domingo, 14 de abril de 2013

Un día como hoy...


Los mercenarios al servicio del imperio, empeñados en restaurar el derrotado sistema imperante en Cuba hasta el 1 de enero de 1959, y que no contaban con el apoyo de ni siquiera del 5 % de la población de la isla, estaban ya sobre las armas para dar el artero golpe de muerte. Solo el coraje, la decisión y valentía de un pueblo que supo defender sus intereses, pudo en pocas horas acabar con una invasión, organizada y armada por el país más poderoso de la tierra. Hoy los venezolanos tienen su nuevo Girón, confio en que mañana podremos cantar con Amaury: "acuerdate de abril recuerda..."



slds,

Acá les dejo la cronología de los hechos:

Día 15 de abril

Ocho aviones A-26, con bandera cubana en el fuselaje, bombardearon los aeropuertos militares de Ciudad LibertadSan Antonio de los Baños y el Antonio Maceo de Santiago de Cuba, con el resultado de 5 aviones destruidos: un Sea Fury, dos B-26 (en San Antonio de los Baños) y dos aviones de transporte (en Santiago de Cuba). Sin embargo, el ataque sobre Ciudad Libertad solamente destruyó dos antiguos aparatos P-47 Thunderbolt que eran ya inservibles para las fuerzas aéreas cubanas.
Los bombardeos tuvieron un reducido éxito pues en los aeródromos cubanos quedaron intactos cuatro potentes aviones a reacción T-33 y cuatro cazas Sea Fury. Estos últimos eran aparatos de hélice, pero muy superiores en velocidad y potencia de fuego a los viejos A-26, que además viajan sin artilleros de cola, mientras que las fuerzas aéreas cubanas aún contaban con siete aviones B-26. La Brigada 2506, por su parte, perdió tres bombarderos A-26.
Un A-26, pilotado por el capitán Mario Zúñiga, fue preparado específicamente para ir directamente hacia Estados Unidos desde Valle Feliz en Nicaragua y aterrizar en la base aeronaval de Cayo Hueso, donde se presentó como "desertor" de la Fuerza Aérea Cubana, informando que él y otros pilotos cubanos habían sido los autores del ataque a los aeropuertos, y que eran parte de un grupo militar cuyo objetivo era derrocar al gobierno de Castro. Esto era parte de la estrategia ideada por la CIA para tratar de cubrir la implicación del gobierno estadounidense en el derrocamiento del gobierno de Cuba. Posteriormente, Mario Zúñiga regresó a Puerto Cabezas y participó en otros ataques.
En la mañana del día 15 el embajador cubano en la ONU, Raúl Roa, acusó a los Estados Unidos de patrocinar una invasión contra Cuba. Aunque el embajador estadounidense ante la ONU, Adlai Stevenson, negó las declaraciones de Roa y sostuvo que los aviones atacantes eran en realidad "pilotos cubanos sublevados contra Castro", la mentira fue descubierta cuando Stevenson mostró la fotografía del avión supuestamente pilotado por el "desertor" Mario Zúñiga que había aterrizado en Miami.
Tras saberse de este incidente en la tarde del 15 de abril, los otros dos bombardeos planeados por la CIA fueron cancelados de inmediato por orden del presidente John F. Kennedy, alegando que "la posición de Estados Unidos no podía quedar comprometida ante el mundo".

[editar]Día 16 de abril

Al día siguiente del ataque, Fidel Castro, en una alocución por todos los medios de difusión y ante una multitud armada en La Habana con fusiles belgas y checos, declaró el carácter socialista y marxista de la Revolución Cubana, pese a que en 1959 había reiterado su rechazo al comunismo en entrevistas a la prensa radial, escrita y televisiva, antes de que se produjera la clausura de la cuota azucarera, el cierre de la venta de petróleo y la negativa de las refinerías de capital norteamericano de refinar petróleo soviético.
El ejército cubano y las Milicias Nacionales Revolucionarias concentraron sus efectivos ante una posible invasión. El naciente Departamento de Seguridad del Estado de la Revolución Cubana (más conocido como G-2) llevó a cabo una extensa redada para encarcelar a un gran número de potenciales opositores, lo que neutralizó numerosos contactos de la contrarrevolución, en particular en La Habana. Mientras tanto, los buques estadounidenses llevando a los invasores desde Nicaragua ya estaban en marcha hacia las costas cubanas.
No obstante, en Washington D.C. los jefes militares revisan los reconocimientos aéreos de los aviones estadounidenses U-2 y descubren que la destrucción real causada por los bombardeos del 15 de abril es mucho menor a la declarada inicialmente por los pilotos, y que por tanto la fuerza aérea cubana aún puede jugar un rol decisivo.

[editar]Día 17 de abril

Tras cuatro o cinco días de navegación, durante la madrugada se produce el desembarco en Playa Girón y Playa Larga de 1200 miembros de la Brigada 2506 escoltados por sus buques y ante escasa resistencia local. Horas después los invasores son transportados tierra adentro para ampliar la zona invadida, con la misión principal de controlar las tres carreteras de acceso al lugar. Hacia las 06.30 horas los aviones Sea Fury y T-33 de la naciente Fuerza Aérea Revolucionaria derriban siete aviones B-26 y ponen fuera de combate a los buques Houston y Río Escondido cerca de Playa Larga, perdiéndose el armamento que transportaban para las fuerzas en tierra. Los invasores, dirigidos por los oficiales cubanos José San Roman y Erneido Oliva, quedan sorprendidos al notar que los aviones gubernamentales dominan el cielo de Playa Girón.
Las tropas regulares del gobierno cubano van llegando paulatinamente a la zona, reforzando a los milicianos (hombres de las Milicias Nacionales Revolucionarias locales) que hasta entonces intentaban rechazar el ataque. Al final del día los barcos de la Brigada 2506 se retiran definitivamente quedando sin desembarcar equipos y municiones; el Houston quedó encallado y el Río Escondido fue hundido. Al final del día los 1,200 invasores han establecido una cabeza de playa penetrando hasta diez kilómetros en tierra firme, tomando las localidades se San Blas y El Rincón, mientras se proyectan hacia las localidades de Jocuma y Horquitas. Pese al avance, la Brigada 2506 carece de apoyo aéreo efectivo, en tanto el gobierno de EEUU no autoriza nuevos vuelos de A-26 desde Nicaragua.

[editar]Día 18 de abril

Se inicia la contraofensiva cubana, con el empleo masivo de artillería adquirida en la Unión Soviética y Checoslovaquia. Las maltrechas tropas de la Brigada 2506 que controlan las dos carreteras de acceso a Playa Girón son obligadas a retroceder hasta la zona de San Blas, mientras siguen siendo atacadas desde el aire por los T-33 y Sea Fury del gobierno cubano. La población civil tampoco se suma masivamente al esfuerzo de los invasores, lo cual desmoraliza a los jefes de la Brigada 2506.
El único apoyo que reciben los invasores proviene de dos aviones A-26 enviados a toda prisa desde Nicaragua, que por la mañana bombardean convoyes de tropas cubanas en la zona de Horquitas, pero que evitan luchar contra los aparatos gubernamentales y se retiran casi de inmediato. En Playa Larga las tropas asaltantes, ante su difícil situación por la falta de municiones, deciden abandonar sus posiciones después del mediodía y dirigirse a Playa Girón para unirse a los otros miembros de la brigada. Al acabar el día, el ejército regular cubano se hace con el control de Playa Larga.
Esa misma noche, Richard M. Bisell, se reúne con Kennedy en Washington D.C. para discutir las acciones a seguir. Bisell se retracta de su plan original y pide a Kennedy que aviones de guerra estadounidenses hagan vuelos de apoyo a los invasores de Playa Girón, ante el grave riesgo de un fracaso militar. La posición de Bisell es apoyada por Arleigh Burke, almirante a cargo de las operaciones navales, quien alega ante Kennedy nosotros llevamos a esos cubanos, y nosotros tenemos que sacarlos de allí. El general Lyman Lemnitzer, asesor militar de Kennedy, sugirió que los invasores huyeran a las montañas de Escambray para iniciar guerra de guerrillas, pero Bisell negó que ello fuera posible al estar ya cercados por tropas cubanas diez veces superiores en número. Finalmente Kennedy, apoyado por el Secretario de Estado Dean Rusk, se niega a enviar apoyo militar alegando la urgencia de mantener mínima visibilidad e impedir que se descubra el patrocinio estadounidense a la invasión.

[editar]Día 19 de abril

Las fuerzas invasoras tienen que retroceder durante la madrugada desde San Blas hacia Playa Girón, donde quedan prácticamente sitiadas por las tropas gubernamentales; los que quedan rezagados pronto son cercados y se rinden en el transcurso de la mañana. En la playa, a la escasez de municiones se une la completa falta de apoyo aéreo, por lo cual los casi 1,100 hombres de la Brigada 2506 son un blanco fácil para los aviones B-26 que envía el gobierno cubano.
El comandante José Ramón Fernández ("Gallego") y el propio Fidel Castro se trasladaron a la zona del conflicto y observaron directamente las últimas acciones bélicas. Precisamente Castro presionó fuertemente para que la ofensiva se acelerara y así evitar que transcurrieran las 72 horas que necesitaba el gobierno de los EE. UU. para reconocer al "gobierno provisional" que allí se intentaba establecer, con el objetivo de evitar la invasión directa de la Marina y el Ejército norteamericanos. Hacia el final del día unos cientos de invasores intentaron huir, algunos buscando lanchas, otros ocultándose por las zonas pantanosas, aunque la mayoría de sobrevivientes debieron rendirse poco antes del anochecer.
Algunos sobrevivientes de la fuerza invasora cruzaron la Bahía de Cochinos hacia el oeste y estuvieron durante algunos días vagando por los densos manglares de la Ciénaga de Zapata, hasta ser capturados. La operación terminó con una derrota total de los miembros de la Brigada 2506.

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