enfatizar en su talento, cultura, capacidades, creatividad  y actualización para asumir las tareas que le tocan, y que no son poderes, sino responsabilidades?

Más de cinco décadas han sabido abonar esas cualidades y hacerlas marchar junto a la necesaria, imprescindible, fidelidad a las esencias del proyecto social que aquí construimos. Ocurre que para ser fiel a una causa hay que ser también inteligente y capaz para saber defenderla y limarle errores.

Se insiste en la necesidad de incrementar de manera progresiva y sostenida, la promoción a cargos de dirección de mujeres, negros, mestizos y jóvenes. Quizás habría que detenerse a meditar en este reclamo. Sin duda, le animan buenas intenciones: lograr una representatividad, que no hayan discriminaciones, y hasta cuotas se fijaron en un tiempo para lograrlo. Pero los seres humanos, en definitiva, somos más que mujeres, negros, mestizos y jóvenes, somos eso, humanos, personas cuyo sello distintivo para ser elegidas o rechazadas no puede ser el sexo, el color de la piel o la edad.

De poco valdrá una mujer joven y negra ocupando una importante responsabilidad, si no tiene nada que aportar; tampoco nada significará la presencia de un señor blanco y entrado en años, si sus razonamientos no responden a las urgencias de este presente. Somos mucho más que números, como recuerda la canción del trovador. Somos lealtad y algo más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario